¡°Pocos fen¨®menos alteran el aspecto de las ciudades, el coche aut¨®nomo lo har¨¢¡±
El director del MIT Senseable City Lab, Carlo Ratti, cree que la tecnolog¨ªa est¨¢ abriendo una nueva era en el urbanismo
Carlo Ratti (Tur¨ªn, 1971) es un arquitecto poco convencional. Su formaci¨®n de ingeniero le lleva a buscar nuevas formas de aplicar tecnolog¨ªa a sus construcciones. El pabell¨®n de paredes de agua digital, la instalaci¨®n m¨¢s llamativa de la Exposici¨®n Internacional de Zaragoza 2008, es buen ejemplo de ello. Aunque las inquietudes del italiano van m¨¢s all¨¢ de edificios concretos. Ratti dirige el MIT Senseable City Lab, un grupo de investigaci¨®n dedicado a explorar c¨®mo las tecnolog¨ªas est¨¢n haciendo mutar las urbes y la propia forma de concebir la arquitectura. Los expertos en ciudades inteligentes suelen tener en cuenta sus ideas, m¨¢s centradas en el componente experiencial que en el tecnol¨®gico. Ratti ha estado esta semana en M¨¢laga para participar en EmpoderaLive, un simposio centrado en analizar la tecnolog¨ªa como eje de la transformaci¨®n social. Atiende por tel¨¦fono a EL PA?S RETINA poco antes de salir a pronunciar su conferencia.
- P. ?C¨®mo se imagina las ciudades dentro de 20 a?os?
- R. Ahora mismo estoy en el centro de M¨¢laga, en un caf¨¦ situado en una de las calles que dan a la catedral. Todo lo que veo estar¨¢ aqu¨ª dentro de 20 o 30 a?os. No creo que cambien mucho las cosas desde el punto de vista f¨ªsico, como no lo han hecho sustancialmente desde tiempos de los romanos. Necesitamos edificios en los que vivir, con ventanas para ver y calles por las que transitar. Tambi¨¦n espacios en los que socializar e interactuar. Eso no quiere decir que el caf¨¦ en el que estoy ahora no se convierta dentro de un tiempo en otro tipo de local, por ejemplo en una especie de oficina por horas. Lo que est¨¢ cambiando es la forma en que nos movemos por la ciudad, la forma en que nos relacionamos, la forma en que consumimos: ahora los productos llegan a nosotros, no vamos nosotros a buscarlos a las tiendas. Todo eso tiene repercusiones en el urbanismo. Pero las ciudades son tambi¨¦n un ancla para el tiempo. Cuando el hombre empez¨® a vivir en ciudades, hace 18.000 a?os, las primeras se construyeron junto a los cementerios. Las ciudades seguir¨¢n siendo muy parecidas a lo que son hoy, lo que cambiar¨¢ es la vida.
- P. ?Existen realmente las ciudades inteligentes?
- R. Depende de a lo que nos refiramos. A m¨ª no me gusta ese t¨¦rmino porque es demasiado tecnol¨®gico. Lo importante son las transformaciones que hay detr¨¢s. El internet de las cosas (IoT, en sus siglas inglesas) tiene impacto en la vida urbana, desde la movilidad hasta la energ¨ªa, pasando por la gesti¨®n del agua o de los residuos. Esa es la clave de la ciudad inteligente, que ya es una realidad. Uber o Airbnb no existir¨ªan sin la IoT. Lo mismo pasa con el smartgrid, o el uso eficiente de la energ¨ªa. El carsharing, que se ha empezado a desplegar estos a?os, est¨¢ llevando la conducci¨®n a un nuevo nivel. Todos estos fen¨®menos est¨¢n redefiniendo las ciudades.
- P. ?No cree que las ventajas de la smart city solo repercuten sobre los ricos?
- R. Todas las tecnolog¨ªas empiezan aumentando la brecha entre los que m¨¢s tienen y los que menos. Sucedi¨® por ejemplo el tel¨¦fono m¨®vil, aunque con el tiempo se ha democratizado su acceso y ahora casi todo el mundo tiene uno. La tecnolog¨ªa suele ser muy cara al principio, pero si planificas correctamente su despliegue puede contribuir a reducir las diferencias. No hay que fijarse en las diferencias que causa hoy la tecnolog¨ªa, sino en el potencial que tiene para reducirlas ma?ana.
- P. ?C¨®mo deber¨ªan abordarse estos cambios y nuevos usos de las ciudades desde el punto de vista de la arquitectura?
- R. La IoT est¨¢ cambiando nuestras vidas. No por la tecnolog¨ªa, sino por los nuevos estilos de vida que promueve. Las oficinas tradicionales han constado de cub¨ªculos o, m¨¢s recientemente, de grandes espacios di¨¢fanos. Hoy, debido a que somos m¨¢s flexibles y a que los minijobs est¨¢n ganando peso, la clave de las oficinas ya no son los grandes espacios sino la interacci¨®n entre los distintos trabajadores. Los coworkings han transformado la forma en la que concebimos los espacios de trabajo. Dedican 6m2 por persona, mientras en una oficina tradicional se emplean entre 10 y 20. Al final se trata de usar las infraestructuras y recursos de la forma m¨¢s eficiente que se pueda. La arquitectura es como la ropa: seg¨²n cambian tus necesidades te pones una prenda u otra.
