La democratizaci¨®n de la Inteligencia Artificial
Si una soluci¨®n no puede explicar sus criterios, no deber¨ªa utilizarse. Solo la IA razonada, transparente y justa sobrevivir¨¢
Primero la buena noticia: tenemos mucho trabajo adelantado para que la inteligencia artificial (IA) se aplique a negocios de cualquier tama?o y sector. Para llegar hasta aqu¨ª, ha sido necesario derribar barreras de acceso a la tecnolog¨ªa, un logro facilitado por Internet. A su vez, esta digitalizaci¨®n genera un volumen inmenso de datos mientras que la potencia de los ordenadores sigue aumentando y se ha hecho casi ubicua a trav¨¦s de la computaci¨®n en la nube. ¡°El resultado es que disponemos de las capacidades y herramientas tecnol¨®gicas y de la materia prima (los datos) necesarios para entrenar modelos de IA cada vez m¨¢s precisos, extraer m¨¢s valor de esa informaci¨®n y conseguir aplicaciones realmente valiosas¡±, se?ala Marta Mart¨ªnez (Madrid, 1966), presidenta de IBM en Espa?a, Portugal, Grecia e Israel.
Y ahora llega el desaf¨ªo: ¡°Ese proceso democratizador del acceso a la tecnolog¨ªa y a las capacidades de la IA no significa que estemos preparados. La IA transformar¨¢ casi todas las profesiones y el gran reto es adquirir los conocimientos y habilidades para adaptarnos a ese entorno y aprovechar todas sus capacidades¡±. Mart¨ªnez saca a relucir informes que destacan que, durante los tres pr¨®ximos a?os, solo en las diez mayores econom¨ªas del mundo unos 120 millones de trabajadores deber¨¢n actualizar sus competencias por la introducci¨®n de la IA y de los sistemas inteligentes de automatizaci¨®n. Asimismo, un reciente estudio de IBM realizado a partir de encuestas a 5.000 compa?¨ªas de todo el mundo desvela que el 82% de ellas tiene previsto incorporar IA en sus procesos, aunque un 60% admite que su empresa no cuenta con las capacidades ni el conocimiento necesarios para gestionar esta tecnolog¨ªa con confianza.
Otro de los retos es garantizar la transparencia, fiabilidad y ausencia de sesgos en los datos. ¡°La IA no puede ser una caja negra y si una soluci¨®n no puede explicar c¨®mo y con qu¨¦ criterios elabora sus recomendaciones, no deber¨ªa utilizarse. Solo la IA razonada, transparente y justa sobrevivir¨¢¡±, insiste Mart¨ªnez. En su opini¨®n, es imprescindible desarrollar una IA en la que podamos confiar, para lo cual todos los que contribuyen a ello deben tener unos principios y valores claros.
Ahora que la tecnolog¨ªa ya est¨¢ preparada, queda que las personas, con imaginaci¨®n y creatividad, inventemos usos y aplicaciones imposibles de abordar hasta el momento. ¡°Creo que lo m¨¢s emocionante est¨¢ por llegar. Sin duda, estamos en los albores de una nueva era tecnol¨®gica, tan transformadora e impactante en nuestras vidas como ha sido la era de Internet. El efecto multiplicador de la IA vendr¨¢ de la combinaci¨®n de esta tecnolog¨ªa con las capacidades del ser humano¡±, concluye Mart¨ªnez.
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