Olivier Rousteing, el dise?ador que quiso darle color a la diversidad
El director art¨ªstico de Balmain protagoniza la campa?a de una colecci¨®n c¨¢psula de 12 tonos de labiales mate Color Riche, firmada por ¨¦l mismo junto a L¡¯Or¨¦al Paris.
Negro riguroso. La etiqueta que viste el director art¨ªstico de Balmain, Olivier Rousteing, durante esta entrevista en la azotea del m¨ªtico hotel Mart¨ªnez de Cannes, no tiene nada que ver con su ¨²ltimo y colorista proyecto, resultado de la alianza estrat¨¦gica de dos marcas parisinas legendarias. Se trata de una colecci¨®n c¨¢psula de 12 tonos de labiales mate Color Riche, firmada por el dise?ador junto a L¡¯Or¨¦al Paris que aspira a ?celebrar la diversidad, empoderar a la mujer y ofrecerle distintas maneras de expresarse?. Rousteing, de 32 a?os, acaba de cumplir siete al frente de la hist¨®rica maison de alta costura, reconvertida en fen¨®meno mil¨¦nico gracias a la publicitada amistad del creador con personalidades como Rihanna o el clan Kardashian. Su ¨²ltimo cometido ha sido trasladar a la cosm¨¦tica los preceptos que explican su ¨¦xito en la moda.
As¨ª, ¨¦l mismo protagoniza la campa?a para promover esta gama de productos. Aparece en el centro de la imagen publicitaria, encabezando un escuadr¨®n de modelos de todos los or¨ªgenes y colores, a imagen y semejanza de los inesperados tonos que ha escogido para sus labiales, donde hay matices en negro, verde, azul y violeta. ?Tiene que haber todav¨ªa m¨¢s pluralidad. Las cosas han cambiado mucho en la ¨²ltima d¨¦cada, pero sigue quedando mucho por hacer. No voy a dar nombres, pero para muchas marcas sigue siendo una asignatura pendiente?.
L¡¯Or¨¦al Paris no figura entre ellas. ?Lleva promoviendo esa diversidad desde hace mucho tiempo. Entre sus portavoces encontramos desde Jane Fonda hasta una modelo transg¨¦nero como Valentina Sampaio, embajadora de la marca desde el a?o pasado. Por eso acept¨¦ esta propuesta: me pareci¨® que est¨¢bamos en consonancia?, asegura.
En su primera inmersi¨®n en el terreno de la belleza, Olivier encontr¨® m¨¢s parecidos que diferencias con su trabajo habitual al frente de Balmain. ?Pensaba que ser¨ªa muy distinto, pero no, solo cambian algunos de los ingredientes. En lugar de trabajar en un atelier, lo haces en un laboratorio. En vez de ajustar tus dise?os sobre el cuerpo de una modelo, mezclas pigmentos hasta que das con el tono que quer¨ªas?, afirma. Lo que s¨ª cambi¨®, seg¨²n el dise?ador, fue su target. ?El precio de un labial es muy inferior al de un vestido. Casi todas las mujeres pueden tener acceso a uno. En cambio, la ropa de lujo sigue siendo un nicho de mercado. Esta vez he tenido la sensaci¨®n de llegar a todos los monederos. Es algo que me hace feliz?, explica Rousteing.
Este ni?o prodigio, nombrado a los 25 a?os al frente de Balmain tras un aprendizaje expr¨¦s en Roberto Cavalli y al lado de Christophe Decarnin, sigue gui¨¢ndose por un solo principio: el de enfrentarse a las reglas preestablecidas en la moda. Solo encuentra sentido a su trabajo si logra abrir camino hacia terrenos inexplorados. ?Esta es la misi¨®n del arte, y para m¨ª, la moda lo es. Que luego sea un negocio no impide que est¨¦ guiado por un proceso de creaci¨®n art¨ªstico?, afirma. En el mundo de la cosm¨¦tica tambi¨¦n le gustar¨ªa romper alg¨²n tab¨². ?Lo pr¨®ximo ser¨¢ la democratizaci¨®n del maquillaje para hombre?, pronostica. ?Igual que la mujer no ha dudado en adoptar los c¨®digos masculinos, nosotros terminaremos perdiendo el miedo a abrazar los femeninos?.
Del mismo modo que la moda masculina ha experimentado un crecimiento exponencial, la cosm¨¦tica para chicos tambi¨¦n vive un boom semejante, aunque el maquillaje siga siendo algo inhabitual. ?A un hombre que demuestra inter¨¦s por su aspecto f¨ªsico se le sigue juzgando sobre su sexualidad. Pero, poco a poco, las cosas cambiar¨¢n. Hace solo cinco a?os, un t¨ªo que fuera a hacer shopping no era visto con la misma normalidad que hoy?, defiende. El dise?ador predica con el ejemplo. ?Me gusta utilizar maquillaje, porque me permite tener buen aspecto. Antes no lo contaba, porque ten¨ªa miedo de que se me atacara por mi condici¨®n sexual, incluso siendo gay. Y ahora tampoco lo digo mucho, pero m¨¢s por coqueter¨ªa?, sonr¨ªe. En el fondo, los hombres se maquillaron y vistieron de manera ostentosa hasta hace solo un par de siglos. ?S¨ª, lo que vivimos ahora es una anomal¨ªa hist¨®rica. La profusi¨®n de aquel tiempo fue tan excesiva que termin¨® siendo v¨ªctima de una represi¨®n?, cuenta. ?Hoy el brillo se sigue considerando vulgar. Por eso contin¨²a imperando la tendencia a lo minimal: queremos ser menos vistos, porque es una manera de ser menos juzgados?.
Puede que encadenar colecciones al frente de Balmain se le haya quedado peque?o. Observando el atardecer sobre la Croisette, el creador admite que le apetecer¨ªa adentrarse en los terrenos del s¨¦ptimo arte. ?Me hubiera encantado hacer el vestuario de Titanic?, dice, como buen miembro de su generaci¨®n. ?O el de Mad Max. Me gustar¨ªa crear dise?os para el ¨²ltimo d¨ªa antes del apocalipsis. ?Qu¨¦ se pone uno en el ¨²ltimo d¨ªa de su existencia? La exuberancia que puede tener la moda cuando no hay un ma?ana es algo que me inspira mucho?, sentencia.
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