David Glowacki, f¨ªsico: ¡°La idea de vivir 500 a?os me asusta m¨¢s que la muerte¡±
Un proyecto de la Universidad de Santiago de Compostela utiliza la realidad virtual para recrear experiencias cercanas a la muerte en personas con enfermedades mortales
Alrededor de un 5% de la poblaci¨®n ha tenido una experiencia cercana a la muerte. Personas que sufren accidentes, paros card¨ªacos o cirug¨ªas que se complican y finalmente sobreviven suelen recordar momentos en los que caminaban hacia una luz, ve¨ªan su cuerpo desde fuera o recuerdan a personas que les llamaban desde el m¨¢s all¨¢. Con mucha frecuencia, la experiencia les cambia la forma de ver la vida y reduce su ansiedad ante la muerte.
As¨ª lo recuerda David Glowacki, investigador del Centro Singular de Investigaci¨®n en Tecnolog¨ªas Inteligentes de la Universidad de Santiago de Compostela (CITIUS), que hace casi dos d¨¦cadas tuvo su propio escarceo con la muerte. En 2006, haciendo senderismo, sufri¨® una ca¨ªda de 30 metros que le fractur¨® varias v¨¦rtebras, la cadera y le provoc¨® una contusi¨®n tor¨¢cica que encharc¨® sus pulmones. Mientras aguardaba al helic¨®ptero de rescate, notaba c¨®mo con cada respiraci¨®n se llenaban de sangre y pens¨® que aquello era el fin.
Hecho trizas, recuerda c¨®mo su consciencia se separ¨® de su cuerpo y c¨®mo su cuerpo se convert¨ªa en una luz que aumentaba y disminu¨ªa de intensidad al ritmo de su respiraci¨®n. Sobrevivi¨® y dej¨® de temerle a la muerte. Ahora, este doctor en f¨ªsica molecular estadounidense ha decidido utilizar la realidad virtual para ayudar a que pacientes en peligro mortal sientan la misma liberaci¨®n que ¨¦l sinti¨®. Su proyecto NUMADELIC contar¨¢ con 900.000 euros en tres a?os proporcionados por la Tiny Blue Dot Foundation de EE UU para recrear con realidad virtual su experiencia cercana a la muerte, algo que ya ha hecho con ¨¦xito con la experiencia de tomar drogas psicod¨¦licas con fines terap¨¦uticos.
Pregunta. ?C¨®mo comenz¨® este proyecto?
Respuesta. Hay muchas investigaciones que muestran que las personas que han tenido experiencias cercanas a la muerte presentan niveles significativamente reducidos de ansiedad y depresi¨®n cuando piensan en la muerte. Suelen hablar de una sensaci¨®n trascendental de paz y aceptaci¨®n de los ciclos naturales de la existencia y, a menudo, describen la sensaci¨®n de que, a pesar del fin del cuerpo f¨ªsico, hay una parte de su conciencia que continuar¨¢ de alguna manera. Puedes creer que esto es una locura, muchas personas lo creen, pero esta observaci¨®n sugiere que si tuvi¨¦ramos una forma de simular una experiencia cercana a la muerte, tal vez eso podr¨ªa ayudar a reducir el miedo y la ansiedad que las personas sienten en relaci¨®n con la muerte.
Ha habido varios m¨¦dicos, psic¨®logos y psiquiatras que han estado investigando el uso de drogas psicod¨¦licas para simular una experiencia cercana a la muerte. Gran parte de esa investigaci¨®n ha demostrado que los psicod¨¦licos tambi¨¦n ayudan a disminuir el miedo a la muerte y la ansiedad que provoca. Sin embargo, los psicod¨¦licos son complicados porque no son legales en todas partes. Adem¨¢s, si alguien tiene un diagn¨®stico como el c¨¢ncer, a menudo ya est¨¢ tomando varios medicamentos y no es recomendable a?adir m¨¢s.
