La nueva fragancia de Issey Miyake
Se cumplen 30 a?os de un hito en la historia de la moda. Viajamos a Tokio para entrevistar al creador de Pleats Please, el tejido que nunca se arruga, y para asistir al lanzamiento de su fragancia.
Hace a?os que no concede entrevistas. ?Sus creaciones y sus encuentros hablan por ¨¦l, Issey piensa que no hace falta explicar su inspiraci¨®n. Para ¨¦l, muchas cosas son personales. No entiende por qu¨¦ debe expresarlas?, asegura Marie Chalmel, amiga y colaboradora de Issey Miyake desde hace 35 a?os. El creador de belleza ¨Cas¨ª lo apod¨® la revista Time en 1999¨C es un hombre afable, con un rostro bronceado y surcado por min¨²sculos signos de la edad. No aparenta 74 a?os. Tal vez sea por su manera de sonre¨ªr; tiene el gesto de un ni?o. Esta tarde Miyake trabaja con su equipo. Planifican la estrategia de 2013. Estamos en septiembre y su estudio en Shibuya es un faro creativo en un barrio lleno de tiendas y restaurantes. A las 17.00 horas nos rodean las sombras, ya ha ca¨ªdo la noche. ?Trabajamos en equipos, cada uno en un proyecto. Tenemos varios frentes abiertos, luego ponemos las ideas en com¨²n. Pasamos mucho tiempo juntos y al final las ideas surgen. Hacen pop como si fueran palomitas?, afirma Miyake. S Moda tiene el extra?o privilegio de charlar con ¨¦l.
En el taller nos cruzamos con empleados que han trabajado con el creador durante casi medio siglo. Y ah¨ª siguen, al pie del ca?¨®n. ?Creo en las personas, somos una gran familia?, apunta Miyake. Hay veintea?eros y trabajadores de 60 a?os. ?Los mayores ense?an. Los j¨®venes son el ma?ana, me gusta que tengan sus propias ideas; aqu¨ª estudian, las desarrollan y crecen?. Algunos terminan march¨¢ndose y creando sus propios dise?os bajo otras marcas. ?As¨ª es, los hay que acaban trabajando en arquitectura o en dise?o industrial?, a?ade.
Su gran familia est¨¢ de enhorabuena, acaba de celebrar el 20? aniversario de Pleats Please, el tejido que revolucion¨® el street wear. La l¨ªnea, lanzada en 1993, es una met¨¢fora de la obra del japon¨¦s. El tejido no se arruga. Jam¨¢s. Las piezas se pueden guardar hechas un ovillo en la maleta. Al sacarlas, est¨¢n perfectas, vuelven a su condici¨®n inicial. La clave est¨¢ en el proceso de fabricaci¨®n, basado en una m¨¢quina de plisado inventada por Miyake. El nip¨®n es el Leonardo da Vinci de la moda. Pleats Please es m¨¢s que una prenda, es un punto y aparte. Visitamos una de sus f¨¢bricas y elaboramos una camiseta y un fular.
El proceso es bello. El tejido ¨Ccon algunos hilos¨C se sit¨²a sobre un papel en una m¨¢quina. El artefacto lo encierra con otro trozo de papel, lo plisa y la tela emerge emparedada entre dos hojas. El resultado brota al abrir el papel, como si fuera un regalo o un gusano convertido en mariposa. Los Pleats Please son casi irrompibles; est¨¢n elaborados con poli¨¦ster reciclado. Los clientes acuden a las tiendas con pantalones de hace diez a?os; vienen a cambiar el el¨¢stico, para poder seguir llev¨¢ndolos.
?No me gusta que me llamen dise?ador de moda¡; soy dise?ador?, matiza. Y a?ade: ?Para m¨ª el c¨®mo es tan importante como el qu¨¦?. Pleats Please demuestra que Miyake huye de los formalismos y funde varias disciplinas: la arquitectura, el dise?o industrial y la moda. Su tejido insignia sigue siendo moderno dos decenios despu¨¦s. ?Trabajaba en la alta costura en Par¨ªs, la clientela era fant¨¢stica, mujeres ricas y esposas de l¨ªderes pol¨ªticos. Me he criado en una cultura ajena a ese mundo y un d¨ªa entend¨ª que no ten¨ªa futuro en ese sector, que har¨ªa mejor renunciando. Cuando estall¨® Mayo del 68, abandon¨¦ el atelier [de Guy Laroche]. En Od¨¦on y Saint Germain presenci¨¦ el nacimiento de una nueva era: la del hombre com¨²n?, argumentaba Miyake en un discurso tras ganar el Premio Kioto a toda su carrera en 2006. Es un hombre coherente, fiel a sus principios. ?El negocio no impulsa la creatividad, la destruye. Una empresa debe dar beneficios, pero los dise?adores no deben obsesionarse con eso?, razona. La contabilidad y finanzas de la compa?¨ªa est¨¢n separadas. Issey no mezcla cifras con arte.
