6 razones por las que la rutina tampoco est¨¢ tan mal
Es hora de que empecemos a ver las tareas del d¨ªa a d¨ªa como aliadas que nos dan seguridad o nos ayudan a conseguir nuestros objetivos, y no como inflexibles y estrictas institutrices.
![rutina](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/LK3LDKNUEFN4RMUXPTD56S4V54.jpg?auth=783841835f2bedfa176a4b8d6be1016c103a7f0d18c7f27c592388f653684850&width=414)
El fin de las vacaciones, con su inevitable vuelta al trabajo y a la rutina, supone para muchos un peque?o se¨ªsmo an¨ªmico que necesita de un reajuste que puede durar varias semanas. A?oramos esa larga secuencia de d¨ªas no laborables exentos de programaci¨®n, rutinas y deberes; donde la espontaneidad, lo s¨²bito, la sorpresa, la creatividad y el placer son nuestros invitados, mientras ejercemos de anfitriones generosos y bien dispuestos. Por eso el panorama que nos espera con la reincorporaci¨®n a la vida laboral, perfectamente predecible, es, para muchos, dantesco.
Sin embargo, la rutina tiene tambi¨¦n sus aspectos positivos y beneficiosos, siempre y cuando no la confundamos con el aburrimiento. Seg¨²n el psiquiatra Jos¨¦ Antonio L¨®pez Rodr¨ªguez, vicepresidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Psiquiatr¨ªa Privada, ¡°la rutina se refiere a una serie de actos repetitivos relacionados con nuestro d¨ªa a d¨ªa o con nuestro trabajo; mientras que el aburrimiento es la no conducta. Lo que es muy importante, y yo siempre recalco, es que hay que buscar un trabajo acorde a nuestra personalidad para que la rutina que conlleva toda actividad prolongada no derive en aburrimiento o hast¨ªo. Y eso es tan importante para el trabajador como para la empresa, porque de ello depende que tenga empleados motivados y productivos o quemados. En psiquiatr¨ªa siempre hablamos de dos personalidades entorno a este aspecto: los amantes de la rutina y los buscadores de sensaciones. Mientras los primeros se sienten a gusto con actividades y situaciones conocidas, los segundos, m¨¢s creativos, buscan constantemente nuevas experiencias. Ser cajero en un supermercado no seria adecuado para un individuo de este ¨²ltimo grupo, como tampoco lo ser¨ªa un trabajo que requiera viajar o interactuar con equipos diferentes, para una persona del primero¡±.
Como recuerda Jos¨¦ Antonio L¨®pez, ¡°la rutina no es algo necesario desde el punto de vista etol¨®gico, pero si lo es desde el punto de vista social¡±. Excepto si somos anacoretas o nos dedicamos a la vida contemplativa, la repetici¨®n de acciones no solo es algo indispensable, sino beneficioso para vivir en sociedad y conseguir nuestros objetivos, por lo que deber¨ªamos empezar a dejar de visualizar a la rutina como la se?orita Rottenmeier, para¨Csiguiendo con el s¨ªmil de las institutrices- pasar a verla m¨¢s bien como Mary Poppins, que conjugaba orden y desorden en una magistral ecuaci¨®n.
1. La rutina puede ayudarte a conseguir objetivos
Es f¨¢cil empezar y acabar algo, pero seguir en la brecha sin la ilusi¨®n del comienzo, ni la perspectiva de haber llegado, por fin, al final, es m¨¢s duro. Esta es la raz¨®n por la que mucha gente se embarca en proyectos pero solo unos pocos, los m¨¢s disciplinados, los terminan. Dos buenos ejemplos de las dificultades del p¨¢ramo que supone la etapa intermedia pueden ser aprender idiomas o corre una marat¨®n. Cuando empezamos a estudiar otra lengua es muy f¨¢cil mantener el inter¨¦s al principio, porque tenemos la sensaci¨®n de que cada d¨ªa aprendemos algo ¨Cla diferencia del cero al uno, dos o tres es muy notable-, pero cuando se adquiere un determinado nivel nos acosa la sensaci¨®n de estar estancados y no avanzar ¨Cla diferencia de 30 a 32 es menos espectacular-. La rutina y la disciplina nos hacen continuar a pesar de ese falso espejismo que se nos presenta en el desierto de este largo proceso de dominar otro idioma.