P. Parece dif¨ªcil recrear con realidad virtual algo tan intenso como tener una experiencia cercana a la muerte o tomar hongos alucin¨®genos
R. En un art¨ªculo de 2022 demostramos que es posible recrear los efectos de las drogas psicod¨¦licas en personas mediante experiencias de realidad virtual en grupo, al menos en la forma en que los participantes dicen que recuerdan esa experiencia. Cuando alguien toma una droga psicod¨¦lica, se la administran, la ingiere y luego tiene una experiencia. Y despu¨¦s de esa experiencia, le hacen muchas preguntas sobre lo que sinti¨® y luego comparan sus respuestas con otros tipos de experiencias. Cuando hicimos esta investigaci¨®n con realidad virtual, demostramos que obtuvimos los mismos resultados en esas mediciones que las personas a las que se les administr¨® psilocibina y LSD en un contexto cl¨ªnico. Nos sorprendi¨® mucho.
Tener esa vivencia con realidad virtual no es lo mismo que tomar setas o ¨¢cido, ni tener una experiencia cercana a la muerte. Sin embargo, los efectos en c¨®mo las personas recuerdan y hablan de la experiencia despu¨¦s son casi los mismos. Gran parte del trabajo de nuestro laboratorio se centra en lograr que las personas entren en un estado mental donde sean receptivas a esta nueva forma de percibir.
P. ?Las creencias personales influyen en el efecto de la terapia?
R. Vamos a estudiar eso como parte de este proyecto, pero lo primero que dir¨ªa es que, casi con total seguridad, las perspectivas de las personas estar¨¢n influenciadas por sus creencias. Sin embargo, hay ideas que comparten muchas tradiciones religiosas, como que hay una realidad f¨ªsica y, al mismo tiempo, una realidad espiritual o energ¨¦tica. Para m¨ª, que hice mi doctorado en f¨ªsica computacional, donde estudi¨¦ mec¨¢nica cu¨¢ntica, lo que encuentro realmente interesante es que la mec¨¢nica cu¨¢ntica es una teor¨ªa que nos dice que los objetos f¨ªsicos y materiales, tal como los imaginamos, en realidad pueden describirse como ondas energ¨¦ticas, as¨ª que, incluso desde un punto de vista cient¨ªfico, en uno de los modelos m¨¢s fundamentales de la f¨ªsica, tenemos una descripci¨®n de la realidad que abarca estos dos dominios.
Lo que percibimos con nuestros ojos es la realidad material y f¨ªsica. Pero la f¨ªsica trabaja con una realidad energ¨¦tica que es m¨¢s difusa, m¨¢s deslocalizada. Cuando hablamos de este trabajo con las personas, no lo presentamos como algo sobre espiritualidad, auras o conceptos esot¨¦ricos. M¨¢s bien, les decimos: ¡°Mira, independientemente de lo que creas, del sistema de creencias que tengas, el modelo m¨¢s importante que tenemos en la f¨ªsica te¨®rica nos dice que nuestra esencia es, en realidad, una esencia energ¨¦tica. Pero no la percibimos con nuestros ojos. Para ver ese mundo energ¨¦tico, necesitamos instrumentos muy espec¨ªficos. Y la f¨ªsica, junto con muchas ramas de la ciencia, nos proporciona esos instrumentos. Pero el hecho de que seamos seres de energ¨ªa continua, en constante comunicaci¨®n e interacci¨®n con nuestro entorno, es una realidad cient¨ªfica.¡±
Parte de la efectividad de lo que hemos hecho radica en que hemos adoptado un enfoque que no resulta controvertido para la mayor¨ªa de las personas. La mec¨¢nica cu¨¢ntica no es un tema pol¨¦mico. Simplemente decimos: ¡°Existe una realidad y existe otra realidad, y te vamos a ofrecer una forma de imaginar esa otra realidad.¡±
P. ?Esta t¨¦cnica no podr¨ªa ser ¨²til para personas sanas, para reducir la ansiedad ante la muerte?
R. Creo que todo el mundo necesita reflexionar sobre estas cosas, no solo quienes tienen un diagn¨®stico terminal, pero muchas personas, cuando est¨¢n sanas, no creen que necesiten pensar en ello. Cuando alguien recibe un diagn¨®stico de c¨¢ncer, sabe que tiene que empezar a reflexionar sobre estas cuestiones.
