Los que necesitan dormir poco
Hay quienes duermen entre cuatro y seis horas por noche y no parecen sufrir efectos adversos. Resulta que su gen¨¦tica les permite necesitar menos horas de sue?o que el resto de las personas
Todo el mundo ha o¨ªdo alguna vez que es vital dormir entre siete y nueve horas por noche, una recomendaci¨®n tan repetida que se ha convertido en evangelio. Si se duerme menos, hay m¨¢s probabilidades de sufrir problemas de salud a corto y largo plazo: problemas de memoria, metab¨®licos, depresi¨®n, demencia, cardiopat¨ªas o debilidad del sistema inmunitario.
Sin embargo, en los ¨²ltimos a?os, los cient¨ªficos han descubierto una raza poco com¨²n que duerme poco y no sufre las consecuencias.
Las personas con sue?o corto, como se le conoce, est¨¢n gen¨¦ticamente programados para necesitar solo de cuatro a seis horas de sue?o por noche. Estas personas at¨ªpicas sugieren que lo que importa es la calidad, no la cantidad. Si los cient¨ªficos pudieran averiguar qu¨¦ es lo que estas personas hacen de forma diferente, podr¨ªan comprender mejor la naturaleza misma del sue?o.
¡°La conclusi¨®n es que no entendemos qu¨¦ es el sue?o, y mucho menos para qu¨¦ sirve. Es bastante incre¨ªble, teniendo en cuenta que una persona promedio duerme un tercio de su vida¡±, afirma Louis Pt¨¢?ek, neur¨®logo de la Universidad de California en San Francisco.
Los cient¨ªficos pensaban que dormir era poco m¨¢s que un periodo de descanso, como apagar una computadora para preparar el trabajo del d¨ªa siguiente. Thomas Edison consideraba el sue?o una p¨¦rdida de tiempo ¡ª ¡°una herencia de la ¨¦poca de las cavernas¡±¡ª y afirmaba que nunca dorm¨ªa m¨¢s de cuatro horas por noche. Su invenci¨®n de la bombilla incandescente foment¨® la reducci¨®n de las horas de sue?o en otras personas. Hoy en d¨ªa, un n¨²mero hist¨®ricamente alto de adultos estadounidenses duermen menos de cinco horas por noche.
Pero la investigaci¨®n moderna sobre el sue?o ha demostrado que este es un proceso activo y complicado que no necesariamente queremos interrumpir. Durante el sue?o, los cient¨ªficos sospechan que nuestros cuerpos y cerebros reponen reservas de energ¨ªa, eliminan residuos y toxinas, podan sinapsis y consolidan recuerdos. Por eso, la privaci¨®n cr¨®nica de sue?o puede tener graves consecuencias para la salud.
La mayor parte de lo que sabemos sobre el sue?o y la privaci¨®n del sue?o procede de un modelo propuesto en los a?os setenta por un investigador h¨²ngaro-suizo llamado Alexander Borb¨¦ly. Su modelo del sue?o basado en dos procesos describe la interacci¨®n de dos sistemas distintos ¡ªel ritmo circadiano y la homeostasis del sue?o¡ª que determinan cu¨¢ndo y cu¨¢nto dormimos. El reloj circadiano dicta el ciclo de 24 horas de sue?o y vigilia, guiado por se?ales externas como la luz y la oscuridad. La homeostasis del sue?o, por su parte, se rige por una presi¨®n interna que aumenta mientras estamos despiertos y disminuye mientras dormimos.
Hay variaciones en estos patrones. ¡°Siempre hemos sabido que hay alondras matutinas y b¨²hos nocturnos, pero la mayor¨ªa de la gente se sit¨²a entre ambos extremos. Siempre hemos sabido que hay personas que duermen poco y otras que duermen mucho, pero la mayor¨ªa de la gente se sit¨²a entre ambas¡±, dice Pt¨¢?ek. ¡°Han estado ah¨ª, pero la raz¨®n de que no se hayan reconocido es que estas personas no suelen ir al m¨¦dico¡±.
Eso cambi¨® cuando Pt¨¢?ek y su colega Ying-Hui Fu, genetista humano y neurocient¨ªfico de la UC San Francisco, conocieron a una mujer que sent¨ªa que su horario de sue?o temprano era una maldici¨®n. La mujer se despertaba de forma natural en la madrugada, cuando hac¨ªa ¡°fr¨ªo, estaba oscuro y solitario¡±. Sus nietas heredaron sus mismos h¨¢bitos de sue?o. Los investigadores identificaron la mutaci¨®n gen¨¦tica de este raro tipo de alondra matutina y, tras publicar sus hallazgos, surgieron miles de madrugadores extremos m¨¢s.
