Las maquinillas de afeitar rompen el mito de las tropecientas cuchillas
Boston acoge la base central de Gillette, donde la compa?¨ªa saca filo a las ¨²ltimas tecnolog¨ªas para que sus disrupciones vayan m¨¢s all¨¢ de seguir a?adiendo hojas a sus maquinillas
Una bandera de Estados Unidos cuelga del techo de la planta de fabricaci¨®n que Gillette tiene en Boston. Esas barras y estrellas presiden una especie de circuito cerrado donde se cruzan veh¨ªculos aut¨®nomos que ejecutan de manera sincronizada sus tareas: recoger y depositar componentes en m¨¢quinas que, a su vez, realizan otras labores mecanizadas. ¡°Resulta un poco inquietante, ?verdad?¡±, reconoce Kristina Vanoosthuyze, directora de comunicaciones cient¨ªficas de la compa?¨ªa.
Hasta los controles de calidad se efect¨²an autom¨¢ticamente a golpe de l¨¢ser, mediante sensores que detectan las piezas defectuosas que no pueden salir al mercado. Lo cierto es que cuesta distinguir una figura humana a lo largo y ancho de este espacio donde no est¨¢ permitido hacer fotos y cuyas dimensiones ni siquiera se comparten para no dar pistas a la competencia. Eso s¨ª, Gillette saca pecho de la capacidad de esta planta, que produce 4.000 millones de hojillas de afeitar al a?o.
Pero esta sala repleta de m¨¢quinas es solo una peque?a parte de las instalaciones centrales del fabricante. Inauguradas en 1904 y conformadas por 24 edificios interconectados, suman m¨¢s de 160.000 metros cuadrados donde trabajan unos 1.350 empleados en puestos corporativos, de producci¨®n, de I+D y de procesos e ingenier¨ªa. En el acceso principal, tres palabras junto al logo de Gillette recuerdan que traspasar esas puertas supone adentrarse en ¡°la sede mundial del afeitado¡± (World Shaving Headquarters).
- Una hoja, dos hojas, tres hojas
Tras los tornos de entrada, un peque?o pasillo de la fama rinde honores a 118 a?os de innovaci¨®n que comenzaron cuando en 1901 el fundador, King Gillette, ide¨® las primeras maquinillas desechables que acabaron con el rasurado a navaja en los hogares. Desde entonces, los avances tecnol¨®gicos han ido acompa?ando a los sucesivos modelos de la marca hasta desarrollar una ¡°ciencia del afeitado¡± en la que ¡°cada pelo es un mini-sensor¡± que ayuda a lanzar productos cada vez mejores, seg¨²n Vanoosthuyze. Para ello, la compa?¨ªa lleva a cabo continuas investigaciones dermatol¨®gicas con las que termina identificando los dise?os m¨¢s adecuados a las necesidades de los clientes.
Desde los a?os 70 del pasado siglo, casi todos los esfuerzos en I+D se han concentrado en mejorar las cuchillas para hacerlas m¨¢s precisas y finas, de tal modo que se pudiera acoplar una mayor cantidad de ellas en cada recambio y as¨ª lograr un afeitado m¨¢s apurado. Tan es as¨ª que en Gillette no solo se han acostumbrado a escuchar los mismos chistes antes de cada lanzamiento, sino que ellos mismos se suman a los chascarrillos: ¡°?Os presentamos la maquinilla de 18 hojas!¡±, bromea Pankaj Bhalla, director de las marcas Gillette y Venus en Norteam¨¦rica, antes de exponer las ¨²ltimas innovaciones de su compa?¨ªa.
Esa obsesi¨®n por perfeccionar las hojas obedece a un modelo comercial creado por el fabricante pocos a?os despu¨¦s de su fundaci¨®n y que hoy en d¨ªa sigue estudi¨¢ndose en las escuelas de negocio bajo el nombre Blades&Razor (cuchillas y maquinilla). A grandes rasgos, se trata de ofrecer a bajo precio un objeto duradero (la maquinilla) para despu¨¦s generar mayores ingresos con la venta de una parte desechable (las cuchillas) que el usuario necesita comprar de manera recurrente. Con los a?os, este modelo ha sido trasladado con ¨¦xito a otros negocios, como por ejemplo el de las impresoras y sus imprescindibles cartuchos de tinta.
