Y t¨², ?puedes permitirte viajar cada mes sin perder tu trabajo?
Por dif¨ªcil que parezca creerlo hay quien se las ingenia para cambiar de ciudad continuamente sin cambiar de empleo. Esta tendencia tambi¨¦n tiene nombre en ingl¨¦s (c¨®mo no): 'global co-living'
Hasta ahora hab¨ªamos o¨ªdo hablar de proyectos como Welive que, en resumen, permiten a los aut¨®nomos contar con una vivienda y espacio de trabajo compartidos con otros freelance en varios lugares del mundo a cambio de una cuota mensual. Un vivir de alquiler de toda la vida pero en un ambiente freelance. Parece que lo de estar solo ya no le gusta ni a quien trabaja por su cuenta, as¨ª que una ristra de ¨¢vidas empresas se ha lanzado al mercado con la siguiente idea: ?y si creamos familias de trabajadores con puntos de vista en com¨²n? ?Y si creamos un itinerario y les gestionamos el transporte, adem¨¢s de la vivienda y los espacios de coworking? ?Y si llamamos a las empresas en plena transformaci¨®n digital y les planteamos nuestro programa para sus comerciales y trabajadores en remoto? As¨ª, nace lo que a¨²n nadie sabe c¨®mo llamar pero que bien podr¨ªa denominarse global coliving, dada la moda de bautizar en ingl¨¦s a todas las nuevas tendencias.
A cambio de una cuota mensual que ronda, nada m¨¢s y nada menos, que los 3.000 d¨®lares de media, empresas como Wifi Tribe o We Roam proponen una vida de ensue?o para aquellos que no quieren acabar convirtiendo su tan planeada vuelta al mundo en cuatro viajes a Palma de Mallorca con el Imserso. Pero, una vez pasada la excitaci¨®n de imaginarse frente al ordenador en pleno Caribe, es imposible evitar una cuesti¨®n: ?puede el freelance medio europeo permitirse una experiencia como esta?
En primer lugar cabr¨ªa aclarar que no existe un freelance medio. La brecha salarial en Europa entre los profesionales independientes es alarmante: desde el ingeniero ingl¨¦s de casi 50 a?os que se embolsa 1.600 euros a la semana, hasta el joven creativo espa?ol que apenas llega al m¨ªnimo interprofesional. Sin embargo, este colectivo, que ya constituye m¨¢s de 10 millones de trabajadores en Europa y sigue creciendo, parece coincidir en tres puntos clave de su actividad laboral: mantener el flujo de trabajo es complicado, buscar nuevos clientes es agotador y todo resulta m¨¢s f¨¢cil si se habla en persona en vez de por tel¨¦fono.
Hagamos entonces un perfil hipot¨¦tico: supongamos que eres un programador web ingl¨¦s, especializado en startups, te ha ido bien estos ¨²ltimos a?os y has decidido trabajar por tu cuenta. Ahorras y dispones de tiempo libre, pero el incre¨ªble lujo de trabajar desde casa acaba convirti¨¦ndose en una vida en pijama y en demasiados caf¨¦s. Necesitas un cambio de vida y consideras que puedes permit¨ªrtelo. Te apuntas a uno de estos programas et voil¨¤! En cuesti¨®n de un mes te embarcas en una experiencia n¨®mada de un a?o. Una empresa ha dise?ado para ti una ruta por el mundo mientras te dedicas a trabajar a distancia. Pero, ?qu¨¦ ocurre si se alarga un proyecto y necesitas quedarte en un sitio por m¨¢s tiempo del acordado en el contrato? ?Qu¨¦ ocurre si, como es habitual, no dispones de nuevos proyectos durante un mes? ?Es relativamente f¨¢cil para el freelance incurrir en una deuda al formar parte de estos programas?
Trabajar en remoto no es para todos, o as¨ª lo subraya Greg Caplan, CEO y co-fundador de RemoteYear, una de las empresas l¨ªderes en el sector. "Los freelance constituyen solo un 30% de nuestra fuente de ingresos. Adem¨¢s, a pesar de que apostamos por crear comunidades de diferentes tipos de profesionales, conocemos las preocupaciones del profesional independiente y, en caso de emergencia personal, el freelance podr¨ªa abandonar el programa sin preocuparse de los gastos asociados a los meses no disfrutados", apunta Caplan.
A pesar de que para otras empresas del sector, como es el caso de Wifi Tribe, dirigir su publicidad al freelance parece una apuesta segura, el resultado es confuso, ya que estos programas parecen estar consiguiendo mayor rentabilidad de los trabajadores en empresa a tiempo completo ¡ªel 50% de sus clientes en el caso de Remote Year¡ª que del trabajador independiente. "Una parte muy significativa de nuestro flujo de ingresos proviene de las asociaciones con empresas que apuestan por el trabajo en remoto. Contamos con clientes de la talla de Cisco Systems o Unilever, as¨ª como con peque?as empresas y startups que buscan nuevas din¨¢micas de trabajo", a?ade el CEO de RemoteYear.
Para Caplan, una empresa que cuenta con varios empleados en remoto, cuenta tambi¨¦n con una ventaja competitiva, ya que le da acceso a mercados de otra manera dificilmente alcanzables. Adem¨¢s, ayuda a acelerar el proceso de transformaci¨®n de las din¨¢micas de trabajo dentro de una empresa y contagia de energ¨ªa y creatividad a los departamentos afectados. As¨ª que, cuando te vuelvas a plantear dejarlo todo, coger el ba?ador hawaiano y lanzarte a la aventura a dise?ar por tu cuenta, puede que te salga mejor proponerle a tu jefe un global co-living. Qui¨¦n sabe, igual acabas de verdad en la playa.
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