No, beber con moderaci¨®n no alarga la vida (aunque lo digan algunos estudios)
Una revisi¨®n cient¨ªfica revela los sesgos y la baja calidad de algunas investigaciones que aseguran que unas copas de vino son beneficiosas para la salud
La Tierra es esf¨¦rica, el tabaco mata y el ejercicio f¨ªsico es bueno para la salud. La ciencia, en muchos casos, acostumbra a proporcionar respuestas claras y tajantes. Sin lugar a duda. Pero hay algunos fen¨®menos, m¨¢s controvertidos, que muestran resultados contradictorios en las investigaciones y ponen en tela de juicio hasta el sentido com¨²n. Uno de ellos es el impacto del consumo de alcohol en la salud: no hay debate sobre los efectos nocivos del abuso de esta sustancia, causante de 2,6 millones de muertes al a?o en el mundo, e instigadora de 200 enfermedades: desde c¨¢ncer hasta cirrosis. Pero s¨ª hay un ligero dilema con su ingesta moderada. Esto es, con esa copa de vino al d¨ªa a la que algunas investigaciones no solo no le achacan da?o, sino que incluso le encuentran un beneficio para la salud.
Vaya por delante que la Organizaci¨®n Mundial de la Salud no recomienda ni una gota: ¡°Ninguna forma de consumo de alcohol est¨¢ exenta de riesgos. Incluso un nivel bajo de consumo de alcohol conlleva riesgos y puede causar da?os¡±, avisa. Pero hay estudios que modulan esta alerta y apuntan a que el consumo moderado en determinados grupos de personas puede tener efectos protectores contra cardiopat¨ªas, ictus o diabetes, por ejemplo. El debate cient¨ªfico sigue encendido y hay investigaciones que tambi¨¦n ponen en duda tales beneficios o advierten, al menos, de que los riesgos siguen superando a los potenciales beneficios. La ¨²ltima, una revisi¨®n cient¨ªfica publicada este jueves en el Journal of Studies on Alcohol and Drugs, profundiza un poco m¨¢s en las investigaciones que van a contracorriente y concluye que los estudios observacionales que suelen mostrar que el consumo moderado de alcohol alarga la vida, acostumbran a ser defectuosos: tienen sesgos y son de baja calidad, afirman sus autores.
Los investigadores, del Instituto Canadiense para la Investigaci¨®n del Uso de Sustancias, parten de la premisa de que ¡°aunque muchos estudios observacionales sugieren que las personas que beben en niveles ¡®moderados¡¯ viven m¨¢s y tienen menos enfermedades que las personas evaluadas como abstemios¡±, hay muchos sesgos en las investigaciones que pueden ¡°contaminar¡± esa comparaci¨®n y los resultados finales. Por eso, los cient¨ªficos, que consideran que estos supuestos beneficios del consumo moderado tienen ¡°implicaciones importantes en las estimaciones¡± del impacto de esta sustancia, decidieron analizar m¨¢s de un centenar de estudios sobre consumo de alcohol y mortalidad por todas las causas en busca de esos defectos que pueden redirigir la balanza en favor del consumo de alcohol.
El an¨¢lisis identific¨® un pu?ado de caracter¨ªsticas de los estudios que sesgan el riesgo y rebajan el peligro en el grupo de bebedores moderados (unas dos copas de vino al d¨ªa en hombres; en torno a la mitad en mujeres): por ejemplo, el uso de grupos de mayor edad, la presencia de bebedores anteriores u ocasionales dentro del grupo de los abstemios, las medidas de consumo de alcohol de mala calidad o incluir personas con otros problemas de salud preexistentes.
El caj¨®n de sastre de los abstemios
Una de las principales desviaciones detectadas es la propia construcci¨®n del grupo de los no bebedores, donde los estudios de peor calidad aglutinan como abstemios a personas que nunca han bebido con otras que s¨ª han tomado alcohol a lo largo de su vida, pero ya no. Estos perfiles de abstemios irreales pueden desvirtuar los resultados, pues se puede tratar de personas que, precisamente, han abandonado o reducido el consumo de alcohol por razones de salud, advierten los autores. ¡°Eso hace que las personas que contin¨²an bebiendo parezcan mucho m¨¢s saludables en comparaci¨®n¡±, apunta en un comunicado el cient¨ªfico Tim Stockwell, autor del estudio.
