Todos los responsables de la obesidad
No culpar a las personas con exceso de peso es el primer paso que deben dar los m¨¦dicos ¨Cy la poblaci¨®n¨C en el tratamiento de esta enfermedad cr¨®nica. El sedentarismo y una mala alimentaci¨®n son algunas de las causas que la provocan, pero existen otros factores como la gen¨¦tica, el estr¨¦s, la falta de sue?o, la menopausia, los psicof¨¢rmacos o la situaci¨®n socioecon¨®mica
Un infarto no se elige, nadie quiere sufrirlo, y tampoco la obesidad, insisten los endocrinos. No se puede culpar, remarcan los expertos consultados, a ese 18,7% de adultos que padecen en Espa?a esta enfermedad cr¨®nica, seg¨²n la encuesta Ene-Covid, impulsada en 2020 por el ministerio de Sanidad. La acumulaci¨®n excesiva o an¨®mala de grasa en el tejido adiposo se debe a m¨²ltiples factores. Existe una predisposici¨®n gen¨¦tica (un organismo m¨¢s tendente a acumular l¨ªpidos), procesos naturales como la menopausia o la gestaci¨®n, la falta de sue?o, el estr¨¦s por un duelo, el trabajo nocturno, los psicof¨¢rmacos en un episodio de ansiedad, la oferta enorme de comida hipercal¨®rica y r¨¢pida, ir al supermercado en coche en lugar de salir a cazar como hace 10.000 a?os, las condiciones socioecon¨®micas. Cuando un paciente llega a la consulta y afirma que ¡°no come tanto como para estar as¨ª¡± hay que creerle, dice Albert Lecube, jefe del servicio de Endocrinolog¨ªa del hospital Universitario Arnau de Vilanova (Lleida). ¡°Existe una visi¨®n muy negativa de estas personas: que son ociosas, que no se cuidan, que no hacen nada¡±, manifiesta. ¡°No podemos seguir aumentando el estigma¡±, a?ade.
El exceso de peso, en cifras
El 63,7% de los hombres y el 48,4% de las mujeres en Espa?a tiene exceso de peso (sobrepeso u obesidad).
El 19,3% de hombres y el 18% de mujeres padece obesidad
El 33,7% de los menores varones entre 2 y 17 a?os tiene exceso de peso. En el caso de las mujeres en esa franja de edad es del 26%.
El 13,4% de los menores y el 7,9% de las menores sufren obesidad
Fuente: Estudio ENE-COVID, una investigaci¨®n publicada en 2023 del Instituto de Salud Carlos III y la Agencia Espa?ola de Seguridad Alimentaria y Nutrici¨®n con informaci¨®n recogida en 2020
Los especialistas distinguen entre un aumento de peso transitorio y una situaci¨®n permanente en la que la enfermedad est¨¢ establecida. En el segundo caso se desregula el control del apetito, las conexiones entre el sistema digestivo y el nervioso dejan de funcionar correctamente. Lo ilustra Ana Bel¨¦n Crujeiras, directora del grupo de Epigen¨®mica en Endocrinolog¨ªa y Nutrici¨®n en el Instituto de Investigaci¨®n Sanitaria de Santiago de Compostela (IDIS): ¡°Las personas no saben que tienen que dejar de comer a pesar de tener el est¨®mago lleno¡±.
Lecube abunda: ¡°Tienen exacerbado el hambre y disminuida la sensaci¨®n de placer cuando comen¡±. Y si logran ingerir menos calor¨ªas ¨Ca lo mejor cuentan con la ayuda de un nutricionista¨C, su gasto energ¨¦tico se reduce m¨¢s de lo que deber¨ªa, por lo que no pierden peso. ¡°La obesidad no es un vicio. La obesidad te escoge a ti¡±, a?ade el endocrino. Pero antes de que te escoja y no te suelte, llega el sobrepeso, ¡°una alarma para empezar a actuar¡±, dice Crujeiras. Preobesidad se est¨¢ empezando a llamar para atajarla antes de que la enfermedad se instale en el organismo.
F¨®rmulas para saber si se padece obesidad
La forma tradicional y la m¨¢s extendida es el ¨ªndice de masa corporal (IMC), que se calcula al dividir el peso en kilos entre la altura en metros multiplicada por dos.
Si el resultado es superior a 25, a la persona se la cataloga en sobrepeso. Si es superior a 30, se clasificar¨ªa como obesidad. Por ejemplo:
75 kg -> IMC = 25,95 - SOBREPESO
90 kg -> IMC = 31,14 - OBESIDAD
Pero ojo porque hay personas con los m¨²sculos muy desarrollados y que tienen un IMC elevado y no padecen obesidad. Por eso existen pruebas complementarias que pueden ayudar a una mejor clasificaci¨®n. Una de ellas consiste en comparar la relaci¨®n entre el per¨ªmetro del abdomen y la altura. Esta medici¨®n es m¨¢s precisa. Si el abdomen crece, lo hace porque aumenta el tejido adiposo, no porque aumente la masa muscular.
