Richard Stallman: ¡°Los m¨®viles esp¨ªan y transmiten nuestras conversaciones, incluso apagados¡±
Richard Stallman es una leyenda: cre¨® el primer sistema operativo abierto e impuls¨® el ¡®copyleft¡¯. Cree que los tel¨¦fonos inteligentes nos han hecho retroceder 10 a?os en t¨¦rminos de privacidad
Nos cita en el piso de unos amigos de Madrid. El padre del software libre es un viajero empedernido: difunde los principios de su movimiento all¨¢ donde le llaman. Unos d¨ªas antes de la entrevista, Richard Stallman (Nueva York, 1953) particip¨® en el Foro de la Cultura de Burgos y retomar¨¢ su gira europea tras dar una conferencia en Valencia. Nos recibe con su caracter¨ªstica melena despeinada y con una de sus bromas marca de la casa: ¡°T¨¦ quiero¡±, espeta en su trabajado espa?ol con acento gringo, lanzando una mirada a su humeante taza de t¨¦ en cuanto detecta una cara de desconcierto en el interlocutor. ¡°Ahora t¨¦ quiero m¨¢s¡±, nos dir¨¢ cuando la vaya a rellenar.
Su peculiar sentido del humor, que cultiva en los seis o siete idiomas en los que se maneja, reviste el encuentro de mucha naturalidad. Parece como si ¨¦l mismo quisiera bajarse del pedestal en el que le ha colocado la comunidad de programadores. Para ese colectivo, es una leyenda viva. Stallman es el padre del proyecto GNU, en el que se engloba el primer sistema operativo libre, que vio la luz en 1983. Desde los a?os noventa funciona con otro componente, Kernel Linux, por lo que se rebautiz¨® como GNU-Linux. ¡°Muchos, err¨®neamente, llaman al sistema solo Linux¡¡±, se queja Stallman. Su rivalidad con el finland¨¦s Linus Torvalds, fundador de Linux, es conocida: le acusa de haberse llevado el m¨¦rito de su creaci¨®n conjunta, nada m¨¢s y nada menos que un sistema operativo muy competitivo cuyo c¨®digo fuente puede ser utilizado, modificado y redistribuido libremente por cualquiera y a cuyo desarrollo han contribuido miles de programadores de todo el mundo.
Lo cierto es que el revolucionario movimiento del software libre lo inici¨® Stallman. Este inform¨¢tico, que estudi¨® F¨ªsica en Harvard y se doctor¨® en el MIT, muy pronto qued¨® atrapado por la cultura hacker, cuyo desarrollo coincidi¨® con sus a?os de juventud. El software libre y el concepto de copyleft (en contraposici¨®n a copyright) tampoco ser¨ªan lo mismo sin este se?or risue?o de est¨¦tica hippie.
- Ataque a la privacidad
Su semblante muta a la m¨¢s severa seriedad en cuanto se pone a hablar de c¨®mo el software privativo, el que no es libre, colisiona con los derechos de las personas. Ese tema, la falta absoluta de privacidad en la era digital, le obsesiona. No tiene tel¨¦fono m¨®vil, acepta que le hagamos fotos solo despu¨¦s de prometerle que no las subiremos a Facebook y asegura que siempre paga en efectivo. ¡°No me gusta que rastreen mis movimientos¡±, subraya. ¡°China es el ejemplo m¨¢s visible de control tecnol¨®gico, pero no el ¨²nico. Desde hace m¨¢s de 10 a?os, en Reino Unido siguen los movimientos de los coches con c¨¢maras que reconocen las matr¨ªculas. ?Eso es horrible, tir¨¢nico!¡±
No tiene m¨®vil y acepta que le hagamos fotos solo si prometemos no subirlas a Facebook
El software libre es su aportaci¨®n como programador a la lucha por la integridad de las personas. ¡°O los usuarios tienen el control del programa, o el programa tiene el control de los usuarios. En este ¨²ltimo caso, el desarrollador del software ejerce poder sobre los usuarios. El programa se convierte en un instrumento de dominaci¨®n¡±, explica.
Se dio cuenta de esta dicotom¨ªa cuando la inform¨¢tica estaba todav¨ªa en pa?ales. ¡°En 1983 decid¨ª que quer¨ªa poder usar ordenadores en libertad, pero era imposible porque todos los sistemas operativos de la ¨¦poca eran privativos. ?C¨®mo cambiar eso? Solo me qued¨® una soluci¨®n: escribir un sistema operativo alternativo y hacerlo libre¡±. As¨ª arranc¨® GNU. M¨¢s de tres d¨¦cadas despu¨¦s, la Free Software Foundation, que ¨¦l mismo fund¨®, tiene decenas de miles de programas libres en cat¨¢logo.
