¡°Llevar la misma vida teniendo hijos no es realista¡±: c¨®mo puede una amistad sobrevivir al nacimiento de un beb¨¦
Descolgarse de planes, horarios y conversaciones puede ser una experiencia muy triste para ambos lados. La llegada de los hijos es a veces el final de algunas amistades.
¡°Yo digo que hagamos un pacto. Aqu¨ª y ahora. Estar siempre las unas para las otras, siempre, sin importar lo que pase en la vida. Siempre que necesitemos una amiga, aqu¨ª estaremos. Podemos contar con ello. Siempre. No importa lo que pase¡±. Y all¨ª estaban sus amigas veinte a?os despu¨¦s, en pleno paritorio, cuando Chrissy es la primera del grupo en dar a luz a un beb¨¦. La escena pertenece a Amigas para siempre (Lesli Linka Glatter, 1995), la historia de cuatro mujeres que se reencuentran tras dos d¨¦cadas haciendo vidas paralelas y recuerdan su verano de los 12 a?os en un pueblecito estadounidense en 1970. La comedia no es particularmente profunda pero de alguna manera toca todos los botones emocionales correctos de una generaci¨®n, la que hoy en d¨ªa est¨¢ adentr¨¢ndose en la maternidad, y puede funcionar lo suficientemente bien como gatillo nost¨¢lgico.
La pel¨ªcula, que pas¨® sin grandes pretensiones, presenta dos temas que nos sacuden hoy: la amistad y la maternidad, y las turbulencias que inevitablemente suceden con la llegada de un beb¨¦ a una de las partes. La revista The Cut arrancaba un art¨ªculo hace un par de semanas contando la historia de Sasha, una mujer que ha visto c¨®mo en los ¨²ltimos tres a?os la mayor¨ªa de sus amigas de toda la vida y de la universidad han tenido hijos. Durante este tiempo, ella tambi¨¦n ha estado intentando formar una familia, luchando contra ciclos fallidos de fecundaci¨®n in vitro. Primero, cuenta, le resultaba dif¨ªcil permanecer cerca de las nuevas madres mientras ella sufr¨ªa infertilidad, pero la distancia tambi¨¦n creci¨® a medida que el d¨ªa a d¨ªa se hizo cada vez m¨¢s incompatible. A veces todas las conversaciones giraban alrededor de los ni?os y sus adorables hitos de desarrollo, algo con lo que no pod¨ªa identificarse. Aquella desconexi¨®n amenazaba con abrumar a Sasha y ese texto ha reavivado el tema sobre c¨®mo -y por qu¨¦- la amistad sufre cuando aparece la maternidad.
Lo que probablemente la protagonista de esta historia no supiera con certeza es que al otro lado tambi¨¦n es habitual sentir el vac¨ªo. Descolgarse de planes, horarios y conversaciones puede ser una experiencia muy triste (por muy feliz que sea una con su beb¨¦ en brazos) porque a veces da la sensaci¨®n de que con ellos desaparece tambi¨¦n una parte de nosotras. Adem¨¢s, entran en juego un cansancio f¨ªsico y emocional con los que no siempre es f¨¢cil lidiar: una puede sentirse tan exhausta puede incluso perder las ganas de conseguir tiempo con su amiga.
Natalia Prado es psic¨®loga perinatal en la cl¨ªnica Bmum en Madrid: ¡°Algo que se repite mucho en la maternidad es la soledad con la que se vive, sobre todo en el posparto. Aunque tu grupo de amigas tenga hijos, es raro que coincidan dos pospartos al mismo tiempo. Recuerdo una frase de una paciente pasando consulta, que me dijo: ¡°Ahora que soy madre y paseo con mi beb¨¦, nunca pens¨¦ la soledad y el cansancio que pod¨ªan estar viviendo las mujeres que yo ve¨ªa por la calle con sus carritos¡±.