En una persona sana el per¨ªmetro del abdomen no deber¨ªa ser superior a la mitad de la altura.
100 kg -> IMC = 30,86
Per¨ªmetro del abdomen: 85 cent¨ªmetros, cinco centr¨ªmetros por debajo de la mitad de su altura (90), lo m¨¢ximo recomendable para una persona sana.
El IMC es superior a 30, por lo que se clasificar¨ªa como obesidad. Pero el per¨ªmetro del abdomen (85) en relaci¨®n a su altura (1,80) es el de una persona normal. La conclusi¨®n es que no padece obesidad. Podr¨ªa tratarse de alguien con una masa corporal elevada debido a unos m¨²sculos muy desarrollados.
Se realizan otras pruebas en consulta que ayudan a determinar si la obesidad afecta a la funci¨®n muscular. Por ejemplo, se mide las veces que un paciente puede sentarse y levantarse de una silla sin ayuda en un tiempo determinado. Tambi¨¦n existe un aparato, el handgrip, para cuantificar la fuerza al apretar. Hay pacientes que debido a su obesidad tienen su fuerza muscular alterada.
¡°Menos plato y m¨¢s zapato¡±, una recomendaci¨®n antigua e insuficiente
El cambio en la narrativa resulta fundamental para abordar la obesidad de forma adecuada y eficaz, opina la presidenta de la Sociedad Espa?ola de Obesidad (SEEDO), Mar¨ªa del Mar Malag¨®n. La tambi¨¦n catedr¨¢tica de biolog¨ªa molecular en la universidad de C¨®rdoba se?ala que tres de cada cuatro personas consultadas piensan que la obesidad es una enfermedad, pero esa misma proporci¨®n est¨¢ convencida de que se soluciona con dieta y ejercicio. ¡°No todo se basa en eso. Existe la adversidad biol¨®gica, personas que se adaptan peor a los contratiempos que surgen a lo largo de la vida y su metabolismo tiende a acumular m¨¢s grasa¡±, remarca Lecube, que pasa a describir un caso t¨ªpico en consulta. ¡°Tras una primera visita, si el paciente vuelve y no ha perdido peso, se le culpa por ello¡±, dice el endocrino. ¡°Resulta que no ha seguido nuestros grandes consejos¡±, ironiza.
Las personas con obesidad dejan de acudir a los m¨¦dicos porque nadie les cree, ni les comprende, ni les da una soluci¨®n, a?ade. ¡°Se sienten culpables y no van al m¨¦dico¡±, dice Malag¨®n. ¡°Hay que ofrecerles algo m¨¢s que una dieta fotocopiada¡±, tercia Lecube.
¡°No hace mucho tiempo que hemos empezado a hablar de obesidad. Nos queda mucho trabajo por hacer. Se requiere una revoluci¨®n en la forma de tratar esta enfermedad cr¨®nica¡±
Mar¨ªa del Mar Malag¨®n, subdirectora cient¨ªfica del Instituto Maim¨®nides de Investigaci¨®n Biom¨¦dica de C¨®rdoba (Imibic)
SEEDO ha elaborado con aportaciones de 35 sociedades cient¨ªficas una gu¨ªa para proporcionar herramientas a los especialistas que tratan pacientes que sufren obesidad. ¡°Han colaborado tantas entidades porque la obesidad provoca muchas enfermedades asociadas¡±, asegura Malag¨®n, subdirectora cient¨ªfica del Instituto Maim¨®nides de Investigaci¨®n Biom¨¦dica de C¨®rdoba (Imibic).
En la gu¨ªa, conocida como GIRO, se aborda de forma multidisciplinar el papel de la salud mental en la obesidad, las actividades f¨ªsicas indicadas para cada tipo de paciente (algunos tienen los m¨²sculos disfuncionales y hay que trabajarlos m¨¢s) o los tratamientos farmacol¨®gicos y mediconutricionales. Llevan dos ediciones y desde el primer p¨¢rrafo del pr¨®logo se aborda el cambio de narrativa con una autocr¨ªtica: ¡°Durante mucho tiempo hemos considerado que las personas con obesidad carecen de voluntad y autodisciplina, (...) que son incumplidoras de un tratamiento m¨¦dico limitado a dieta y ejercicio¡±.
Lecube a?ade al respecto: ¡°Una persona puede que se cuide, que haga ejercicio, duerma lo recomendado, lleve una dieta equilibrada, tenga una gen¨¦tica adecuada¡ pero existen causas que no controla y te pueden conducir a la obesidad¡±. Esas causas pueden ser la llegada de la menopausia, pasar a un horario nocturno de trabajo, un duelo por la muerte de un familiar, un periodo de estr¨¦s, un despido¡ ¡°Y todo salta por los aires, la persona pierde el buen equilibrio que ten¨ªa y empieza a ganar peso¡±, describe.