Necesitamos una conversaci¨®n cultural sobre lo que significa vivir y lo que significa morir. Tenemos todas estas herramientas cient¨ªficas avanzadas, pero muchas personas no tienen un lenguaje para hablar de la muerte. No tienen buenas maneras de pensar en ella. Vivimos en una cultura que valora la existencia por encima de todo. Tenemos un sistema de salud que intenta mantener a las personas con vida tanto como sea posible y, al mismo tiempo, hace como que la muerte no existe.
Estamos en un punto de nuestra evoluci¨®n tecnol¨®gica en el que nuestros m¨¦todos para extender la vida han tenido tanto ¨¦xito que casi hemos olvidado la realidad de la muerte. Y necesitamos recordarla de nuevo. Este proyecto es parte de una conversaci¨®n cultural m¨¢s amplia.
P. ?Qu¨¦ opina de los proyectos transhumanistas, que quieren ampliar la esperanza de vida en siglos o, incluso, hacernos inmortales?
R. La idea de vivir 500 a?os me asusta m¨¢s que la muerte, quiz¨¢ porque tuve esta experiencia cercana a la muerte y fue tan agradable. No tengo sentimientos muy fuertes sobre el transhumanismo, aunque mucha gente en Silicon Valley est¨¢ obsesionada con vivir durante mucho tiempo.
P. ?Cree que su experiencia cercana a la muerte fue real o pudo ser solo una alucinaci¨®n? Porque no hay forma de averiguarlo cient¨ªficamente.
R. Hay ejemplos de personas que han estado cl¨ªnicamente muertas durante cinco o diez minutos y han vuelto a la vida, sin se?ales cerebrales ni card¨ªacas. Y hay muchas preguntas: ?son experiencias reales o solo alucinaciones por la falta de ox¨ªgeno en el cerebro? Para m¨ª, la experiencia fue bastante real, pero ahora, obviamente, estoy vivo y hablando contigo. As¨ª que, ?mor¨ª? Tal vez por un momento. Pero normalmente pensamos en la muerte como un estado del que no puedes regresar. As¨ª que, si nuestra definici¨®n de muerte es la p¨¦rdida irreversible de la identidad en una forma reconocible, supongo que no mor¨ª, porque las personas a¨²n pueden reconocer mi patr¨®n en esta vida.
Lo interesante para m¨ª, si lo miro desde una perspectiva puramente perceptual, es que las visiones y la fenomenolog¨ªa de mi experiencia tienen mucho en com¨²n con las experiencias con drogas psicod¨¦licas y con otras experiencias cercanas a la muerte. Lo que experiment¨¦ no es algo que solo me haya sucedido a m¨ª. Muchas personas han pasado por algo similar.
Creo que, si soy pr¨¢ctico, el resultado de esta experiencia es que ahora tengo muy poco miedo a la muerte en mi vida diaria. Podemos debatir si realmente mor¨ª o si eso es lo que realmente es la muerte, pero, si el objetivo es reducir la ansiedad y la depresi¨®n, ?a qui¨¦n le importa? No tengo miedo a la muerte y muchas personas que han tenido esta experiencia ya no le temen a la muerte. Eso es algo positivo. Cient¨ªficamente, es una pregunta muy interesante, pero desde una perspectiva pr¨¢ctica, si lo que queremos es ayudar a las personas a lidiar con su miedo, es una cuesti¨®n irrelevante. Intentemos brindar a las personas la oportunidad de profundizar en esa experiencia. Esa es la l¨®gica detr¨¢s de este proyecto.