La practica diaria de correr es, tambi¨¦n, lo que nos permite acabar una carrera o una marat¨®n y no pinchar en el medio. Seg¨²n el psiquiatra L¨®pez Rodr¨ªguez, ¡°todo el mundo necesita una cierta rutina, incluso en las profesiones m¨¢s creativas como, por ejemplo, escritor. Muchas veces estos individuos, los que pertenecen al grupo de buscadores de sensaciones, son incapaces de crearse sus propias rutinas, pero si quieren conseguir sus objetivos, alguien debe hacerlo por ellos¡±.
2. Nos da seguridad
En un mundo vertiginoso, desordenado y saturado de informaci¨®n, la rutina puede ser esa secretaria que nos organiza el escritorio, prioriza tareas y fija objetivos diarios, que hacen que la inmensa monta?a del trabajo por hacer se fraccione en c¨®modos y asequibles plazos. Porque no hay nada m¨¢s placentero que ir tachando cosas de la lista de los quehaceres diarios. Seg¨²n L¨®pez Rodr¨ªguez, ¡°la seguridad que proporcionan los h¨¢bitos diarios repetitivos, es muy patente en personas obsesivas, que se refugian en este universo milim¨¦tricamente ordenado y estructurado, para las que salir de ¨¦l es lo que les proporciona angustia. Sin llegar a estos extremos, unas ciertas constantes en la vida son necesarias y nos proporcionan un cierto sentimiento de seguridad aunque, el tanto por cierto ideal depender¨¢ de la personalidad de cada uno¡±.
3. Evita que caigamos en el perfeccionismo
No buscamos la excelencia en las acciones continuadas y repetitivas, sino simplemente ejecutarlas con una cierta precisi¨®n, aunque si que buscamos destacar en proyectos o trabajos especiales, que nos exigen m¨¢s calidad y que tambi¨¦n nos traen m¨¢s quebraderos de cabeza, tensiones, nervios e inseguridades. Pero ser perfectos en todo es imposible. La rutina, la elaboraci¨®n de tareas o trabajos repetitivos, nos permite poner de vez en cuando el piloto autom¨¢tico o, al menos, sentirnos m¨¢s relajados frente a una situaci¨®n que nos es ya familiar y cotidiana. Si hoy nos sale un poco peor que ayer, no pasa nada, ma?ana tendremos otra oportunidad y pasado otra y al d¨ªa siguiente una m¨¢s. Y adem¨¢s, la secuencia har¨¢ que cada vez la ejecutemos mejor pero sin obsesionarnos ni caer en la utop¨ªa de pensar que podemos hacer algo 100% bueno. Afortunadamente, siempre quedar¨¢ algo fuera de nuestro control que lo har¨¢, sino impecable, si humano.
4. No es contraria a la creatividad
Tener que hacer siempre un determinado tipo de cosas, no implica que debamos hacerlas de forma id¨¦ntica porque, para empezar, eso es imposible y, ni siquiera el acto m¨¢s rutinario que podamos imaginar como, por ejemplo, lavarnos los dientes, lo realizamos exactamente como el d¨ªa anterior. ¡°Una de las estrategias para que las rutinas sean menos pesadas y tediosas es introducir peque?as variaciones en ellas que las distingan de la de ayer o ma?ana¡±, apunta nuestro psiquiatra, ¡°por ejemplo, si uno tiene que tomar un tren o el metro cada ma?ana, puede hacer cosas diferentes durante el trayecto. Puede leer, hablar con el del asiento de al lado, escuchar m¨²sica, escribir una carta, hacer un sudoku o, simplemente, fijarse en el paisaje. O si uno se dedica a escribir cada ma?ana, de vez en cuando puede irse a un caf¨¦ con wifi y hacerlo all¨ª para variar de escenario¡±. Una buena forma de visualizar lo que deber¨ªa ser la rutina es compararla con la m¨²sica. Si nos fijamos en una canci¨®n vemos que tiene un ritmo de fondo, que es el que le da el car¨¢cter y nos permite clasificar la pieza en un estilo musical determinado. Pero dentro de ese ritmo continuado y repetitivo existen variaciones, subidas y bajadas, diferentes sonidos de instrumentos. Ambas cosas se complementan y se ayudan para conseguir un buen resultado. Y no olvidemos que las canciones sin ritmo ni armon¨ªa, es decir sin rutina, no suelen encabezar casi nunca el hit parade.