Les va bien, pero no siempre fue as¨ª. ?Lo conozco desde 1969. En sus primeros a?os, la gente no entend¨ªa su obra; era rupturista. Incluso durante A-POC (A Peace of Cloth; desde 1997) fue duro. Se trataba de una empresa peque?a. Hoy es un conglomerado de firmas (HaaT, 132 5, Pleats Please¡), unas funcionan mejor que otras. Se trata de una buena estrategia, aunque para Issey no es negocio¡ Le sali¨® as¨ª?, explica Jun Kanai, representante de Miyake Design Studio en EE UU. El creador sue?a con atemporalidad, con elaborar piezas democr¨¢ticas, como los jeans. ?Dise?o para la gente de la calle. Mis prendas cobran sentido cuando los dem¨¢s las llevan?, razona. Ha abierto un nuevo cap¨ªtulo para Pleats Please: el tejido tiene versi¨®n cosm¨¦tica; el eau de toilette Issey Miyake. Su concepto es similar: la fragancia es alegre, y el frasco tiene tantas aristas como los bolsos Bao Bao.
?A finales de los 80, empec¨¦ a dudar sobre mi trabajo. Hab¨ªa sido engullido por el L. Me segu¨ªa gustando Par¨ªs, pero me estaba perdiendo en su cultura y sus formalismos?, contaba tras recibir el Premio Kioto. Esa incomodidad le empuj¨® a crear Pleats Please. El artista Isamu Noguchi y su equipo lo visitaron un d¨ªa. Miyake les mostr¨® veinte piezas en las que trabajaba. Y Noguchi exclam¨®: ?Me habr¨ªa gustado hacer algo as¨ª, pero todos dec¨ªan que era imposible?. Los prototipos que Miyake le ense?¨® eran la semilla de Pleats Please. Son c¨®modos, funcionales y ligeros. El core¨®grafo William Forsythe los emple¨® en 1993 para la obra Loss of Small Detail. ?En mallas, los hombres son atractivos y las mujeres, er¨®ticas. Yo ya hab¨ªa visto eso; se me ocurri¨® darle una vuelta, para que los actores parecieran modernos y tuvieran m¨¢s libertad de movimiento?. Ya no dirige la l¨ªnea de mujer ni la de hombre. ?Llevo trabajando diez a?os para Miyake. En Mujer, somos siete dise?adores. Nos inspiramos en los ¨¢rboles, los p¨¢jaros, las piedras¡ Trabajamos por libre, pero la ¨²ltima palabra la tiene siempre Issey?, explica Yoshiyuki Miyamae, el responsable de la colecci¨®n femenina desde hace dos a?os.
Miyake est¨¢ enfrascado en la apertura de un museo de dise?o en el futuro. ?Nueva York, Berl¨ªn, Londres¡ Todas tienen un centro de dise?o. Jap¨®n, no. Y, sin embargo, es uno de los pa¨ªses que m¨¢s ha contribuido a esta disciplina. En septiembre creamos la Society for a Design Museum Japan para difundir la importancia del dise?o y la necesidad de abrirlo?.
En 2007, con la inauguraci¨®n en Tokio del centro 21_21, puso la primera piedra. ?El Museo de Dise?o ser¨¢ m¨¢s grande y tendr¨¢ archivo?, avisa. Hasta el pasado 3 de enero se pod¨ªa ver una muestra sobre el dise?ador gr¨¢fico Ikko Tanaka. ?Era un buen amigo. Admiro su manera de trabajar. Siempre encontraba nuevas formas de expresi¨®n?, describe Miyake. Como Tanaka, Miyake mira hacia el futuro. Cuando le dedican una retrospectiva, interpreta sus piezas y elabora algo nuevo. ?El futuro de la creaci¨®n es hacer cosas con una tecnolog¨ªa mejor?, afirma. Fundar un museo de dise?o de Jap¨®n no ser¨¢ f¨¢cil. ?Mi pa¨ªs est¨¢ centrado en ganar dinero, no interesan proyectos como este. El sunami de Fukushima no ha ayudado?, explica.
Evita hablar de energ¨ªa nuclear. Ten¨ªa 7 a?os cuando en 1945 una bomba cay¨® en Hiroshima, su ciudad natal. Su madre, profesora, muri¨® a causa de la radiaci¨®n. Miyake conserva una cojera en una pierna debida a una enfermedad de la m¨¦dula ¨®sea. ?No quer¨ªa que me llamaran el dise?ador que sobrevivi¨® a la bomba at¨®mica, por eso evito preguntas sobre Hiroshima?, afirmaba en un art¨ªculo para apoyar a Obama en su lucha contra las armas nucleares. En esa misma columna publicada por el New York Times, a?ade: ?He intentado alejar esos recuerdos de m¨ª y pensar en cosas que se pueden crear y no destrozar, y que generan belleza y alegr¨ªa. Por eso me dedico a la moda, porque es creativa, moderna y optimista?.
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