"Algunas ciudades tendr¨¢n coches totalmente aut¨®nomos en 2030"
El carsharing se prepara para subirse a la ola de los veh¨ªculos sin conductor y vivir su revoluci¨®n definitiva. Eso asegura Thomas Beermann, director ejecutivo de Car2Go, cuyos coches el¨¦ctricos ya recorren Madrid.
Si Carl Benz, Henry Ford o Andr¨¦ Citr?en levantaran la cabeza dentro de 20 a?os, les pasar¨ªa por delante un coche sin conductor. Sin emisiones. ?Y sin due?o! Esta es la promesa de Thomas Beermann, director ejecutivo de Car2Go, la empresa de coches compartidos participada por Europcar y Daimler: en 2030, los padres de la automoci¨®n ya no reconocer¨¢n la industria que vieron nacer. ¡°Y antes de esto, tendremos coches semiaut¨®nomos. Por ejemplo, en el aeropuerto, no necesitaremos ir al aparcamiento a buscar el coche. Bastar¨¢ pulsar un bot¨®n para que este recorra los ¨²ltimos 500 metros hasta la terminal de llegadas¡±, presagia.
Cuando Beermann (Alemania, 1966)compr¨® su primer coche ¡ªun BMW¡ª a los 18 a?os, tampoco sab¨ªa lo que le deparaba el porvenir. Ni siquiera lo intu¨ªa cuando entr¨® en la plantilla de Europcar. Desde la mayor compa?¨ªa de alquiler de veh¨ªculos de Europa era imposible imaginar un futuro en que sacar el propio coche del garaje para ir al trabajo podr¨ªa resultar tan impropio como levar anclas, ensillar al caballo o soltar lastre del globo aerost¨¢tico. ¡°Vengo de un ¨¢rea bastante rural en Westfalia y sin demasiado transporte p¨²blico. Ah¨ª solo pod¨ªas moverte si comprabas una esc¨²ter o un coche. Las distancias eran demasiado grandes¡±, recuerda. En estas regiones, las cosas no han cambiado tanto.
- P. ?Para cu¨¢ndo un coche compartido que nos lleve al campo?
- R. En las zonas rurales todav¨ªa necesitamos coche propio y seguiremos haci¨¦ndolo hasta que consigamos veh¨ªculos completamente aut¨®nomos.
- P. ?Tenemos fecha de llegada para esa autonom¨ªa total?
- R. Creo que para 2030 algunas ciudades ya tendr¨¢n el entorno legal y tambi¨¦n t¨¦cnico que har¨¢ posible ver veh¨ªculos completamente aut¨®nomos en funcionamiento en algunas ¨¢reas. Seguramente no en ciudades enteras. Pero hay que tener en cuenta c¨®mo est¨¢bamos hace cinco a?os con la inteligencia artificial y el machine learning y c¨®mo estamos ahora. Tal vez ocurra antes o tal vez m¨¢s tarde. Es muy dif¨ªcil predecirlo. Lo ¨²nico de lo que estoy verdaderamente seguro es de que va a suceder.
Por lo pronto, la hija mayor de Beerman, que tiene 20 a?os y carn¨¦, conduce una vez cada cinco meses y su otro hijo, de 18, ni se plantea pasar por la autoescuela. ¡°Cada vez menos gente joven necesita un coche para su felicidad personal. Pueden moverse de diferentes maneras, especialmente en ¨¢reas urbanas¡±, explica el alem¨¢n. ?Para qu¨¦ tener un coche en el garaje, teniendo un smartphone que nos conceda el veh¨ªculo m¨¢s cercano all¨ª donde lo necesitemos?
La semilla de este razonamiento ¡ªy del carsharing tal y lo conocemos hoy¡ª, germin¨® hace 70 a?os en Z¨²rich (Suiza), con la constituci¨®n de un club llamado Selbstfahrergemeinschaft o Sefage. Las motivaciones del colectivo eran sobre todo econ¨®micas. Ciudadanos que no pod¨ªan permitirse comprar un coche estaban dispuestos a compartir uno. Ahora Car2Go tiene una flota de 14.000 veh¨ªculos ¡°sin due?o¡± en 26 ciudades de todo el mundo y all¨ª donde va compite con un ecosistema floreciente de servicio de movilidad compartida. Seg¨²n las previsiones de Deloitte, en 2020 el mercado de carsharing sumar¨¢ m¨¢s de 15 millones de usuarios en Europa.