5. Es buena para la salud
La salud, la alimentaci¨®n o el ejercicio f¨ªsico son campos en los que se habla a menudo de buenos h¨¢bitos, rutinas saludables y beneficiosas que, repetidas d¨ªa tras d¨ªa, consiguen resultados sorprendentes. Es bueno para nuestro est¨®mago y digesti¨®n que comamos, m¨¢s o menos, a la misma hora cada d¨ªa, como lo es para nuestro cuerpo que hagamos ejercicio f¨ªsico determinados d¨ªas a la semana. El yoga es una disciplina en la que las rutinas o dinacharya juegan un papel importante. Seg¨²n Munindra, profesor de tantra yoga y autor del videoblog Yogi Update, ¡°el yoga tiene una serie de rutinas o practicas que se hacen cada d¨ªa a una determinada hora. Las m¨¢s importantes son las que se ejecutan cada ma?ana, como el saludo al sol, limpiarse las mucosas nasales con la lota o la meditaci¨®n. Y se hacen a primera hora, porque son las que luego marcar¨¢n la pauta del d¨ªa y porque act¨²an como anclajes del yo en el cuerpo y crean una especie de coraza protectora, pero no son iguales para todo el mundo. Hay que elegirlas dependiendo de la constituci¨®n de cada uno¡±. Para Munindra el secreto para que una rutina no acabe resultando tediosa o para experimentar una vida diferente cada d¨ªa, a¨²n cuando hagamos cosas muy parecidas, reside en ¡°poner atenci¨®n a lo que se est¨¢ haciendo. A llevar la conciencia a cada peque?o acto. Si tu atenci¨®n est¨¢ afuera el evento es siempre el mismo; si est¨¢ hacia dentro cada peque?a cosa se convierte en algo nuevo¡±.
6. Siempre puede romperse¡
Lo bueno de la rutina es que est¨¢ hecha de un material que aunque la rompamos, vuelve a arreglarse instant¨¢neamente, sin dejar cicatrices. De hecho, ha sido dise?ada para este fin. Podemos abandonarla durante el periodo vacacional o el fin de semana y, al mismo tiempo, estar seguros de que pasado agosto o el lunes nos estar¨¢ esperando con los brazos abiertos y sin reproches. El problema es que la sociedad actual nos exige cada vez m¨¢s y deja menos espacios vac¨ªos, horas sin rellenar para, simplemente, no hacer nada o dedicarlas a las cosas placenteras y no repetitivas. Seg¨²n L¨®pez Rodr¨ªguez, ¡°la sociedad capitalista con su ecuaci¨®n trabajo-consumo-trabajo deja cada vez menos oportunidades para escaparse de la rutina y la gente se siente como un h¨¢mster corriendo dentro de una rueda giratoria. La frase que m¨¢s oigo en mi consulta es ¡°no tengo tiempo¡±. Esta tensi¨®n continuada y sin fin es la causa de muchas de las patolog¨ªas que est¨¢n en aumento: estr¨¦s, ansiedad, depresi¨®n. Cuando abr¨ª mi consulta en 1975, en Madrid, la proporci¨®n de personas con trastornos ps¨ªquicos era del 10%, ese porcentaje se ha incrementado hoy hasta el 30%. Es importante parar, tener espacios sin actividad ni rutina, donde hacer lo que realmente nos gusta, donde improvisar, sino es muy probable que pasemos a formar parte de ese colectivo, que son mis clientes¡±.
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