El Gobierno teme que el acercamiento a los independentistas acabe en fracaso

Durante a?os, Mariano Rajoy escuch¨® el mismo mantra que ven¨ªa no solo de los independentistas, sino de muchos sectores en Catalu?a y en el resto de Espa?a: ¡°Mu¨¦vase, haga pol¨ªtica¡±. Desde que le relev¨® en La Moncloa, Pedro S¨¢nchez, que al contrario que Rajoy necesita a los independentistas para gobernar, prometi¨® que buscar¨ªa ¡°soluciones pol¨ªticas a un problema pol¨ªtico¡±. Ocho meses despu¨¦s, todo el esfuerzo de gestos y decisiones con coste pol¨ªtico en una parte del electorado socialista, que incluy¨® un cambio clave en la posici¨®n de la Abogac¨ªa del Estado y unos Presupuestos muy favorables a Catalu?a, puede ser in¨²til si finalmente ERC y PDeCAT votan el pr¨®ximo d¨ªa 13 rechazar las cuentas a la primera.

Ese coste pol¨ªtico que supone la negociaci¨®n con los independentistas es tan alto en algunas zonas que barones y alcaldes socialistas han trasladado al Gobierno que lo mejor para ellos ser¨ªa que no salieran los Presupuestos. As¨ª podr¨ªan romper el eje de la campa?a de PP, Ciudadanos y Vox, esto es, la ¡°entrega¡± del PSOE a los independentistas. Pero el Gobierno ha decidido jugar fuerte y ahora, aunque no da la batalla por perdida porque las enmiendas se pueden retirar hasta el ¨²ltimo minuto y la decisi¨®n no parece estar tomada, se arriesga a un enorme fracaso.

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Incluso en el juicio, el gran problema que complica cualquier negociaci¨®n ¡ªlas im¨¢genes del traslado de presos han causado un gran impacto en el independentismo, se?alan pol¨ªticos de este sector consultados¡ª el Gobierno hab¨ªa dado un paso simb¨®lico que estaba convencido de que pod¨ªa dar sus frutos. En el Ejecutivo creen que la posici¨®n de la Abogac¨ªa del Estado, controlada directamente desde La Moncloa, de apuntar al delito de sedici¨®n y no al de rebeli¨®n pod¨ªa ¡°ofrecer una alternativa¡±, en palabras del Gobierno, y lograr que el lento proceso del juicio, sumado a m¨²ltiples pruebas que se?alan que nunca se hizo efectiva la declaraci¨®n de independencia y que no hubo violencia armada, podr¨ªan conducir el proceso hacia ese delito de sedici¨®n. Los independentistas siempre consideraron este gesto muy insuficiente e incluso agresivo, porque la Abogac¨ªa no se qued¨® solo en acusar de malversaci¨®n. El Gobierno insiste en que era lo contrario: una forma de defender otra opci¨®n m¨¢s suave en un juicio muy complejo con una posici¨®n muy dura de la Fiscal¨ªa, sobre la que el Ejecutivo no tiene ahora ninguna influencia.

Con el tiempo, el Gobierno ha ido subiendo su apuesta para convencer a los independentistas, asumiendo costes cada vez m¨¢s altos, aunque siempre con la l¨ªnea roja de descartar de plano cualquier refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n y respetar la autonom¨ªa de los fiscales ¡ªentre otras cosas porque cualquier movimiento ah¨ª habr¨ªa tenido el efecto contrario, se?alan en el Gobierno¡ª. Los gui?os han sido en peque?as dosis, pero puestos todos en fila muestran hasta qu¨¦ punto S¨¢nchez ha jugado fuerte, visto desde el punto de vista del coste electoral, para lograr atraerse a los independentistas.

No solo se recuperaron las reuniones de las comisiones bilaterales y se retiraron recursos de inconstitucionalidad importantes que la Generalitat reclamaba. Adem¨¢s, se dio un salto pol¨ªtico que hace solo dos meses se dec¨ªa que era imposible por el coste para el PSC. Miquel Iceta ha llegado a ofrecer el apoyo de su partido para los presupuestos catalanes, una jugada arriesgada.

