La cosm¨¦tica ecol¨®gica despierta en Espa?a
Marcas medianas y m¨¢s o menos conocidas, todas de corte bio, se hacen fuertes dentro de nuestro pa¨ªs. Te contamos c¨®mo funciona este fen¨®meno bueno para ti y para la naturaleza.
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La cosm¨¦tica ecol¨®gica en Estados Unidos, Canad¨¢ y el resto de Europa tiene una presencia importante en el mercado. Existen firmas, incluso, que se han extendido por todo el mundo manteniendo su filosof¨ªa sostenible y que son tan respetadas por los consumidores como tratamientos de belleza tan v¨¢lidos como los no tan ecofriendly. Weleda, Sant¨¦, La Biosthetique o Dr. Hauschka son solo algunas de las m¨¢s conocidas internacionalmente, con un buen volumen de ventas y alabadas por la prensa internacional.
?Est¨¢ Espa?a dentro de este circuito de cosm¨¦tica natural? Los usuarios cada vez est¨¢n m¨¢s concienciados con lo que se aplican sobre la piel, de manera que no paran de proliferar nuevos establecimientos especializados en esta belleza sostenible adem¨¢s de que los habituales van incorporando m¨¢s y m¨¢s firmas de este tipo. El nuevo fen¨®meno que ya es cada vez m¨¢s una realidad es que muchas de esas marcas son de origen espa?ol. Y es que nuestro pa¨ªs, si bien est¨¢ a¨²n muy alejada de ser una potencia como Alemania o Francia, empieza a despuntar. La producci¨®n nacional de belleza y tratamientos bio est¨¢ creciendo, sin prisa pero sin pausa.
Montse Escutia, coordinadora del proyecto Red Ecoest¨¦tica, perteneciente a la asociaci¨®n Vida Sana, nos confirma que hay m¨¢s inter¨¦s por el sector: "Cada vez hay m¨¢s marcas espa?olas que se dedican a la cosm¨¦tica ecol¨®gica; son peque?as y muchas veces artesanas pero elaboran productos de gran calidad, la mayor¨ªa centradas en el mercado nacional", explica.?
?Est¨¢n orientadas a Espa?a porque no pueden competir con otras marcas internacionales m¨¢s conocidas? "El consumidor de un producto ecol¨®gico est¨¢ concienciado y el factor local tambi¨¦n importa. Por eso, consumir algo que est¨¢ elaborado m¨¢s cerca de tu casa es m¨¢s ecol¨®gico que traerlo de Alemania o Estados Unidos", nos aclara Montse. Si bien cada vez surgen m¨¢s nombres, lo que Escutia a¨²n echa de menos de las marcas de producci¨®n nacional es que haya m¨¢s diversidad: "Es f¨¢cil encontrar una crema hidratante o un champ¨² elaborado en Espa?a, pero la cosm¨¦tica decorativa (maquillaje, esencialmente) a¨²n est¨¢ por desarrollar". Tiempo al tiempo¡
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Aqu¨ª, en Can Dur¨¢n, est¨¢ el origen de la marca Alqvimia.
Alqvimia
Y es que antes de que una peque?a empresa de cosm¨¦tica bio se lance con l¨ªneas de maquillaje o styling capilar tiene que enfrentarse a un consumidor espa?ol que a¨²n desconf¨ªa de todo lo que lleve una etiqueta 'verde'. Juan Mart¨ªn, fundador de la firma asturiana Fonte Santa, reconoce que "en Espa?a la gente da poca credibilidad a todo aquello que tiene el adjetivo 'natural o ecol¨®gico' al lado. Puede tener que ver con la picaresca propia de nuestra cultura y el mal empleo que se hace de estas palabras, utiliz¨¢ndolas sin que sus ingredientes sean cerficicados como ecol¨®gicos de verdad", cuenta.
Para confirmar la veracidad de ese origen org¨¢nico existen los sellos y certificaciones oficiales. "Ahora se cuida mucho m¨¢s la calidad y la certificaci¨®n. Algunas certificadoras pueden ser caras pero ya hay varias opciones m¨¢s asequibles para quien las quiera solicitar", nos recuerda Montse Escutia, de la Red Ecoest¨¦tica. En Europa es muy reconocido el sello Ecocert, un organismo de control nacido en 1997 cuyo objetivo es controlar el desarrollo sostenible de esos ingredientes. Fonte Santa, por ejemplo, cuenta con el certificado que le ha otorgado el Institute for Marketecology (IMO), muy respetado en el campo de la certificaci¨®n de productos sostenibles en todo el mundo. Estos organismos no dan su aprobaci¨®n a cualquier precio ya que son muy exigentes con las empresas. Tal y como sucede en Fonte Santa, "Es complicado para una peque?a firma ya que el esfuerzo econ¨®mico es importante y conlleva una exhaustiva labor de organizaci¨®n y control de la actividad", confiesa Juan Mart¨ªn.