En los dos lados de la historia ha estado la escritora Silvia Nanclares (autora de??Qui¨¦n quiere ser madre? (Alfaguara)?que cuando estaba en la treintena lleg¨® a vivir cada nuevo embarazo de sus amigas como el anuncio de una p¨¦rdida: ¡°Aunque yo siempre he sido muy ni?era, y adoraba a sus criaturas y disfrutaba pasando tiempo con ellas siendo madres, hab¨ªa algo real que nos separaba: las prioridades y la disposici¨®n del tiempo y la energ¨ªa. Su vida social se acaba a las 8 de la tarde, justo cuando la m¨ªa empezaba. Nuestras conversaciones se ve¨ªan interrumpidas constantemente. Y las responsables eran aquellas criaturas, ¡®los ladrones de amigas¡¯. Inevitablemente, yo me busqu¨¦ la vida. Y ellas tambi¨¦n. Empiezan relaciones paralelas¡±, recuerda para?S Moda.
Silvia cuenta que, adem¨¢s, sufri¨® una ruptura muy dolorosa en el contexto de la reproducci¨®n asistida: ¡°La reproducci¨®n asistida desgasta muchas cosas, entre ellas las amistades, que no comprenden cosas, que no quieren hacerte da?o, y por no hac¨¦rtelo, te pueden llegar a hacer m¨¢s, los embarazos ¡®naturales¡¯ duelen como patadas en ese contexto. Ya ves t¨², lo que deber¨ªa ser una celebraci¨®n entre amigas, se puede convertir en un abismo¡±. Eso tambi¨¦n intent¨® reflejarlo en su libro.
Tiempo despu¨¦s, ella misma fue madre. En ese momento ya?sab¨ªa ¡°de lo duro que es compatibilizar los primeros a?os de la crianza con cualquier cosa¡± porque hab¨ªa permanecido al lado de varias amigas recientes y no hab¨ªa desertado de su amistad, pero ahora fue ella quien se aisl¨®: ¡°El primer imperativo a combinar es, obviamente, el del trabajo, y si acaso, la pareja. Porque nuestra sociedad es as¨ª: s¨²per trabajoc¨¦ntrica y parejoc¨¦ntrica. Cuando fui madre mi obsesi¨®n fue poder seguir siendo escritora, poder seguir escribiendo, leyendo. (¡) Todo el tiempo que consegu¨ªa rascar a los cuidados y el trabajo remunerado se lo quer¨ªa dedicar a mi trabajo ¡®de verdad¡¯ o mi vocaci¨®n. Y esa variable me mat¨®. Adem¨¢s mi segundo embarazo, parto y posparto fueron en pandemia, la guinda del pastel. Siento que por un lado, todas mis relaciones personales se han reconfigurado, algunas se han reforzado por darse la coincidencia de maternidades simult¨¢neas, pero la sacudida al respecto ha sido tremenda¡±, cuenta. ¡°Y, desde luego, aunque hice mucho con mis amigas madres, ahora hubiera hecho m¨¢s. Sobre todo escuchar y remangarme¡±.
La ruptura que no tiene nombre
La ruptura de una amistad no tiene un nombre espec¨ªfico, pero s¨ª puede dejar una huella emocional casi permanente. ¡°Esta cuesti¨®n es una de las menos habladas y contadas de las relaciones humanas¡±, dice Silvia Nanclares. En su caso, cuenta, son heridas de abandono que no se cierran, se quedan ah¨ª, como paradas en el tiempo. ¡°Convives con ellas pero en mi caso siempre que vuelvo a ello duele, siempre pienso c¨®mo ser¨ªamos o d¨®nde estar¨ªamos ahora si no hubi¨¦ramos roto, qu¨¦ cosas nos contar¨ªamos, qu¨¦ cosas del mundo ya no existen o no nos decimos porque solo se daban entre nosotras. Es triste. Luego hay rupturas de amistad que son liberadoras, porque eran relaciones claustrof¨®bicas¡±, reflexiona.