- P. ?Cu¨¢nto de este ¨¦xito bebe de los rigores de la crisis econ¨®mica?
- R. Creo que esto pudo impulsarnos parcialmente, pero no fue lo ¨²nico que lo hizo. Hubo muchos factores que tuvieron que juntarse: primero necesitas las posibilidades tecnol¨®gicas. Diez a?os atr¨¢s, nadie usaba smartphones. Cuando empezamos, ten¨ªamos tarjetas de miembro. Ahora estamos 100 % basados en smartphone. Esto facilita las cosas.
- P. ?Crees que unos a?os de vacas gordas podr¨ªan frenar el avance de la movilidad compartida?
- R. No. Creo que se compartir¨¢ incluso m¨¢s. La gente se gastar¨¢ su dinero en otros asuntos. Sus vacaciones, un piso mejor... Tal vez se seguir¨¢n comprando algunos coches, pero m¨¢s en el modo en el que hoy en d¨ªa compras una cafetera cara para hacer uno o dos caf¨¦s al d¨ªa. Tendr¨¢s un coche de lujo aparcado en tu garaje y lo usar¨¢s, tal vez, tres veces al a?o. Los desplazamientos diarios se har¨¢n en servicios de carsharing. El cambio de actitud de poseer un coche a compartirlo se aceler¨® por razones econ¨®micas, pero no dir¨ªa que es la ¨²nica raz¨®n.
- P. ?Han cambiado nuestros motivos para compartir veh¨ªculo?
- R. S¨ª. Si miramos unos 10 o 15 a?os atr¨¢s, veremos que los motivos ten¨ªan mucho m¨¢s que ver con la ecolog¨ªa. Esta es la imagen antigua. Entonces no estaba de moda compartir coche. Ahora s¨ª. La gente llega a una fiesta y se jacta de no haberlo hecho en su coche. Los retos del carsharing aut¨®nomo que caen sobre el tejado de Car2Go van m¨¢s all¨¢ de la tecnolog¨ªa asociada a los veh¨ªculos, algo que seg¨²n Beerman ¡°ya est¨¢ aqu¨ª¡±, y de los aspectos legales. Una flota aut¨®noma de coches compartidos no ser¨¢ viable mientras no est¨¦ en nuestra mano poder predecir la naturaleza cambiante del tr¨¢fico.
- P. ?Qu¨¦ parte del desaf¨ªo depende de las plataformas de movilidad compartida?
- R. Nosotros estamos muy centrados en todo lo que ocurre alrededor del coche. Estamos trabajando en sistemas de predicci¨®n que nos permitan analizar con claridad y de forma din¨¢mica d¨®nde est¨¢ la demanda y d¨®nde va a estar en el futuro. En este contexto, veremos la ubicaci¨®n de los coches disponibles y podremos unir oferta y demanda a trav¨¦s de algoritmos de machine learning. Ahora t¨² haces una reserva y tienes que ir andando al coche. Con la conducci¨®n aut¨®noma seremos capaces de ubicarlos donde se encuentre el cliente.
- P. ?Entonces la conducci¨®n aut¨®noma ser¨¢ el impulsor definitivo del carsharing?
- R. Cambiar¨¢ much¨ªsimas cosas, porque puedes servir a m¨¢s gente con menos coches y liberar m¨¢s espacio en las carreteras. Pero antes de esto, tenemos otro problema en las grandes ciudades: el medioambiente. Esto es lo que demanda medidas m¨¢s urgentes. Necesitamos soluciones para asegurar la salud de los ciudadanos, e introducir una flota de coches compartidos con cero emisiones es una opci¨®n. Si esto ocurre, ser¨¢ otro gran acelerador. Estamos en un proceso evolutivo que vendr¨¢ por fases, aunque s¨ª creo que habr¨¢ cierto solapamiento en este avance, porque algunas ciudades habilitar¨¢n la conducci¨®n aut¨®noma antes que otras, de modo que estas ¨²ltimas tendr¨¢n este gran problema de congesti¨®n o contaminaci¨®n.
- P. ?Qu¨¦ es lo peor que podr¨ªa ocurrir en el futuro del coche compartido?
- R. En realidad, no estoy preocupado por nada. Para m¨ª esto es como un tren. Si lo pones sobre las v¨ªas y ha llegado a una cierta velocidad, contin¨²a. Creo que el carsharing ya est¨¢ en estas v¨ªas y est¨¢ avanzando bastante r¨¢pido. Por supuesto, podr¨ªan ocurrir imprevistos, pero no hay nada que me asuste. Lo ¨²nico que me inquieta un poco es lograr el apoyo de las ciudades y gobiernos m¨¢s r¨¢pido. Pero eso es pol¨ªtica. Y la pol¨ªtica es dif¨ªcil y lenta.
