Curiosa paradoja: la obsesi¨®n por dormir bien nos est¨¢ volviendo insomnes
Los expertos del sue?o consideran la ortosomnia un detonante de nuestros frecuentes desvelos. Esta es la historia de un t¨¦rmino vinculado a los ¡®wearables¡¯
Que si este mes me llega la letra del coche. Que a ver si puedo cuadrar las vacaciones con todos los compa?eros. Que si se me calent¨® la boca demasiado, que seguro que Fulanito est¨¢ echando pestes por mi comentario de esta ma?ana... Cualquier cosa nos quita el sue?o. Es normal. Lo que no es habitual es que la mera contemplaci¨®n de la posibilidad de no dormir bien nos deje en vela toda la noche. Pero sucede, y tiene nombre. No poder dormir por el estr¨¦s que genera preocuparse justo por ello se llama ortosomnia, y es un fen¨®meno cada vez m¨¢s com¨²n.
Siempre se ha valorado la calidad del sue?o en funci¨®n de lo mucho o poco que cuesta salir de la cama y de la cantidad de bostezos a lo largo de la ma?ana. Pero los wereables, estos dispositivos inteligentes en forma de pulsera o reloj, cuya penetraci¨®n en todo el mundo est¨¢ aumentando en los ¨²ltimos a?os, lo ha cambiado todo. Como era una estimaci¨®n aparentemente subjetiva, antes pod¨ªamos otorgar a los bostezos ¡ªo no¡ª cierta validez. Ahora, a ver qui¨¦n se atreve a llevarle la contraria a todos estos gadgets ¡®inteligentes¡¯, que miden desde las pulsaciones que tenemos hasta c¨®mo nos movemos mientras dormimos. El problema es que tener un Pepito Grillo que haga balance d¨ªa s¨ª y d¨ªa tambi¨¦n de cu¨¢ntas horas hemos pasado en brazos de Morfeo, y si las hemos aprovechado al m¨¢ximo, bien puede llegar a ser contraproducente. La obsesi¨®n por dormir bien, por maximizar el descanso seg¨²n los par¨¢metros de estos artefactos, incluso puede llegar a provocar insomnio.
Cuando querer que todo salga bien es un mal plan
Los primeros en dar la voz de alarma sobre la ortosomnia, los mismos que inventaron el t¨¦rmino recurriendo al prefijo procedente del griego ortho, ¡°perfecto¡±, y somnia, ¡°descanso¡±, en lat¨ªn, fueron unos investigadores de Chicago (EE UU). Lo hicieron en un estudio de casos publicado en la revista Journal of Clinical Sleep Medicine en 2017, en el que advert¨ªan de que los dispositivos inteligentes estaban llevando a la gente al insomnio. El fen¨®meno (ya lo sugiere la palabra) es similar al que se produce entre las personas que se obsesionan por llevar una alimentaci¨®n extremadamente sana, que se conoce como ortorexia y que puede acabar arruin¨¢ndote la salud.
Es una conducta que no est¨¢ catalogada como un trastorno, pero los expertos constatan que se trata de un comportamiento cada vez m¨¢s com¨²n en nuestro pa¨ªs: ¡°En este momento no se encuentra en ninguna clasificaci¨®n m¨¦dica sobre trastornos de sue?o pero, dado que los profesionales lo percibimos cada vez con m¨¢s frecuencia, s¨ª que es algo que podemos preguntar en consulta a los pacientes¡±, reconoce Celia Garc¨ªa Malo, neur¨®loga de la cl¨ªnica Instituto de Investigaciones del Sue?o. Tampoco hay cifras exactas de la prevalencia de la ortosomnia a nivel nacional, pero se sabe que una fracci¨®n de quienes la han experimentado ya sufren un trastorno de sue?o.
Hay muchos tipos de insomnio, ?cu¨¢l es el que te impide dormir por las noches?
¡°Muchos desarrollan verdadero miedo al momento de tener que irse a dormir, anticipando que ser¨¢ otra noche terrible¡±, dice la especialista. De esa obsesi¨®n nace un control minucioso ¡°de c¨®mo ha sido el sue?o esa noche, la iniciativa de relacionarlo con cosas que se ha hecho el d¨ªa anterior o incluso crear rituales por la creencia de que pueden ayudar a dormir bien¡±. Garc¨ªa Malo apunta que, si bien la ortosomnia puede afectar a ¡°cualquier persona en determinadas ¨¦pocas de su vida, con m¨¢s estr¨¦s o ansiedad¡±, podr¨ªa ser m¨¢s frecuente ¡°en hombres de mediana edad¡± que tienden a ser ¡°perfeccionistas, autoexigentes, controladores, planificadores, con menor capacidad de adaptarse a los cambios¡¡±.
