Ni?os y robots: ?una amistad para toda la vida?
A ti ya te pillan mayorcito, pero los m¨¢s j¨®venes tienen todas las papeletas para que los robots sociales se conviertan en una parte m¨¢s de su existencia, como fuente de compa?¨ªa y apoyo emocional
Hace un par de navidades estuvimos haciendo memoria. Rescatamos del olvido a los robots con los que jugaban las generaciones pasadas y los comparamos con los de ahora. Nuestra historia empezaba con una aut¨®mata de los a?os cincuenta, y cobraba cierta vida hacia finales de los ochenta, con la llegada de las impresionantes mascotas rob¨®ticas capaces de dar media vuelta al chocar con una pared, si no las tumbaba el golpe. Para los millennials y sus mayores, los robots de la infancia eran un juguete tan poderoso como lo fuera su imaginaci¨®n. La relaci¨®n que pod¨ªas establecer con ellos no era tanto m¨¢s compleja que la que ofrec¨ªa un osito de peluche.
Para que un robot sea social te tiene que transmitir que hay vida en su interior
Los robots de hoy en d¨ªa son harina de otro costal: te ven, entienden tus palabras, no van a gastarse las pilas en chocar con las paredes. M¨¢s que un juguete, son un compa?ero lleno de posibilidades. "El m¨®vil ya nos ha cambiado, y no deja de ser un m¨®vil. Los robots pueden tener un potencial de cambio todav¨ªa mayor, porque -en el caso de los robots sociales- te tocan en tu fuero interno", afirma Jos¨¦ Manuel Del R¨ªo, director ejecutivo de Aisoy.
?C¨®mo lo hacen? Siendo todo lo humanos que pueden. "Para que un robot sea social y, en nuestro caso, emocional, te tiene que transmitir que hay vida en su interior. En algunas ocasiones tiene que hacerte olvidar que est¨¢s delante de un dispositivo electr¨®nico", precisa Del R¨ªo. Ah¨ª entran ciertas marcas de comunicaci¨®n verbal y no verbal e incluso sensores de tacto que permiten al robot reaccionar de manera m¨¢s natural ante su entorno. "Eso son las bases, pero si no tratas de que el propio robot analice la informaci¨®n y reaccione de forma m¨¢s o menos inteligente, de forma que transmite que hay alguien ah¨ª dentro tomando decisiones, es dif¨ªcil que creas que ah¨ª hay inteligencia".
El potencial de estos robots ha sido objeto de estudio para un equipo de investigadores de la universidad de Washington. "Rodeados de tecnolog¨ªa desde su nacimiento, los adolescentes de hoy en d¨ªa son los m¨¢s propensos a tener relaciones con tecnolog¨ªa de alto nivel, incluidos robots en sus futuros empleos, su educaci¨®n y sus hogares", se?alan en el estudio publicado en el International Journal of Social Robotics.
En el art¨ªculo se identifican los robots sociales como un valioso interlocutor en la relaci¨®n con los adolescentes, que retratan como "una poblaci¨®n ¨²nica y vulnerable, mucho m¨¢s propensa a sufrir estr¨¦s, depresi¨®n y ansiedad". En este sentido, se destaca el potencial de estos compa?eros rob¨®ticos como un medio para prestar apoyo emocional e incluso recopilar datos relativos a la salud mental de los estudiantes. "Los participantes de nuestro estudio reconocieron sus propias experiencias de estr¨¦s y su deseo de expresar sus sentimientos negativos con nuestro prototipo", recogen.
- Ni?ez, adolescencia y m¨¢s all¨¢
?Significa esto que las edades m¨¢s avanzadas se quedan fuera del reparto? Todo lo contrario. Que los robots hayan llegado m¨¢s tarde a nuestras vidas no elimina su potencial utilidad. "En las personas m¨¢s mayores se da un problema principalmente de soledad. Ah¨ª los beneficios son enormes. Al fin y al cabo somos seres sociales. En el momento en que pasas mucho tiempo solo, la actividad social se ve disminuida y eso acaba afectando a tu estado an¨ªmico", explica Del R¨ªo.
De hecho, el director ejecutivo de Aisoy encuentra similitudes en las necesidades que los robots sociales pueden cubrir en uno y otro grupo de edad. "Siempre que hay una necesidad de relaci¨®n social o bien una carencia desde el punto de vista emocional, el hecho de tener una herramienta que ayuda a equilibrarlas es bueno", contin¨²a. Donde s¨ª hay cambios es en la estrategia a seguir, que debe adaptarse a las singularidades de cada caso y cada edad. "Por ejemplo, se estima que una de cada dos personas se ver¨¢ afectada por alg¨²n tipo de deterioro cognitivo. En los ni?os se trabaja m¨¢s la prevenci¨®n. En los adultos ya no ser¨¢ tanta prevenci¨®n sino contenci¨®n de ese deterioro".
- Refuerzo rob¨®tico
En este contexto, los robots sociales tendr¨¢n dos papeles. Por una parte, servir¨¢n b¨¢lsamo mientras llega la ayuda humana. "En el caso de los mayores, no hay tantas personas que puedan dedicar tiempo a combatir este problema, sean profesionales o no", se?ala Del R¨ªo. Por otro, explotar¨¢n su naturaleza, a fin de cuentas, inhumana para tender puentes y abrir camino. "Parece contradictorio, porque lo l¨®gico ser¨ªa que el mejor ant¨ªdoto sean las propias personas, pero en algunos casos no somos capaces de llegar a la cabeza de quienes est¨¢n afectados. Y un robot a lo mejor lo tiene m¨¢s f¨¢cil para hacer esa primera parte del recorrido".
De hecho, estos androides ya han probado su efectividad en las fases iniciales de diagn¨®stico. "Si estamos ante un caso de introspecci¨®n, si hay un problema de bullying, si hay problemas con otras personas, maltrato... Ah¨ª es muy probable que el diagn¨®stico se acelere un mont¨®n si incluyes a un robot en la fase de identificaci¨®n del problema", asegura el director ejecutivo de Aisoy. "Cuando ha habido un da?o como consecuencia de la relaci¨®n con otra persona, es m¨¢s r¨¢pido que el robot alcance un nivel de confianza con el ni?o que establecer una relaci¨®n de confianza con otro adulto".
Fronteras
- Pese a lo prometedor de estas interacciones, los robots sociales no pueden sustituir a la ayuda profesional ni al valor del apoyo de otra persona. "Estos robots son un complemento y una extensi¨®n de las personas: no son sustitutivos l¨®gicamente, si alguien no tiene a nadie, pueden ejercer ese rol, pero no son lo ideal. Lo ideal es que esto ayude a mantenerte a ti en un contexto social", explica Del R¨ªo.
- Tambi¨¦n es fundamental la cuesti¨®n de la privacidad. En Aisoy procuran respetar los est¨¢ndares de la industria y aplicar buenas pr¨¢cticas que minimicen los riesgos. "Hay parte de la informaci¨®n que nunca sale del robot, de modo que est¨¢ en un ¨¢mbito de seguridad. Las im¨¢genes no salen del robot. Tendr¨ªa que haber un agente malicioso que fuera a buscarlas all¨ª, y tendr¨ªa que sortear los mecanismos de seguridad que cada uno tenga en su entorno. Adem¨¢s, hay otros componentes que s¨ª hacen uso de servicios en la nube. Ah¨ª utilizamos los est¨¢ndares de la industria y procuramos no enviar informaci¨®n nominal, que est¨¦ asociada a una persona en concreto".
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