- P. Mirando atr¨¢s, ?echas de menos las rutinas del alquiler de veh¨ªculos de toda la vida?
- R. No. En cuanto se plante¨® la propuesta, estaba decidido. Fue una gran elecci¨®n de la que no me he arrepentido ni un segundo: el paso de la vieja econom¨ªa a la nueva. En el alquiler de coches cl¨¢sico tienes sistemas antiguos que son muy dif¨ªciles de cambiar. En Car2Go fuimos capaces de dise?ar todo y comenzar lentamente desde cero, de modo que pudimos establecernos de forma diferente y empezar a crecer. El alquiler ya no es un negocio creciente.
De todos modos, Car2Go tampoco es una isla, sino una joint-venture entre ese viejo gigante que es Europcar y Daimler, matriz de Mercedes. De este ¨²ltimo socio beben las flotas del grupo, que solo admiten Smarts y Mercedes. Otros fabricantes tambi¨¦n disfrutan de este combo: DriveNow se codea con BMW, Emov comparte grupo con Peugeot, Zity saca Renaults el¨¦ctricos a las calles¡ En el mismo gesto, hallan una herramienta para desempolvar su stock y promocionar nuevos modelos.
- P. ?Podr¨ªa este proyecto haber nacido dentro de las fronteras de Europcar o Daimler?
- R. Habr¨ªa sido casi imposible. Hace falta establecer una startup diferente y excluirla, porque de otra manera acabar¨¢ adapt¨¢ndose demasiado r¨¢pido y con demasiada facilidad al sistema. Si quieres establecer algo nuevo, es muy dif¨ªcil lograrlo dentro de los l¨ªmites del ecosistema de una gran corporaci¨®n. No es imposible, pero te obliga a tomar decisiones muy duras.
Madrid, l¨ªder mundial en coche compartido
Car2Go cerr¨® el pasado a?o con un 30 % m¨¢s de clientes globales, 2,7 millones repartidos en 26 ciudades que hicieron uso de la flota m¨¢s de 25 millones de veces. Casi cada segundo se alquila un veh¨ªculo en alg¨²n lugar del mundo. ?Qu¨¦ lugar ocupa Madrid en todo esto? Por n¨²mero de socios ¡ª200.000¡ª, es la tercera ciudad del ranking, solo por detr¨¢s de Chongquing (China) y Berl¨ªn (Alemania). Y en tiempo r¨¦cord.
¡°El negocio ha ido muy, muy bien en estos dos a?os¡±, apunta Beermann: ¡°En lo relativo al uso del veh¨ªculo, Madrid es la primera ciudad mundial, pues los coches se alquilan entre 12 y 15 veces al d¨ªa durante una media de entre 20 y 30 minutos. Son unos resultados que nos han sorprendido muy gratamente. Creo que en cuatro o cinco a?os Madrid podr¨ªa admitir 10.000 coches m¨¢s [ahora son 500]¡±.
?Y respecto a la llegada a otras ciudades espa?olas? ¡°Estamos negociando con algunas: Barcelona o Valencia, por ejemplo. Hay que pensar que llegamos hace dos a?os y primero quer¨ªamos ver qu¨¦ ¨¦xito ten¨ªa en Madrid¡±, responde el CEO de Car2Go: ¡°Adem¨¢s, aqu¨ª somos 100 % el¨¦ctricos y queremos serlo en las dem¨¢s ciudades, por lo que la infraestructura de carga, que siempre se elabora en colaboraci¨®n con la ciudad, puede ser un problema¡±.
Que a las calles de Europa les faltan puntos de carga es un hecho impepinable. Aunque en 2011 la red contaba con menos de 4.000 puestos y ahora el n¨²mero se ha elevado a 104.109, siguen siendo cifras insuficientes para grandes flotas. Adem¨¢s, las tomas de carga r¨¢pida que ser¨ªan ¨®ptimas para la agilidad de la movilidad compartida constituyen solo el 10 % del parque. Cuando miramos a Espa?a, hay un panorama similar: de los algo m¨¢s de 4.547 puntos de carga existentes, solo 394 ¡ªalrededor del 8 %¡ª ser¨ªan capaces de restablecer el 80 % de la bater¨ªa en 20 minutos.
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