C¨®mo imprimir una nave espacial en tres dimensiones

Una taza para el desayuno, un coche, un edificio de oficinas, un pincho de tortilla¡­ La lista de cosas que puedes imprimir hoy en d¨ªa es interminable. Las impresoras 3D son tan vers¨¢tiles que incluso te permiten crear las piezas necesarias para construir una nueva impresora. La principal ventaja de esta tecnolog¨ªa, la reducci¨®n de costes que permite en la industria, es la caracter¨ªstica que la convierte en una de las innovaciones m¨¢s prometedoras de los ¨²ltimos a?os. Ser¨¢ cuesti¨®n de tiempo que los cohetes que utilicemos para viajar al espacio aprovechen todo el potencial que brinda la impresi¨®n 3D. Porque los primeros pasos en esta l¨ªnea ya se est¨¢n recorriendo.

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El nombre de Relativity cada vez se escucha con m¨¢s frecuencia en los c¨ªrculos m¨¢s innovadores del sector aeroespacial. La startup estadounidense cerr¨® el pasado marzo una ronda de inversi¨®n de m¨¢s de 30 millones de euros con los que espera expandir su proceso automatizado de impresi¨®n 3D para fabricar cohetes abaratando considerablemente su precio y tiempo de fabricaci¨®n.

La compa?¨ªa ha llegado a un acuerdo con el Centro Espacial Stennis de la NASA para alquilar 10 hect¨¢reas en el sur de Misisipi en las que desarrollar¨¢ y pondr¨¢ a prueba sus dise?os. Esperan construir 36 cohetes al a?o.

Es obvio que Relativity no es una empresa pionera en este campo. Otras compa?¨ªas tienen mucha m¨¢s experiencia en la aplicaci¨®n de esta tecnolog¨ªa, pero no apuestan por ella a gran escala: apenas imprimen el 1% de sus componentes. ¡°El problema con ese enfoque es que hay cerca de 100,000 partes en un cohete¡±, explicaba a Business Insider Tim Ellis, CEO y uno de los fundadores de la startup. ¡°Nosotros queremos llegar al 95% antes de que termine 2020¡±.

Ellis fund¨® Relativity junto a Jordan Noone, a quien conoci¨® en 2013, cuando ambos trabajaban en Blue Origins, la empresa de transporte aeroespacial fundada por el rey del comercio electr¨®nico: Jeff Bezos. Y es que la competencia en este sector es feroz. Quien se convirtiera en el hombre m¨¢s rico del mundo de la mano de Amazon juega en la misma liga que SpaceX, la compa?¨ªa aeroespacial fundada por Elon Musk, art¨ªfice de otros ¨¦xitos como PayPal o Tesla Motors. Y ambas han recurrido a la impresi¨®n 3D, en mayor o menor medida, para fabricar sus cohetes.

Si bien esta tecnolog¨ªa reduce los costes de producci¨®n en el sector, no es la ¨²nica ventaja que ofrece. Un buen ejemplo ser¨ªa el de la empresa brit¨¢nica Renishaw, que comercializa impresoras 3D de metal y trabaja en la creaci¨®n de turbinas aeroespaciales de alta velocidad. Sus herramientas permiten hacer aleaciones basadas en n¨ªquel que reducen el tiempo que pasan los operarios manipulando el material, garantizando una mayor seguridad en el proceso constructivo.

Por no hablar de c¨®mo influye la tecnolog¨ªa en la calidad del producto final y de la flexibilidad que otorga ante cualquier cambio estructural. La compa?¨ªa francesa Stelia Aerospace reconoci¨® que la fabricaci¨®n aditiva ¡ªel proceso de construcci¨®n basado en a?adir capas de material hasta obtener la forma deseada¡ª le aporta una mayor libertad a los dise?os.