El teniente coronel gana el duelo
Las defensas no son capaces de poner contra las cuerdas al guardia civil que coordin¨® todas las investigaciones
Hay gestos involuntarios que te delatan. Un rubor inoportuno. O el sudor de las palmas de las manos. A las diez en punto de la ma?ana, segundos antes de que el juez Manuel Marchena pida que el primer testigo de la jornada, el teniente coronel Daniel Baena, entre en el Sal¨®n de Plenos, casi todos los l¨ªderes independentistas abandonan el banquillo de los acusados y se apresuran a situarse detr¨¢s de sus abogados defensores. No es para menos. Este oficial de la Guardia Civil ¨Calto, fuerte, con la barba recortada y un traje oscuro impoluto ¨C estuvo detr¨¢s de todas las investigaciones que han servido a la fiscal¨ªa para sostener sus acusaciones. Desde la malversaci¨®n a la rebeli¨®n pasando por la desobediencia. Marchena pronuncia la pregunta de rigor.
¨C?Jura o promete decir la verdad?
La fiscal Consuelo Madrigal inicia el interrogatorio. El teniente coronel habla r¨¢pido, muy r¨¢pido, tanto que cuando frena las palabras de atr¨¢s chocan con las de delante y van dejando un reguero de comas y de puntos machacados. La fiscal le sigue el juego y ambos se interrumpen constantemente. Entre las preguntas y las respuestas no llega a correr el aire en ning¨²n momento. Da la impresi¨®n ¨Cno se sabe hasta qu¨¦ punto eficaz para el mensaje que desean transmitir ¨C de que interpretan un libreto previamente ensayado. No pasan muchos minutos antes de que el teniente coronel suelte una expresi¨®n que se convertir¨¢ en el estribillo de su declaraci¨®n: ¡°Clima insurreccional¡±. La palabra escogida tiene su miga, porque insurrecci¨®n, seg¨²n el diccionario, es el ¡°levantamiento, sublevaci¨®n o rebeli¨®n de un pueblo, de una naci¨®n¡±. Y Daniel Baena quiere dejar claro ante los siete magistrados del tribunal que, entre el 19 de septiembre y el 27 de octubre, en Catalu?a no hizo ni fr¨ªo ni calor, sino un ¡°clima insurreccional¡±, y que a partir del 28, con la entrada en vigor del art¨ªculo 155 de la Constituci¨®n, volvieron las borrascas t¨ªpicas del oto?o, la vida m¨¢s o menos normal, y que aunque continuaron produci¨¦ndose cortes de carreteras y la tensi¨®n sigui¨® en las calles, el peligro principal ¨Cel alzamiento p¨²blico y violento¨C hab¨ªa sido conjurado:
¨CEl fin ¨²ltimo era poner al Estado en una situaci¨®n de conflicto.
Durante la declaraci¨®n del teniente coronel Baena, los procesados ¨CJunqueras, Romeva, S¨¢nchez, Rull, Turull¡¡ª lo miran con preocupaci¨®n por encima del hombro de sus abogados. La seriedad de la declaraci¨®n del testigo omnipresente ¨Cvio todos los papeles, coordin¨® todas las actuaciones, dorm¨ªa en una de las 43 casas cuartel atacadas durante ¡°el periodo de insurrecci¨®n¡±¨C alcanza hasta a Jordi Cuixart, menos sonriente que otros d¨ªas, pr¨¢cticamente solo en el banquillo de los acusados.
Hab¨ªa expectaci¨®n por escuchar el testimonio del teniente coronel Baena, sobre todo porque las defensas ten¨ªan ganas de achacarle falta de imparcialidad por haber utilizado presuntamente varios perfiles an¨®nimos en Twitter y Facebook para atacar al independentismo. Pero, cuando lo tienen ah¨ª delante, los abogados defensores apenas hacen menci¨®n a ese asunto y centran sus interrogatorios en intentar desacreditar el origen de la investigaci¨®n. El primero en interrogar es Andreu Van den Eynde, el abogado de Junqueras, que pregunta al guardia civil por qu¨¦ investigaron la sedici¨®n. El teniente coronel le dice que est¨¢ equivocado, que todo se inici¨® con una investigaci¨®n econ¨®mica a instancias de la fiscal¨ªa y que una cosa les fue llevando a la otra:
¨CDe primeras no fuimos buscando sediciosos por ah¨ª.
No han pasado ni dos minutos de interrogatorio y el abogado Van den Eynde ya se ha calentado. El juez Marchena le dice que se calme:
¨CSe?or letrado, no se enfade con el testigo, no se irrite.
¨CNac¨ª enfadado yo...
El testigo sale vivo del duelo. Ning¨²n abogado pone al teniente coronel contra las cuerdas. De nuevo, no ha sido un buen d¨ªa para las defensas. Por si fuera poco, ten¨ªan la oportunidad de desquitarse interrogando a un segundo guardia civil, pero cuando el teniente coronel se marcha, entra el forense a decirle al juez Marchena que al testigo le ha dado un arrechucho y que no podr¨¢ declarar. Ma?ana ser¨¢ otro d¨ªa.
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