La clave del ¡®crimen de la cabeza¡¯: la se?ora de la limpieza
La mujer tir¨® unas bolsas grandes por orden de la pareja del fallecido, de quien solo se ha hallado el cr¨¢neo en Castro Urdiales
A principios de febrero, Carmen Merino, una gaditana de 61 a?os afincada en Castro Urdiales (Cantabria), llam¨® a su se?ora de la limpieza habitual. Hac¨ªa mucho tiempo que no solicitaba sus servicios y le dio instrucciones precisas de c¨®mo ten¨ªa que llegar a la casa. Le dijo que trajera su coche y que lo dejase en el aparcamiento del garaje de la urbanizaci¨®n, en el n¨²mero 12 de la calle Pedro Basabe, a la salida de esta localidad mar¨ªtima, m¨¢s vecina de Bilbao que de Santander, y que pasa de los 40.000 habitantes en invierno a los m¨¢s de 100.000 en verano.
Cuando la mujer lleg¨® a la vivienda, un peque?o d¨²plex con sal¨®n y cocina en la planta baja y dos habitaciones y ba?o en la planta de arriba, seg¨²n describe un vecino, se encontr¨®, junto a la puerta de entrada con varias bolsas de basura de pl¨¢stico ¡°negras, grandes y pesadas¡±. Seg¨²n declar¨® la asistenta ocasional ante la Guardia Civil, despu¨¦s de limpiar toda la casa, Carmen le pidi¨® que se llevase esas bolsas hasta su coche y que las tirase donde pudiera. La mujer, que no recuerda haber visto aquel d¨ªa a Jes¨²s Mari Baranda (67 a?os), propietario de la vivienda y pareja de Carmen desde hac¨ªa siete a?os, hizo exactamente lo que le dijo su jefa.
Los investigadores sospechan que en esas bolsas cerradas pod¨ªa ir el cuerpo de Jes¨²s Mari, de quien hasta el momento solo ha aparecido la cabeza, envuelta y metida en una caja de cart¨®n en la casa de una amiga y vecina de Carmen. El macabro hallazgo se produjo hace una semana y ha dado lugar a todo tipo de especulaciones. Ahora se busca, con escasas esperanzas, el resto del cuerpo del fallecido en el vertedero de Meruelo, uno de los mayores de Cantabria.
Fue la madrugada del s¨¢bado 28 de septiembre cuando la amiga de Carmen, una mujer de Utrera (Sevilla) que ella conoc¨ªa de ir a bailar sevillanas a la Casa de Andaluc¨ªa de Castro Urdiales, decidi¨® averiguar qu¨¦ hab¨ªa en esa caja que le hab¨ªa dado en marzo Carmen y que comenzaba a apestar. La vecina le hab¨ªa asegurado que en ella guardaba ¡°objetos sexuales¡±. Seg¨²n lo declarado a los investigadores por esta vecina ¡ªen shock tras descubrir la cabeza dentro de aquella caja¡ª, la justificaci¨®n que su amiga le dio para dej¨¢rsela fue que ¡°no quer¨ªa que los agentes de la Guardia Civil encontraran esos objetos en el registro que ella hab¨ªa accedido a que realizaran en su casa para tratar de encontrar alg¨²n rastro de Jes¨²s Mari¡±, desaparecido desde febrero.
La cabeza, que esta misma semana se confirm¨® que pertenec¨ªa a Jes¨²s Mari, presentaba signos de haber sido manipulada, ¡°posiblemente quemada¡±, seg¨²n fuentes cercanas al caso, que se?alan que parec¨ªa estar chamuscada por un lado. Los an¨¢lisis del cr¨¢neo contin¨²an en el Instituto de Medicina Legal de Santander para datar el d¨ªa del fallecimiento y la posible causa de la muerte del hombre, un empleado de banca del barrio de San Ignacio de Bilbao, divorciado y con dos hijos, con quienes hab¨ªa perdido el contacto.
