Los ¡®wearables¡¯ se vuelcan en la salud: ?Es fiable la informaci¨®n que ofrecen?
Los dispositivos aportan al usuario cada vez m¨¢s datos que antes se consegu¨ªan solo en una consulta m¨¦dica, pero los expertos advierten de que hay una gran variabilidad
Las ¨²ltimas pulseras de actividad de Fitbit, adem¨¢s de medir los pasos que da el usuario, registran las pulsaciones, incluyen una funci¨®n que permite detectar si existe fibrilaci¨®n auricular y monitorizan el ox¨ªgeno y la frecuencia respiratoria, entre otros par¨¢metros. El Apple Watch Series 7, el reloj inteligente de la firma de Cupertino, lleva a cabo electrocardiogramas al usarlo con la aplicaci¨®n ECG. El ...
Las ¨²ltimas pulseras de actividad de Fitbit, adem¨¢s de medir los pasos que da el usuario, registran las pulsaciones, incluyen una funci¨®n que permite detectar si existe fibrilaci¨®n auricular y monitorizan el ox¨ªgeno y la frecuencia respiratoria, entre otros par¨¢metros. El Apple Watch Series 7, el reloj inteligente de la firma de Cupertino, lleva a cabo electrocardiogramas al usarlo con la aplicaci¨®n ECG. El anillo Oura, que se publicita como ¡°el mejor monitorizador del sue?o del mercado¡±, incluye tambi¨¦n sensores de temperatura corporal y promete integrar todos los datos que recoge sobre el cuerpo del usuario para indicarle c¨®mo de preparado est¨¢ para hacer ejercicio, si est¨¢ a punto o si, por el contrario, deber¨ªa descansar.
Hace ya mucho que los wearables, esos dispositivos que se llevan puestos durante las 24 horas del d¨ªa y que miden distintos par¨¢metros del cuerpo del usuario, son mucho m¨¢s que un pod¨®metro que se conecta al m¨®vil.Lo habitual es que estos dispositivos vayan m¨¢s all¨¢ y monitoricen tambi¨¦n elementos que hasta hace no mucho solo pod¨ªamos medir en una consulta m¨¦dica. Sin embargo, se trata de dispositivos de consumo, es decir, no han sido desarrollados con un contexto m¨¦dico en mente. En 2022 se prev¨¦ que se alcancen los 3445 millones de productos vendidos en todo el mundo, un aumento del 13,2 % respecto a 2021, seg¨²n la consultora Abi Research. Pero, ?hasta qu¨¦ punto nos podemos fiar de los datos que nos dan a trav¨¦s de sensores diminutos que contrastan con la aparatosidad de muchos dispositivos m¨¦dicos?
¡°Hay una gran variabilidad entre los diferentes dispositivos¡±, explica Antoni Baena, director del Programa M¨¢ster Universitario en Salud Digital de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), haciendo referencia a los estudios que hay publicados sobre el tema. ¡°Como es l¨®gico, los m¨¢s caros suelen ser los m¨¢s fiables, ya que incluyen receptores mucho mejores¡±, se?ala. Pero no solo depende del dispositivo: hay par¨¢metros que son m¨¢s f¨¢ciles de medir que otros, lo que da como resultado datos que se ajustan m¨¢s a la realidad. As¨ª, aunque estos dispositivos suelan fallar ¡°al analizar el gasto energ¨¦tico¡±, los pasos, latidos por minuto y algunos aspectos del sue?o son bastante fiables, enumera Baena.
El sue?o es uno de los elementos estrella que miden los wearables. Cuando el usuario se despierta, la aplicaci¨®n asociada al dispositivo le dir¨¢ cu¨¢nto y qu¨¦ tal ha dormido, adem¨¢s de qu¨¦ porcentaje de esas horas dormidas las ha dedicado al sue?o profundo. ¡°Concretamente eso, lo del sue?o profundo, no es de fiar¡±, sentencia Javier Puertas, vicepresidente de la Sociedad Espa?ola del Sue?o (SES). Adem¨¢s, explica que existen muchos mitos sobre las fases del sue?o que esas aplicaciones no siempre aclaran. El sue?o profundo es solo una de las fases y no debe ocupar toda la noche. ¡°El sue?o profundo normalmente es el 20% de la noche y con la edad disminuye¡±, asegura Puertas. Pero si uno no sabe esto, puede despertarse despu¨¦s de haber dormido cinco horas, ver que ¡°solo¡± ha tenido una hora de sue?o profundo y sentir que esas pocas horas las ha dormido mal.