Pero Fu recuerda que le intrigaba una familia que no encajaba en el patr¨®n. Estos miembros de la familia se levantaban temprano pero no se acostaban temprano, y se sent¨ªan descansados despu¨¦s de dormir solo unas seis horas. Fueron las primeras personas identificadas con sue?o corto natural familiar, una afecci¨®n que se da en familias como otros rasgos gen¨¦ticos. Fu y Pt¨¢?ek atribuyeron su somnolencia abreviada a una mutaci¨®n en un gen llamado DEC2.
Los investigadores introdujeron gen¨¦ticamente la mutaci¨®n DEC2 en ratones y demostraron que los animales necesitaban dormir menos que sus compa?eros de camada. Y descubrieron que una de las funciones del gen es ayudar a controlar los niveles de una hormona cerebral llamada orexina, que favorece la vigilia. Curiosamente, la deficiencia de orexina es una de las principales causas de la narcolepsia, un trastorno del sue?o caracterizado por episodios de somnolencia diurna excesiva. Sin embargo, en las personas con sue?o corto, la producci¨®n de orexina parece estar aumentada.
Con el tiempo, el equipo ha identificado siete genes asociados al sue?o corto natural. En una familia con tres generaciones de durmientes cortos, los investigadores descubrieron una mutaci¨®n en un gen llamado ADRB1, muy activo en una regi¨®n del tronco encef¨¢lico, la protuberancia dorsal, que interviene en la regulaci¨®n del sue?o. Cuando los cient¨ªficos utilizaron una t¨¦cnica para estimular esa regi¨®n cerebral en ratones, despert¨¢ndolos de su sue?o, los ratones con la mutaci¨®n ADRB1 se despertaron m¨¢s f¨¢cilmente y permanecieron despiertos m¨¢s tiempo.
En una pareja de padre e hijo que dorm¨ªan poco, los investigadores identificaron una mutaci¨®n en otro gen, el NPSR1, que interviene en la regulaci¨®n del ciclo sue?o/vigilia. Cuando crearon ratones con la misma mutaci¨®n, comprobaron que los animales pasaban menos tiempo durmiendo y, en las pruebas de comportamiento, carec¨ªan de los problemas de memoria que suelen seguir a una noche de poco sue?o.
El equipo tambi¨¦n hall¨® dos mutaciones distintas en un gen llamado GRM1, en dos familias no emparentadas con ciclos de sue?o acortados. De nuevo, los ratones modificados con esas mutaciones dorm¨ªan menos, sin consecuencias evidentes para la salud.
Al igual que los ratones, las personas que duermen poco por naturaleza parecen ser inmunes a los efectos nocivos de la privaci¨®n de sue?o. En todo caso, les va extraordinariamente bien. La investigaci¨®n sugiere que estas personas son ambiciosas, en¨¦rgicas y optimistas, con una notable resistencia al estr¨¦s y umbrales m¨¢s altos para el dolor. Incluso podr¨ªan vivir m¨¢s.
Bas¨¢ndose en los resultados obtenidos en personas con sue?o corto, algunos investigadores creen que puede haber llegado el momento de actualizar el antiguo modelo de dos procesos del sue?o, que es como Pt¨¢?ek desarroll¨® la idea de una tercera influencia. El modelo actualizado podr¨ªa desarrollarse as¨ª: Por la ma?ana, el reloj circadiano indica que es hora de empezar el d¨ªa y la homeostasis del sue?o se?ala que se ha dormido lo suficiente para salir de la cama. A continuaci¨®n, un tercer factor ¡ªel impulso conductual¡ª impulsa a la persona a salir a trabajar, a buscar pareja o a buscar sustento. Por la noche, el proceso se invierte para calmar el cuerpo y conciliar el sue?o.
Tal vez los que duermen poco tengan tanta motivaci¨®n que sean capaces de superar los procesos innatos que mantienen a los dem¨¢s en la cama. Pero tambi¨¦n puede ser que, de alguna manera, los cerebros de los que duermen poco est¨¦n hechos para dormir de forma tan eficiente que sean capaces de hacer m¨¢s con menos.
Sue?o eficiente
¡°No es que haya algo m¨¢gico en sus siete u ocho horas¡±, dice Phyllis Zee, directora del Centro de Medicina Circadiana y del Sue?o de la Universidad Northwestern, cerca de Chicago. Zee puede imaginar innumerables formas en que los cerebros de los que duermen poco podr¨ªan ser m¨¢s eficientes. ?Tienen m¨¢s sue?o de ondas lentas, la fase del sue?o m¨¢s reparadora? ?Generan mayores cantidades de l¨ªquido cefalorraqu¨ªdeo, el l¨ªquido que ba?a el cerebro y la m¨¦dula espinal, lo que les permite deshacerse de m¨¢s productos de desecho? ?Su ritmo metab¨®lico es diferente, lo que les ayuda a entrar y salir del sue?o m¨¢s r¨¢pidamente?
