Llega la tecnolog¨ªa cu¨¢ntica, la gran revoluci¨®n del procesamiento de datos
El vicepresidente de Ciencia y Tecnolog¨ªa en IBM Research analiza el presente y el futuro de la inform¨¢tica cu¨¢ntica
La rivalidad forma parte de la historia, incluida la tecnol¨®gica. Windows o Linux. Android o iOs. El ¨²ltimo campo de batalla en el que ha entrado la inform¨¢tica es el de la computaci¨®n cu¨¢ntica. IBM, Google, Microsoft e Intel luchan por dar con el Santo Grial de la que promete ser la pr¨®xima gran revoluci¨®n en el procesamiento de datos. Dar¨ªo Gil, vicepresidente de Ciencia y Tecnolog¨ªa en IBM Research, tiene claro que estamos ante una situaci¨®n sin parang¨®n para cambiar el mundo. ¡°Tenemos la oportunidad de guiar la tecnolog¨ªa con el fin de asistir a las personas. De solucionar problemas que son intratables desde el punto de vista de la inform¨¢tica cl¨¢sica¡±, afirma. El ci¨¦ntico intervino recientemente en el?ciclo Tech & Society de Aspen Institute Espa?a y Fundaci¨®n Telef¨®nica
La computaci¨®n actual ¡ªlos bits¡ª opera la informaci¨®n solo en dos estados: cero o uno (encendido o apagado). En cambio, la tecnolog¨ªa cu¨¢ntica trabaja tambi¨¦n con la superposici¨®n de ambos y se llaman qubits. La consecuencia principal es que, si a un ordenador se le suman bits, aumenta la gesti¨®n de informaci¨®n de forma lineal. Si usa qubits, en cambio, los procesos se incrementan exponencialmente. ¡°La capacidad de estas m¨¢quinas avanzar¨¢ de forma r¨¢pida y cruzaremos el umbral de tener un procesamiento de c¨¢lculo que no podemos emular con los ordenadores cl¨¢sicos¡±, precisa Gil.
La revoluci¨®n que vaticinan los expertos no es tan novedosa. Hace 25 a?os, Richard Feynman, un f¨ªsico te¨®rico estadounidense y premio Nobel, ya se interes¨® por los problemas de la computaci¨®n. Propuso por aquel entonces el primer modelo te¨®rico de un ordenador cu¨¢ntico tras observar que las computadoras solo val¨ªan en la simulaci¨®n de problemas cl¨¢sicos. Lo que Feynman introdujo, IBM lo puso en marcha el a?o pasado con el proyecto Quantum Experience. Es una plataforma en la nube abierta a expertos e investigadores sobre un procesador de cinco qubits. ¡°Tenemos m¨¢s de 45.000 usuarios, de 140 pa¨ªses diferentes, que ya han creado alrededor de 300.000 experimentos¡±, explica Gil.
Para no dejar escapar el tren del santo grial cu¨¢ntico, el resto de gigantes tecnol¨®gicos tambi¨¦n lucha por ser pionero en la comercializaci¨®n de estos ordenadores. Google, por ejemplo, ha logrado fabricar un chip de seis qubits y John Martinis, jefe del grupo de investigaci¨®n de los de Mountain View en la rama, ha asegurado que est¨¢n trabajando en dise?os para entre 30 y 50 qubits. Microsoft se ha centrado en ver c¨®mo entrelazar anyones, part¨ªculas que solo existen en dos dimensiones y que seg¨²n los f¨ªsicos podr¨ªan ser la base de la computaci¨®n cu¨¢ntica. Y en esta batalla de grandes nombres tambi¨¦n hay jugadores modestos como la Universidad de Sussex, en el Reino Unido. Gracias a un proyecto conjunto con otros tres centros de educaci¨®n superior, present¨® a principios de este a?o los primeros planos para construir un ordenador cu¨¢ntico de gran escala.