Despu¨¦s llegaron las cuentas del Estado, con un fuerte aumento de la inversi¨®n en Catalu?a, que pasa del 13% del total en el ¨²ltimo a?o de Rajoy al 18%, cumpliendo as¨ª una vieja reclamaci¨®n de los independentistas. Y por ¨²ltimo, el Gobierno de nuevo ha asumido el coste de proponer la creaci¨®n de una ¡°mesa de partidos que vehicule una propuesta pol¨ªtica sobre el futuro de Catalu?a¡±. Todo es cuesti¨®n de perspectiva. Para los independentistas, esta propuesta es la nada si se limita a los partidos catalanes, como reclama el Ejecutivo, porque es algo que ya se ha intentado y ha fracasado por el rechazo de PP y Ciudadanos y la divisi¨®n interna de los nacionalistas. Para la oposici¨®n, por el contrario, esa mesa es material inflamable que alimenta su discurso de que S¨¢nchez es capaz de cualquier cosa para seguir en La Moncloa.

Los independentistas consultados insisten en que la decisi¨®n no est¨¢ tomada y el pr¨®ximo fin de semana habr¨¢ mucho debate interno. La guerra sin cuartel entre ERC y el PDeCAT y las fechas endiabladas ¡ªlas enmiendas a los Presupuestos se votan al d¨ªa siguiente del comienzo del juicio, con el impacto emocional que eso supone¡ª hacen imprevisible el resultado. Los m¨¢s favorables a permitir la tramitaci¨®n de las cuentas, que est¨¢n sobre todo entre los diputados de ERC y PDeCAT, reclaman al Gobierno ¡°una propuesta final imaginativa¡± para desencallar la negociaci¨®n antes del d¨ªa 13. En La Moncloa insisten en que se han acabado los cartuchos y ya han hecho todo lo que pod¨ªan. Miembros del Ejecutivo empiezan a temer que triunfen los sectores dentro del independentismo que creen en el ¡°cuanto peor, mejor¡±, esto es que creen que pueden fortalecerse con un Gobierno de PP y Ciudadanos apoyado por Vox. ¡°Ser¨ªa una f¨¢brica de independentistas como lo fue la ¨²ltima etapa de Aznar¡±, sentencia un miembro del Ejecutivo. ¡°Los cascos azules siempre se llevan la peor parte¡±, resume con melancol¨ªa. Aun as¨ª, en el PSOE creen que si el independentismo tumba las cuentas a la primera, el relato que le queda a S¨¢nchez es f¨¢cil de gestionar. No tendr¨¢ gobernabilidad, pero s¨ª discurso: ¨¦l lo intent¨® pero no pas¨® las l¨ªneas rojas y por eso no hay Presupuestos. Ser¨ªa el mejor escenario para muchos barones y alcaldes.

?Aguantar¨ªa el Gobierno el golpe de una votaci¨®n as¨ª? La ministra de Hacienda, Mar¨ªa Jes¨²s Montero, ha insistido en que habr¨ªa elecciones en 2019. El fantasma del superdomingo ¡ªgenerales, auton¨®micas, municipales y europeas juntas en mayo¡ª no ha desaparecido del todo aunque en La Moncloa oficialmente no quieren ni o¨ªr hablar de ello. ¡°Ahora mismo todos los n¨²meros dan que las tres derechas sumar¨ªan, no parece el mejor momento. Habr¨ªa que esperar, aunque es una decisi¨®n muy dif¨ªcil que no est¨¢ ni mucho menos tomada. A¨²n vamos a intentar sacar los Presupuestos¡±, sentencia otro miembro del Gobierno. ¡°Ellos [los secesionistas] sabr¨¢n si quieren votar con el PP y Ciudadanos con la que est¨¢ cayendo¡±, se indigna otro. Desde Catalu?a los mensajes que llegan son muy contradictorios, y el Gobierno no sabe a qu¨¦ atenerse. Queda solo una semana para conocer si ese pozo sin fondo en el que se ha convertido la negociaci¨®n con el independentismo sirvi¨® para algo o fue perfectamente in¨²til.