Un m¨®vil para la detecci¨®n temprana de p¨¢rkinson y alzh¨¦imer
Mediante la aplicaci¨®n de algoritmos al uso habitual de nuestros dispositivos, la biom¨¦trica conductual ayuda a identificar estadios iniciales de enfermedades neuromotoras y neurodegenerativas.
Desde que los dispositivos de uso personal incorporaron el apellido inteligente, cada vez tenemos menos secretos para estos aparatos. Es m¨¢s, gracias a sus prestaciones biom¨¦tricas, ahora incluso podr¨ªan descubrir alteraciones en nuestro comportamiento antes de que nosotros mismos seamos conscientes de que algo marcha mal y avisarnos para poner remedio. Por ejemplo, los resultados preliminares del proyecto de investigaci¨®n Bio-Guard destacan la ¡°enorme¡± capacidad de los tel¨¦fonos m¨®viles para detectar comportamientos neuromotores anormales en el usuario, con porcentajes de acierto cercanos al 98%. Con las herramientas adecuadas, el correcto tratamiento de esta informaci¨®n podr¨ªa aplicarse en el mundo de la medicina para que nuestros dispositivos ayuden a identificar algunos estadios o etapas iniciales de enfermedades neuromotoras o neurodegenerativas como p¨¢rkinson o alzh¨¦imer, lo que permitir¨ªa iniciar un tratamiento con rapidez, as¨ª como monitorizar la evoluci¨®n de los pacientes ya diagnosticados.
No es ninguna novedad que los smartphones y tabletas son capaces de identificar qui¨¦n los est¨¢ utilizando mediante la biometr¨ªa asociada a par¨¢metros fisiol¨®gicos, es decir, el reconocimiento de la voz, el iris, la huella dactilar o el rostro, algo que sobre todo se ha aplicado en el ¨¢mbito de la seguridad como m¨¦todo de desbloqueo sin necesidad de introducir contrase?as. Pero los sensores de las c¨¢maras, las pantallas t¨¢ctiles, los teclados virtuales o los micr¨®fonos de estos terminales tambi¨¦n pueden llegar a reconocer a una persona si toman nota de sus h¨¢bitos de uso. Esto es lo que se conoce como biometr¨ªa conductual o de comportamiento, que es precisamente el ¨¢mbito en el que se centra Bio-Guard, un proyecto de un grupo de investigadores de la Universidad Aut¨®noma de Madrid al que la Fundaci¨®n BBVA ha destinado cerca de 99.000 euros como parte de su programa de Ayuda a Equipos de Investigaci¨®n en Big Data.
- Algoritmos que vigilan conductas
La biometr¨ªa conductual tiene en cuenta el modo en el que realizamos determinadas acciones con nuestros dispositivos: sujetar el terminal, presionar la pantalla, teclear, hacer scroll o swipe, agrandar una imagen con los dedos, arrastrar un icono, hacer una b¨²squeda por voz¡ Esta interacci¨®n diaria entre el hombre y la m¨¢quina a trav¨¦s de gestos cotidianos supone un fil¨®n del que se puede extraer una avalancha de datos con los que despu¨¦s es posible establecer par¨¢metros y crear patrones. De hecho, tal y como explica a EL PA?S Retina Javier Ortega Garc¨ªa, vicerrector de Innovaci¨®n, Transferencia y Tecnolog¨ªa de la Universidad Aut¨®noma de Madrid e investigador principal de Bio-Guard, un m¨®vil es capaz de recabar cada segundo unas 8.000 muestras de informaci¨®n a partir de la forma de hablar del usuario y cerca de otras 200 en su manera de escribir.
Seg¨²n Ortega, la biometr¨ªa conductual estudia acciones que, aunque tienen cierta variabilidad, ¡°se pueden modelar estad¨ªsticamente para reconocer y diferenciar individuos¡±. Para ello, Bio-Guard aplica t¨¦cnicas de big data e inteligencia artificial con las que monitoriza los h¨¢bitos de uso con el m¨®vil mediante un conjunto de algoritmos: ¡°A trav¨¦s de aprendizaje autom¨¢tico y las redes neuronales profundas propias del deep learning extraemos este tipo de informaci¨®n biom¨¦trica para conocer con mayor profundidad al usuario de un dispositivo, con lo que tambi¨¦n se personaliza a¨²n m¨¢s la interacci¨®n con las aplicaciones instaladas y la seguridad se garantiza sin emplear contrase?as u otras formas de identificaci¨®n tradicionales¡±.
- H¨¢bitos que se alejan del patr¨®n
En la pr¨¢ctica, los dispositivos empleados para esta investigaci¨®n, en la que intervienen m¨¢s de 100 cooperantes que han cedido el acceso a sus datos con fines cient¨ªficos, llevan cargados unos patrones de normalidad m¨¦dica que se adaptan a las particularidades de cada usuario a medida que utilizan el terminal. ¡°Si los indicadores de las acciones cotidianas de la persona comienzan a separarse de dichos patrones, podr¨ªa ser debido a un estr¨¦s neuromotor o al inicio de una patolog¨ªa neuromotora¡±, comenta Ortega.
El investigador principal de Bio-Guard insiste en que este proyecto no tiene como objetivo desarrollar soluciones o productos concretos, sino demostrar la capacidad de la biometr¨ªa conductual para detectar esos patrones anormales, as¨ª como lograr un uso m¨¢s personalizado de los dispositivos gracias al reconocimiento de los h¨¢bitos del propietario. Pero a su juicio, en cuanto finalice la investigaci¨®n y se presenten resultados definitivos, las compa?¨ªas interesadas en el proyecto podr¨ªan crear aplicaciones ¡°de manera inmediata¡± para, entre otros objetivos, hacer esos diagn¨®sticos en fases tempranas, realizar un seguimiento de la enfermedad o ayudar a los pacientes con la automatizaci¨®n de alguna tarea si se registra alguna anomal¨ªa grave en su evoluci¨®n, como avisar al hospital de referencia o enviar un mensaje de alerta a la familia.
Bio-Guard es una investigaci¨®n que arranc¨® el pasado verano y aunque tiene una duraci¨®n de dos a?os, el equipo que trabaja en ¨¦l cuenta con una experiencia de m¨¢s de veinte en biometr¨ªa y an¨¢lisis de patrones de datos. ¡°Gracias a este background ahora somos capaces de proponer proyectos concretos en este campo y llevarlos a la pr¨¢ctica con el respaldo y la confianza de entidades como la Fundaci¨®n BBVA¡±, concluye Ortega.
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