La inteligencia artificial, la medicina, la qu¨ªmica o la log¨ªstica pueden beneficiarse de estos avances
M¨¢s all¨¢ de comprender en qu¨¦ consiste exactamente la computaci¨®n cu¨¢ntica ¨Ca Sheldon Cooper quiz¨¢s le pueda interesar¨C, la relevancia social viene dada por los usos que pueda tener. Tal y como subraya Gil, la inteligencia artificial, la medicina, la qu¨ªmica o la log¨ªstica pueden beneficiarse de estos avances. ¡°Podemos crear materiales que desconocemos u optimizar procesos. Si tienes una empresa de transportes, estos ordenadores podr¨ªan calcular la mejor ruta de distribuci¨®n¡±, a?ade.
Si nos centramos en nuestro d¨ªa a d¨ªa, Gil expone tambi¨¦n los posibles beneficios que aportar¨ªan los procesadores cu¨¢nticos. ¡°Nos permitir¨ªan entender nuestro mundo. Necesitamos que lo interpreten y lo vean. Por ejemplo, esta tecnolog¨ªa nos ayudar¨ªa a que nuestro coche nos facilite conducir mejor porque observa y comprende lo que estamos haciendo. O si enviamos un correo electr¨®nico, que no solo transmita datos, sino que tambi¨¦n lea lo que hemos escrito y pueda incorporar informaci¨®n que lo mejore¡±, precisa.
Lo m¨¢s lejos que ha llegado la computaci¨®n cl¨¢sica es al sistema inform¨¢tico de inteligencia Watson, desarrollado por IBM. Es capaz de responder a preguntas gracias a una base de datos con multitud de fuentes, como enciclopedias o diccionarios. La carrera cu¨¢ntica va m¨¢s all¨¢, porque puede procesar muchos m¨¢s datos en menos tiempo. A¨²n as¨ª, Gil advierte de que hay que desmitificar esta tecnolog¨ªa: ¡°Es potente. Puede hacer muchas cosas, pero no es todopoderosa. No es algo que no podamos controlar¡±.
Por unos 3,8 millones de euros puedes adquirir un ordenador cu¨¢ntico. D-Wave, una empresa canadiense, ya ha comercializado alg¨²n modelo. Los principales problemas con los que se encuentra esta computaci¨®n, aparte de la falta de desarrollo y los altos precios, son la temperatura ¨Cnecesitan un sistema de refrigeraci¨®n cercano al cero absoluto, es decir, 273 grados bajo cero¨C; el l¨ªmite de procesamiento en unos 50 qubits; y la llamada?decoherencia ¨Ca partir de 15 qubits, estos pierden sus valores y se simplifican en unos y ceros¨C.
La revoluci¨®n en la gesti¨®n de grandes datos parece pr¨®xima. No est¨¢ claro d¨®nde se ubica exactamente este Santo Grial, pero la carrera cu¨¢ntica no espera y muchas ¨¢reas est¨¢n pendientes de estos hallazgos, como la medicina o la qu¨ªmica. Que nuestras palabras sirvan de indicios para identificar enfermedades mentales o sensores inteligentes que detecten la poluci¨®n a la velocidad de la luz est¨¢n m¨¢s cerca de lo que jam¨¢s hayamos imaginado. Como toda expectativa, solo queda esperar para ver si se cumple. ¡°Estamos en ese umbral donde parece que al principio no pasa mucho, pero vamos a crear un ordenador nuevo en la historia de la informaci¨®n¡±, concluye Gil.
El reto de la inteligencia artificial
El ordenador que utiliza el sistema Watson, que responde a preguntas debido a su ingente base de datos, no deja de ser un producto de la inteligencia artificial. Sin embargo, ni los propios expertos saben en algunas ocasiones por qu¨¦ funcionan unos elementos s¨ª y otros no en estas creaciones. Como explica Dar¨ªo Gil, es un desaf¨ªo m¨¢s que tienen por delante. ¡°Sabemos que aprende, pero no podr¨ªa decirte el porqu¨¦ de c¨®mo lo hace. Solo tenemos intuiciones. De todas formas, de aqu¨ª a crear una inteligencia artificial aut¨®noma hay mucha distancia¡±, zanja.
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