As¨ª trabaja el escuadr¨®n del futuro

En la s¨¦ptima planta de la Torre Picasso en Madrid, el m¨¢rmol y las corbatas se acaban delante de los ascensores. Cinco pasos m¨¢s all¨¢, unas letras de ne¨®n sobre una pared negra confirman el cambio de registro: ¡°We love Digital Hub¡±.

Esta primera persona del plural engloba a las 261 personas que trabajan en innovaci¨®n digital en Accenture. ¡°Hace unos a?os confirmamos que el mundo digital iba a significar un cambio para todas las empresas. Y decidimos ser parte activa¡±, recuerda Jos¨¦ Luis Sancho, director general de Accenture Digital. Ahora, m¨¢s del 60 % del negocio de la compa?¨ªa en todo el mundo gira en torno a las tecnolog¨ªas. Pero el futuro no se conquista solo. Hacen falta exploradores capaces de avistar los cambios que se aproximan y hallar la manera de subir a la ola. Y un escuadr¨®n as¨ª no puede repartirse en una cuadr¨ªcula de cub¨ªculos estancos.

La divisi¨®n m¨¢s innovadora de Accenture Espa?a habita una oficina donde todo est¨¢ sujeto a cambios. ?Quieres una reuni¨®n en petit comit¨¦? Mueve esta pared. ?Hace falta una sesi¨®n de design thinking? Detr¨¢s de esa puerta de garaje decorada con grafitis tienes todo lo que necesitas.

El de Madrid es el s¨¦ptimo Digital Hub de Accenture. El resto de los hermanos est¨¢n repartidos en Londres, Par¨ªs, Fr¨¢ncfort, San Francisco, Singapur y Nueva York. ¡°Cada uno tiene su personalidad, pero todos est¨¢n en lo mismo: la rotaci¨®n de Accenture hacia el mundo digital¡±, comenta Sancho. La personalidad de la s¨¦ptima planta de la torre Picasso se refleja, en lo profesional, en un mayor foco en las industrias de viajes y moda. En lo que respecta al espacio, el sello de identidad lo pone una cocina. ¡°En la cultura latina, la cocina y la creatividad son fundamentales. Parece fake, pero la usamos una o dos veces a la semana¡±, asegura Sancho.

• El cambio, paso a paso

La entrada a los cuarteles generales est¨¢ dise?ada pensando en el cliente y en la mejor manera de abordar su iniciaci¨®n al mundo digital. ¡°En otras ¨¢reas, las compa?¨ªas saben lo que tienen que hacer. Aqu¨ª, la primera pregunta es: ?qu¨¦ hago?, ?c¨®mo tengo que cambiar?, ?qu¨¦ productos y servicios tengo que lanzar?¡±, se?ala Sancho. La misi¨®n del Hub es responder a estas cuestiones ante las grandes corporaciones internacionales: en Espa?a, el Ibex. En el mundo, el Fortune 500.

El viaje al futuro comienza en un sof¨¢ semicircular desde el que se asiste a la presentaci¨®n de las tendencias m¨¢s relevantes para cada compa?¨ªa. La segunda parada es ver y tocar esas tecnolog¨ªas tan et¨¦reas. ¡°Ya sabemos que en esto hay mucho bluf. Por eso nos gusta ver y mostrar hasta d¨®nde se puede llegar con cada una¡±, explica.

Su arsenal para combatir la venta de humo incluye un muestrario de servidores port¨¢tiles para llevar Internet a los confines de la industria, gafas Hololens para sustituir manuales de ingobernable envergadura por realidad aumentada, y hasta un cajero de bitc¨®in. ¡°Esto es un poco para abrirles los ojos. Luego tenemos soluciones de negocio que presentamos como casos de uso¡±, precisa Sancho. En el resto de este primer sector se reparten las tareas de cocreaci¨®n y decisi¨®n donde se termina de definir el futuro m¨¢s apropiado para cada empresa.

• El coraz¨®n del Digital Hub

Los responsables de hacer realidad las tecnolog¨ªas necesarias para convertir las amenazas de lo digital en oportunidades de futuro son el coraz¨®n del Digital Hub y est¨¢n detr¨¢s de otra puerta de garaje.

En un primer vistazo, se ven tres cosas: un gigantesco dron de seis h¨¦lices colgando del techo cual l¨¢mpara de ara?a; una torre de cajas con un router, un conmutador y un Porsche Cayenne en miniatura; y un retrato fiel de la plantilla del Digital Hub. Aunque la variedad generacional es patente, predominan los milenials. ¡°Es verdad que son mayor¨ªa, pero hay de todo. Lo importante no es la edad. Buscamos gente innovadora, no joven por definici¨®n¡±, matiza Sancho.

No hay que ser joven, pero s¨ª un hacha. Las 261 personas que integran el Hub son una selecci¨®n de las casi 12.000 de Accenture Espa?a. ¡°Cada trimestre revisamos solicitudes¡±, a?ade. El resultado es un c¨®ctel de m¨¢s de 30 perfiles profesionales.

