Joseph Paradiso: ¡°Debemos encontrar la manera de escapar del monitoreo y la vigilancia continua¡±
El titular de la c¨¢tedra Alexander W. Dreyfoos en el Media Lab del Instituto Tecnol¨®gico de Massachusetts (MIT) afirma que el impacto que promete el internet de las cosas en nuestras vidas lleva a plantearse hasta qu¨¦ punto dependeremos en un futuro cercano de los dispositivos conectados
Computaci¨®n ubicua, penetrante, ambiental, oculta¡ Todo son t¨¦rminos para referirse al mismo concepto: internet de las cosas (IoT, por sus siglas en ingl¨¦s). Este fue de los ¨²ltimos en aparecer, pero fue el que acab¨® por imponerse para hablar de una realidad tecnol¨®gica que gana presencia en la conversaci¨®n p¨²blica. ¡°Este fen¨®meno no trata tanto de las cosas en s¨ª como de la manera en la que interact¨²an entre ellas y con su contexto. Y no consiste en obtener datos; m¨¢s bien trata sobre c¨®mo conectar con las personas".
Hablamos con?Joseph Paradiso, un ingeniero electr¨®nico que advierte de sus peligros y sus bondades y que sabe bien de lo que habla: ha trabajado en f¨ªsica de alta energ¨ªa, control de naves espaciales y sonares submarinos y es titular de la c¨¢tedra Alexander W. Dreyfoos en el Media Lab del Instituto Tecnol¨®gico de Massachusetts (MIT), donde dirige el grupo dedicado a entornos interactivos.Hablamos con ¨¦l en las instalaciones del MIT en Boston con motivo de la presentaci¨®n del ¨²ltimo libro de?OpenMind, el portal divulgativo de BBVA.
El profundo impacto que promete tener IoT en nuestras vidas lleva a este ingeniero a plantearse una serie de preocupaciones relativas a la dependencia que nos generar¨¢n en un futuro los dispositivos conectados. ¡°Cuando era peque?o, empezamos a recibir facturas computarizadas y nos dimos cuenta de que los ordenadores estaban haciendo la contabilidad y administrando muchas de las infraestructuras de las que dependemos. Ah¨ª empezamos a darnos cuenta de que si se cayeran los sistemas, ser¨ªa un desastre¡±.
Es m¨¢s, en su opini¨®n, el siguiente reto al que se enfrenta el internet de las cosas es su autonom¨ªa, su capacidad de anticiparse a nuestras necesidades y ofrecernos lo que queremos sin que se lo tengamos que pedir. A fin de cuentas, su capacidad para convertirse en lo que este experto denomina un mayordomo digital. ¡°Hablamos de un escenario ideal en el que un dispositivo, despu¨¦s de pasar un tiempo contigo, te conoce y se puede anticipar para darte lo que necesitas teniendo en cuenta incluso tu estado de ¨¢nimo¡±.
En opini¨®n de Paradiso, esta dependencia inform¨¢tica aumentar¨¢ sus proporciones si termina por afectar a todo lo que nos rodea, si llega un punto en el que el ser humano necesite la informaci¨®n que recogen todo tipo de sensores, tanto en el ¨¢mbito p¨²blico como en el privado, para poder seguir con su vida tal y como la conoce. ¡°Debemos preocuparnos por encontrar la manera de escapar de la detecci¨®n ubicua, el monitoreo y la vigilancia continua¡±, anima. ¡°Entender c¨®mo podemos alejarnos de todo esto es uno de los grandes retos a los que nos enfrentamos como sociedad¡±.
Redes de sensores (y m¨¢s)
El trabajo de Joseph Paraiso se centra en la investigaci¨®n de redes de sensores y en c¨®mo aumentan y modifican la experiencia, la interacci¨®n y la percepci¨®n humanas. Tambi¨¦n es uno de los autores de ?Hacia una nueva Ilustraci¨®n? Una d¨¦cada trascendente, el und¨¦cimo libro que p¨²blica OpenMind, el portal divulgativo de BBVA.?
Y la desconexi¨®n no se contempla como la soluci¨®n m¨¢s inteligente. En este caso, la manera m¨¢s ¨®ptima de acabar con el problema no es echarlo de casa sin m¨¢s. Del mismo modo que podr¨ªamos deshacernos de la calefacci¨®n central y de la vitrocer¨¢mica para cocinar y calentarnos con fuego, pero, ?mejorar¨ªa esto nuestras vidas? ¡°No necesitamos dispositivos inteligentes, pero, en cierto modo, ser¨¢n un parte importante de la infraestructura de nuestros hogares. Y no merece la pena sacrificar los beneficios que nos traer¨¢n; hay otras maneras de afrontar los retos que nos presentan¡±.
El dilema ¨¦tico empieza en el momento en el que las empresas encontraron su modelo de negocio vendiendo la informaci¨®n que recog¨ªan de los usuarios. ¡°Ofrecer estos servicios gratis al p¨²blico fue maravilloso, porque te permit¨ªa desarrollar todo tipo de soluciones con una adopci¨®n muy r¨¢pida¡±, se?ala el ingeniero. ¡°La contrapartida es que, para poder sacar beneficio de esto, los usuarios tienen que perder el control sobre sus datos¡±.
La pregunta que sigue puede parecer balad¨ª, pero tiene m¨¢s relevancia de la que parece: ?Estamos dispuestos los ciudadanos a tener el control de nuestra informaci¨®n? Hace unos a?os, Paradiso y su equipo realizaron un estudio de privacidad para el que pusieron sensores y c¨¢maras en un entorno cerrado y habilitaron una p¨¢gina web en la que cada individuo pod¨ªa configurar cu¨¢les de sus datos se pod¨ªan difundir y en qu¨¦ circunstancias. ¡°Hab¨ªa que revisar un mont¨®n de campos y era muy pesado para los usuarios¡±, recuerda. ¡°Para el estudio, los participantes configuraron todas estas opciones, pero no creo que sea viable a medio plazo. Es una soluci¨®n poco pr¨¢ctica¡±.
No necesitamos dispositivos inteligentes, pero ser¨¢n un parte demasiado importante de nuestros hogares
Evoluci¨®n
Haciendo un repaso por su trayectoria profesional, Paradiso todav¨ªa se sorprende al ver c¨®mo los avances tecnol¨®gicos han permitido que IoT llegue hasta el punto en el que se encuentra en la actualidad. "Cuando empezamos a trabajar en esto, no ten¨ªamos ninguna infraestructura de partida. Simplemente empezamos a recoger datos y busc¨¢bamos la manera de que aparecieran en tiempo real en alg¨²n lugar", recuerda. "Entonces no era posible contar con un dispositivo ligero que lo reuniera todo de manera eficiente, as¨ª que tuvimos que desarrollar nuestros propios protocolos. No hab¨ªa bluetooth ni Zigbee. As¨ª empezamos a desarrollar los est¨¢ndares que han ido evolucionando hasta nuestros d¨ªas".
Internet de las cosas ha evolucionado mucho desde su nacimiento y no ha dejado de hacerlo.
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