Por qu¨¦ cuesta mucho m¨¢s superar una ruptura en la era de Instagram
Si el fin del amor es amargo, las redes sociales pueden hacerlo a¨²n m¨¢s doloroso y extenso, porque ellas nunca olvidan.
Raquel conoci¨® a Carlos por medio de unos amigos, empezaron a salir y a acostarse de vez en cuando. Ninguno de los dos hablaba mucho sobre la relaci¨®n o lo que esperaban de ella, simplemente dejaban que las cosas siguieran su curso; aunque, en el fondo, era obvio que cada uno ten¨ªa sus mayores o menores esperanzas puestas en lo que estaba pasando. Alg¨²n viaje, presentaciones a amigos, cenas con otras parejas conocidas. De repente, Carlos empez¨® a estar muy ocupado y a no tener tiempo para quedar con Raquel. Las llamadas de tel¨¦fono empezaron a escasear y a ser sustituidas por whatsapps. ¡°Hola, ?quedamos hoy?¡±, ¡°Lo siento, no puedo estoy muy liado¡±. ¡°?Te ocurre algo?, ?est¨¢s enfadado?¡±, ¡°no, no, es que el nuevo jefe demanda mucha atenci¨®n. Ya te llamar¨¦ cuando tenga un rato libre¡±.
Raquel tard¨® entre uno y dos meses en darse cuenta de que Carlos no quer¨ªa ya nada con ella. ¡°Es cierto que por aquel entonces ¨¦l ten¨ªa m¨¢s trabajo. Adem¨¢s, alguna vez quedamos a tomar un caf¨¦ y, de vez en cuando, me segu¨ªa mandando cosas por Facebook o Whatsapp, y cuando alguien corta contigo se supone que eso ya no se hace¡±, comenta nuestra protagonista.
Una de las muchas virtudes de las nuevas tecnolog¨ªas y las redes sociales es que son excelentes aliadas de los cobardes y de los que, inconscientemente, se resisten a ver la evidencia. Lo que, en el caso de las rupturas sentimentales, no hace sino fomentar la ambig¨¹edad y la incertidumbre. Gracias a determinadas aplicaciones nos comunicamos instant¨¢neamente con alguien en el otro lado del mundo, pero tambi¨¦n podemos tardar m¨¢s de un mes en darnos cuenta de que nos han dado el kick off, o permanecer durante semanas en tierra de nadie, como n¨¢ufragos que esperan que alguien conteste a sus mensajes enviados en botellas.
Los v¨ªnculos en el mundo digital son laxos y el amor es as¨¦ptico, pero las rupturas parecen todav¨ªa m¨¢s duras de soportar en un universo en el que los recuerdos son indelebles. Como dec¨ªa el soci¨®logo Zygmun Bauman en su libro Vida de consumo (Fondo de Cultura Econ¨®mica de Espa?a), ¡°vivimos obsesionados por las conexiones y temerosos de las ataduras¡±.
¡°La incertidumbre genera m¨¢s dolor del necesario¡±, comenta Ana Y¨¢?ez, psic¨®loga especialista en duelos, sex¨®loga, directora del Instituto Cl¨ªnico Extreme?o de Sexolog¨ªa, coordinadora del M¨¢ster de Sexolog¨ªa de la Universidad de Extremadura y miembro de la junta directiva de la Sociedad Internacional de Especialistas en Sexolog¨ªa. ¡°Desaparecer en el anonimato del mundo digital, algo que ya se conoce como ghosting, es algo censurable y propio de las relaciones poco equilibradas e inmaduras. Pero incluso en aquellas parejas que lo hacen cara a cara y pretenden seguir siendo amigos, el uso de las redes sociales -mensajes espor¨¢dicos- puede generar informaci¨®n confusa, que puede ser malinterpretada por el miembro m¨¢s vulnerable o que puede dar falsas esperanzas. La comunicaci¨®n no verbal lleva la mayor parte del mensaje que queremos trasmitir, los gestos, las miradas, las reacciones del interlocutor. Y el no tener a la otra persona delante puede dar lugar a m¨²ltiples lecturas¡±.
En Girls ordenaron, en su d¨ªa, las nuevas tecnolog¨ªas seg¨²n el grado de implicaci¨®n emocional. Una de las caracter¨ªsticas de los que han nacido con estas sofisticadas herramientas, seg¨²n los soci¨®logos, es que confunden el mensaje con el medio. Ah¨ª va el particular ranking para saber si fuimos el amor en la vida de alguien o simplemente un mero revolc¨®n, seg¨²n la red utilizada para comunicarnos el cese de la relaci¨®n. Tel¨¦fono (ya casi nunca suena sin previo aviso y, si lo hace, es casi siempre portador de malas noticias), mensajes de texto, correo electr¨®nico, mensajer¨ªa instant¨¢nea, Facebook, Twitter, Instagram y Snapchat. A la protagonista de la serie Sexo en Nueva York la dejaron v¨ªa mensaje en un post-it, ¡°Lo siento. No puedo. No me odies¡±; pero, a d¨ªa de hoy, muchos lo considerar¨ªan como una carta de despedida en toda regla.