¡°Hemos logrado liberar ordenadores personales, servidores, supercomputadoras¡ pero no podemos liberar completamente la inform¨¢tica de los m¨®viles: la mayor¨ªa de los modelos no permite instalar un sistema libre. Y eso es muy triste, es un claro cambio a peor en los ¨²ltimos 10 a?os¡±, se lamenta Stallman.
¡°Los m¨®viles son el sue?o de Stalin, porque emiten cada dos o tres minutos una se?al de ubicaci¨®n para seguir los movimientos del tel¨¦fono¡±, espeta. El motivo de incluir esa funci¨®n, dice, fue inocente: era necesario para dirigir llamadas o mensajes a los dispositivos. Pero tiene el efecto perverso de que tambi¨¦n se pueden seguir los movimientos del portador. ¡°Y peor a¨²n, uno de los procesadores de los tel¨¦fonos tiene una puerta trasera universal. Es decir, que pueden imponer cambios de software a distancia, aunque en el otro procesador uses solo programas de software libre. Uno de los usos principales es convertirlos en dispositivos de escucha, que no se apagan nunca porque los m¨®viles no tienen interruptor¡±, sentencia.
- Nos dejamos observar
Los m¨®viles son solo una parte del dibujo. A Stallman le preocupa que los aparatos conectados aporten a las empresas privadas cada vez m¨¢s datos sobre nosotros. ¡°Crean historiales de navegaci¨®n, de comunicaciones¡ Hasta hay un juguete sexual que se comunica con otros usuarios a trav¨¦s de Internet. Eso sirve para espiar y hacer historiales, claro. Porque adem¨¢s tiene un term¨®metro. ?Qu¨¦ le aporta un term¨®metro al due?o del juguete? A ¨¦l nada; al fabricante, saber cu¨¢ndo est¨¢ en contacto con un cuerpo humano. Este tipo de cosas son intolerables¡±, se queja.
Los grandes productores de aparatos electr¨®nicos no solo apuestan en masa por el software privativo: algunos est¨¢n empezando a evitar frontalmente el software libre. ¡°Apple acaba de comenzar a fabricar ordenadores que reh¨²san la instalaci¨®n del sistema GNU-Linux. No sabemos por qu¨¦, pero lo est¨¢n haciendo. Hoy en d¨ªa, Apple es m¨¢s injusto que Microsoft. Ambos lo son, pero Apple se lleva el premio¡±, asevera.
?Es el Reglamento General de Protecci¨®n de Datos (RGPD) europeo una respuesta acertada a esta situaci¨®n? ¡°Es un paso en la buena direcci¨®n, pero no es suficiente. Parece demasiado f¨¢cil justificar la acumulaci¨®n de datos. Los l¨ªmites deber¨ªan ser muy estrictos. Si es posible transportar a pasajeros sin identificarles, como hacen los taxis, entonces deber¨ªa ser ilegal identificarlos, como hace Uber. Otro fallo del RGPD es que no se aplica a los sistemas de seguridad. Lo que necesitamos es protegernos de las pr¨¢cticas tir¨¢nicas del Estado, que pone muchos sistemas de seguimiento a la gente¡±.
El esc¨¢ndalo de Facebook y Cambridge Analytica no le sorprendi¨®. ¡°Siempre he dicho que Facebook y sus dos tent¨¢culos, Instagram y Whatsapp, son un monstruo de seguimiento a la gente. Facebook no tiene usuarios, sino usados. Hay que huir de ellos¡±, zanja.
No podemos aceptar, nos insta Stallman, que otros conozcan informaci¨®n sensible sobre c¨®mo vivimos nuestra vida. ¡°Hay datos que hace falta compartir: por ejemplo, d¨®nde vives o qui¨¦n paga la luz de un apartamento para resolver los pagos. Pero nadie tiene por qu¨¦ saber qu¨¦ haces en tu vida diaria. Qu¨¦ productos compras, siempre que sean legales, tampoco. Los datos realmente peligrosos son qui¨¦n va a d¨®nde, qui¨¦n se comunica con qui¨¦n y qu¨¦ hace cada uno durante el d¨ªa¡±, subraya. ¡°Si se los damos, lo tendr¨¢n todo¡±.
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