¡°Se trata de eficiencia, de eficiencia del sue?o ¡ªas¨ª es como me siento¡ª¡±, dice Fu. ¡°Cualquier cosa que su cuerpo necesite hacer con el sue?o, pueden conseguirlo en poco tiempo¡±.
Estudios recientes de Fu y Pt¨¢?ek sugieren que las personas con sue?o corto por naturaleza pueden ser m¨¢s eficientes a la hora de eliminar los agregados cerebrales t¨®xicos que contribuyen a trastornos neurodegenerativos como la enfermedad de Alzheimer. Los investigadores cruzaron ratones con genes de sue?o corto con ratones portadores de genes que predisponen al alzh¨¦imer. Los ratones con alzh¨¦imer desarrollaron una acumulaci¨®n de prote¨ªnas anormales ¡ªplacas amiloides y ovillos tau¡ª que, en humanos, son caracter¨ªsticas de la demencia. Pero los cerebros de los ratones h¨ªbridos desarrollaron menos ovillos y placas, como si las mutaciones del sue?o protegieran a los animales.
Fu cree que, si realizara estudios similares en modelos de cardiopat¨ªas, diabetes u otras enfermedades asociadas a la falta de sue?o, obtendr¨ªa resultados parecidos.
Secretos m¨¢s profundos del sue?o
A¨²n no est¨¢ claro c¨®mo los genes del sue?o corto identificados hasta ahora protegen a las personas de los efectos nocivos del sue?o deficiente, ni c¨®mo las mutaciones de estos genes hacen que el sue?o sea m¨¢s eficiente. Para encontrar la respuesta, Fu y Pt¨¢?ek empezaron a llevar a durmientes cortos a su laboratorio conjunto para medir sus ondas cerebrales mientras dorm¨ªan. Su estudio sobre el sue?o fue suspendido a causa de la pandemia, pero est¨¢n ansiosos por volver a ponerlo en marcha.
Los investigadores tambi¨¦n est¨¢n interesados en conocer otros valores at¨ªpicos del sue?o. La duraci¨®n del sue?o, como la mayor¨ªa de los comportamientos, sigue una curva en forma de campana. Los que duermen poco se sit¨²an en un extremo de la curva, y los que duermen mucho, en el otro. Fu ha descubierto una mutaci¨®n gen¨¦tica asociada al sue?o prolongado, pero es dif¨ªcil estudiar a los que duermen mucho porque sus horarios no se ajustan a las normas y exigencias de la sociedad. A menudo se ven obligados a madrugar para ir a la escuela o al trabajo, lo que puede privarles del sue?o y contribuir a la depresi¨®n y otras enfermedades.
Pero, aunque el sue?o tiene un fuerte componente gen¨¦tico, tambi¨¦n puede estar condicionado por el entorno. Saber que es posible dormir mejor y conocer sus causas podr¨ªa abrir el camino a intervenciones para optimizar el sue?o, lo que permitir¨ªa a m¨¢s personas vivir m¨¢s tiempo y con mejor salud.
El laboratorio de Zee, por ejemplo, ha probado a utilizar la estimulaci¨®n ac¨²stica para estimular las ondas lentas del sue?o profundo, que mejoran el procesamiento de la memoria y pueden ser uno de los secretos del ¨¦xito de los que duermen poco. En un estudio, reprodujeron ruido rosa ¡ªun sonido m¨¢s suave y natural que el ruido blanco, m¨¢s parecido a la lluvia o al oc¨¦ano¡ª mientras los participantes dorm¨ªan. Al d¨ªa siguiente, esos participantes recordaban m¨¢s en una prueba de aprendizaje y recuerdo de pares de palabras. ¡°Podemos mejorar la memoria, pero no hacemos que duerman m¨¢s o menos¡±, afirma Zee. ¡°Creo que queda mucho por aprender¡±.
Por ahora, los investigadores recomiendan que la gente se centre en dormir la cantidad de horas que necesita, reconociendo que ser¨¢ diferente para cada persona. Pt¨¢?ek sigue eriz¨¢ndose cuando oye a alguien predicar que todo el mundo tiene que dormir ocho horas por noche. ¡°Es como decir que toda la poblaci¨®n tiene que medir 1,70 metros¡±, afirma. ¡°La gen¨¦tica no funciona as¨ª¡±.
Art¨ªculo traducido por Debbie Ponchner.
Este art¨ªculo apareci¨® originalmente en Knowable en espa?ol, una publicaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro dedicada a poner el conocimiento cient¨ªfico al alcance de todos.