Dos millones de euros en B por los archivos de Villarejo
Un hombre al que los servicios de informaci¨®n identifican como "el inform¨¢tico de Villarejo" puso en el mercado 20 a?os de grabaciones
Hace m¨¢s de un a?o que la vida del comisario Jos¨¦ Manuel Villarejo, comprimida en 20 a?os de grabaciones con polic¨ªas, jueces, abogados, empresarios, periodistas y pol¨ªticos, tiene un precio en el mercado. Un hombre, supuestamente vinculado a la polic¨ªa y al comisario, ped¨ªa en 2017 hasta dos millones de euros en dinero negro por esa mercanc¨ªa, consistente en incontables archivos de audio y documentos con la apariencia de contener informaci¨®n sensible sobre cuestiones que han marcado la vida pol¨ªtica y econ¨®mica de Espa?a en los ¨²ltimos a?os.
Los servicios de informaci¨®n sostienen que quien va ofreciendo ese material es ¡°el inform¨¢tico de Villarejo¡±, la persona que supuestamente orden¨®, archiv¨® y encript¨® todas las grabaciones que hizo el comisario a lo largo de su vida profesional.
El contenido de lo que se ofrece incluye conversaciones grabadas por Villarejo desde comienzos de la pasada d¨¦cada. Las grabaciones incluyen desde charlas de barra de bar con sus compa?eros comisarios sobre ascensos en la polic¨ªa y otras cuestiones laborales hasta intercambios de informaci¨®n con diversos periodistas o comidas pol¨ªticas y judiciales. Entre el material que ofrece la persona a la que identifican los servicios de informaci¨®n como ¡°el inform¨¢tico de Villarejo¡± se incluyen algunas citas con influyentes dirigentes del PP que se produjeron en momentos delicados para esta formaci¨®n pol¨ªtica.
Una de estas grabaciones liquid¨® al expresidente madrile?o Ignacio Gonz¨¢lez. El audio lleg¨® a los periodistas el 8 de marzo de 2015 de la mano de Villarejo, cuatro a?os despu¨¦s de que se produjera el encuentro (noviembre de 2011) y solo tres meses antes de unas elecciones auton¨®micas.
En esa cinta, el entonces vicepresidente habla con Villarejo y otro comisario para intentar tapar el esc¨¢ndalo de su ¨¢tico alquilado en Estepona y que supuestamente era el fruto de un cohecho, aunque nadie ha podido demostrarlo a¨²n. ¡°Yo no quiero que salga¡±, le dice Gonz¨¢lez a Villarejo. Y el comisario contesta: ¡°Eso es lo que hay que evitar¡±. Esa empat¨ªa de Villarejo con el pol¨ªtico del PP contrasta con las notas internas que escrib¨ªa sobre el caso s¨®lo unos meses antes, donde elucubraba con la posibilidad de que Gonz¨¢lez hubiera cobrado dos millones de euros y, adem¨¢s, hubiera recibido el ¨¢tico como compensaci¨®n por una recalificaci¨®n de terrenos en el municipio madrile?o de Arganda del Rey.
Gonz¨¢lez, que aspiraba a ser el candidato del PP para continuar como presidente de la Comunidad de Madrid, no fue en las listas. El d¨ªa de la cita con los dos polic¨ªas, escribi¨® en su diario: ¡°Pepe Villarejo y el Gordo, caf¨¦ en la Mallorquina en Sol: Villarejo me dice que ¨¦l es comisario en activo pero que tiene una empresa propia con la que hace investigaciones que no puede hacer la polic¨ªa¡±. Aquella fue una confesi¨®n clave de Villarejo a Gonz¨¢lez sobre su condici¨®n de agente doble: un polic¨ªa en activo para el Ministerio del Interior y un detective privado especializado en resolver problemas para clientes dispuestos a pagar.
Villarejo tambi¨¦n recopil¨® documentos sobre empresas con datos confidenciales a los que solo se puede tener acceso de manera ilegal. La investigaci¨®n abierta en la Audiencia Nacional ha acreditado que el comisario ofrec¨ªa sus servicios privados a empresas que necesitaban conocer debilidades de sus adversarios o conseguir herramientas con las que vencer a sus enemigos. Les propon¨ªa soluciones a sus problemas sin reparar en cuestiones legales; pagando sobornos a cambio de informaci¨®n confidencial de bancos, compa?¨ªas de telecomunicaciones o de otras empresas; colocando c¨¢maras o micr¨®fonos para grabar a determinadas personas y utilizar ese material para extorsionar.
Los archivos secretos que se pusieron a la venta hace m¨¢s de un a?o sin que el comisario, due?o y autor de ese material, supuestamente lo conociera, tienen la misma informaci¨®n que desde hace un tiempo analizan los agentes de Asuntos Internos de la Polic¨ªa Nacional por orden del juez. Tras la detenci¨®n de Villarejo, en noviembre de 2017, el juez orden¨® el registro de su casa, donde la polic¨ªa hall¨® los discos duros con el historial, grabado y escrito, de los negocios m¨¢s sucios y de los encuentros m¨¢s privados del comisario jubilado.
Villarejo se enreda en el ¡®caso Nicol¨¢s¡¯
La ma?ana del 14 de octubre de 2014, un equipo de polic¨ªas del Departamento de Asuntos Internos concluye una investigaci¨®n encargada por la Vicepresidencia del Gobierno con la detenci¨®n de Francisco Nicol¨¢s, conocido como el Peque?o Nicol¨¢s. Por la tarde, los agentes registran su domicilio, donde encuentran evidencias que conducen a otra investigaci¨®n en torno a la propiedad de una finca sobre la que se pretend¨ªa hacer negocio. El comisario Jos¨¦ Manuel Villarejo, al que nadie hab¨ªa encargado esa investigaci¨®n, trabaja intensamente en el caso. El diario digital Informaci¨®n Sensible, de su propiedad, publica la exclusiva de la detenci¨®n.
La tarde de la detenci¨®n, el comisario tiene un tr¨¢fico de llamadas que meses despu¨¦s despertar¨¢ las sospechas de los investigadores. Adem¨¢s de sus conversaciones con el n¨²mero dos del Ministerio del Interior (v¨¦ase ilustraci¨®n que acompa?a esta p¨¢gina), Villarejo habla con su amigo Adri¨¢n de la Joya, un empresario al que se ha involucrado como testaferro de pol¨ªticos en casos de corrupci¨®n de la Comunidad de Madrid. Asuntos Internos tambi¨¦n sit¨²a a De la Joya en la operaci¨®n inmobiliaria sospechosa sobre una finca vinculada a los movimientos del Peque?o Nicol¨¢s. La polic¨ªa destaca adem¨¢s los contactos de Villarejo con Mauricio Casals, presidente del diario La Raz¨®n y que, seg¨²n los investigadores, est¨¢ muy vinculado a De la Joya y al propio comisario. Tras analizar las llamadas, los investigadores de Asuntos Internos llegaron a la conclusi¨®n de que Villarejo maniobr¨® para intentar que se anulase la investigaci¨®n y de esa manera evitar que su amigo De la Joya se viera implicado en el asunto.
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