Viaje por tres provincias sacudidas por la gota fr¨ªa: ¡°El agua saltaba la carretera¡±
En la zona m¨¢s azotada por las tormentas, desde Almer¨ªa hasta Orihuela, los vecinos tratan de salvar sus enseres entre casas, calles y campos anegados
A cuatro kil¨®metros de Orihuela (76.700 habitantes), en Alicante, la zona cero de la gota fr¨ªa del sureste espa?ol, la CV-87 est¨¢ cortada. Enfrente, Manuel Mart¨ªnez, el pelo cano y un mechero en la mano, contempla los limoneros y el cultivo anegado de alcachofas desde el porche. Saluda a los vecinos. ¡°Qu¨¦ desastre, dicen que va a llover otra vez¡±, le dice una mujer que pasea a un perro peque?o. Manuel no tiene ni luz ni agua. ¡°A m¨ª me entr¨® la tromba a por la terraza de arriba, ca¨ªa tanto que se me inund¨® todo¡±. En la trasera de su calle en Bigastro (6.700 habitantes), tambi¨¦n en Alicante, la Unidad Militar de Emergencias (UME) achica agua de unos bungal¨®s.
Los soldados reparten botellas. Hay moscas, cultivos inundados, gente con botas de agua y fregonas. Enseres en las puertas y coches de bomberos. Un helic¨®ptero sobrevuela la huerta. Aqu¨ª termina un viaje de 387 kil¨®metros por tres provincias sacudidas por la gota fr¨ªa.
Un hombre en camiseta negra pasa con dos ni?as y su esposa, que se?ala el pavimento te?ido de marr¨®n y dice: ¡°Todo esto estaba lleno de agua¡±. Tambi¨¦n se llama Manuel. ¡°Justo acabo de llegar de Orihuela, desde las seis de la ma?ana de ayer [por el viernes]. Y ha sido porque he venido con un hombre que se conoce bien todo y hemos podido pasar¡±. Trabaja en esa ciudad aislada desde el jueves. Tuvo suerte porque pudo dormir en casa de su madre.
El viaje ha comenzado por la ma?ana en Almer¨ªa con el inquietante anuncio de que hay 90 carreteras cortadas en la ¨²ltima provincia andaluza, Murcia y Alicante. Las cunetas, levantadas por el agua, jugar¨¢n todo el camino a morder el asfalto. La tierra que a veces cruza la carretera es gris¨¢cea camino de San Jos¨¦ (1.100 habitantes), el gran centro tur¨ªstico del Parque Nacional de Cabo de Gata.
La extensa playa de San Jos¨¦ est¨¢ partida en dos por el agua que arras¨® la rambla la madrugada del viernes y se llev¨® por delante coches, tumbonas, sombrillas, una porter¨ªa de f¨²tbol y hasta la caseta de una empresa de kayak. Se salv¨®, por un par de metros, la caseta de Turismo, pero ?ngela Cano tuvo que tirar un mont¨®n de mapas y folletos que anuncian excursiones de esn¨®rquel, rutas en barco e inmersiones. ¡°Cuando abr¨ª la puerta estaba todo embarrado¡±. Muestra los v¨ªdeos de los coches amontonados casi al borde del mar.
¡°En las playas del parque huele a depuradora y el agua est¨¢ color chocolate¡±, cuenta un empresario de la zona. ¡°Llevamos 11 d¨ªas sin poder salir por el viento y el temporal, ya ves¡±, se lamenta.
Rumbo al norte por la A-7, la radio anuncia que el Gobierno de Murcia decreta zona catastr¨®fica y que hay un muerto m¨¢s en Orihuela. Y m¨¢s de 3.000 evacuados. 5.000 intervenciones de rescate. Mientras, carteles inquietantes se suceden. Rambla Bomb¨®n. Rambla Los Feos. Rambla Limpia. Los quitamiedos no dejan ver lo que hay debajo, pero a estas alturas ya sabemos que esas rieras cuando llueve y caen 500 litros por metro cuadrado o solo 100, son una maldici¨®n. Las que se ven, al llegar a Lorca, por ejemplo, parecen brazos desollados, ara?ados por un rastrillo gigante.
Los Alc¨¢zares (15.600 habitantes), al borde del Mar Menor, a¨²n muestra la furia de la torrentera. Una enorme tuber¨ªa escupe barro junto al puente, en cuyos ojos se ha estampado tanto un Audi familiar como un taburete de pino. ¡°El agua pasaba por encima de la carretera¡±, exclama una mujer. ¡°Yo me salv¨¦ porque vivo en un segundo, ah¨ª¡±. En la calle principal hay un enorme ajetreo de coches patrulla, camiones del servicio forestal que achican el agua de los garajes, gente con botas embarradas transportando cepillos, sorteando losetas levantadas y lagunas de barro pegajoso.