Lo que s¨ª pueden medir con cierta fiabilidad los wearables es el n¨²mero total de horas que se ha dormido, pero experto recalca que es importante no obsesionarse. ¡°Puede generar una preocupaci¨®n por el sue?o que es contraria al sue?o: si nos vamos a la cama preocupados por si dormimos m¨¢s o menos profundamente y creemos que nosotros podemos hacer algo al respecto, lo ¨²nico que vamos a hacer es introducir un par¨¢metro de preocupaci¨®n en el entorno del sue?o, que es lo contrario a lo que nos va a permitir dormir bien¡±, afirma. A esta obsesi¨®n ya se la ha empezado a llamar ortosomnia a ra¨ªz de un art¨ªculo publicado en 2017 en el Journal of Clinical Sleep Medicine en el que se alertaba de una tendencia detectada: pacientes que acud¨ªan al m¨¦dico porque sus wearables les dec¨ªan que dorm¨ªan mal, lo que a su vez hac¨ªa que durmiesen peor.
En general, sin embargo, s¨ª parece que los datos aportados por los dispositivos son bastante ajustados a la realidad. ¡°Con respecto a otras variables m¨¢s complejas que se han ido incluyendo en los ¨²ltimos dispositivos como ECG, nivel de ox¨ªgeno, frecuencia respiratoria o, a punto de salir, nivel de az¨²car, los pocos estudios que hay a¨²n por ser tecnolog¨ªas relativamente nuevas han encontrado que los registros son fiables¡±, explica Antoni Baena. ¡°Ahora imaginemos el poder de screening que estos dispositivos pueden tener, que no de diagn¨®stico¡±, asegura.
Otro aporte ¨²til de las mediciones que realizan los wearables, incluso las que no cuentan con la mejor precisi¨®n, es que al tomarlas durante un tiempo se crea un hist¨®rico de datos en el que se puede ver la evoluci¨®n y comprobar cualquier cambio. ¡°Ocurre lo mismo en una b¨¢scula. Puede que no est¨¦ bien calibrada y que pese de m¨¢s o de menos, pero lo importante en estos casos es la variaci¨®n de peso como indicador ¨²til para el profesional sanitario¡±, explica Vicente Traver, director del grupo de Innovaciones Tecnol¨®gicas para la Salud y el Bienestar (SABIEN) del Instituto de Aplicaciones de las Tecnolog¨ªas de la Informaci¨®n y de las Comunicaciones Avanzadas de la Universitat Polit¨¨cnica de Val¨¨ncia (UPV). Esta informaci¨®n, opina el experto, puede ayudar a acelerar una visita a un m¨¦dico especialista e incluso reducir el tiempo que transcurre hasta que se alcanza un diagn¨®stico. Sin embargo, siempre hay que tener cierto cuidado y encontrar el equilibrio. ¡°Estando a favor del empoderamiento del paciente, no podemos promover la hipocondr¨ªa¡±, asegura Traver.
Concienciaci¨®n sobre h¨¢bitos saludables
El miedo a que los usuarios nos obsesionemos con toda esa informaci¨®n sobre nuestra salud que aportan los wearables es leg¨ªtimo, pero de momento parece que ese efecto es minoritario. Un estudio publicado en 2021 en la revista Retos, por ejemplo, intent¨® encontrar correlaci¨®n entre el uso de dispositivos fitness (wearables, aplicaciones m¨®viles, etc.), adicci¨®n al deporte y tendencia a la ansiedad. No la encontr¨®.
