S¨¢nchez elige a Iceta para presidir el Senado como un gesto hacia Catalu?a
Los socialistas planean que el primer secretario del PSC ocupe por designaci¨®n auton¨®mica el esca?o que dejar¨¢ Jos¨¦ Montilla
Arranca una nueva fase de impulso del Estado auton¨®mico, o al menos esa es la intenci¨®n del presidente del Gobierno en funciones, Pedro S¨¢nchez, cuya primera decisi¨®n para alcanzar ese objetivo es llevar al primer secretario del PSC, Miquel Iceta, a la presidencia del Senado. Con Iceta se reactivar¨¢ la conferencia de presidentes, el debate del Estado de las Autonom¨ªas y comenzar¨¢ la reflexi¨®n sobre la reforma del Estatuto catal¨¢n y de la Constituci¨®n, seg¨²n los socialistas. El primer paso es que el Parlament le vote como senador por designaci¨®n auton¨®mica. Cs, PP y ERC dejaron anoche en el aire esa posibilidad.
Miquel Iceta no quer¨ªa ser ministro: as¨ª lo ha reiterado en p¨²blico y en privado. Pero s¨ª ha aceptado la oferta de Pedro S¨¢nchez para presidir el Senado y, por tanto, ser la cuarta autoridad del Estado, seg¨²n informaron este mi¨¦rcoles a EL PA?S fuentes socialistas. El nombramiento deber¨ªa producirse el 21 de mayo, en la sesi¨®n en la que se constituyen las dos c¨¢maras. La elecci¨®n de Iceta est¨¢ asegurada en el Senado por la mayor¨ªa absoluta de los socialistas en la c¨¢mara alta. Pero nada es f¨¢cil en las procelosas aguas de la pol¨ªtica espa?ola: antes, debe ser elegido senador por designaci¨®n auton¨®mica en un pleno que finalmente se celebrar¨¢ el 15 de mayo en el Parlament. El plan de los socialistas era que ocupara el sitio del expresidente de la Generalitat y anterior primer secretario del PSC, Jos¨¦ Montilla. Este deber¨ªa dejar su esca?o a Iceta. Pero anoche hubo revuelo al respecto: tanto ERC como Ciudadanos, por razones opuestas, dejaron en el aire su voto en la c¨¢mara catalana, esencial para hacer a Iceta senador.
Es una tradici¨®n que los grupos no objeten las propuestas para designar senadores. Pero la clase pol¨ªtica espa?ola va camino de poner en duda casi todo: mientras que para el PP y Cs Iceta es excesivamente comprensivo con los independentistas y es el del no al 155, los secesionistas desconf¨ªan de quien no quiere debatir acerca de un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n. Iceta est¨¢ donde tambi¨¦n se ubica Pedro S¨¢nchez: ambos coinciden en sus planteamientos sobre el Estado auton¨®mico, que incluyen un cambio sustancial del papel de la C¨¢mara Alta para desarrollar toda su potencialidad de representaci¨®n auton¨®mica. El programa del PSOE en 2015 abogaba por trasladar el Senado a Barcelona; el del 28-A no llegaba tan lejos pero prev¨¦ una reforma de la c¨¢mara con objeto de aumentar ¡°la participaci¨®n de las comunidades aut¨®nomas¡± en la toma de decisiones. Con el nombramiento del primer secretario del PSC, S¨¢nchez lanza varios mensajes: internamente, premia a uno de sus hombres de confianza, pero lanza tambi¨¦n un gesto para reforzar su estrategia de di¨¢logo en Catalu?a y, seg¨²n las fuentes consultadas, apunta hacia que no habr¨¢ un retroceso en las capacidades de las autonom¨ªas.
Hay camino por andar de manera inmediata, sin necesidad de cambiar, de momento, el reglamento del Senado. La celebraci¨®n del debate del Estado de las Autonom¨ªas y de la Conferencia de Presidentes en el Senado no ser¨¢n como ahora hechos excepcionales sino convocatorias regulares en las que se abordar¨¢n los problemas y las demandas de las comunidades aut¨®nomas, seg¨²n fuentes conocedoras de las intenciones de Pedro S¨¢nchez. Hace 13 a?os que no se celebra el debate sobre el Estado autonomico; en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas solo se han organizado seis conferencias de presidentes. A la ¨²ltima, en 2017, no acudieron los presidentes vasco y catal¨¢n.
No ocultan los interlocutores consultados que el impulso al Estado auton¨®mico est¨¢ condicionado por la crisis con Catalu?a. Pero ahora los socialistas quieren pasar a la acci¨®n, despu¨¦s de m¨¢s de cuatro a?os convulsos de debates sobre la identidad nacional en Catalu?a. Los textos de la Declaraci¨®n de Granada de 2013 y de Barcelona de 2017 ¡ªese ¨²ltimo suscrito por Iceta y S¨¢nchez, y el anterior por sus predecesores Pere Navarro y Alfredo P¨¦rez Rubalcaba¡ª, forman un cuerpo te¨®rico sobre el Estado auton¨®mico en general, y Catalu?a, en particular, que culminar¨ªa con la reforma de la Constituci¨®n y del Estatut. Esas reformas, adem¨¢s, conllevar¨ªan la convocatoria de referendos. Ahora mismo la votaci¨®n de una reforma estatutaria no es una propuesta que los independentistas tomen en consideraci¨®n: solo aceptan un refer¨¦ndum de independencia. Esta es la propuesta de Iceta, un federalista que busca mejorar el encaje de Catalu?a en Espa?a, y que en absoluto se declara independentista.
Aun as¨ª, peri¨®dicamente algunas de sus apreciaciones han generado pol¨¦mica, como cuando declar¨® la posibilidad de indultar a los independentistas en caso de condena, o cuando vincul¨® la posibilidad de un refer¨¦ndum si el independentismo franquea la barrera del 65% de apoyos (hoy no alcanza el 50%).
El revuelo causado fue extraordinario y tuvo que aclarar que es ¡°contrario a la independencia¡± y que no est¨¢ de acuerdo en celebrar un refer¨¦ndum en una sociedad ¡°dividida al 50%¡±. Pero esos traspi¨¦s no minan el afecto pol¨ªtico y personal que le profesa Pedro S¨¢nchez. Iceta le apoy¨® en tiempos dif¨ªciles, cuando muchos le dieron la espalda. Le respald¨® cuando el comit¨¦ federal del PSOE le hizo dimitir, y se mantuvo a su lado en el ¡°no es no¡± a la investidura de Mariano Rajoy y en su pugna con Susana D¨ªaz por el liderazgo del PSOE. S¨¢nchez le quiere ahora al frente de la c¨¢mara territorial, siempre que no se lo impiden los votos de constitucionalistas e independentistas en el Parlament.
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