Fusi¨®n nuclear: las ¡®startups¡¯ que quieren cambiar el mundo

Justo cuando la vida de la pr¨®xima generaci¨®n de humanos est¨¢ en juego por nuestro abuso de los combustibles f¨®siles aparece la esperanza: una energ¨ªa limpia que no depende del viento ni del sol para funcionar y cuya materia prima es pr¨¢cticamente inagotable.

La fusi¨®n, el santo grial de las energ¨ªas, est¨¢ cada vez m¨¢s cerca de convertirse en una realidad gracias al esfuerzo de una veintena de startups surgidas en Europa, Estados Unidos y Canad¨¢. Seg¨²n las previsiones m¨¢s optimistas, en diez a?os ya podr¨ªamos estar sustituyendo hidrocarburos por ¨¢tomos de hidr¨®geno para abastecer de electricidad a nuestras f¨¢bricas y ciudades.

La fusi¨®n de ¨¢tomos como forma de generar energ¨ªa no es nueva. Ya en 1950, el f¨ªsico y disidente sovi¨¦tico Andr¨¦i S¨¢jarov dise?¨® el Tokamak, la m¨¢quina con forma de donut donde el deuterio y el tritio (dos is¨®topos de hidr¨®geno) pueden alcanzar la temperatura necesaria para fusionarse creando ¨¢tomos de helio y liberando, en la reacci¨®n, una cantidad fabulosa de energia.

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El problema, hasta ahora, es que ninguna iniciativa ha logrado sostener unas temperaturas que multiplican por diez a las que se registran en el sol (que tambi¨¦n libera energ¨ªa por la fusi¨®n de ¨¢tomos) durante el tiempo suficiente como para asegurar la sostenibilidad del proceso. La mayor de todas, el proyecto internacional y p¨²blico ITER, promete conseguirlo pero no antes de 2035. Primero tiene que terminar la construcci¨®n de su gigantesco reactor en el sur de Francia y hacer las pruebas pertinentes.

Financiadas por personajes del mundo tecnol¨®gico tan conocidos como Jeff Bezos (Amazon), Peter Thiel (Paypal) y el fallecido Paul Allen (Microsof), las nuevas startups de fusi¨®n se ven capaces de llegar antes a ese escenario id¨ªlico. Entre otros motivos, por la flexibilidad que dicen tener en comparaci¨®n con el ITER, una especie de Naciones Unidas de la ciencia donde colaboran investigadores de Estados Unidos, Rusia, China, Jap¨®n, India, Corea del sur y Europa.

Michl Binderbauer, director de TAE Technologies, lo explica: "Tener financiaci¨®n privada te obliga a disciplinarte y a concentrarte en las metas y partes cr¨ªticas de la misi¨®n". Su empresa se cre¨® en California hace 20 a?os con el objetivo declarado de generar energ¨ªa de forma comercial mediante la fusi¨®n. Funciona con un modelo de "dinero a cambio de objetivos": "Solo conseguimos financiaci¨®n si cumplimos con los objetivos parciales prometidos a los inversores".

No quiere decir que lo privado sea bueno y lo p¨²blico malo. Los avances sobre los que trabajan TAE Technologies (en la que invirti¨® Paul Allen) y muchas de las nuevas startups de fusi¨®n vienen de investigaciones p¨²blicas de los a?os 70 y 80 que entonces no eran practicables. Los imanes superconductores de hoy, por ejemplo, permiten crear reactores de fusi¨®n mucho m¨¢s peque?os que los del ITER: al tener mayor potencia y resistencia, hace falta menos material para comprimir el plasma de hidr¨®geno donde se produce la fusi¨®n.

Otra novedad ha sido la posibilidad de fabricar componentes met¨¢licos de alta complejidad y ah¨ª el reciente desarrollo de t¨¦cnicas de impresi¨®n 3D ha sido fundamental. Como dice Binderbauer, la adopci¨®n generalizada de nuevas tecnolog¨ªas en los ¨²ltimos a?os ha redundado en una "mayor conciencia, capacidad y apoyo para la electricidad generada mediante fusi¨®n".

