El video mat¨® a la estrella del m¨¦dico
Queramos o no, con el paso del tiempo, a medida que la tecnolog¨ªa vaya siendo mejor que la experiencia del m¨¦dico ¡ªel llamado ojo cl¨ªnico¡ª, ser¨¢ mala praxis no emplearla.
Los ecos de la primera cirug¨ªa monitorizada mediante el uso de una red 5G en el Mobile World Congress 2019 ¡ªese 5G que tardar¨¢ cinco a?os en llegar pero para el que ya quieren vendernos tecnolog¨ªa¡ª a¨²n retumban. Y nos dejaron con ganas de m¨¢s. Pero entre esos ecos de esperanza en una red mejor, y para lograr unos mejores servicios en tiempo real, tambi¨¦n se escuchan voces que reclaman el freno y casi la marcha atr¨¢s en temas de salud. En vez de avanzar, piden an¨¢lisis tras an¨¢lisis, al estilo de futbolistas como Lobo Carrasco. El actual comentarista era un futbolista de los 80, famoso por su habilidad en pasar los ¨²ltimos minutos de los partidos dif¨ªciles con el bal¨®n pegado al bander¨ªn de c¨®rner, recibiendo patadas y esperando que pitasen el final para as¨ª sacar ventaja del resultado de la inmovilizaci¨®n. Nadie le ha superado en eso hasta ahora.
Pues esos ecos detractores claman contra lo inevitable enrocados en el c¨®rner, en favor de un statu quo presencial, s¨ªmbolo de un retorno a un para¨ªso de oferta m¨¦dica sin l¨ªmites, que es claramente insostenible hoy en d¨ªa y menos en el futuro, que augura un d¨¦ficit de medios y m¨¦dicos.
Este entorno parece no querer implicarse en proyectos como la telemedicina y la sensorizaci¨®n a distancia, que ofrecen un control casi continuo de los pacientes m¨¢s fr¨¢giles y cr¨®nicos. Son los cr¨®nicos quienes representan un mayor coste al sistema sanitario, y a¨²n as¨ª est¨¢n en ocasiones poco atendidos, lo que provoca descompensaciones y nuevos ingresos hospitalarios con inquietante regularidad, incluso semanal. Mediante un modelo de seguimiento con sensores y big data se podr¨ªa actuar precozmente y se evitar¨ªan estas demasiado frecuentes descompensaciones.
Pero esos ecos detractores no pueden dejar de enfocarse en el caso, recientemente publicitado y sucedido en un hospital de K¨¢iser Permanente (KP). Este grupo asegurador y hospitalario americano es modelo y referente de gesti¨®n sanitaria desde hace d¨¦cadas, ya que han implementado una especie de robots de comunicaci¨®n a distancia, una mezcla de la Roomba con un ipad a bordo, al m¨¢s puro estilo ciencia ficci¨®n de los 80.
El problema surge cuando estalla la noticia de que un m¨¦dico notifica a familiares y a un paciente ingresado su funesto pron¨®stico a trav¨¦s de un v¨ªdeo robot, sin necesidad de cercan¨ªa. Esto representa sin duda una imagen descorazonadora de una medicina tecnificada y deshumanizada. La videollamada y, por extensi¨®n, toda la tecnolog¨ªa, queda condenada como un instrumento para alejarnos en vez de acercarnos.
La realidad es otra, seg¨²n KP. Ellos dicen no tener robots que mantienen conversaciones por v¨ªdeo sobre el final de la vida de pacientes. A modo de par¨¦ntesis, hasta el doctor Eric Topol, el gran gur¨² y m¨¦dico futurista, previene sobre el estado inicial de la IA y los algoritmos sobre el final del camino de la vida. Lo que s¨ª dice tener el grupo KP es la herramienta de videocontacto para mejorar el seguimiento del m¨¦dico por parte de la familia y el paciente.
Esos ecos detractores claman contra lo inevitable enrocados en favor de un statu quo presencial, s¨ªmbolo de un retorno a un para¨ªso de oferta m¨¦dica presencial sin l¨ªmites
A veces nos cuesta recordar que el m¨¦dico lo que hace es consumir su tiempo para atender pacientes y, por tanto, cualquier ahorro en desplazamiento es m¨¢s tiempo para ellos. Pero a veces tambi¨¦n olvidamos que la pantalla es una barrera para muchos y que hay tantas sensibilidades como personas. La p¨¦rdida inminente de un ser querido naturalmente puede exacerbar cualquier sentimiento de rechazo. Tambi¨¦n debemos plantearnos temas como el control de calidad de la comunicaci¨®n que se da en Sanidad y que reciben los pacientes.
Porque, queramos o no, con el paso del tiempo, a medida que la tecnolog¨ªa vaya siendo mejor que la experiencia del m¨¦dico ¡ªel llamado ojo cl¨ªnico¡ª, ser¨¢ mala praxis no emplearla, como hoy es mala praxis en ciertos casos no hacer una radiograf¨ªa, no existente antes de la Primera Guerra Mundial, o una resonancia magn¨¦tica, popularizada en los a?os 80 del siglo pasado. En el futuro las personas van a seguir valorando de los m¨¦dicos la empat¨ªa y la capacidad de estar cerca y explicar qu¨¦ pasa y prepararlos para lo que pueda suceder.
Esto era algo que antes se hac¨ªa yendo a visitar al paciente a su cama, a su casa, dos o tres veces al d¨ªa. Y, en el futuro, quiz¨¢ se haga m¨¢s a menudo, con realidad virtual, aumentada o mixta, como prueban?las hololens de Microsoft. No obstante, con o sin tecnolog¨ªa mediante, es nuestro deber como m¨¦dicos mantener vivo ese v¨ªnculo sagrado entre m¨¦dico y paciente. Es lo m¨ªnimo que los pacientes y sus familias se merecen.
Frederic Llordachs es socio y cofundador de Doctoralia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.