Un caso paradigm¨¢tico, que los cient¨ªficos canadienses ponen de entrada en su art¨ªculo, es el de una gran investigaci¨®n que estimaba el impacto en la salud del alcohol y que emple¨® el supuesto de que consumir cierto grado de bebidas alcoh¨®licas proteg¨ªa de las cardiopat¨ªas. Eso contribuy¨®, seg¨²n los autores, a estimar 1,8 millones de muertes en 2020 asociadas al consumo de alcohol, un mill¨®n menos que en la estimaci¨®n de 2016, que supon¨ªa efectos protectores m¨¢s modestos. Ese estudio, publicado en The Lancet, suger¨ªa que los mayores de 40 a?os pueden obtener beneficios de un consumo muy limitado de alcohol. La explicaci¨®n ser¨ªa que el alcohol, por el etanol que contiene, eleva la producci¨®n de colesterol bueno y tiene una actividad sobre el endotelio que puede ser beneficiosa contra dolencias cardiovasculares o diabetes. Sin embargo, investigaciones posteriores se?alaron los sesgos, por ejemplo, en el grupo de abstemios, en el que inclu¨ªa a personas que lo hab¨ªan dejado o reducido el consumo por razones de salud.
Otra de las alteraciones que ¡°crean la falsa apariencia de beneficios para la salud derivados del consumo moderado de alcohol¡± es la edad de los participantes. ¡°A medida que las personas envejecen, se ha demostrado repetidamente que aquellos que reducen o dejan por completo el consumo de alcohol son propensos a tener mala salud, lo que hace que aquellos que contin¨²an bebiendo parezcan saludables en comparaci¨®n¡±, apuntan los autores.
La investigaci¨®n encontr¨® que los estudios con menor probabilidad de estar sesgados, no registraron una reducci¨®n significativa del riesgo de mortalidad entre los bebedores moderados. Y, en cambio, aquellas investigaciones con m¨¢s probabilidad de estar sesgadas, ¡°mostraron beneficios aparentemente sustanciales para la salud¡±, criticaron los cient¨ªficos. Como conclusi¨®n, James Clay, coautor del estudio, avisa, en una respuesta por correo electr¨®nico a EL PA?S, que ¡°promocionar los posibles beneficios del consumo moderado de alcohol puede ser peligroso¡±. ¡°Puede fomentar un mayor consumo de alcohol y eclipsar los riesgos bien documentados asociados al consumo de alcohol, como el c¨¢ncer, las enfermedades hep¨¢ticas y la adicci¨®n. Es crucial comunicar que los posibles beneficios dependen en gran medida del contexto y pueden no superar los riesgos para muchas personas¡±, alerta.
El debate contin¨²a
El dilema cient¨ªfico est¨¢ lejos de llegar a un consenso. En Espa?a, el estudio de intervenci¨®n Predimed, que analiza los efectos de la dieta mediterr¨¢nea en la salud, tambi¨¦n avala potenciales beneficios en la salud del consumo moderado de alcohol. De hecho, este particular patr¨®n alimentario mediterr¨¢neo contempla una copa de vino tinto en la comida, cuenta Miguel ?ngel Mart¨ªnez, profesor de Medicina Preventiva y Salud P¨²blica de la Universidad de Navarra e investigador del Predimed: ¡°Cuando miramos los 14 puntos de adhesi¨®n a la dieta mediterr¨¢nea, uno de ellos es consumir un vaso de vino tinto. Si quit¨¢bamos este punto, la dieta perd¨ªa parte del factor protector cardiovascular que ve¨ªamos¡±. La explicaci¨®n, apunta, es que cualquier alcohol consumido de forma moderada aumenta el colesterol bueno, mejora algunos factores de coagulaci¨®n, eleva la sensibilidad a la insulina y, en concreto, el vino tinto, dispone de compuestos fenol¨ªticos que reducen la inflamaci¨®n.