Instagram, el muro de las lamentaciones
Ana Y¨¢?ez se?ala cinco pasos o estrategias en el proceso de superar cualquier duelo o ruptura sentimental: ¡°tiempo, para adaptarse a la nueva situaci¨®n; dedicarse a uno mismo, tratando de hacer actividades que nos resulten placenteras; apoyo emocional, que puede venir de un familiar, amigo o profesional, y que servir¨¢ para que la persona se desahogue o verbalice sus sentimientos. Hay tambi¨¦n que hacer una lista con las cosas negativas de tu ex y la relaci¨®n, el tiempo hace que veamos el pasado de forma id¨ªlica, desprovisto de sus problemas y sombras. Recordar los inconvenientes y conflictos que se derivaban de estar con esa persona puede ayudar a objetivar la visi¨®n de la p¨¦rdida. Y, finalmente, el quinto punto es la distancia. Si queremos romper, hay que evitar ver a esa persona durante un tiempo. Aunque queramos seguir manteniendo la amistad, es imprescindible que nos olvidemos de ¨¦l o ella durante unos meses¡±.
Antes de la existencia de las redes sociales los terapeutas de pareja sosten¨ªan que hab¨ªa que meter todos los recuerdos y fotos en una caja ¨Ccuando no destruirlos-, llevarla al desv¨¢n y no tocarla en un m¨ªnimo de seis meses. Pero las redes sociales nos ponen la tentaci¨®n al alcance de un clic. Una mirada r¨¢pida al muro de Facebook/Instagram Stories/Snapchat del ex es una de las muchas variantes de la tortura china, especialmente si comprobamos que se ha ido a esquiar este fin de semana -siempre sosten¨ªa que ir a la nieve era la forma m¨¢s segura de volver con un esguince-; que se ha apuntado a clases de bachata, cuando invertimos -sin ¨¦xito- media relaci¨®n tratando de movilizar esos bloques de cemento que ten¨ªa por caderas o que ha perdido cinco kilos y que est¨¢ en su mejor momento.
¡°Intentar informarse de lo que hace el otro en las redes sociales es el gran error que cometen la mayor¨ªa de las personas que pasan por una ruptura¡±, comenta Y¨¢?ez, ¡°ver sus posts o fijarse hasta que hora estuvo conectado ayer, es algo muy da?ino porque evita el olvido, esencial para pasar el duelo. En muchos casos, uno de los miembros, generalmente el vencedor, hace gala de su nueva felicidad exager¨¢ndola con fotos y comentarios con el fin de da?ar a¨²n m¨¢s al otro; mientras que el perdedor se dedica a publicar frases filos¨®ficas de desamor, fortaleza o escepticismo, buscando el apoyo de sus aliados en las redes sociales. La ruptura, entonces, deja de ser algo ¨ªntimo para convertirse en un espect¨¢culo al que asisten amigos y conocidos, que pueden tambi¨¦n intervenir con sus comentarios o posicionarse a favor de uno de los miembros de la pareja¡±.
¡°Ojos que no ven, Facebook que te lo cuenta¡±, escrib¨ªa Mariela Michelene en su libro Me cuesta tanto olvidarte (La Esfera). Las redes son esas amigas/os malos que te comentan que han visto a tu ex en situaciones de extrema felicidad y que, adem¨¢s, te lo dicen por tu bien, porque pensaban que pod¨ªa interesarte.
El mundo digital simplifica enormemente los deseos de venganza porque, si hay algo m¨¢s peligroso que alguien despechado, es alguien despechado con conexi¨®n a Internet y material radiactivo, en forma de fotos, en sus archivos. Pero eso es algo que hay que evitar desde el mismo momento en que tenemos mariposas en el est¨®mago y acabamos de conocer al ser m¨¢s perfecto del planeta. Los expertos aconsejan siempre no poner nada en las redes que no quisieras que viera tu abuela. Podemos hacer todo tipo de locuras pero sin testigos presenciales ni c¨¢maras, porque la vida es larga, las relaciones son cortas y la red nunca olvida.
M¨¢s deberes para los corazones rotos
Todo lo anterior se traduce en nuevos deberes y tareas a realizar para los que han acabado una relaci¨®n, como si no fuera bastante tratar de seguir viviendo cuando el edificio de la vida, que hemos construido, empieza a desmoronarse en pedazos. Como comentaba un art¨ªculo de The Guardian sobre el tema, antiguamente los finales infelices le dejaba a uno paralizado, pensando en los sinsabores de la vida, ¡°pero las rupturas de hoy en d¨ªa requieren acci¨®n. Hay que borrar como amigo a tu ex, dejar de ser su seguidor, retirarlo de tu c¨ªrculo de amigos o grupo de Whatsapp y darlo de baja en la lista de contactos de tu correo electr¨®nico¡±. Yo a?adir¨ªa tambi¨¦n la tarea de cambiar las contrase?as, en el err¨®neo caso en que se hayan compartido.
El propio mundo digital, conocedor de los peligros que entra?a, ya ha creado, apps, webs, mecanismos y dispositivos para cuando llegue el fin, la desconexi¨®n, el desenlace fatal de algo que, tal vez, ¨¦l mismo haya creado. Para los que no quieren dar la cara The Breakup Shop se encarga de hacer el trabajo sucio y comunicar al otro el fin de la relaci¨®n, previo pago de una cuota. La app KillSwitch borra todo rastro de tu ex en Internet y lo bloquea en las redes sociales y DrunkBlocker evita el bochornoso espect¨¢culo de arrastrase pidiendo perd¨®n o mandarle mensajes reconciliadores tras una noche de borrachera o llanto frente al televisor, ya que impide ponerse en contacto con ¨¦l o la causante de todas las desgracias. El mundo anal¨®gico ofrec¨ªa la posibilidad de personarse en casa, a altas horas de la madrugada, o hacer llamadas sin contestar, pero con las herramientas actuales las posibilidades son infinitas.
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