Falso viaje
No fue hasta marzo que un primo hermano de la v¨ªctima se decidi¨® a denunciar la desaparici¨®n. ¡°Carmen nos dijo que se hab¨ªa ido de viaje¡±, declar¨® esta semana. Seg¨²n su versi¨®n, la gaditana les coment¨® que Jes¨²s Mari hab¨ªa cambiado de tel¨¦fono, les facilit¨® un n¨²mero nuevo y los familiares recibieron algunos mensajes. Pero el paso del tiempo y el tono de los mensajes ¡ª¡°¨¦l no se expresaba as¨ª¡±, asegur¨® el primo¡ª aparte del hecho de que el supuesto Jes¨²s Mari siempre eludiera la posibilidad de mandar una nota de voz o de realizar una videollamada, escam¨® a los familiares. Sin embargo, nunca sospecharon de Carmen. ¡°Eran una pareja aparentemente feliz¡±, ¡°¨¦l la trataba como a una reina¡±, declararon los allegados, seg¨²n fuentes cercanas al caso. Aquella denuncia inesperada ¡ª ¡°a Carmen le molest¨® que fuese a la polic¨ªa sin avisarle¡±, declar¨® el primo¡ª inquiet¨® a la gaditana, que se apresur¨® a deshacerse de la cabeza que a¨²n guardaba.
¡°Me la encontr¨¦ metida en una caja en el felpudo de la entrada y la guard¨¦ porque era lo ¨²nico que ten¨ªa suyo¡±, alcanz¨® a decirle Carmen a los investigadores sobre la cabeza de su pareja cuando se descubri¨® todo. Tambi¨¦n, cuando le preguntaron por su tel¨¦fono m¨®vil, dijo que ¡°se le hab¨ªa ca¨ªdo al ba?o¡±. No volvi¨® a declarar hasta estar delante de la titular del Juzgado n¨²mero 3 de Castro Urdiales, que el pasado mi¨¦rcoles orden¨® prisi¨®n provisional comunicada y sin fianza para la mujer por un presunto delito de homicidio. Desde entonces permanece en el penal del Dueso, en Santo?a.
El m¨®vil del suceso sigue siendo una inc¨®gnita aunque los investigadores sospechan que responda a una cuesti¨®n meramente econ¨®mica. Carmen no trabajaba, no ten¨ªa ingresos, depend¨ªa completamente de Jes¨²s Mar¨ª. Tuvo alg¨²n problema de dinero en el pasado, con deudas impagadas, pero no llegaron a denunciarla. Seg¨²n fuentes policiales, ¡°no tiene antecedentes¡±. Mientras Jes¨²s Mari estuviese solo desaparecido, segu¨ªa cobrando su buena pensi¨®n y ella ten¨ªa acceso a la cuenta, de la que ha seguido disponiendo, seg¨²n pudieron comprobar los investigadores. La muerte del hombre supon¨ªa, en cambio, quedarse sin medio de vida.
Carmen cambi¨® el colch¨®n y limpi¨® su casa varias veces
Durante cuatro d¨ªas, agentes del Equipo Central de Inspecciones Oculares (ECIO) de la Guardia Civil, as¨ª como los de localizaci¨®n de restos biol¨®gicos, liderados por el perro Marley, y de la Polic¨ªa Judicial de Santander, han recabado pruebas en la vivienda.
En los ocho meses que Jes¨²s Mari Baranda ha permanecido desaparecido, de febrero a septiembre, a Carmen limpi¨® la casa varias veces, y cambi¨® el colch¨®n de la habitaci¨®n principal de la casa, aunque nunca m¨¢s volvi¨® a dormir en ella, seg¨²n dijo, porque no pod¨ªa. Desde hac¨ªa meses la mujer dorm¨ªa en el sof¨¢ del sal¨®n, decorado con fotos de Jes¨²s Mari.
El crimen de la cabeza ha sobresaltado a Cantabria, una comunidad poco habituada a sucesos de semejante entidad, pero que ha conocido en el pasado casos sin resolver como el hallazgo del cad¨¢ver ahogado de una mujer en la playa santanderina de El Camello en julio de 2001 o el asesinato a pu?aladas de una mujer en el paseo de Reina Victoria tras salir de una boda en julio de 2002. M¨¢s lejos en el tiempo ¡ªentre 1987 y 1988¡ª quedan los asesinatos de 16 mujeres de entre 60 y 93 a?os a manos de Jos¨¦ Antonio Rodr¨ªguez Vega, el conocido como el Mataviejas de Santander.
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