La SGAE del ma?ana: del monopolio a la competitividad global
Resulta clave que sociedades como la SGAE ofrezcan un servicio competitivo y ocupe un lugar de liderazgo en la adopci¨®n de tecnolog¨ªas 'blockchain' o contratos inteligentes
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Desde la irrupci¨®n de internet en la sociedad, los derechos de autor han estado en una posici¨®n delicada y en permanente entredicho. Muchas son las voces que cuestionan la idoneidad de estos derechos en la llamada sociedad del conocimiento y en favor de la cultura libre. Esta tesis de barra libre de cultura legitima un modelo de negocio en el que s¨®lo obtienen rentas quienes venden dispositivos, ofrecen servicios de conectividad o plataformas digitales para disfrutar de los contenidos que otros han creado, con lo que los autores quedan fuera de las ganancias que su obra genera.

Devastador fue el impacto de los intercambios de archivos peer to peer (de ordenador a ordenador) entre millones de usuarios particulares. Esta s¨²per conectividad entre usuarios fue un azote al viejo paradigma de las compa?¨ªas discogr¨¢ficas, que hab¨ªan encontrado un modelo de negocio lucrativo vendiendo contenedores f¨ªsicos donde almacenar la m¨²sica (ya fuera vinilos, casetes o CDs). En Espa?a, desde 1997 hasta el ejercicio de 2015/16, la industria hab¨ªa ca¨ªdo un 41%, una cifra aterradora que se habr¨ªa llevado por delante a cualquier otro sector.
Sin embargo en el horizonte se abren nuevas oportunidades y los generadores de contenidos y propietarios de derechos intelectuales tendr¨¢n un papel muy relevante en la econom¨ªa mundial en los pr¨®ximos a?os. En estos tiempos en los que el streaming con Netflix, Spotify, Pandora, Deezeer, HBO o Youtube, ¨Ccon un ancho de banda que ha permitido que pel¨ªculas y m¨²sica est¨¦n accesibles en m¨²ltiples dispositivos por todo el planeta¨C, podemos predecir sin temor a equivocarnos que se aproxima un cambio que obliga a dar un giro al modelo de gesti¨®n de derechos que ahora conocemos.
Seg¨²n un informe elaborado por la Confederaci¨®n Internacional de Sociedades de Autores y Compositores (CISAC), en 2012 la recaudaci¨®n mundial en concepto de regal¨ªas alcanz¨® la cifra r¨¦cord de 7.800 millones de euros, pero los ingresos generados por el sector digital,que ese mismo a?o sumaron 301 millones de euros, constituyendo solo el 4% de la recaudaci¨®n total a nivel mundial. Estas cifras indican que los creadores no est¨¢n obteniendo una remuneraci¨®n equitativa en el mercado digital.?
?Puede resolver el problema de la trasferencia de valor de los autores en el mundo digital la tecnolog¨ªa blockchain y los contratos inteligentes?
Blockchain cambia la forma en la que se puede ejercer el derecho de propiedad y el valor de esta. Un ejemplo claro son las criptomonedas. Su aplicaci¨®n al sector de los derechos de autor permitir¨ªa disfrutar de los beneficios que ofrece: inmutabilidad, descentralizaci¨®n, seguridad e informaci¨®n en tiempo real. El cliente y socio ganar¨ªa visibilidad y trazabilidad y, al mismo tiempo, se har¨ªan m¨¢s eficientes los procesos de identificaci¨®n, recaudaci¨®n y reparto.
Los creadores deben ser remunerados equitativamente por el uso de sus obras en Internet, plataformas de servicios que ofrecen acceso a agregadores o a contenidos subidos por los usuarios alegan que son simples intermediarios".
Con toda la demanda que existe de contenidos protegidos con derechos de autor hay algo que no cuadra en esta transferencia de valor hacia los autores en el sector digital: la mayor parte de los ingresos que obtienen las plataformas digitales y que provienen de los contenidos culturales no llega a sus creadores. Solucionar este desequilibrio constituye una misi¨®n dentro de la SGAE y dem¨¢s entidades de gesti¨®n colectiva mundiales y nuevos actores privados que entrar¨¢n en juego.