Para estas personas (y no solo para ellas), los wearables que miden las pulsaciones, c¨®mo se mueven en la cama y el tiempo que pasan tumbados cada noche, pueden ser una gu¨ªa fiel¡ pero no siempre fiable. Los resultados que arrojan no son indicativos de un buen descanso, seg¨²n las conclusiones de algunos cient¨ªficos que se han preocupado de medir su efectividad. Por ejemplo, un estudio publicado en la revista Sleep compar¨® las pulseras de una reconocida marca con los test de polisomnograf¨ªa que se utilizan habitualmente en el estudio del sue?o, y determin¨® que la falta de precisi¨®n caracteriza a este tipo de dispositivos. El trabajo se public¨® en 2015 y, a d¨ªa de hoy, la cosa no ha cambiado mucho. ¡°Dan datos generales, cuando en el d¨ªa a d¨ªa en la consulta sabemos que normalidad pueden ser muchas cosas¡±, apunta Garc¨ªa Malo.
No obstante, la experta rompe una lanza a favor de las pulseras, que ¡°ayudan a que la poblaci¨®n tome conciencia sobre h¨¢bitos de vida saludable¡± con su capacidad de monitorizar diferentes funciones biol¨®gicas, como los pasos y la frecuencia card¨ªaca. ¡°Pero si una persona padece insomnio, pese a que el dispositivo pueda indicarle sue?o fragmentado o ausencia de sue?o profundo, habitualmente ser¨¢ necesario hacer una polisomnograf¨ªa ¡ªun estudio de sue?o completo¡ª para conocer las causas de este problema y as¨ª poder buscar un tratamiento que sea efectivo¡±. Tomar conciencia de la importancia del sue?o, s¨ª; sustituir al m¨¦dico, nunca; obsesionarse, jam¨¢s.
El secreto de un buen descanso
Todos los expertos y fuentes consultados coinciden al afirmar que el secreto de un buen descanso est¨¢ en la introspecci¨®n. ¡°Hay que monitorizarlo como lo ha hecho nuestro cerebro durante miles de a?os, es decir, a trav¨¦s de nuestras propias sensaciones¡±, sentencia Carles Gaig, neur¨®logo y especialista en sue?o del Hospital Cl¨ªnic (Universidad de Barcelona) y coordinador del Grupo de Estudio de Sue?o de la Sociedad Espa?ola de Neurolog¨ªa. Lo que hay que observar son aquellos indicios que todos conocemos: levantarse cansado, haber tenido problemas para conciliar el sue?o, haberse desvelado con mucha frecuencia durante la noche, bostezar desde primera hora de la ma?ana, necesitar varios caf¨¦s para funcionar, ver si se nos cierran los ojos en el trabajo o si pasamos el d¨ªa anhelando una siesta... Si te pasa, no hay duda: necesitas dormir m¨¢s (y mejor).
Pero, ?cu¨¢nto m¨¢s? Es una pregunta muy personal. ¡°Deber¨ªamos dormir siete horas o m¨¢s, aunque var¨ªa seg¨²n la persona¡±, se?ala Gaig. En la cifra influyen infinidad de factores, como la gen¨¦tica, la edad y los ritmos circadianos. La calidad del sue?o no solo depender¨¢ del cu¨¢nto, sino tambi¨¦n del c¨®mo. Gaig recuerda que ciertos h¨¢bitos como ¡°echarse una siesta a partir de las tres de la tarde (especialmente si duran m¨¢s de 30 minutos), o acostarse y levantarse cada d¨ªa a una hora totalmente distinta¡±, empeoran la calidad del descanso. Algunos estudios apuntan que el uso del m¨®vil y tablets antes de dormir tiene el mismo efecto porque la luz que emiten enga?an a nuestro ritmo circadiano y lo alteran, evitando que el cuerpo se ponga en ¡®modo reposo¡¯. Y una investigaci¨®n publicada en 2011 concluy¨® que comer copiosamente antes de acostarnos tambi¨¦n puede afectar negativamente a la calidad del sue?o, especialmente durante la fase REM.
A partir de los dos a?os y medio, el descanso sirve sobre todo para limpiar nuestro cerebro, seg¨²n una investigaci¨®n hecha p¨²blica el pasado septiembre en la revista Sciences Advances. ¡°Cuando dormimos, este funciona de una forma diferente a cuando est¨¢ despierto, pues se eliminan sustancias t¨®xicas que se han producido durante la vigilia¡±, se?ala Gaig, quien a?ade que tambi¨¦n se dan funciones de remodelado cerebral que afectan a la memoria. ¡°Cuando estamos despiertos, las neuronas hacen conexiones entre s¨ª, cuando dormimos, el cerebro tiene la oportunidad de remodelar estas conexiones, o bien reforz¨¢ndolas ¡ªlas que son importantes¡ª o elimin¨¢ndolas. Hace una especie de poda¡±, describe el experto. Pero es importante que el sue?o sea seguido. Lo contrario puede derivar a largo plazo en dolencias tales como la depresi¨®n, hipertensi¨®n y diabetes. Tambi¨¦n fomenta la obesidad y aumenta el riesgo de ataque al coraz¨®n, reduce el apetito sexual y aumenta la probabilidad de desarrollar enfermedades neurol¨®gicas como el ictus y el alzh¨¦imer. Y se ha observado que la falta de descanso debilita el sistema inmunol¨®gico y reduce la efectividad de las vacunas... no es momento para dejar de so?ar.
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