Las amigas y la salud mental
Aunque nuestra sociedad mide en parte el ¨¦xito de una persona seg¨²n su capacidad de socializaci¨®n (de ah¨ª el negocio de las redes sociales),?¡°la amistad no se ve como algo imprescindible para la salud mental¡±, apunta Silvia Nanclares.
Sin embargo, lo es.?Natalia Prado lo tiene claro: ¡°Me gustar¨ªa comenzar recalcando la importancia de la amistad en nuestras vidas y que el sentimiento de pertenencia a un grupo es un indicador de felicidad avalado por diferentes estudios que buscan las claves de la felicidad. Dicho esto, es cierto que cuando una mujer se convierte en madre, tanto sus ritmos, sus planes, como sus prioridades cambian. El hecho de sentirse acogida y respetada por su grupo de amigas va a depender mucho del momento de vida en el que se encuentren ellas como grupo y del ritmo que lleven¡±, explica. En la cl¨ªnica madrile?a en la que trabaja, de hecho, ofrecen un grupo de apoyo madre-madre: ¡°Una de las preocupaciones m¨¢s compartidas en estos grupos es la presi¨®n social que sienten por seguir haciendo la vida de antes, cuando ahora lo que quieren y necesitan es muy diferente¡±, cuenta. Y por otro lado, dependiendo de c¨®mo de respetuosas sean las amistades, ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil o m¨¢s dif¨ªcil que la madre se sienta o no juzgada por lo que hace, lo que no hace o por el modelo de crianza elegido, a?ade.
El tiempo de gracia
Esto nos lleva directamente al siguiente punto: ?Estar¨ªa bien que cuando una mujer entra en la maternidad, si lo necesita, se le d¨¦ un ¡°tiempo de gracia¡± en el sentido de m¨¢s espacio y m¨¢s empat¨ªa, para que se reajuste a su nuevo papel en la vida, antes de exigirle algo en la amistad?
Silvia Nanclares cree que ser¨ªa positivo.¡±Tenemos socialmente terror a asumir ese tiempo de transici¨®n brutal que es el puerperio, del posparto en una pareja.?Antes mencionabas el duelo y para m¨ª es algo muy parecido, una tierra de nadie donde es m¨¢s que probable que no seas la de antes ni te apetezcan o puedas hacer las mismas cosas. Pero socialmente no hay espacio para vivir ning¨²n tipo de ambivalencia, tienes que estar a tope, recibir gente, recuperarte, volver a ser ¡®t¨²¡¯. Y t¨² por dentro con un caos que ni te entiendes a ti misma. A veces tambi¨¦n puedes estar de oxitocina hasta arriba (no es siempre un valle de l¨¢grimas) pero hay una discordancia brutal entre lo que se espera de ti y lo que t¨² vives. Otra zona m¨¢s en sombra dentro las vivencias hist¨®ricamente femeninas. Si habl¨¢ramos m¨¢s de esto, el c¨®digo del posparto ser¨ªa m¨¢s conocido. Lo importante ser¨ªa tener conversaciones, t¨² c¨®mo est¨¢s, qu¨¦ necesitas ahora, c¨®mo podemos seguir encontr¨¢ndonos en esta nueva circunstancia, c¨®mo puedo echarte una mano. Y muchas veces no las tenemos, tambi¨¦n por lo de antes, no hay tiempo de calidad para cuidarse en estos tiempos¡±.
Lorena Gonz¨¢lez es?cofundadora y psic¨®loga del centro de psicolog¨ªa femenina online Serena y apunta a la comunicaci¨®n como la mejor herramienta para lidiar en estas fases:?¡°Aunque lo dese¨¢ramos, hay cosas que ya no podemos hacer con un beb¨¦, con lo cual las relaciones de amistad entre las personas que son padres y los que a¨²n no lo son, necesitan de un gran ajuste y comprensi¨®n que, de no darse, s¨ª podr¨ªan poner en riesgo la amistad. A¨²n as¨ª creo que si hay una amistad verdadera, hay paciencia y cari?o, la amistad puede mantenerse viva igual que antes¡±.