Los creadores deben ser remunerados equitativamente por el uso de sus obras en internet, plataformas de servicios que ofrecen acceso a agregadores o a contenidos subidos por los usuarios alegan que son simples intermediarios y que no deben remunerar a los autores aunque en buena medida se est¨¦n lucrando con estos contenidos protegidos.
Un claro ejemplo es YouTube, que a pesar de ingresar con anuncios publicitarios y ser una pr¨®spera y lucrativa empresa s¨®lo pagan migajas a los autores en comparaci¨®n con otros actores dentro de la industria. Otros ser¨ªan los proveedores digitales, que obtienen licencias por el uso de los contenidos, estas se amparan en normativas sobre puertos seguros y tienen ciertas actitudes opacas en cuanto a la remuneraci¨®n de derechos de autor. No en vano, a principios de a?o el Consejo Federal de Derechos de Autor (CRB, el organismo que se encarga de regular en Estados Unidos los derechos) ha fallado a favor de los autores en la disputa judicial que la Asociaci¨®n Americana de Derechos de Autor (NMPA) y la Asociaci¨®n Internacional de compositores Nashville manten¨ªan con Spotify, Apple Music, Google, Pandora y Amazon.
En un futuro cercano, la tecnolog¨ªa, a trav¨¦s de contratos inteligentes nos tiene que llevar a crear una veracidad entre las partes implicadas (artistas int¨¦rpretes y ejecutantes, autores compositores, arreglistas, guionistas, directores, productores, discogr¨¢ficas), sobre un archivo de v¨ªdeo o audio, metadatos y su informaci¨®n de propiedad intelectual a trav¨¦s de capas de comunicaci¨®n, conjuntos de datos p¨²blicos y privados, y tecnolog¨ªa de cadena de bloques para garantizar que todos los datos est¨¦n actualizados y sincronizados.
Algunos actores ya se han convertido en el est¨¢ndar de la industria existente como DDEX (Digital Data Exchange), una familia de est¨¢ndares que se utilizan ampliamente para ciertos tipos de intercambios de informaci¨®n en la cadena de suministro de m¨²sica, como informes de ventas y notificaciones de etiquetas de las nuevas versiones y CWR (Common Works Registration) un formato est¨¢ndar para el registro y la revisi¨®n de obras musicales. Proporciona todos los datos necesarios para que un editor registre un trabajo en PRO o Mechanical Rights Society. Tambi¨¦n proporciona un medio para rastrear el estado de registro y facilita la comunicaci¨®n entre editores y sociedades para asegurar la relaci¨®n entre las partes y operatividad con los sistemas existentes y el flujo de trabajo.
Los nuevos modelos de distribuci¨®n y comercializaci¨®n de la m¨²sica y el cine ligados a la tecnolog¨ªa blockchain parecen estar a punto de cambiar la relaci¨®n entre las partes que interact¨²an de forma similar a lo que sucedi¨® desde el vinilo al casete o al disco compacto, y de ah¨ª a Napster, Itunes ,el peer-to-peer, y el ahora el streaming.
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Los artistas, productores y compositores deber¨ªan beneficiarse tambi¨¦n de estos avances a la vez que se aseguran de que se les pague por las transmisiones de la misma manera que se les paga por los registros f¨ªsicos. Para ello es fundamental que las sociedades de derechos y espec¨ªficamente SGAE en Espa?a ofrezca un servicio competitivo y ocupe un lugar de liderazgo en la adopci¨®n de tecnolog¨ªas blockchain, contratos inteligentes y otras que ha llegado para revolucionar las industrias de entretenimiento y contenido art¨ªstico.
Juan Rivas es m¨²sico y gestor cultural. Preside el Consejo Territorial de SGAE Galicia y es patrono de Fundaci¨®n SGAE
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