Junqueras estaba con el obispo
Las defensas intentan pintar un paisaje id¨ªlico que el pol¨ªtico de la CUP David Fern¨¤ndez rompe en pedazos
Los independentistas barceloneses estaban en pie de guerra. El edificio donde estaba su despacho de vicepresidente de la Generalitat se encontraba rodeado por miles de manifestantes que bloqueaban la actuaci¨®n judicial de la Guardia Civil. Pero Oriol Junqueras, a eso de las dos de la tarde del 20 de septiembre de 2017, ten¨ªa cosas m¨¢s importantes que hacer:
¨CSe fue a comer con el se?or obispo.
El detalle, en principio intrascendente, lo deja caer como quien no quiere la cosa Llu¨ªs Junc¨¤, quien por aquel entonces era el director de la oficina de Junqueras. Junc¨¤, al igual que el resto de pol¨ªticos, profesores universitarios y altos cargos de la Generalitat que se sentar¨¢n en la silla de los testigos a lo largo del d¨ªa, han sido llamados por las defensas con un objetivo muy concreto. Intentar demostrar que donde la acusaci¨®n ve¨ªa gigantes enfurecidos solo hab¨ªa molinos de viento. Junqueras, en vez de estar urdiendo la ruptura inminente con Espa?a, acababa de bendecir la mesa. Cuixart y S¨¤nchez, en vez de estar organizando un secuestro de la comitiva judicial ¨Cque no pudo ni llevar a los detenidos ni salir cuando termin¨® sus registros¨C, depart¨ªan amigablemente con el jefe de la Guardia Civil en el zagu¨¢n de la Consejer¨ªa de Econom¨ªa. ¡°Por lo que yo vi¡±, dice la jefa de protocolo, ¡°la gente entraba y sal¨ªa, los bares estaban abiertos; se o¨ªa ruido, pero no insultos¡±. Ra¨¹l Romeva, en vez de organizar una red de apoyos en el extranjero para que se pusiera al lado de Catalu?a en la hora de la secesi¨®n, estaba a punto de convertirse en un santo laico, seg¨²n cuentan dos viejos amigos que se remontan a los tiempos en los que el pol¨ªtico catal¨¢n andaba por Kosovo esquivando francotiradores. La estrategia de la defensa est¨¢ clara y es l¨®gica, pero fallan los testigos. El abogado Andreu Van den Eynde, que adopta durante todo el d¨ªa un tono serio muy distinto del que provocaba sus encontronazos con el tribunal, ha querido dejarlo todo atado y bien atado. Y ha tra¨ªdo ante el juez Marchena a pol¨ªticos o expol¨ªticos de su cuerda, que a pesar de estar bajo juramento, resultan poco cre¨ªbles. Ninguno escuch¨® una mala palabra, ninguno vio una patada, aquellos d¨ªas tan se?alados ¨Cel 20 de septiembre y el 1 de octubre¨C Catalu?a fue un lago tranquilo solo agitado por las porras de polic¨ªa y guardias civiles.
As¨ª est¨¢n las cosas cuando el juez pide que pase el siguiente testigo y aparece David Fern¨¤ndez. Manuel Marchena le pregunta, como a todos, si ha sido procesado con anterioridad.
¨CTres veces. En dos ocasiones me condenaron, por declararme insumiso al servicio militar y por tirar pintura al consulado de Per¨², y en otra sal¨ª absuelto.
La declaraci¨®n de Fern¨¤ndez, contra todo pron¨®stico, se convierte en un mal negocio para las defensas y una joya para el fiscal. El pol¨ªtico de la CUP tiene una forma caracter¨ªstica de hablar, llena de expresiones rimbombantes ¨C¡°solo hubo hechos violentos de forma puntual y meton¨ªmica¡±, ¡°me toc¨® interlocutar con el binomio¡±¨C entre las que va soltando peque?os m¨ªtines. La cuesti¨®n le va saliendo m¨¢s o menos bien hasta que se emborracha de s¨ª mismo y reconoce que estuvo detr¨¢s de ¡°una estrategia que se llama de barrera o de muro, de muralla humana¡±, y que se impartieron decenas, cientos llega a decir, de cursos de resistencia para que los j¨®venes catalanes aprendieran a defenderse de la polic¨ªa.
Ante las preguntas del fiscal Jaime Moreno, reconoce que imparti¨® dos cursos ¨Ccon nombres del tipo ¡°c¨®mo fortalecer las movilizaciones¡± o ¡°c¨®mo cuidarnos en tiempos de revueltas¡±¨C y que, aunque las conductas violentas estaban excluidas, tambi¨¦n se pudo dar el caso de ¡°movimientos instintivos¡±. Hay que tener en cuenta, zanja, que ¡°el cuerpo es reactivo¡±. Nada m¨¢s salir de la sala, el president Quim Torra pone un mensaje en Twitter. Dice que se siente muy orgulloso de ¨¦l.
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