El guardi¨¢n de tus datos es un Frankenstein normativo
El juego de intereses y equilibrios pol¨ªticos ha resultado en una reglamento de protecci¨®n de datos que est¨¢ fomentando la dispersi¨®n de criterios e incrementar¨¢ la litigiosidad
Hoy se celebra el D¨ªa Internacional de la Protecci¨®n de Datos, lo que nos invita a hacer balance de un periodo especialmente intenso en la materia y a tratar de vislumbrar como nos afectar¨¢n los cambios regulatorios y sociales que en torno a los datos se est¨¢n produciendo.
A nivel europeo, el 25 de mayo de 2018 marc¨® el inicio en la aplicaci¨®n del Reglamento General de Protecci¨®n de Datos (RGPD). En Espa?a, el a?o ha cerrado con la aprobaci¨®n de la nueva ley de protecci¨®n de datos. Ambas normas plantean cambios muy significativos en la regulaci¨®n y abren un periodo de mayor complejidad, no solo por la dificultad de interpretar la nueva regulaci¨®n, sino tambi¨¦n porque la propia econom¨ªa del dato est¨¢ en medio de una aut¨¦ntica revoluci¨®n.
Europa ha optado por un modelo preventivo que trata de evitar el abuso
La cuesti¨®n puede tener muy diferentes lecturas dependiendo de la perspectiva. Para los ciudadanos ha sido el a?o de los grandes fallos de seguridad y de la manipulaci¨®n pol¨ªtica a trav¨¦s de nuestros datos. No es que antes no pasara, pero ahora pasa m¨¢s y se conoce mejor. Pero, ?nos importa realmente? Los datos son moneda de cambio para m¨²ltiples servicios gratuitos y una gran mayor¨ªa no estamos dispuestos a renunciar a ellos ni, desde luego, a pagarlos. Nuestra valoraci¨®n de la privacidad est¨¢ cambiando. ?Debe la regulaci¨®n protegernos de nosotros mismos? El consentimiento del individuo como llave para el tratamiento de sus datos est¨¢ perdiendo relevancia ante la evidencia de que no entendemos aquello que aceptamos o ni nos molestamos en leerlo. El RGPD reconoce nuevos derechos como la portabilidad que otorgan mayor control al individuo, pero a¨²n est¨¢ por ver su impacto. La preocupaci¨®n del legislador porque no se usen de forma abusiva nuestros datos podr¨ªa dar paso a que seamos nosotros mismos, y no solo las empresas, los que nos lucremos con nuestra privacidad, o m¨¢s bien, con la falta de ella.
- Dificultades?para la peque?a empresa
Para las organizaciones el reto es complejo. El mercado nos habla de transformaci¨®n digital, de big data y personalizaci¨®n. Todo ello implica un uso intensivo de datos, en un juego al que las empresas deben jugar si quieren subsistir. No se cuestiona la protecci¨®n del individuo, pero hemos de ser conscientes de que Europa ha optado por establecer un modelo preventivo, con importantes obligaciones formales que tratan de evitar el abuso, no solo de corregirlo y castigarlo. Estos requisitos formales ser¨¢n m¨¢s f¨¢ciles de cumplir para las grandes organizaciones y la mayor dificultad la experimentar¨¢n las peque?as empresas que quieran crecer dentro de Europa con estos costes regulatorios.
El RGPD es tambi¨¦n complicado para los reguladores. El juego de intereses y equilibrios pol¨ªticos ha llevado a crear una especie de Frankenstein normativo, con mucho margen para que los Estados puedan establecer excepciones y regulaciones propias, y con complejos mecanismos de coordinaci¨®n entre las autoridades. Este terreno tan pantanoso est¨¢ fomentando la dispersi¨®n de criterios e incrementar¨¢ la litigiosidad. Por otra parte, la hipertrofia del derecho a la protecci¨®n de datos est¨¢ haciendo que entre en conflicto con otros derechos fundamentales como la libertad de expresi¨®n, el derecho a la informaci¨®n e incluso el derecho a la protecci¨®n de la salud y una interpretaci¨®n desequilibrada podr¨ªa llevar a p¨¦rdida de legitimidad.
- A favor de la Administraci¨®n
Los legisladores tampoco ayudan mucho. Nuestra nueva LOPD, aprobada con un sorprendente consenso parlamentario pese a la divisi¨®n pol¨ªtica existente, fuerza los l¨ªmites del RGPD cuando establece condiciones especiales en favor de los partidos pol¨ªticos. Contrasta tambi¨¦n la carga sancionadora impuesta a las organizaciones privadas con la opci¨®n tomada por el legislador espa?ol de eximir de posibles sanciones econ¨®micas a las administraciones.
En definitiva, vienen tiempos inciertos para la protecci¨®n de datos como por otra parte podemos decir en estos d¨ªas de tantas otras cosas que nos est¨¢ tocando vivir. Si alguien piensa que esto es solo una cosa de abogados, de aplicar una norma m¨¢s, creo que se equivoca. Lo que si parece cierto es que, ante toda esta incertidumbre, el conocimiento legal ha de sofisticarse, desarrollando un profundo entendimiento de los negocios y sectores en los que ha de prestar su apoyo e integr¨¢ndose con otras ¨¢reas de conocimiento. Con ello se evitar¨¢n problemas pero tambi¨¦n se generar¨¢n oportunidades. La transformaci¨®n digital, al menos en Europa, va a estar fuertemente condicionada por aspectos legales y regulatorios. Esta fecha, el d¨ªa de la protecci¨®n de datos, nos hace ser un poco m¨¢s conscientes de ello.
Ra¨²l Rubio es director del programa de protecci¨®n de datos de IE Law School y socio de Baker Mckenzie.
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