Desde su propia experiencia y en su consulta sabe que hay momentos,?sobretodo al inicio de la maternidad que pueden llegar a ser abrumadores. ¡°Muchas madres necesitamos apoyo en esos momentos, o a veces, es tal la abrumaci¨®n que quiz¨¢ lo que necesitamos es tiempo en casa para estar tranquilas, poder descansar, y para poder adaptarnos poco a poco a nuestra nueva vida con el beb¨¦. Este cambio a veces es dif¨ªcil de comprender para la amiga sin hijos que se siente de repente desplazada, que ya no cuentan con ella, que ya no hablan tanto o, peor, que no sabe c¨®mo ayudar. Por ello es importante ser conscientes de que esta nueva situaci¨®n supone una necesidad de ajuste en la amistad, con nuevos roles y nuevas circunstancias. La clave es una buen comunicaci¨®n y saber dar el tiempo necesario a la propia amistad. Con tiempo, comunicaci¨®n y cari?o poco a poco la amistad se retomar¨¢¡±, asegura.
¡°Muchas veces, en consulta trabajamos la importancia de controlar las expectativas sobre la nueva vida que llega. Todas, antes de ser madres, pensamos que nosotras podremos seguir llevando la misma vida que ten¨ªamos sin hijos, pero esta expectativa no es realista, y el impacto con la realidad a veces puede ocasionar mucho dolor y, en casos extremos, incluso una depresi¨®n posparto¡±, advierte. ¡°Lo normal es que la llegada de un beb¨¦ nos cambie la vida, temporalmente. Y esto es muy importante aceptarlo y trabajarlo. Nuestra vida cambiar¨¢. Y estas expectativas tambi¨¦n se tienen que trabajar y hablar en relaci¨®n a la amistad. La llegada de un beb¨¦ supondr¨¢ un cambio en la vida de nuestra amiga y, por ende, a nuestra amistad, pero ser¨¢ un cambio temporal y normal. La madre tendr¨¢ menos tiempo, estar¨¢ m¨¢s cansada y necesitar¨¢ cambiar horarios de ocio, y durante un tiempo, habr¨¢ cambios en la relaci¨®n, pero eso no significa que la nueva mam¨¢ deje a nadie fuera, es simplemente que no dispone de tanto tiempo como antes. Controlar las expectativas y aceptar los cambios que est¨¢n por llegar con normalidad es la clave para saber esperar y confiar en que la amistad seguir¨¢ y permanecer¨¢¡±.
Compartir la experiencia de la maternidad, a veces complicada, con amigas, ayuda mucho a la Salud mental de las madres, seg¨²n ha comprobado Lorena Gonz¨¢lez en su consulta: ¡°La p¨¦rdida y distanciamiento de las amistades en esta etapa de la vida influye negativamente en la calidad y bienestar de las mam¨¢s¡±, as¨ª que, recomienda, ¡°si hay algo que nos preocupe o nos haga sentir mal de la nueva situaci¨®n es bueno hablarlo tranquilamente, desde el respeto y el cari?o, sin reproches, poniendo el foco?en seguir compartiendo la amistad. La comunicaci¨®n como siempre, en todo, es fundamental¡±.
El club de las buenas madres
Otro de los temas que puede florecer en un grupo de amistades es una competitividad inconsciente de ver qu¨¦ beb¨¦ duerme mejor, come mejor y en conclusi¨®n ¡°qu¨¦ mam¨¢ lo est¨¢ haciendo mejor¡±, pudi¨¦ndose sentir alguna de las madres juzgada o poco respetada por el grupo, cuenta Natalia Prado. ¡°Estas situaciones pueden hacer que se cree cierta distancia con el grupo, pero me gustar¨ªa recalcar que esto se hace de forma inconsciente¡±.