¡°No podemos pretender empoderar en salud a la poblaci¨®n, pero no hacerlo por miedo al alarmismo o a la hipocondr¨ªa, ser¨ªa paternalista¡±, indica Antoni Baena. ¡°Diferente es que hace falta mucho trabajo en una comunicaci¨®n de la informaci¨®n en salud razonable y propositiva, que ayude a mejorar el autocuidado y no al rev¨¦s¡±, a?ade.
Todos los expertos consultados coinciden en que lo m¨¢s positivo de los wearables es precisamente eso: conciencian a la poblaci¨®n sobre el impacto del estilo de vida en nuestra salud. ¡°Lo mejor de la llegada de estos dispositivos es que la gente ha empezado a prestarle atenci¨®n al sue?o¡±, concede Javier Puertas, de la SES. ¡°Siempre digo que la mayor parte de la sociedad tiene modelos de sue?o que son contraproducentes: la persona exitosa es la que duerme pocas horas. Da la sensaci¨®n de que ser productivo es lo mejor y el sue?o es una esclavitud improductiva. No tenemos una educaci¨®n sobre la higiene del sue?o como una inversi¨®n en nuestra salud, algo que ya nadie duda de otros aspectos como la alimentaci¨®n o el ejercicio f¨ªsico¡±, explica. Ahora el sue?o se menciona cada vez m¨¢s a menudo como uno de los pilares de vida saludable.
¡°Los wearables son ¨²tiles para generar una concienciaci¨®n a la hora de adoptar y mantener un estilo de vida adecuado que redunde en una mejor calidad de vida. Adem¨¢s, el disponer de esos datos y que el propio usuario tenga acceso a ellos le hace ver las relaciones entre estilo de vida y salud, por ejemplo, viendo c¨®mo impacta su alimentaci¨®n o los pasos que da en su ritmo cardiaco, su nivel de glucosa o en la calidad de su sue?o¡±, a?ade Vicente Traver, de la UPV.
En la actualidad, los datos relativos a la salud recogidos por los wearables de consumo se quedan en manos del usuario, que es quien puede decidir si mostrarle algo a su m¨¦dico o no. Solo si son dispositivos m¨¦dicos proporcionados al paciente por un profesional sanitario, esos datos pueden ser transmitidos de forma autom¨¢tica al sistema de salud. La previsi¨®n es que los wearables y otros dispositivos de consumo contin¨²en mejorando y recogiendo datos cada vez m¨¢s precisos y fiables. Traver explica que, por ejemplo, los asistentes virtuales ¡°pueden ayudar mucho a recopilar informaci¨®n sobre la salud del usuario porque ya es posible detectar diferentes enfermedades cardiovasculares o respiratorias a trav¨¦s del an¨¢lisis de la voz¡±.
Adem¨¢s, indica que hay investigaciones para la prevenci¨®n del ictus o detecci¨®n de soledad no deseada, deterioro cognitivo y otras enfermedades mentales. Para lograr llegar a detectar esos y otros trastornos, las investigaciones ¡°no se basar¨¢n ¨²nicamente en la combinaci¨®n de inteligencia artificial y el dato adquirido en ese momento, sino que requerir¨¢n disponer de un hist¨®rico de datos de ese mismo usuario para que las recomendaciones y alertas sean precisas¡±, explica. El tema de la privacidad tambi¨¦n tendr¨¢ aqu¨ª mucho que decir, puntualiza, hasta qu¨¦ punto permitiremos a wearables y otros dispositivos conocer y tratar una informaci¨®n tan sensible.
Su visi¨®n de futuro es la de una combinaci¨®n entre dispositivos m¨¦dicos y no m¨¦dicos. ¡°Debemos mantener los dispositivos de uso m¨¦dico para diagn¨®stico, mientras que muchos de los dispositivos no m¨¦dicos pueden ser usados para seguimiento de enfermedades o para mantener un estilo de vida saludable, m¨¢s all¨¢ de que estos wearables no deben reemplazar a los profesionales sanitarios. En cualquier caso, estos dispositivos (con un rango muy variable de calidad y precisi¨®n) siempre aportar¨¢n informaci¨®n que puede ser ¨²til para el profesional sanitario, pero ha de ser ¨¦l quien decida qu¨¦ datos usar para la posterior toma de decisiones¡±, concluye.
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