Su marca, nacida en 2004 despu¨¦s de a?os viviendo en pa¨ªses como Suiza, Francia u Holanda donde dan mucho valor a estos productos de origen natural, extrae lo mejor de la naturaleza asturiana para crear "productos realmente naturales y alternativos para el cuidado de la piel y el deleite de los sentidos", dice Mart¨ªn. Este fitoterapeuta formado en Holanda tambi¨¦n fue bailar¨ªn profesional, y pudo comprobar en su propia piel los beneficios de los aceites naturales para aliviar dolores musculares y lesiones derivadas de la pr¨¢ctica.
Fonte Santa se ha aprovechado de las ventajas de internet y tiene un importante canal de venta a trav¨¦s de su tienda online, aunque tambi¨¦n vende en establecimientos especializados y en ferias espec¨ªficas. Taller Amapola, Karicia, Aurum Cosmetic o Naetura son otras marcas con un perfil similar, todas ellas espa?olas, que comparten con Fonte Santa filosof¨ªa, canales de venta y compradores.
Con canales de distribuci¨®n minoritarios y sin campa?as de marketing que garanticen una presencia importante en los medios, estas marcas peque?as y ecol¨®gicas pueden presumir de tener un consumidor muy fiel. Al menos en el caso de Fonte Santa, aunque reconocen que la situaci¨®n econ¨®mica tambi¨¦n es complicada para ellos, "nuestro objetivo es fidelizar a los clientes a trav¨¦s de una exquisita calidad, autenticidad y seriedad en nuestra labor, esperando satisfacerles plenamente y ocupar un lugar en sus vidas con nuestros productos, algo dif¨ªcil de conseguir con un proceso de fabricaci¨®n industrial", relata orgulloso Juan Mart¨ªn. "Las marcas sobreviven en un mercado muy complejo sin demasiadas alegr¨ªas pero con un consumidor muy fiel. Es gente que prefiere ahorrar en otras cosas y gastar en salud, de ah¨ª que no paren de aparecer nuevas empresas a pesar de la recesi¨®n. ?Y no desaparecen!" a?ade esperanzada Montse Escutia.
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Despu¨¦s, podemos encontrar los productos de Alqvimia en centros tan lujosos como su tienda de Claudio Coello en Madrid.
Alqvimia
En Espa?a hay una firma pionera en el campo de la cosm¨¦tica ecol¨®gica que lleva casi 30 a?os en el mercado y que podr¨ªa servir de ejemplo a otras menores. Es la gerundense Alqvimia, fundada en 1984 por Idili Lizcano y que, como nos cuenta por email Marta Rubay, su responsable de marketing, "naci¨® con el claro compromiso de crear una cosm¨¦tica saludable 100% natural. Se ha ido construyendo tranquilamente, sin prisas, sus bases actuales son s¨®lidas ya que su crecimiento ha sido equilibrado y constantemente en ascenso". Hoy est¨¢ en plena expansi¨®n internacional ("Alqvimia sigue creciendo con fuerza", reconoce Rubay) mientras que en Espa?a cuenta con numerosos puntos de venta repartidos entre perfumer¨ªas, centros de belleza, tiendas propias, spas y balnearios.
Su ¨¦xito sosegado se debe a que siempre se han diferenciado de otras marcas del mercado al tener ingredientes naturales y no a?adir colorantes, qu¨ªmicos, parabenos ni t¨®xicos de ning¨²n tipo. Siendo coherentes con ellos mismos han sabido mantener a una clientela fiel que aprecia su alta efectividad -es muy valorada en el sector profesional- y unos productos que van m¨¢s all¨¢ de lo est¨¦tico: "Alqvimia es cosm¨¦tica para el cuerpo y para el alma", dice Marta Rubay.
Muchos de esos reticentes a comprar cosm¨¦tica natural alegan que es m¨¢s cara que la convencional, una idea que est¨¢ completamente obsoleta. Sin llegar a los extremos de un producto low cost, las marcas ecol¨®gicas tienen precios bastante competitivos. Hay que valorar que muchas tienen una elaboraci¨®n tradicional, que no producen de forma masiva y que utilizan envases reciclados y reciclables, por poner solo algunos ejemplos de elementos que pueden elevar el coste. En el caso de Alqvimia, cosm¨¦tica ecol¨®gica de alta gama, afirman que "los precios son razonables en relaci¨®n a los productos porque una de nuestras premisas es trabajar por una econom¨ªa humanizada", confiesa Marta Rubay. Entre sus referencias podemos encontrar un crema antiedad de 80,24 euros o un gel de ba?o de 26,66.?
Pero podemos encontrar productos m¨¢s asequibles en gamas menos lujosas como Taller Amapola, que tiene cremas de tratamiento facial desde unos 18 euros, o Fonte Santa b¨¢lsamos corporales desde poco m¨¢s de 21. Como explica Montse de Red Ecoest¨¦tica, "Juega a su favor el factor precio ya que ahora mismo estas marcas no resultan mucho m¨¢s caras que las convencionales".
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