?Nuestros datos son realmente nuestros?
?Qu¨¦ queremos decir cuando hablamos de mis datos, tus datos, nuestros datos? ?Que son una propiedad m¨ªa, tuya o nuestra? ?O, simplemente, que se refieren a m¨ª, a ti o a nosotros?
Parece ser que, en la ¨²ltima reuni¨®n del Foro Econ¨®mico Mundial, en Davos, la canciller alemana, Angela Merkel, dijo: ¡°Los datos son la materia prima del siglo XXI. La cuesti¨®n de qui¨¦n es due?o de los datos decidir¨¢ si la democracia, el modelo social participativo y la prosperidad econ¨®mica pueden ser compatibles¡±.
Y a?adi¨®: ¡°Los europeos a¨²n no hemos decidido c¨®mo manejar esos datos. El peligro de quedarnos atr¨¢s, mientras debatimos los aspectos filos¨®ficos de la cuesti¨®n, es un peligro real; pero, al mismo, tiempo necesitamos asegurarnos de que los datos se comparten de manera apropiada¡±.
Creo que puso el dedo en la llaga. Pues, antes de lanzarnos a explotar los datos personales, es imprescindible hacer una reflexi¨®n filos¨®fica (y tambi¨¦n jur¨ªdica) sobre qui¨¦n es el due?o de los datos para saber si hay que compartir el beneficio de dicha explotaci¨®n, entre qui¨¦nes y en qu¨¦ proporciones.
- Dominio y propiedad. Personalidad e identidad.
Dominio proviene del lat¨ªn?domus (casa) y era el poder de control que ten¨ªa el due?o (dominus) sobre todas las personas y cosas que hab¨ªa en ella. Ten¨ªa un contenido patrimonial, por una parte, sobre las cosas (propiedad) y un contenido de jurisdicci¨®n, por otra parte, sobre las personas (que no eran una propiedad).
Podemos decir que cada uno es due?o de sus datos en el sentido de que cada uno tiene -o debe tener- el control de sus datos personales y, en principio, ha de dar su consentimiento para que se traten y, a¨²n m¨¢s, para que se exploten. Pero eso no quiere decir que los datos personales sean, realmente, una propiedad.
De hecho, la protecci¨®n de los datos de car¨¢cter personal deriva de la protecci¨®n del honor, la intimidad y la propia imagen, que son derechos de la personalidad (no de propiedad), que est¨¢n muy relacionados con la identidad, pues los datos personales son los asociados a una persona f¨ªsica identificada o identificable.
La pregunta clave no es ¡°?de qui¨¦n son los datos?¡±, sino ¡°?a qui¨¦n afectan los datos?¡±
- Mis datos, tus datos, nuestros datos
?Qu¨¦ queremos decir cuando hablamos de mis datos, tus datos, nuestros datos? ?Que son una propiedad m¨ªa, tuya o nuestra? ?O, simplemente, que se refieren a m¨ª, a ti o a nosotros? ?Nuestros datos son realmente nuestros en el sentido de propiedad? ?No nos estar¨¢n confundiendo los adjetivos-pronombres posesivos?
Para explicarlo, nada mejor que un ejemplo: Angela Dorothea Merkel (Kasner, de soltera) naci¨® en Hamburgo (Alemania), el 17 de julio de 1954. ?La fecha de su nacimiento es suya en propiedad, o compartida con todos los que nacieron el mismo d¨ªa? ?Su ciudad de nacimiento es suya, o tambi¨¦n compartida con otros?
Incluso sus nombres de pila y apellidos, tanto el de soltera como el de casada, no son suyos en propiedad, sino que los comparte con otras muchas personas, si bien el conjunto de todos ellos la identifican. Pero una cosa es que esos datos la identifiquen, y por eso se protegen, y otra cosa es que sean de su propiedad.
- Los datos no son de nadie
Si alguien le preguntara a Angela Merkel cu¨¢l es su pa¨ªs, ella dir¨ªa que Alemania. ?Pero eso quiere decir que Alemania es suya, en el sentido de propiedad? No, simplemente indica un v¨ªnculo entre un sujeto y un dato, pero el dato (Alemania) no es de nadie y est¨¢ vinculado tambi¨¦n a todos los que tienen esa nacionalidad.
Cuando rellena un formulario y en la casilla del sexo pone mujer, ?quiere decir que el dato mujer es suyo, de su propiedad o compartido con todas las mujeres? Y lo mismo podr¨ªamos decir de cualquier caracter¨ªstica f¨ªsica: la altura, el peso, el color del pelo o de los ojos; datos que no son propiedad de nadie en exclusiva.
Si le preguntaran la edad y ella contestara 63 a?os, ?quiere decir que esa cifra es suya, en propiedad? ?o simplemente es un dato o una informaci¨®n sobre ella, compartida con todos los que tienen en el mundo su misma edad y que, adem¨¢s, cambia todos los a?os?, ?tiene alg¨²n sentido hablar de propiedad de los datos?
- No se protegen los datos, se protege la identidad, el honor y la intimidad.
Por tanto, en realidad no se protegen los datos, se protege la identidad del titular, o del afectado o concernido por esos datos. Por eso, la mejor forma de proteger, no los datos personales, sino la identidad de la persona a la que aquellos est¨¢n asociados, es justamente disociarlos de ella, seudonimiz¨¢ndolos.
Y se protegen los datos y la identidad de una persona (o, mejor dicho, se protege la asociaci¨®n de unos datos con una persona identificada o identificable), porque los datos aportan informaci¨®n sobre nuestro honor y nuestra intimidad y esos son los verdaderos bienes jur¨ªdicos y derechos fundamentales que se protegen.
As¨ª lo dice nuestra Constituci¨®n en el art. 18.4, que es el origen del derecho a la protecci¨®n de datos: ¡°La ley limitar¨¢ el uso de la inform¨¢tica para garantizar el honor y la intimidad personal y familiar de los ciudadanos y el pleno ejercicio de sus derechos¡±, cosa que confirma el art. 1 de la LOPD, dedicado a su objeto.
- ?De qui¨¦n son los datos o a qui¨¦n afectan los datos?
Por eso, en mi opini¨®n, la pregunta clave no es ¡°?de qui¨¦n son los datos?¡±, sino ¡°?a qui¨¦n afectan los datos?¡±. Los datos pueden ser propiedad de una empresa, en el sentido de que los ha conseguido haciendo inversiones en big data, pero, si me afectan a m¨ª, no puede hacer lo que quiera con esos datos, sin mi permiso.
El ejemplo m¨¢s claro es el de una fotograf¨ªa, que pertenece, en principio, a quien la realiza, porque el autor tiene los derechos de propiedad intelectual. Pero no puede difundirla sin la autorizaci¨®n de los que aparecen en la fotograf¨ªa, porque ellos tienen derecho sobre su imagen, aunque no sean los propietarios de la foto.
La imagen es un dato, el que m¨¢s nos identifica y, sin embargo, una fotograf¨ªa puede ser propiedad de otra persona. Por eso no veo problema en admitir que otros datos puedan ser propiedad de una empresa, aunque, si nos afectan, no puedan hacer nada con ellos, sin nuestra autorizaci¨®n; y a¨²n menos, explotarlos.
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