Los cuatro a?os de aprendizaje de Kichi
El l¨ªder de Podemos en C¨¢diz refuerza su marca frente a las siglas para revalidar un poder no exento de sobresaltos
La candela est¨¢ encendida y Kichi canta el men¨² micr¨®fono en mano. De primero, ¡°la honestidad¡±; de segundo y tercero, ¡°la gente y los derechos¡± y de postre, la movilizaci¨®n de la izquierda ¡°frente a la ultraderecha¡±, dice Jos¨¦ Mar¨ªa Gonz¨¢lez, alcalde de C¨¢diz, cocinero por obra y gracia de la campa?a. Pero el hambre aprieta y los comensales no est¨¢n para mucha met¨¢fora. Una larga cola se forma frente a dos grandes paellas, aunque ¨¦l advierte que el arroz tiene que reposar. ¡°Da igual Kichi, hagas lo que hagas se van a quejar¡± le suelta una se?ora. Una alegor¨ªa de sus cuatro a?os de alcalde.
¡°Es importante que un representante p¨²blico se parezca a sus representados¡±, reconoce el alcalde poco despu¨¦s de servir decenas de platos de paella en un acto de Adelante C¨¢diz, la confluencia de Por C¨¢diz S¨ª Se Puede y Ganar C¨¢diz, que ¨¦l encabeza. Tiene Kichi un magnetismo que recuerda con distancias ¡ªde a?os luz¡ª a esos ba?os de masas de Te¨®fila Mart¨ªnez, la alcaldesa popular durante 20 a?os. Tanto es as¨ª que aunque Gonz¨¢lez se presenta por Adelante C¨¢diz, en t¨¦rminos de marketing es su nombre el que importa. O m¨¢s bien su apodo ¡ªsurgido cuando, de peque?o, su madre le dec¨ªa ¡°ay mi ni?o kichitito¡±¡ª y hasta en las papeletas electorales quedar¨¢ claro. ¡°La gente en estos cuatro a?os conoce a su alcalde porque ¡®soy uno de nosotros¡¯, como suelo decir. Quer¨ªamos que fuese algo n¨ªtido¡±, reconoce el aludido sin rodeos.
Apostar por el sobrenombre desarma la estrategia de su equipo de comunicaci¨®n en estos cuatro a?os de mandato, preocupados por reforzar su imagen m¨¢s institucional. Es como volver atr¨¢s en el tiempo, conectar con la imagen de ese comparsista, profesor de historia y anticapitalista que se hizo con el bast¨®n de mando en una multitudinaria toma de posesi¨®n el pasado 13 de junio de 2015. Pero, salvo esa cercan¨ªa que parece intacta en ¨¦l, Gonz¨¢lez ya no es el mismo pol¨ªtico inexperto que atrajo el foco medi¨¢tico nacional por capitanear uno de los llamados Ayuntamientos del cambio.
El profesor ha aprendido que ser regidor es ¡°una responsabilidad muy seria¡±. O que ¡°una parte importante de la vida privada deja de serlo¡±. Tambi¨¦n que ejercer ese cargo en una ciudad con un 27% de paro y lastrada por una deuda municipal que lleg¨® a los 275 millones de euros conlleva l¨¢grimas y que, como le advert¨ªa la vecina ante la paella, haga lo que haga ser¨¢ criticado. ¡°No te puedes ni imaginar que existan personas viviendo de forma tan extrema. Se lleva muy mal. El encorsetamiento del proceso administrativo no facilita nada, ni le importa esa realidad. El derecho administrativo es completamente indolente y eso es malo¡±, tercia Gonz¨¢lez disgustado.
Juan Manuel P¨¦rez Dorao, otrora concejal de Ciudadanos y ahora edil no adscrito tras ser expulsado de las listas, reconoce que ¡°es cercano y simp¨¢tico¡±. Otra cosa es su gesti¨®n, convertida en diana de la oposici¨®n. ¡°Es decepcionante. No est¨¢ preparado para realizar la tarea que se le ha encomendado (¡). Su trabajo ha llegado tarde y a salto de la mata¡±, denuncia P¨¦rez Dorao.
Y hasta sus m¨¢s cercanos le han dado alg¨²n tir¨®n de orejas por rodearse de un equipo inexperto que se ha visto atrapado en m¨¢s de un brete. Solo ha sido capaz de aprobar el presupuesto de 2018 y ha visto como la justicia le tumbaba el de 2016. ?l habla de ¡°autocr¨ªtica¡±. Aunque dice que ha notado c¨®mo la oposici¨®n se ha pasado cuatro a?os en campa?a ¡ªhasta 12 denuncias le han interpuesto PP y Ciudadanos, principalmente¡ª . ¡°He sentido una tremenda sensaci¨®n de soledad al llevar el tim¨®n de la ciudad y lo hago extensible a mi equipo¡±, se?ala.
Para su haber, Gonz¨¢lez se lleva la construcci¨®n de un carril bici ¡ªrebautizado por el Carnaval como carril Kichi¡ª que est¨¢ transformando los desplazamientos en la ciudad y, sobre todo, el refuerzo de medios y recursos para fines sociales. Incluso ha sabido dar la vuelta a alguna que otra crisis, como el agrio enfrentamiento que mantuvo con el ide¨®logo de Podemos, Juan Carlos Monedero, por el chal¨¦ de Pablo Iglesias. A sus vecinos no les pill¨® de sorpresa que su alcalde dijese aquello de que ¨¦l prefer¨ªa vivir ¡°en un piso de currante¡±, en referencia al bajo de dos dormitorios en el que vive con su familia en el popular barrio de La Vi?a. Sac¨® r¨¦dito de ese encontronazo con Iglesias. ¡°Cuando un alcalde gana un sueldo que se parece al de sus vecinos ¡ªdona cada mes parte de su asignaci¨®n¡ª, vive en una casa como la de sus vecinos (¡), la gente se siente identificada contigo¡±.
El 26 de mayo se medir¨¢ si C¨¢diz se reconoce en ¨¦l. Si es as¨ª, volver¨¢ a gobernar cuatro a?os m¨¢s en los que cree que los avances de su gesti¨®n ser¨¢n mucho m¨¢s evidentes. Luego se ir¨¢, como ya advirti¨® desde el principio. ¡°Volver¨¦ a otra trinchera, no en las instituciones porque es lo sano. La caoba y la moqueta tiene un elemento t¨®xico importante del cual yo tampoco estoy a salvo¡±, advierte.
Aunque, para llegar a eso, a¨²n queda un mandato m¨¢s, a buen seguro no exento de curvas, en los que aplicar¨¢ una m¨¢xima que ese 13 de junio de 2015 le regal¨® su padre, hoy fallecido: ¡°Me dijo: ¡®chico, que no me pongan nunca la cara color¨¢ por tu culpa¡¯ y yo eso intento recordarlo cada d¨ªa. Quiero que mi gente se sienta orgullosa de m¨ª, aunque a veces no me entiendan¡±.
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