Las ¨¦lites concentran los beneficios que generan las grandes ciudades
Un modelo matem¨¢tico muestra que el crecimiento urbano aumenta las desigualdades entre individuos y entre urbes
Las grandes ciudades multiplican las capacidades de los individuos y los beneficios de las empresas que se instalan en ellas. En las aglomeraciones urbanas, las personas con habilidades especiales tienen m¨¢s f¨¢cil encontrar a otras que las complementen y eso incrementa la productividad y las posibilidades de aprender. Sin embargo, no todo el mundo tiene acceso a los entornos sociales que ofrecen esas ventajas y es la misma ¨¦lite que genera las innovaciones y la riqueza la que concentra los beneficios, ¡°con la mayor¨ªa de los habitantes de las ciudades parcialmente excluidos de los beneficios so...
Las grandes ciudades multiplican las capacidades de los individuos y los beneficios de las empresas que se instalan en ellas. En las aglomeraciones urbanas, las personas con habilidades especiales tienen m¨¢s f¨¢cil encontrar a otras que las complementen y eso incrementa la productividad y las posibilidades de aprender. Sin embargo, no todo el mundo tiene acceso a los entornos sociales que ofrecen esas ventajas y es la misma ¨¦lite que genera las innovaciones y la riqueza la que concentra los beneficios, ¡°con la mayor¨ªa de los habitantes de las ciudades parcialmente excluidos de los beneficios socioecon¨®micos de las ciudades que crecen¡±. Esta es la conclusi¨®n a la que ha llegado un equipo de investigadores de la Universidad de Link?ping (Suecia) que acaba de publicar sus resultados en la revista Nature Human Behaviour.
El planeta se urbaniza cada vez m¨¢s r¨¢pido. M¨¢s de la mitad de los habitantes de la Tierra viven en ciudades y se estima que en la pr¨®xima d¨¦cada la poblaci¨®n de las urbes de m¨¢s de 10 millones de habitantes se multiplicar¨¢ por cuatro. En principio, ese proceso de urbanizaci¨®n, que suele significar en t¨¦rminos globales un aumento de la riqueza o las invenciones, se traducir¨¢ en una mejora de los recursos disponibles para la mayor¨ªa, pero la distribuci¨®n est¨¢ lejos de ser equitativa.
Tomando datos de Suecia, EE UU y Rusia, los investigadores de Link?ping analizaron varios factores, desde el sueldo al n¨²mero de patentes registradas o la cantidad de amigos en redes sociales de individuos de estos pa¨ªses. Mirando esos factores diversos, encontraron una sorprendente desigualdad dentro de las ciudades. De media, las personas que representan al 10% superior de las ciudades acumulaban el 50% del total, una cuota un 44% superior en ciudades de m¨¢s de un mill¨®n de habitantes que en las de menos de 100.000. Para evaluar la contribuci¨®n de las ¨¦lites urbanas a la desigualdad entre ciudades, realizaron pruebas excluyendo del an¨¢lisis al 10% superior de cada ciudad. Una vez que se excluy¨® a las ¨¦lites, encontraron que la diferencia en productividad, interconectividad e innovaci¨®n por tama?o de ciudad se redujo, dependiendo del factor observado, entre un 36% y un 80%. En otras palabras, las ¨¦lites no solo explican la alta desigualdad en las grandes ciudades, sino que tambi¨¦n explican gran parte de las desigualdades totales entre las ciudades peque?as y grandes.
¡°Los extremadamente inteligentes y extremadamente productivos generan la mayor parte de estos efectos de las aglomeraciones urbanas y son los responsables de que Madrid o Barcelona tengan un PIB urbano tan alto¡±, comenta Marc Keuschnigg, profesor del Instituto de Sociolog¨ªa Anal¨ªtica de la Universidad de Link?ping y autor principal del estudio. ¡°Pero al mismo tiempo, son ellos los que recogen los beneficios de las grandes ciudades¡±, a?ade. Este efecto que se ve entre los individuos, se refleja tambi¨¦n en la competencia entre ciudades. Aunque el habitante medio de una ciudad grande y el de una peque?a tienen un historial salarial casi id¨¦ntico, las personas que desde el principio tienen ¨¦xito en las ciudades grandes se distancian cada vez m¨¢s del individuo medio de su ciudad, pero tambi¨¦n de los que tienen m¨¢s ¨¦xito en las ciudades peque?as. Esto hace que, adem¨¢s de diferencias entre personas, surjan diferencias entre ciudades, porque muchas de las personas m¨¢s talentosas se sienten atra¨ªdas por las oportunidades que ofrecen las grandes urbes. ¡°Esta es una tendencia que, como vemos en nuestro modelo, se refuerza con el tiempo y crea un proceso en el que el rico se vuelve m¨¢s rico¡±, apunta Keuschnigg.
Sobre la posibilidad de reducir con regulaci¨®n esa desigualdad creciente, el profesor advierte de que existe el riesgo de que, ¡°dada la alta movilidad de las ¨¦lites urbanas y de que el ¨¦xito de las grandes ciudades depende en gran medida de los resultados de un peque?o grupo, haya pol¨ªticas que da?en los efectos beneficiosos de las concentraciones urbanas¡± al intentar reducir la desigualdad.