A prop¨®sito del estudio canadiense, Mart¨ªnez rechaza ¡°la cr¨ªtica a todos los estudios observacionales¡± que hacen: ¡°Esa enmienda a la totalidad creo que es atrevida. Con los mismos m¨¦todos, tambi¨¦n se encuentran riesgos en los j¨®venes¡±. Y prosigue: ¡°No digo que no tengan raz¨®n. Ellos exponen sus dudas. Yo estoy haciendo ensayos porque no lo s¨¦¡±. El epidemi¨®logo se refiere a una investigaci¨®n que acaba de poner en marcha para responder a una pregunta clave: ¡°Queremos saber qu¨¦ decirle a un bebedor moderado: que siga o que lo deje¡±, sintetiza. La idea es reclutar a 10.000 personas y asignarlas en dos grupos, uno a los que se les persuadir¨¢ de que dejen de beber alcohol y otro en el que se adapten al patr¨®n mediterr¨¢neo (una o dos copas al d¨ªa como m¨¢ximo de vino tinto), para seguirlos durante cuatro a?os y ver qu¨¦ es mejor. ¡°Lo que necesita la salud p¨²blica es la mejor evidencia cient¨ªfica y para el alcohol no la hay. Hay dudas, tanto en una postura como en otra. Con lo que sabemos ahora, los mensajes claros que podemos decir son: al que bebe mucho, que baje; al que no bebe, que no empiece; y a los j¨®venes menores de 40 a?os, que no beban porque ah¨ª no hace bien. Y a los que consumen una copa de vino al dia y tienen entre 50 y 75 a?os, hay que hacer el ensayo para saber qu¨¦ decirles¡±.
Beneficios cuestionables
Desde una postura m¨¢s cr¨ªtica con los supuestos beneficios del alcohol, el catedr¨¢tico de Salud P¨²blica de la Universidad Aut¨®noma de Madrid Fernando Rodr¨ªguez Artalejo apunta que los defectos reportados en esta nueva investigaci¨®n son ¡°relativamente conocidos¡±. ?l mismo ha participado en una investigaci¨®n similar, mencionada tambi¨¦n por los investigadores canadienses, sobre los sesgos en los estudios sobre potenciales beneficios del alcohol. En sus pesquisas, Rodr¨ªguez Artalejo y su equipo concluyeron que el consumo ligero o moderado de alcohol en mayores de 60 a?os ¡°no parece tener ning¨²n beneficio estad¨ªsticamente significativo sobre la mortalidad en comparaci¨®n con la abstenci¨®n de alcohol¡±, sino m¨¢s bien lo contrario. ¡°Este art¨ªculo [de los investigadores canadienses] muestra que en los estudios que se realizan con m¨¢s rigor metodol¨®gico, no se observan beneficios de consumir alcohol¡±, agrega.
Rodr¨ªguez Artalejo se?ala que ¡°el tema controvertido es si beber un poquito es bueno para la salud, no tiene ning¨²n efecto o es malo¡±, pero admite que el dilema es ¡°dif¨ªcil de resolver¡±. ¡°Es un debate, adem¨¢s, con poca relevancia para la inmensa mayor¨ªa de la gente. Porque un poquito no te puede hacer ni mucho mal ni mucho beneficio. Es posible que haya un peque?o beneficio cardiovascular, pero siempre hablamos de efectos peque?os. Y lo que s¨ª sabemos es que para c¨¢ncer, el riesgo aumenta desde la primera gota¡±, conviene. El epidemi¨®logo apela a la prudencia con los mensajes que se env¨ªan a la ciudadan¨ªa: ¡°Nunca hay que promocionar el alcohol por motivos de salud. Si tuviese un efecto cardiovascular, eso mismo tambi¨¦n lo podemos conseguir con otros h¨¢bitos de vida sanos o tratamientos m¨¢s adecuados. Y la gente tiene que saber que para beneficiarse de la dieta mediterr¨¢nea u otra dieta saludable no hace falta tomar alcohol¡±.
Por su parte, I?aki Gal¨¢n, cient¨ªfico del Centro Nacional de Epidemiolog¨ªa del Instituto de Salud Carlos III, se?ala, en declaraciones al portal cient¨ªfico SMC Espa?a, que el enfoque metodol¨®gico de esta investigaci¨®n es ¡°apropiado para los objetivos planteados¡±: ¡°El mensaje de que bajar cantidades de consumo de alcohol puede tener efectos beneficiosos en el estado de salud se ha construido sobre una evidencia cient¨ªfica poco s¨®lida¡±, constata el cient¨ªfico, que no ha participado en esta investigaci¨®n. Gal¨¢n s¨ª ha dirigido un megaestudio que conclu¨ªa que no hay un uso moderado de alcohol sin riesgo: ¡°Este art¨ªculo aborda los m¨²ltiples sesgos que tienen los estudios observacionales de cohortes en la asociaci¨®n del consumo de alcohol y la mortalidad. La conclusi¨®n es la enorme variaci¨®n en los resultados en el que se apoya este mensaje, observando que al seleccionar cohortes j¨®venes y separando a exbebedores y bebedores ocasionales de los abstemios, el riesgo de mortalidad en consumidores de bajas cantidades de alcohol era muy similar¡±, subraya.
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