• Libertad de mesas

Dise?o gr¨¢fico, matem¨¢ticas, IA, ciberseguridad¡­ Un carnaval de disciplinas se entremezcla en una sala donde las mesas no tienen due?o. Los equipos se unen y disuelven en funci¨®n de los proyectos en marcha. La flexibilidad, una vez m¨¢s, es fundamental. ¡°Yo lo comparo con los barcos. T¨² en el mar tienes un ¨¢rea de fondeo. Llegas a una cala, echas el ancla y es una zona en la que te gusta estar porque est¨¢n tus amigos... Pero no es siempre el mismo lugar. Aqu¨ª no tengo despacho. Fondeo donde quiero¡±, explica el director del Hub. Esta organizaci¨®n por proyectos es clave para la velocidad. Cuando llega una nueva propuesta son capaces de tener un ¡°producto m¨ªnimo viable¡± en tres meses.

La variedad se refleja hasta en los medios t¨¦cnicos. Desde pulcros monitores de sobremesa hasta manoseados port¨¢tiles. Entre las ventanas se mezclan las pizarras de los proyectos en marcha, que advierten ¡°No borrar¡±, con las que esperan en blanco. ¡°Parte del talento que hemos atra¨ªdo es gente que quiere trabajar cambiando el mundo y, adem¨¢s, en un entorno en el que vean que ese cambio se est¨¢ produciendo¡±, se?ala Sancho. Algunos resultados de esta colaboraci¨®n multidisciplinar adornan una pared. Un escaparate h¨ªbrido dise?ado para Ikea, escobas inteligentes, una c¨¢mara que capta las emociones de los que pasan ante ella¡­

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• Mike, el pez que te habla

No todos los proyectos van a engordar el porfolio. Algunos surgen por amor al arte, como el pez Mike y su acuario conectado y controlado a trav¨¦s de un chatbot. Si la temperatura del agua baja mucho, el due?o de Mike recibe un mensaje ¡ª¡°tengo fr¨ªo¡±¡ª y puede programar algo m¨¢s de calorcito en su h¨¢bitat. ¡°Esta gente tiene una creatividad incre¨ªble. Se ponen a hacer cosas y no hay quien les pare¡±, asegura Sancho.

La cafeter¨ªa es otro ejemplo. Naci¨® dise?ada como la cabina de un ferrocarril. Con mesas a los lados, compartimentos superiores llenos de maletas y cuatro ventanas, en este caso, pantallas, en las que se mostraba un bucle de im¨¢genes de paisaje. En menos de un a?o, les aburri¨®. Ahora al otro lado del cristal est¨¢ el espacio exterior como se ve desde la Estaci¨®n Espacial Europea. Y en tiempo real. ¡°Luego parte de esa tecnolog¨ªa se puede adaptar a otros clientes¡±, razona Sancho.

• Los infiltrados

Aunque la mayor¨ªa de los integrantes del Digital Hub proceden de Accenture, una parte de la plantilla se completa con trabajadores de las empresas para las que se est¨¢n desarrollando proyectos y de otras j¨®venes empresas que, de alg¨²n modo, han sido fagocitadas por la compa?¨ªa. ¡°Gran parte de la innovaci¨®n de hoy no est¨¢ en las grandes corporaciones, sino en las peque?as startups. Tenemos identificadas m¨¢s de dos mil¡±, explica Sancho.

La relaci¨®n con estas compa?¨ªas var¨ªa en funci¨®n de sus servicios. ¡°Si vemos que son muy parecidas a lo que nosotros queremos dar, las compramos al 100 %. Si son muy atractivas en una tecnolog¨ªa que nos gusta, pero no son el tipo de compa?¨ªa que queremos tener, tomamos una participaci¨®n¡±, detalla. En el tercer nivel, no hay compras ni inversiones, sino colaboraciones en productos concretos.

¡°En Espa?a tenemos m¨¢s de 500 start-ups monitorizadas¡±, a?ade el director general de Accenture Digital. Las encuentran en conversaciones con fondos de capital riesgo, foros multitudinarios¡­ ¡°Cuando empezamos, costaba que nos llamasen. Ahora es al rev¨¦s¡±.

El Digital Hub est¨¢ en los albores de su segundo a?o de vida y ya funciona como un reloj. Pero ni es un lugar para todo el mundo ni promete empleos para toda la vida. ¡°Hay gente que viene, lo prueba y dice: ¡®Esto no es para m¨ª¡¯. Adem¨¢s, nos fichan mucho. En este ¨¢mbito, la empleabilidad es muy alta y les ofrecen muy buenos trabajos. Nosotros, encantados¡±.

La velocidad del Hub, la gente que entra y sale, los proyectos de tres meses y los clientes que llegan en busca de un futuro mejor son compatibles gracias a un mix de metodolog¨ªa y cultura. ¡°Hay unos valores b¨¢sicos que tenemos que compartir todos estemos donde estemos y seamos lo raros que seamos¡±, concluye Sancho.