Kasp¨¢rov: ¡°Me deprime ver a la gente haciendo cola por un nuevo m¨®vil id¨¦ntico al anterior¡±
Para el gran maestro del ajedrez, el miedo a la tecnolog¨ªa y la falta de ambici¨®n son parcialmente responsables de las carencias que la crisis del coronavirus est¨¢ sacando a relucir
Una afirmaci¨®n recurrente del gran maestro Garri Kasp¨¢rov es que ¨¦l fue el primer trabajador intelectual derrotado por una m¨¢quina. As¨ª resume lo ocurrido en su partida de ajedrez contra Deep Blue en 1997. "E incluso yo pienso que el miedo a la tecnolog¨ªa es rid¨ªculo", afirma durante su intervenci¨®n en la nueva edici¨®n virtual del evento tecnol¨®gico Collision. En opini¨®n del ajedrecista retirado, ahora embajador de seguridad de Avast, ese miedo est¨¢ frenando nuestros avances y ha limitado nuestras posibilidades de hacer frente a la pandemia. "Estamos pagando el precio de nuestra falta de ambici¨®n".
El coste de haber tratado como ciencia ficci¨®n la incorporaci¨®n de los robots a los lugares de trabajos, los coches aut¨®nomos o los repartidores rob¨®ticos, asegura, es no tener desarrolladas a tiempo las tecnolog¨ªas que podr¨ªan haber facilitado el trance. "Nuestra actitud importa. Si estamos asustados, no invertiremos en tecnolog¨ªa ambiciosa. No nos daremos prisa en automatizar trabajos que las m¨¢quinas pueden hacer mejor y de forma m¨¢s segura", contin¨²a. "No tenemos esas cosas. Y, ahora que las necesitamos, estamos intentando construirlas a toda prisa. Perdimos a?os preocup¨¢ndonos por los robots asesinos y la inteligencia artificial ¨¦tica en lugar de invertir en alcanzar las estrellas". Y de aquellos polvos, estos lodos.
Su receta para gestionar la situaci¨®n actual est¨¢ inspirada en su estrategia como ajedrecista. "Cuando est¨¢s en una crisis es dif¨ªcil centrarse en una estrategia a largo plazo para el futuro, y es incluso m¨¢s dif¨ªcil mirar atr¨¢s y ver qu¨¦ te meti¨® en este l¨ªo. Examina las decisiones que tomaste y mejorar¨¢s las decisiones que tomar¨¢s. En ajedrez, si eval¨²as mal tu posici¨®n, har¨¢s inevitablemente el movimiento equivocado", se?ala. Sin embargo, considera que este ejercicio de reflexi¨®n es esencial para avanzar en la direcci¨®n correcta, al margen de los caprichos de la suerte y la naturaleza. "Aunque no puedas predecir un terremoto, puedes estar preparado y responder mejor ante ¨¦l".
El campe¨®n de ajedrez, que se confiesa optimista incorregible, defiende con fervor que las virtudes del progreso tecnol¨®gico tienen el potencial para sobrepasar los riesgos que este entra?a -"ganamos m¨¢s de lo que perdemos"-, pero es consciente de que las cosas pueden torcerse. "Las nuevas tecnolog¨ªas siembre ofrecen posibilidades para la vigilancia, permiten que Estado y a sus instituciones nos esp¨ªen; pero al mismo tiempo nos permiten conseguir m¨¢s libertad", insiste. "La ambici¨®n no implica que dejemos de ser cautos. Siempre habr¨¢ quien intente extralimitarse en una crisis, por lo que debemos estar alerta. La privacidad y la seguridad est¨¢n bajo presi¨®n, as¨ª que vigilar a los vigilantes es esencial. Cada nueva iniciativa deber¨ªa explicar exactamente qu¨¦ hace, por qu¨¦ y en qu¨¦ condiciones se detendr¨¢".
En este sentido, la tarea pendiente de los ciudadanos es presionar a los pol¨ªticos para que estos presionen a las empresas. Pero Kasparov no tiene claro que ni los unos ni los otros est¨¦n a la altura: "Las experiencias de los pol¨ªticos entrevistando o recibiendo testimonios de estos magnates, como cuando Mark Zuckerberg declar¨® en el Senado de los Estados Unidos, son muy decepcionantes. No saben ni por d¨®nde empezar. Y creo que el p¨²blico general tambi¨¦n es muy pasivo en estas demandas".
De las estrellas a las pantallas
Kasparov compara las grandes proezas de la exploraci¨®n espacial con los recortes en investigaci¨®n y desarrollo de f¨¢rmacos y vacunas por falta de rentabilidad. Le sorprende que sea la regulaci¨®n lo que est¨¢ frenando el testeo de los coches aut¨®nomos. "No fuimos a la luna porque lo necesit¨¢semos, no porque fuera pr¨¢ctico, sino porque el reto nos impuls¨® e impuls¨® nuestra tecnolog¨ªa a incre¨ªbles picos de innovaci¨®n. Entonces ten¨ªamos grandes sue?os. Ten¨ªamos la vista en las estrellas", asegura. Ahora le mortifica, teniendo incre¨ªbles tecnolog¨ªas a nuestro alcance, nuestros sue?os se hayan vuelto peque?os. "No tenemos los ojos en las estrellas, sino en las peque?as pantallas que tenemos delante".
Esas pantallas est¨¢n, seg¨²n el gran maestro, imponiendo fronteras a nuestra ambici¨®n al mostrar balances trimestrales y precios de acciones, en lugar de esperanzas y sue?os capaces de inspirar a una generaci¨®n. "Me sorprende y me deprime ver a la gente haciendo cola por un nuevo m¨®vil que es casi id¨¦ntico al anterior", se aflige.
Su camino al futuro est¨¢ en el pasado: "Es muy importante que recuperemos ese esp¨ªritu de exploraci¨®n. Es vitalmente importante para nuestro progreso". Y su presente es sencillamente insuficiente, tal y como est¨¢ montado: "Hay mucha energ¨ªa ¨²til, pero si les decimos [a las nuevas generaciones] que lo mejor que pueden hacer es crear una nueva app para el iPhone 20, eso es todo lo que har¨¢n".
Un cita online entre 32.000 personas
Collision es el hermano canadiense del evento tecnol¨®gico WebSummit, que anualmente re¨²ne en Toronto a miles de emprendedores, inversores, investigadores y personalidades relacionadas de forma directa o indirecta con la industria tecnol¨®gica y los ¨²ltimos avances del sector. En esta descripci¨®n encajan desde Brad Smith (Microsoft) hasta la celebrity Paris Hilton pasando por el DJ Steve Aoki y la CEO de Mozilla, Mitchell Baker. Los temas de conversaci¨®n van desde los ¨²ltimos avances en rob¨®tica e inteligencia artificial hasta las m¨¢s recientes viscisitudes de la industria del fitnesss.
Este a?o, Collision lleva el apellido from home (desde casa), puesto que por primera vez y como respuesta a la crisis del coronavirus y las restricciones que esta impone a la celebraci¨®n de un evento global de estas caracter¨ªsticas, la cita se celebra online. Internet se ha convertido el punto de encuentro entre m¨¢s de 600 ponentes, 850 inversores, un millar de startups y decenas de miles de asistentes, que de acuerdo con los datos m¨¢s recientes, rondan los 32.000 y proceden de 74 pa¨ªses distintos.
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