Tambi¨¦n afectan situaciones arraigadas como la precariedad laboral, malos horarios, un incremento de los precios de los alimentos frescos, menor acceso a instalaciones deportivas¡ ¡°La obesidad se da con m¨¢s frecuencia en grupos desfavorecidos social y econ¨®micamente. Vivir en esa situaci¨®n genera mayor ganancia de peso¡±, a?ade Lecube, que tambi¨¦n ejerce de vicepresidente de la Sociedad Espa?ola de Obesidad (SEEDO). Se suma Malag¨®n. ¡°Tambi¨¦n afecta el bajo nivel educacional¡±.
¡°El 75% de las personas que sufren obesidad consideran que no la padecen. Si no te identificas como tal, no te preocupas por ello y no te pones en marcha para combatirlo¡±
Albert Lecube, jefe de Endocrinolog¨ªa del hospital Universitario Arnau de Vilanova de Lleida
Otro de los factores implicados en el desarrollo de la obesidad es la epigen¨¦tica, que explica las marcas qu¨ªmicas en el ADN que va dejando un determinado estilo de vida. Si una persona est¨¢ expuesta a un tipo de dieta, supongamos, cal¨®rica, alta en az¨²cares, y lleva una vida sedentaria, con ausencia total de ejercicio f¨ªsico, estos comportamientos pueden modificar el epigenoma de las c¨¦lulas grasas y se pueden transmitir a trav¨¦s de los genes a los descendientes. ¡°La epigen¨¦tica es el nexo entre los genes y los factores medioambientales. Se convierte en un interruptor que enciende o apaga esos genes¡±, afirma Crujeiras, directora del grupo de Epigen¨®mica en Endocrinolog¨ªa y Nutrici¨®n en el IDIS. ¡°La obesidad se explica en un 30% por la gen¨¦tica y en un 70% por los h¨¢bitos¡±, se?ala la bi¨®loga, vocal de la junta directiva de SEEDO.
Existe cada vez m¨¢s evidencia cient¨ªfica del v¨ªnculo entre obesidad y otras enfermedades graves. ¡°Hasta 13 tipos de c¨¢ncer est¨¢n relacionados¡±, afirma Crujeiras. ¡°Como crece la prevalencia de obesidad, va a arrastrar con ella la prevalencia del c¨¢ncer¡±, a?ade la investigadora. ¡°La obesidad podr¨ªa llegar a ser el tabaco del siglo XXI. Podr¨ªa convertirse en la primera causa que desencadena un c¨¢ncer¡±, dice.
Concienciar al m¨¦dico
Malag¨®n afirma que se requiere una revoluci¨®n en la forma de tratar esta enfermedad cr¨®nica. ¡°Se necesita formar a los profesionales sanitarios. Puede que algunos tengan una visi¨®n sesgada. Les falta saber lo que ahora estamos aprendiendo¡±, recalca Malag¨®n para referirse a este nuevo relato, a desculpabilizar al paciente, a ofrecerle un tratamiento multidisciplinar. El eje conductor ha de ser el m¨¦dico de atenci¨®n primaria.
¡°Existen 13 tipos de c¨¢ncer relacionados con la obesidad. Podr¨ªamos decir que es el tabaco del siglo XXI¡±
Ana Bel¨¦n Crujeiras, directora del grupo de Epigen¨®mica en Endocrinolog¨ªa y Nutrici¨®n del Instituto de Investigaci¨®n Sanitaria de Santiago (IDIS)
¡°No hace mucho tiempo que hemos empezado a hablar de obesidad. Nos queda mucho trabajo por hacer¡±, concluye la investigadora. ¡°En el campo de la medicina era un poco friki si te dedicabas a esto. Era una enfermedad que nunca hab¨ªa despertado un gran inter¨¦s entre nosotros¡±, complementa Lecube. Ni siquiera los propios pacientes le prestan atenci¨®n. El 75% de las personas con obesidad consideran que no la sufren. ¡°Si no te identificas como tal, no te preocupas por ello y no te pones en marcha para combatirlo¡±, expone el endocrino.
SEEDO, con 35 a?os de historia, celebr¨® su vig¨¦simo congreso anual el noviembre pasado en Santiago de Compostela. ¡°Alcanzamos 2.000 asistentes. Hasta entonces hab¨ªa habido 200, 300, 600. La sociedad empieza a tener un tama?o importante¡±, afirma ahora con optimismo el endocrino. SED dota de informaci¨®n al paciente para que reclame un tratamiento adecuado mientras que conciencia a las instituciones sobre esta enfermedad que est¨¢ previsto que la sufra el 37% de la poblaci¨®n para 2035.