- P. ?C¨®mo se pasa de los edificios inteligentes a las ciudades inteligentes?
- R. El mismo fen¨®meno tiene varias escalas: edificio, barrio, ciudad, ¨¢rea metropolitana¡ En movilidad, por ejemplo, se est¨¢n recopilando muchos datos, que Bloomberg hizo p¨²blicos antes de dejar la alcald¨ªa, seg¨²n los cu¨¢les se podr¨ªa reducir en un 40% el n¨²mero de taxis en la ciudad si la gente estuviera dispuesta a compartir trayectos, con servicios como los de Uber Pool. Ese es un ejemplo de c¨®mo usar el big data en el desarrollo de nuevos sistemas de movilidad.
- P. Los veh¨ªculos han sido un pilar sobre el cu¨¢l se ha estructurado el urbanismo durante el ¨²ltimo siglo. ?Cree que esa disposici¨®n cambiar¨¢ gracias a las nuevas tendencias en movilidad?
- R. Le Corbusier ya dec¨ªa en los a?os 20 que el autom¨®vil lo iba a cambiar todo. As¨ª que tambi¨¦n ser¨ªa l¨®gico pensar que los nuevos sistemas de movilidad van a alterar el urbanismo del siglo XXI. Pocos fen¨®menos son capaces de cambiar el aspecto de las ciudades. El veh¨ªculo aut¨®nomo provocar¨¢ una revoluci¨®n que dejar¨¢ huella. Lo interesante es que el coche que te lleve al trabajo, en vez de quedarse aparcado, luego seguir¨¢ transportando a otra gente por la ciudad. Se crear¨¢ un sistema h¨ªbrido en el que el transporte p¨²blico y privado cooperar¨¢n. Si eso sucede, la cantidad necesaria de veh¨ªculos ser¨¢ mucho menor a la actual. Algunos estudios dicen que en las grandes ciudades bastar¨ªa con un 20% del parque. Sobre todo porque los coches pasan el 95% del tiempo aparcados. Eso se traducir¨ªa tambi¨¦n en liberar mucho espacio dedicado a parkings. Y, desde el punto de vista arquitect¨®nico, implicar¨ªa empezar a pensar en un nuevo sistema de infraestructuras.
- P. ?Eso suceder¨¢ solo en las grandes ciudades?
- R. El potencial de compartir coches depende de la densidad, as¨ª que donde mejor funcionar¨¢ es en los grandes n¨²cleos de poblaci¨®n. ?Lograr¨¢ el coche aut¨®nomo reducir el tiempo de los trayectos? Eso depender¨¢ de c¨®mo se implementen las pol¨ªticas. El problema del transporte no tiene que ver con la capacidad, que suele estar ah¨ª, sino con c¨®mo afrontar los picos de demanda. La tecnolog¨ªa nos permite ser m¨¢s flexibles.
- P. ?Cree que los ciudadanos est¨¢n participando en el dise?o de las smart cities?
- R. En Europa, la gente cree que es el Gobierno o la UE quien deber¨ªa dise?arlas. Creo que esa es una aproximaci¨®n equivocada: hay que dejar que los ciudadanos implementen sus ideas, que experimenten. El proceso deber¨ªa ser bottom-up. Con el big data y la tecnolog¨ªa podemos crear grandes herramientas. Estamos experimentando muchos peque?os cambios en nuestra vida que modifican la forma en que nos desenvolvemos.
- P. Ha mencionado la incidencia de Uber en las ciudades. Airbnb tambi¨¦n la tiene, en este caso gentrific¨¢ndolas. ?C¨®mo se ataja eso?
- R. El caso de Airbnb es paradigm¨¢tico. Existe porque la IoT permite que consigamos apartamento en tiempo real, y que adem¨¢s le pongamos rating a la experiencia. Eso es lo que realmente no pod¨ªamos hacer hace 20 a?os. La IoT ha puesto partes f¨ªsicas de la ciudad online. El lado positivo de Airbnb es que ha forjado la mayor cadena hotelera del mundo sin costes adicionales de energ¨ªa. Piense en ello: crear una capacidad equivalente requerir¨ªa una cantidad enorme de recursos. Tambi¨¦n ofrece una forma m¨¢s agradable de conocer una ciudad porque tratas con la gente. Pero su cara negativa es el sobreuso de la apliaci¨®n, que aumenta precios y vac¨ªa los centros urbanos de poblaci¨®n local. Crea tensiones dentro de los edificios y en los vecindarios. Algo hay que hacer para controlar eso.
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