Diego Puga, profesor del Centro de Estudios Monetarios y Financieros (CEMFI) en Madrid, ha realizado estudios en busca de las razones por las que tanto individuos como empresas son m¨¢s productivos en las grandes ciudades. En un estudio de 2017, trat¨® de averiguar si las personas que triunfan en las ciudades lo hubiesen hecho igual en cualquier sitio o si el hecho de estar en una gran ciudad explicaba en parte su ¨¦xito. ¡°Por un lado, vimos que si una persona reci¨¦n salida de la carrera va a Madrid, empieza ganando en torno a un 9% m¨¢s que si se queda, por ejemplo, en Santiago de Compostela. Pero esa diferencia se va aumentando con el tiempo y llega al 36% en 10 a?os¡±, explica Puga. ¡°Adem¨¢s, si despu¨¦s de un tiempo en Madrid vuelve a Santiago, solo pierde la diferencia inicial, todo lo que ha acumulado despu¨¦s en t¨¦rminos de experiencia m¨¢s valiosa se lo lleva consigo y se seguir¨¢ valorando en el futuro. No es que los mejores ingenieros sean los que van a trabajar a Madrid, pero por el hecho de haber trabajado ah¨ª, se vuelven mejores y despu¨¦s les remuneran m¨¢s, vayan donde vayan¡±, contin¨²a.
Para Puga, pese a las desigualdades que surgen en las grandes ciudades, los efectos positivos de la concentraci¨®n sobre la productividad y el aprendizaje son indudables. ¡°Aunque los beneficios sean m¨¢s grandes para unos que para otros, tiende a haber beneficios para todos y, adem¨¢s, hay consecuencias agregadas. Si haces pol¨ªticas p¨²blicas que disminuyen la concentraci¨®n en Madrid o Barcelona, esto tiene efectos sobre la productividad agregada del pa¨ªs¡±, advierte.
Jorge De la Roca, profesor de la Escuela de Pol¨ªticas P¨²blicas Sol Price de la Universidad del Sur de California, se?ala que en EE UU ya ¡°han aparecido art¨ªculos que sostienen que la vida en las ciudades grandes est¨¢ beneficiando proporcionalmente m¨¢s a la gente que tiene educaci¨®n superior y menos a los que no la tienen, pero la pregunta est¨¢ abierta¡±. ¡°En general, a¨²n existe el consenso de que la vida en las grandes ciudades beneficia a todos sus habitantes en distinta medida¡±, se?ala. En su opini¨®n, no ser¨ªa deseable dedicar recursos a intentar que la gente viva en un sitio donde va a sacar menos rendimiento a su talento. ¡°Creo que perder¨ªamos m¨¢s al tratar de mantener a gente con mucho talento viviendo en una ciudad en la que no beneficie tanto al conjunto de la econom¨ªa¡±, dice De la Roca. ¡°Si una persona est¨¢ en un lugar donde genera m¨¢s riqueza, va a poder pagar m¨¢s impuestos que despu¨¦s se podr¨¢n redistribuir en las regiones m¨¢s desfavorecidas, en hospitales o en escuelas¡±, indica.
¡°Pero adem¨¢s, al menos en un pa¨ªs como Espa?a, en el que hay un Estado de bienestar y unas infraestructuras bastante buenas en casi todas las ciudades, la gente puede considerar regresar despu¨¦s de un tiempo en la gran ciudad, porque puede echar de menos a la gente o porque prefiere estar en una ciudad m¨¢s peque?a¡±, afirma. De hecho, desde el punto de vista de De la Roca, ser¨ªa importante aplicar pol¨ªticas para hacer m¨¢s f¨¢cil que la gente que m¨¢s puede aportar pueda mudarse a grandes ciudades. ¡°Hacer que el acceso a la vivienda no sea un problema ser¨ªa algo beneficioso¡±, plantea. El problema de la vivienda en las grandes ciudades, seg¨²n mostraba un estudio reciente del Instituto Santa Fe, en EE UU, es bastante peor para la gente que menos gana. Aunque la riqueza se incrementa cuando las ciudades crecen, tambi¨¦n se eleva el coste de vida, en particular el del alojamiento. El an¨¢lisis de los investigadores mostr¨® que el precio de la vivienda crece m¨¢s r¨¢pido que los salarios.
Keuschnigg cree que sus resultados cuestionan la visi¨®n de las ciudades como herramienta universal para resolver los problemas sociales de trabajo o acceso a servicios p¨²blicos como los hospitales. ¡°Cuando se tiene en cuenta el coste de la vida en ciudades de mayor tama?o, muchos de sus habitantes pueden estar peor que la gente similar que vive en lugares m¨¢s peque?os, y en lugar de participar de los beneficios de esas grandes urbes pueden acabar viviendo una vida de segunda¡±, reflexiona. ¡°Nuestros resultados¡±, concluyen los autores, ¡°plantean dudas sobre la sostenibilidad de la urbanizaci¨®n por el trasfondo de la desigualdad creciente en las ciudades¡±.
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