Las psic¨®logas coinciden en que el reajuste de conexiones sociales es algo natural cuando una mujer se convierte en madre: algunas amistades se quedan por el camino, pero sin duda aparecen otras por tus nuevas circunstancias y por estar en sinton¨ªa de ritmos, planes y necesidades. ¡°El concepto de pertenencia a un grupo, al igual que el concepto de tribu, pueden ser de gran ayuda en el posparto y crianza, siempre y cuando este sea respetuoso con las necesidades de la madre¡±, comenta Natalia Prado. ¡°En psicolog¨ªa perinatal hablamos mucho del concepto tribu y de lo importante que es para la crianza. Cuando hablamos de este concepto no tiene por qu¨¦ ser ¨²nica y exclusivamente para el cuidado del beb¨¦, sino como un sost¨¦n para la madre, el padre y la familia, algo que encuentran las pacientes en Bmum. En psicolog¨ªa perinatal sabemos que mientras m¨¢s en solitario se viva la maternidad, podemos hablar de una situaci¨®n de mayor riesgo¡±.
No eres t¨², es que es muy caro
El enfriammiento de las amistades se ve afectado pro el cansancio, las necesidades del beb¨¦, la poca disponibilidad de tiempo y la propia energ¨ªa de la madre. Pero hay algo m¨¢s que puede hacer de esta fase una cuesta arriba: vivimos en un sistema que no favorece la conciliaci¨®n y la oferta de ocio alejada del consumismo es poca, especialmente en las grandes ciudades.
Silvia Nanclares, que ha sido madre en Madrid, asegura que all¨ª tiene todo que ver:? ¡°Mantener y cuidar las amistades, en general, es dif¨ªcil. Teniendo hijos ya es de salto mortal. Madrid se ha vuelto una ciudad hostil a la infancia, quitan los columpios para poner terrazas, la privatizaci¨®n del espacio p¨²blico es extrema, no hay espacios simplemente para estar a gusto, todo es consumo o sitio de paso. Moverte de un lado a otro te quita tiempo y energ¨ªa. Y cuando tienes hijos peque?os tu vida acaba siendo muy de proximidad, y entonces, ah¨ª circunscribes tus amistades cotidianas, a quienes puedes alcanzar a ver f¨ªsicamente.?Por no hablar de la precariedad, de los m¨²ltiples trabajos, la constante disponibilidad, y el problem¨®n de la vivienda: mi familia y yo hemos vivido ya en tres casas desde que naci¨® mi hijo. Como para estrechar lazos con el vecindario, por ejemplo¡±.
Lorena Gonz¨¢lez coincide en que la red de apoyo es fundamental para sobrellevar estos cambios: ¡°La maternidad cada vez es m¨¢s dif¨ªcil para nosotras las madres. Ahora no solo somos madres, sino que tambi¨¦n somos trabajadoras, empresarias, deportistas, queremos ser buenas amigas, buena pareja¡ cada vez es mayor la presi¨®n¡±. Adem¨¢s de esa presi¨®n, recuerda que la maternidad es un instinto primario y que es muy habitual que en los primeros meses e incluso a?os de la vida de los hijos necesitemos estar cerca de ellos para atenderlos y pasar tiempo juntos: ¡°Para ello es fundamental la buena conciliaci¨®n laboral. Que una madre pueda ajustar sus horas de trabajo a las del cole de sus hijos, o que pueda dar de mamar al beb¨¦ en sus horas laborales, hace que la madre se sienta apoyada en esta faceta tan dif¨ªcil que ya es de por s¨ª la propia maternidad¡±, reflexiona, y apunta a que iniciativas como las guarder¨ªas en las empresas ayudan a que las mam¨¢s puedan continuar con la lactancia, si se desea. ¡°Iniciativas como esta son las que hacen que la maternidad no se viva en soledad¡±.
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