Apuntes salvados
En las puertas de las casas se amontonan colchones, sof¨¢s, mil enseres. La vida de la gente se ha colocado empapada sobre la acera. Los C¨¢novas se?alan la marca que ha dejado el agua. A ellos, que viven en Murcia y veranean aqu¨ª, no les pill¨®. En la casa de al lado, los Soto, que despu¨¦s de la ¨²ltima riada, en 2016, levantaron el suelo dos palmos, llevan trabajando m¨¢s de 24 horas. En la madrugada del viernes, el agua les subi¨® hasta la rodilla. Les ca¨ªa por el respiradero de los ba?os, sal¨ªa por la taza. Su casa hoy son camas, sillas, mesas con ropa, trastos encima. Y tambi¨¦n los apuntes de la hija, que est¨¢ opositando. ¡°Lo primero que salv¨¦¡±, dice. Y barro. Mucho barro. ¡°Y nosotros tuvimos suerte. Los chicos de atr¨¢s han sido evacuados¡±. Como las decenas de personas, que est¨¢n en el centro de alto rendimiento y un colegio. Camino a la salida, en una plazuela, los militares descargan agua. ¡°Vamos a llev¨¢rsela a los vecinos que no pueden venir a por ella, gente mayor¡±, apunta uno. A dos cuadras el mar, te?ido de marr¨®n hasta donde alcanza la vista, est¨¢ furioso.
Las inundaciones, en im¨¢genes
Las primeras v¨ªctimas del devastador temporal se produjeron, sin embargo, en una poblaci¨®n donde no llovi¨® de manera torrencial. Al menos no como en otros muchos sitios. Los hermanos Rafael, de 61 a?os, y Fina Mic¨®, de 51, murieron el pasado jueves en uno de los caminos de salida de la localidad albacete?a de Caudete (10.000 habitantes). Fina ten¨ªa el d¨ªa libre en la residencia de ancianos San Juan Evangelista donde trabajaba de auxiliar. Y Rafael estaba jubilado de la obra por algunos achaques de salud.?Ambos cogieron el coche y se fueron al hospital de Almansa, seg¨²n apuntaban este s¨¢bado algunos vecinos, o de visita a un pueblo cercano, de acuerdo con otras versiones. El caso es que iban por la carretera de La Encina, normalmente, transitada, y una corriente de agua que vino por una rambla hizo volcar el coche. Los dos hermanos no pudieron salir del veh¨ªculo y fallecieron ahogados.
Las vecinas que tomaban este s¨¢bado un aperitivo antes de comer en el bar El Molino, el abogado que a punto estuvo de coger la misma carretera la fat¨ªdica ma?ana para ir al juzgado de Almansa o las dos compa?eras de Fina de la residencia consultadas coinciden en que no llovi¨® tanto ese d¨ªa en el pueblo que, adem¨¢s, est¨¢ emplazado sobre un mont¨ªculo. Ahora bien, s¨ª que cayeron centenares de litros por metro cuadrado en la cercana sierra y el agua baj¨® con una fuerza inusitada, impulsada tambi¨¦n por las obras que se est¨¢n realizando para finalizar la autov¨ªa de la Font de la Figuera a Yecla, seg¨²n varios vecinos. De tal modo, que el pueblo qued¨® aislado durante unas horas debido a que sus accesos se inundaron.
Hermanos fallecidos
Rafael y Fina ya hab¨ªan abandonado la seguridad del n¨²cleo urbano. ¡°?Qu¨¦ mala suerte tuvieron! En fin, ella era una buena compa?era, amable y trabajadora¡±, se?ala Paqui S¨¢nchez, en la puerta de la residencia. ¡°S¨ª, siempre ayudaba en todo¡±, corrobora su compa?era Paqui Fern¨¢ndez. Algunos de los ancianos a los que atend¨ªa Fina se enteraron de su fallecimiento por el telediario. ¡°Claro, ven la tele y ahora est¨¢n como m¨¢s apagados y tristes¡±, a?ade la primera.
Los dos hermanos eran solteros, sin hijos, y viv¨ªan juntos, cerca de la residencia, del colegio Gloria Fuertes, del cuartel de la Guardia Civil del pueblo y de un Mercadona, donde sol¨ªan ir a comprar. ¡°Ven¨ªan casi todos los d¨ªas. Siempre amables. Si te ve¨ªa apurado en la caja, ¨¦l, que estaba jubilado, te dec¨ªa: ¡®tranquilo, que no tengo ninguna prisa¡¯. Cuando vi su foto y supe que era el que se hab¨ªa muerto me qued¨¦ flipado¡±, recuerda Salva, encargado del supermercado. Se les ve¨ªa con frecuencia juntos, como el d¨ªa en que perdieron la vida.
As¨ª le hemos contado en directo el avance del temporal por la Pen¨ªnsula
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