Gastrogu¨ªa para cenar en paz con la familia pol¨ªtica
Hoja de ruta para una Nochebuena con primos, cu?ados y parientes de todos los partidos
La prestigiosa chef francesa Jacqueline Souffl¨¦ elabor¨® el a?o pasado, en un art¨ªculo desenfadado en Le Monde, una exitosa gu¨ªa gastron¨®mica para cenar con comensales antag¨®nicos. EL PA?S le ha pedido que haga lo mismo en Espa?a para la cena de Nochebuena. Suponiendo que se sientan a la mesa primos, cu?ados y parientes de todos los partidos, la familia m¨¢s pol¨ªtica, gente pesada que te da la cena. Ella conoce nuestro pa¨ªs y su gastronom¨ªa porque pasa los veranos en la Costa Brava y tiene una prima en Cuenca.
Los deprimidos de los partidos tradicionales pueden formar un buen centro de mesa, como espacio vac¨ªo de distensi¨®n
Es fundamental, explica, amortiguar las discrepancias con los entrantes. Para eso en Espa?a contamos con el jam¨®n, aut¨¦ntico elemento nacional de creaci¨®n de consenso. Los comentarios en ese momento se limitar¨¢n a frases sueltas ir¨®nicas, pero no hirientes. Es poco probable que el discurso del Rey cree pol¨¦micas, porque solo se ve en algunas casas de derechas, de periodistas y de jefes de gabinete de partido, los dem¨¢s ya si eso lo comentan al d¨ªa siguiente. Si hablamos de una familia espa?ola de las que se suelen ver en los restaurantes, los ni?os seguramente tampoco dar¨¢n problemas: sus padres les dar¨¢n los m¨®viles y se pasar¨¢n la cena absortos. Quiz¨¢ jugando con el WhatsApp a llamarse ¡°fascista¡±, que ya hasta se lo dicen los ni?os en el recreo.
El problema, prev¨¦ Souffl¨¦, es que con el vino la gente se ir¨¢ calentando. Opina que las hostilidades se desatar¨¢n desde las opiniones m¨¢s extremas, de Vox o Podemos, aunque no sabe c¨®mo decir esto, porque supone equipararlos, como hace el PP, pero espera que el redactor lo ponga de forma que quede bien. Todos los espa?oles tienen un pariente de Vox de toda la vida, solo que hasta ahora no ten¨ªan partido para ellos solos, los pobres, sostiene esta observadora extranjera. A partir de ahora el primo Fernandito el facha, un suponer, ya es Fernandito el de Vox. Souffl¨¦ pronostica que llegar¨¢ muy crecido tras el ¨¦xito en Andaluc¨ªa. Estos comicios tambi¨¦n han demostrado una distorsi¨®n perceptiva en el PP, por lo que al comensal af¨ªn al partido se le puede poner pollo y lo celebrar¨¢ como si fuera solomillo. Hay que alejar de ambos al de Podemos, de vocaci¨®n redentora y m¨¢s en Navidad. Lo mejor es atiborrarlo a langostinos, pero con un problema: cuantos m¨¢s devore, m¨¢s sube la posibilidad de que se metan con ¨¦l. Es elevado el riesgo de que salga el tema del chal¨¦ de Galapagar. En su caso el marisco se debe combinar con aperitivos pobres, tipo aceitunas. Esto ha sido una ventaja para los sociatas, pues antes se lo reprochaban a ellos. Ahora pueden ponerse morados a angulas sin que nadie diga nada, se les considera parte del sistema. Ideal para acallar al de Vox se antojan monta?as de huevo hilado, casi envolverlo como en una cris¨¢lida, con el inconveniente de que le recuerda su infancia y la patria perdida.
Es elevado el riesgo de que salga el tema del chal¨¦ de Galapagar. En su caso el marisco se debe combinar con aperitivos pobres, tipo aceitunas
Al de Ciudadanos tanto es sentarlo a la derecha o a la izquierda, se adaptar¨¢ igual, pero tambi¨¦n hay que pensar que acabar¨¢ discutiendo donde se le ponga. Como suelen creer que ellos lo har¨ªan todo mejor si les dejaran, lo m¨¢s pr¨¢ctico es aprovechar esta enso?aci¨®n suya para endosarles tareas engorrosas: ponerles a partir nueces, abrir ostras o cortar el rosbif. Este de Ciudadanos empezar¨¢ de buen rollo, pero no hay que fiarse. Tan pronto se meter¨¢ con el primo del PP como con la nuera del PSOE, o ellos con ¨¦l. En realidad es aqu¨ª, a tres bandas, donde se puede liar m¨¢s. Se les desactiva, opina nuestra especialista, con n¨¦coras, percebes, chuletillas y cosas que den mucho trabajo. Son platos en los que uno siempre est¨¢ haciendo algo, busca la servilleta, no se hila bien la conversaci¨®n. Ante las dificultades, todo se deja en sobreentendidos mientras se hacen muecas con la boca llena. Se aconseja evitar el chorizo, da pie a bromas sobre la corrupci¨®n con los del PP. Eludir absolutamente el concepto de unidad de Espa?a. Sobre todo en uno de los momentos cr¨ªticos de la velada, cuando sacan cava o si no, como dijo Carmen Sevilla, champ¨¢n del bueno. Si hay catalanes y vascos las variables se multiplican, seg¨²n sean de un palo u otro, y todo se complica m¨¢s. Si son del mismo tenor ¡ªsean nacionalistas o no¡ª se les sienta juntos y pasan la cena admirablemente. Si no, mezclarlos por ah¨ª y que sea lo que Dios quiera. A los vascos en todo caso se les desactiva con un bacalao al pilpil: pasar¨¢n la noche discutiendo d¨®nde lo hacen mejor.
