El club de fans de la tercera dimensi¨®n
Esta es la historia de 3D Ikasi, el grupo de impresi¨®n 3D de Hirikilabs, el laboratorio de cultura digital y tecnolog¨ªa de Tabakalera: lo mismo imprimen una columna vertebral que un busto de Nefertiti
Eduardo Zubeldia lleg¨® a Hirikilabs con un proyecto debajo del brazo: la construcci¨®n de un tren de jard¨ªn. "Como el que est¨¢ en Madrid, en el museo del ferrocarril", precisa. Cinco a?os despu¨¦s Ibai Zabaleta, coordinador de este espacio de cultura digital y tecnolog¨ªa, a¨²n lo recuerda con incredulidad: "Eso fue lo primero que nos present¨®, y claro, en aquella ¨¦poca no ten¨ªamos nada para algo as¨ª", explica. "Ahora ya tengo hecho el morro", a?ade Zubeldia.
No es que le haya costado un lustro. Es que ha estado muy ocupado. Que si arreglar una antigua impresora. Que si imprimir un jarr¨®n. Que si un busto de Nefertiti. Que si un estern¨®n. Que si construir otra impresora. Y todo de mi¨¦rcoles en mi¨¦rcoles, de dos en dos horas.
"En esto llevamos dos a?os", afirma se?alando un esqueleto incompleto coronado por un cerebro. En torno a esa estructura luminosa se form¨® el grupo de impresi¨®n de Hirikilabs. Naci¨® de un proyecto educativo basado en impresi¨®n 3D y anatom¨ªa. "Empezamos por un cerebro, luego pasamos a trastear con arduinos, tiras LED, electr¨®nica b¨¢sica... Al final se juntaba mucha gente aqu¨ª, as¨ª que formamos un grupo abierto que es 3D Ikasi", recuerda Zubeldia. "El objetivo es aprender 3D: tanto de lo que es la parte de dise?o como la de impresi¨®n como las propias m¨¢quinas".
El esqueleto inacabado es la materializaci¨®n de la inagotable capacidad para trastear de 3D Ikasi. Ya le ha crecido toda la columna vertebral, las costillas, el estern¨®n... Y se ilumina a intervalos, como un ¨¢rbol de navidad. "Ahora est¨¢ en modo autom¨¢tico. Podemos hacer que nos muestre las cervicales, las lumbares, el occipital derecho... Adem¨¢s tiene sensores. Si le das con un secador, se ilumina el l¨®bulo parietal del cerebro, que es el que se estimula con el calor". El proyecto sigue vivo, pronto tendr¨¢ brazos y despu¨¦s seguir¨¢n imprimiendo miembros para completarlo. "Es perenne el pobre", asegura Zubeldia.
- Amor a primera vista
La relaci¨®n de Zubeldia, que trabaja como dise?ador en una empresa de trenes, y las impresoras comenz¨® en Hirikilabs. Cuando lleg¨® con su proyecto de ferrocarril de jard¨ªn, ni se planteaba que la herramienta clave para su proyecto fuese una impresora 3D. "Le ve¨ªa posibilidades, pero no me imaginaba que ser¨ªa capaz de hacer una impresora ni de imprimir cosas".
La falta de experiencia es casi requisito de entrada en 3D Ikasi. "El objetivo es que la gente enrede, que pierda el miedo, que diga: "Si ahora me compro una impresora 3D y se me atasca, no me quedo parado". A mucha gente le pasa esto y la deja meses y meses abandonada", explica.
A los curiosos que se van sumando a este grupo abierto les pasa como con todo. Unas veces salta la chispa. "Y te escriben a mes diciendo que se han comprado su propia impresora". Y otras no. "Dicen 'esto no es para m¨ª' y no vuelven". Zubeldia encabeza a los primeros: "Las posibilidades de esto son inmensas. Cada un tiene su hobby. Y esto como herramienta para sacar hobbies de la cabeza es ideal", asegura.
Y as¨ª les va. Contin¨²an con el esqueleto, siguen trasteando con una vieja impresora casera que devolvieron a la vida hace poco. "Y estamos preparando una mesa con la fachada de Tabakalera que se va a iluminar, con sus cristalitos y sus tiras LED...", anuncia Zubeldia mientras se aleja. Zabaleta se r¨ªe.
-?Es que le pegan a todo!- exclama mientras el otro saca medio edificio de debajo de una mesa.
-Hemos sacado dos prototipos pero no ha salido bien. Seguimos trabajando en ello -, explica, dando vueltas al modelo truncado.
?Se quedar¨¢n por el camino? "No, no. S¨¦ que lo van a hacer", asegura el coordinador. "?Que nos cuesta todo el a?o? Pues todo el a?o", sentencia Zubeldia.
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