P. Que haya experiencias comunes no significa que lo que se vea es real o que eso pruebe que hay vida despu¨¦s de la muerte. Para los cient¨ªficos, es muy dif¨ªcil evitar esas preguntas. Tal vez algunos dir¨ªan lo mismo sobre la religi¨®n: fue muy reconfortante para muchas personas, pero la ciencia cuestion¨® y debilit¨®, incidiendo en los hechos, muchas creencias que eran ¨²tiles para la gente.
R. Hay muchos cient¨ªficos que quieren explicar la experiencia cercana a la muerte de otra manera. Pero hay algo importante que entender sobre la ciencia. La ciencia trata de explicar fen¨®menos utilizando otro nivel de an¨¢lisis. La ciencia es una herramienta para explicar el mundo, y yo soy cient¨ªfico, pero entiendo la ciencia como un m¨¦todo, siempre toma una cosa y lo explica en t¨¦rminos de otra. Y as¨ª sigue, capa tras capa, cada vez con niveles m¨¢s peque?os y detallados de explicaci¨®n.
Entonces, por supuesto que la ciencia va a intentar explicar una experiencia cercana a la muerte en esos t¨¦rminos. Pero tambi¨¦n hay una limitaci¨®n en la ciencia. Si seguimos descomponiendo y descomponiendo la realidad, en alg¨²n momento llegamos a la gran pregunta: ?de d¨®nde viene todo? Y esa es una pregunta que la ciencia nunca podr¨¢ responder, porque la ciencia solo puede estudiar cosas que ocurren una y otra vez, millones de veces. Los experimentos requieren repetibilidad. Pero hasta donde sabemos, la existencia de la conciencia y del universo mismo es un evento ¨²nico.
Todo el milagro de la existencia est¨¢ completamente fuera del alcance del m¨¦todo cient¨ªfico. Y debemos entender eso como cient¨ªficos. Por eso creo que muchas personas dentro de la ciencia quieren desacreditar la religi¨®n. Pero la religi¨®n y las tradiciones espirituales han intentado responder esa pregunta. Est¨¢n diciendo: ¡°Bueno, no podemos explicar de d¨®nde vino todo, pero aun as¨ª necesitamos saber, necesitamos un sentido de prop¨®sito, necesitamos un sentido de ¨¦tica, necesitamos una forma de comprendernos a nosotros mismos en relaci¨®n con todo lo dem¨¢s¡±. Porque la ciencia no puede darnos esas cosas. Y necesitamos esas cosas para vivir vidas sanas y productivas, y para disfrutar del mundo natural. Necesitamos otras maneras de relacionarnos con la realidad, m¨¢s all¨¢ de ofrecer solo explicaciones mec¨¢nicas de causa y efecto.
Es importante reconocer las limitaciones de la ciencia, pero podemos adoptar un enfoque cient¨ªfico para estudiar estas experiencias. Podemos inducir experiencias cercanas a la muerte en personas, observar los resultados, mejorarlos y seguir trabajando con ellas. Pero no estoy seguro de que la ciencia alguna vez pueda decir algo definitivo sobre estas experiencias, simplemente por definici¨®n. Porque si alguien muere de verdad, ling¨¹¨ªsticamente significa que nunca podr¨¢s volver a hablar con esa persona. As¨ª que, ?c¨®mo podr¨ªamos hacer un estudio cient¨ªfico? Es imposible.
Creo que lo que hace que el estudio de la muerte sea tan inc¨®modo para la ciencia es que representa un l¨ªmite. Es el punto en el que los l¨ªmites del m¨¦todo cient¨ªfico se encuentran con los misterios de la existencia. La ciencia llega hasta un punto, y el misterio de la existencia comienza justo despu¨¦s. La muerte es uno de esos puntos de intersecci¨®n. Eso es lo fascinante. Necesitamos ser m¨¢s filos¨®ficos sobre lo que realmente es la ciencia como m¨¦todo. Me encanta la ciencia, es poderosa, ha mejorado nuestras vidas. Pero tampoco puede resolver absolutamente todos nuestros problemas. Tiene l¨ªmites y fronteras, y necesitamos otras formas de pensar sobre el mundo que nos ayuden cuando la ciencia llega a esos l¨ªmites.