Existe otra variable, seg¨²n sea el familiar del PP. Puede estar exaltado con Casado o bien, si es un se?or tranquilo de derechas, horrorizado con ¨¦l. En el primer caso, mejor sentarlo con el de Vox. En el segundo, tendr¨¢ parad¨®jicamente tendencia al entendimiento con parientes del PSOE, aunque pueden caer en el des¨¢nimo. Ambos necesitan mimos. Porque el mismo m¨¦todo debe aplicarse si el socialista odia a Pedro S¨¢nchez. Los deprimidos de los partidos tradicionales pueden formar un buen centro de mesa, como espacio vac¨ªo de distensi¨®n, o una esquina tranquila, donde se pueden hacer fuertes con la bandeja de fritos. No se descarta que, al contrario de a?os anteriores de bronca, esta vez acaben abrazados. Por ah¨ª ning¨²n problema. Salvo que se les siente cerca un sobrino o cu?ada de Podemos, sobre todo si es joven, que es lo que m¨¢s les fastidia, y m¨¢s a¨²n cuando tiene raz¨®n. Evitar preguntar por la universidad del ni?o (salen el m¨¢ster de Casado y la tesis de S¨¢nchez). Una buena estratagema para no discutir es buscar temas de ignorancia general (historia de Espa?a, situaci¨®n pol¨ªtica internacional, los rollos del mar Muerto). O a¨²n mejor, abordar problemas reales, como el precio de los pisos, el futuro de las pensiones, por qu¨¦ los escolares son cada vez m¨¢s iletrados o el hecho de que el mundo se est¨¦ yendo al garete por el cambio clim¨¢tico. Ante estos asuntos, ajenos al debate diario, todos coincidir¨¢n en las mismas obviedades de circunstancia. Luego se har¨¢ el silencio y solo se oir¨¢ ruido de cubiertos.
Ideal para acallar al de Vox se antojan monta?as de huevo hilado, casi envolverlo como en una cris¨¢lida
No se deben descartar escenas de efecto si la discusi¨®n deriva en el asunto de derechos de las mujeres y ?LGTBI. En todas las familias hay gais, y estas cenas navide?as son propicias a las revelaciones en momentos cat¨¢rticos. Lo ideal ser¨ªa hacer que lo confesara el de Vox, si es el caso, pero hay que emplear muchas botellas. Puede conseguirse mediante la demonizaci¨®n del partido, y que acabe saliendo del armario solo para demostrar lo tolerantes y normales que son. En todo caso, lo mejor para la cena es tratar a los de Vox como siempre, se los saluda y tal.
Las peores horas son pasada la medianoche, en lo profundo de la Navidad, cuando emerge la veta siniestra y fatalista de las familias espa?olas, entre el empacho, los polvorones y el anisete. El clima nost¨¢lgico-hist¨®rico puede ser catastr¨®fico, las menciones a la Guerra Civil y la Transici¨®n, ETA y el Valle de los Ca¨ªdos, combinadas con escasas lecturas y disparates que se saben de o¨ªdas. Pero hay un truco final, servir unas galletas chinas, de esas con mensaje dentro, repartidas h¨¢bilmente para que cada papelito le diga a cada uno lo que quiere o¨ªr, y todos tan contentos. Algunas sugerencias. Para el del PP: ¡°Espa?a es nuestra y todo volver¨¢ a ser como siempre, esto solo es un par¨¦ntesis¡±. PSOE: aqu¨ª basta poner una encuesta electoral del CIS. Ciudadanos: ¡°155 ya en todos los pa¨ªses de la OTAN y el antiguo Pacto de Varsovia¡±. Podemos: ¡°Poderse no s¨¦ si se puede, pero sois los m¨¢s aut¨¦nticos y los que molan m¨¢s¡±. Nacionalistas: ¡°Nosotros los de aqu¨ª somos la hostia¡±. Vox: ¡°Son todas unas guarras¡±, o simplemente: ¡°Cop¨®n ya¡±. Important¨ªsimo, advierte Souffl¨¦ como consejo final, no equivocarse en el reparto de galletas.
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