- Vientos de recambio
Pero ahora que casi ha tocado techo en la perfecci¨®n de las cuchillas y la competencia lanza productos muy similares, Gillette parece decidido a dar un nuevo impulso a las maquinillas, es decir, a la parte durable de sus productos, a trav¨¦s de propuestas disruptivas. Uno de los encargados de perseguir este objetivo es el madrile?o Donato D¨ªez, quien con 29 a?os no solo es responsable global de la marca, sino que adem¨¢s est¨¢ al frente de un equipo de innovaci¨®n en Boston que pone en marcha nuevos proyectos de la misma forma en la que lo har¨ªa una startup y no una empresa de m¨¢s de cien a?os.
Entre estas propuestas destaca Heated Razor, una maquinilla capaz de distribuir calor por el rostro para hacer m¨¢s placentero el afeitado. Se trata del primer fruto de GilletteLabs, una especie de incubadora de negocios dentro del propio fabricante y a la que D¨ªez define como ¡°una divisi¨®n premium que apuesta por innovaci¨®n y tecnolog¨ªa de alta gama para realzar la experiencia de afeitado de los usuarios m¨¢s exigentes¡±.
Lo curioso es que, para el lanzamiento de Heated Razor, que en el mercado tendr¨¢ un precio de 169 d¨®lares, se ide¨® una campa?a de crowd-funding en la plataforma Indiegogo con la que consiguieron vender en una semana 1.000 maquinillas que a¨²n no se hab¨ªan fabricado y cuyos primeros prototipos comenzaron a entregarse a los clientes cinco meses despu¨¦s, en marzo de este a?o.
A la espera de conocer si responde a las expectativas de estos avezados usuarios, durante la ¨²ltima edici¨®n del CES de Las Vegas, la mayor feria de tecnolog¨ªa del mundo, Heated Razor se hizo con el premio del p¨²blico a la mejor innovaci¨®n del a?o en los galardones otorgados por la publicaci¨®n Engadget.
Fuera ya de GilleteLabs, otra de las novedades es Razor Maker, una maquinilla que el usuario puede personalizar gracias a la tecnolog¨ªa 3D. Basta con entrar en Internet y dise?ar a medida un modelo a partir de unas 90 propuestas predefinidas. En un plazo de dos semanas, el usuario recibe en casa su pedido por un coste total de entre 19 y 45 d¨®lares.
D¨ªez, que impuls¨® esta l¨ªnea de producto, comenta que todo empez¨® como un proyecto piloto que deriv¨® en la instalaci¨®n de una granja de impresoras 3D cuyo trabajo est¨¢ automatizado mediante un brazo rob¨®tico, de tal modo que pueden producir maquinillas sin descanso. ¡°El valor de Razor Maker no solo consiste en aplicar la impresi¨®n 3D a nuestro proceso de fabricaci¨®n, sino que destapa un modelo de negocio bestial porque nos acerca much¨ªsimo m¨¢s al cliente. Ya no soy un ingeniero que durante tres a?os dise?a algo que luego t¨² compras, sino que ahora t¨² me dices qu¨¦ necesitas y yo busco la manera de hacerlo realidad con la mayor calidad. La conversaci¨®n ha cambiado para siempre¡±, se?ala D¨ªez.
?De verdad necesita Gillette recurrir al 'crowdfunding'?
Resulta llamativo que Gillette, que seg¨²n Forbes ocupa el puesto 32 en el ranking de las marcas m¨¢s valiosas del mundo, recurra a micromecenas para sacar adelante Heated Razor, el primer producto de su divisi¨®n GilletteLabs. Donato D¨ªez, responsable de esta unidad, reconoce que el dinero recaudado no es ¡°relevante¡± para una compa?¨ªa que cuenta con 800 millones de clientes en todo el mundo, sino que el valor de esta campa?a estriba en haber detectado a mil personas que han cre¨ªdo en las posibilidades de un producto que no iban a obtener inmediatamente: ¡°Hemos establecido una conversaci¨®n cercana con estos early adopters para responder mejor a sus necesidades e involucrarlos en el dise?o final, lo cual nos permite validar nuestra propuesta en un mercado real, as¨ª como acceder al conocimiento, opini¨®n y experiencia de uso de una base de clientes de car¨¢cter muy exigente¡±.
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