Primer reactor

En TAE Technologies quieren validar los resultados de sus experimentos en 2019 para empezar con la construcci¨®n del primer reactor. El objetivo es comenzar a comercializar energ¨ªa el¨¦ctrica al final de la pr¨®xima d¨¦cada. Un pron¨®stico similar al de la startup canadiense General Fusion. Seg¨²n su director, Christofer Mowry, si todo sale bien para esa fecha ya podr¨ªa estar listo su primer prototipo, generando electricidad a un precio capaz de competir con el de las centrales de carb¨®n.

"Una de las ventajas de nuestro enfoque es que podemos hacerlo relativamente peque?o", dice Mowry. Su reactor m¨ªnimo ser¨¢ capaz de generar unos 100 megavatios. Juntando dos de ellos se obtiene el tama?o ideal para una peque?a ciudad. "Por supuesto que se pueden hacer mayores pero eso los har¨ªa menos flexibles y uno de los desaf¨ªos es usar esta tecnolog¨ªa para producir cantidades menores de energ¨ªa".

Adem¨¢s de la abundancia de la materia prima (agua y litio), la otra gran ventaja de la fusi¨®n es la seguridad. No tiene uso militar (lo que explica la extraordinaria colaboraci¨®n internacional del ITER) y su riesgo es similar al de cualquier instalaci¨®n industrial. Como dice Mowry, "es absolutamente imposible tener un accidente como los que ocurren con la energ¨ªa nuclear tradicional [donde se separan ¨¢tomos, en vez de fusionarlos]".

"Ahora mismo estamos en lo que yo llamo el momento Space X de la fusi¨®n", explica Mowry con un ejemplo. "Igual que ocurri¨® con Space X [de Elon Musk], Blue Origin [de Jeff Bezos] o Virgin Galactic [de Richard Branson].... Ninguna de esas empresas invent¨® la ingenier¨ªa aeroespacial, usaron todo el trabajo que hab¨ªan desarrollado la NASA, la Agencia Europea Espacial, y despu¨¦s aplicaron tecnolog¨ªas modernas para desarrollar versiones m¨¢s baratas, r¨¢pidas y mejores de lo que se hab¨ªa hecho antes".

Donde todav¨ªa faltan avances es en la forma de convertir en energ¨ªa el¨¦ctrica el calor generado con la fusi¨®n de los is¨®topos de hidr¨®geno. La tradicional turbina impulsada por vapor de agua sigue siendo el principal m¨¦todo para generadores de grandes dimensiones.

Como explica el f¨ªsico Carlos Alejaldre, director del CIEMAT y ex directivo del proyecto ITER, no es lo m¨¢s eficiente: "Ser¨ªa mejor una transformaci¨®n directa en energ¨ªa el¨¦ctrica, como ocurre con la solar fotovoltaica; en un futuro, no s¨¦ si dentro de 100 o de 1.000 a?os, la fusi¨®n tambi¨¦n podr¨ªa ser as¨ª porque tiene la capacidad de generar electricidad directamente al producir part¨ªculas cargadas".

La fusi¨®n es la energ¨ªa del futuro y siempre lo ser¨¢, dice el chiste repetido por los cient¨ªficos. ?Pasar¨¢ esta vez lo mismo? Es imposible saberlo pero la existencia de unas 25 empresas privadas con sus respectivos inversores detr¨¢s hace pensar en un escenario diferente: los inversores nunca se han destacado por su ingenuidad ni por su altruismo. Seg¨²n Alejaldre, no es el ¨²nico motivo para ser optimistas. "En un proyecto europeo que se hizo en Inglaterra ya se consiguieron reacciones de fusi¨®n de una manera controlada durante periodos cortos; pocos segundos, pero ya se obtuvo un calentamiento equivalente a 16 megavatios; esa era la idea fundamental y ya se hizo".

Tanto si son los 10 a?os que prometen algunas startups como los 20 o 25 que podr¨ªa tardar el ITER, para evitar el cambio clim¨¢tico va a haber que actuar antes. "Es una pena que no la tengamos ya, cuando la pod¨ªamos haber tenido si de verdad hubiera habido un deseo pol¨ªtico", dice Alejaldre. En cualquier caso, dice, tendremos que seguir trabajando: "Es el problema m¨¢s importante de la humanidad".?