Manipular a la jefa del Estado

El rifirrafe televisivo sobre Catalu?a lleg¨® minutos despu¨¦s del otorgamiento de los d¨¦cimos premios Princesa de Girona en la capital catalana. Para lo que llueve, funcionaron. Se celebraron, pese al asedio de los radicales. As¨ª que la proclama inquisitorial de Pablo Casado haciendo a Pedro S¨¢nchez ¡°responsable¡± de ¡°lo que pueda suceder en la visita del rey Felipe VI de este lunes¡± cay¨® en la nada. Si en su l¨®gica habr¨ªa sido el responsable (culpable) en el caso de salir mal, se supone que tambi¨¦n el beneficiario en el supuesto de salir bien.

Y como fue de un pasar m¨¢s que correcto (lo peor y m¨¢s triste fue la demostraci¨®n de que unos supuestos catalanes no dejaron circular y entrar a otros al acto), su gozo en manipular de antemano la erosi¨®n de la instituci¨®n de la Corona cay¨® en un pozo. Es lo mismo que le pas¨® al energ¨¦tico Boris Johnson al intentar utilizar para su provecho la instituci¨®n que encarna Isabel II contra el Parlamento. Y fracas¨®.

Casado no logr¨® abusar de la primera comparecencia dif¨ªcil de Leonor de Borb¨®n, que es, en principio, la futura reina. Por varias razones. Porque Felipe VI fue claro denunciando que ¡°la violencia e intolerancia no caben en democracia¡± (mensaje a Quim Torra), pero igualmente reconociendo a la ¡°Catalu?a orgullosa de sus se?as de identidad¡± (mensaje al resto). Porque ¡°sabemos muchas cosas de la historia y de la cultura catalana¡±, como certific¨® la pubilla. Ambos hablaron en varios idiomas, notablemente en catal¨¢n:

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¡ªHa estado impecable?¡ªconfesaba a mi lado un soberanista pero que muy de izquierdas.

¡ªLo pronuncia mejor que su padre?¡ªconcid¨ªa, admirativa, una republicana de pro.

Y es que esta, la de la lengua, es cuesti¨®n primordial para el acercamiento social. El pluriling¨¹ismo es la fibra de la pluralidad cultural, la ra¨ªz de la plurinacionalidad. Por eso todo fue normal, m¨¢s all¨¢ del blindaje securitario excepcional. Y normal que el matem¨¢tico premiado Xavier Ros recogiese su galard¨®n luciendo en la solapa un lazo amarillo en recuerdo de los pol¨ªticos presos.

Como dec¨ªa el anterior jefe del Estado, hablemos. Pues bien, del quinteto del debate, solo dos hablaron del di¨¢logo como mecanismo para encauzar la cuesti¨®n de Catalu?a. Pedro S¨¢nchez, acompa?¨¢ndola de la ¡°firmeza¡± antiseparatista y la proporcionalidad de las medidas de mantenimiento del orden p¨²blico amenazado. Pablo Iglesias, sin apelar a estos dos ¨²ltimos mecanismos. El presidente en funciones acompa?¨® sus recetas de tres medidas seminuevas: una asignatura de educaci¨®n en valores c¨ªvicos; una ley audiovisual que exija un qu¨®rum de dos tercios de cada parlamento para elegir a los consejos de las televisiones p¨²blicas, que evite su sectarismo; una reforma del C¨®digo Penal que vuelva a penalizar la convocatoria ilegal de referendos. Por supuesto que lo primero es herencia de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero; lo segundo, una propuesta ya en ciernes en Catalu?a; y lo tercero lo rechaz¨® en tiempos su partido, y Mariano Rajoy no lo rescat¨®. Ser¨¢n insuficientes. Pero fueron lo ¨²nico no manido, ni gastado, ni ret¨®rico. El resto, nacionalismo centralista fabricante de independentistas.