Nutricionistas contra la cultura de dieta: ?La comida como fuente de placer es necesaria?
Todo a nuestro alrededor nos dice que para estar sanas debemos estar delgadas, lo que empieza por controlar nuestra dieta. ?Es as¨ª? Cada vez m¨¢s dietistas-nutricionistas dicen que no.
Cada mes de septiembre, la psic¨®loga y dietista Mireia Hurtado se encontraba la consulta llena de pacientes que, llenas de culpa y verg¨¹enza, acud¨ªan porque hab¨ªan recuperado el peso perdido en una dieta anterior o incluso hab¨ªan engordado m¨¢s. Estaba claro que, en la pr¨¢ctica, mucho de lo aprendido en la carrera de Nutrici¨®n y Diet¨¦tica no funcionaba. ¡°Me hab¨ªan vendido una cosa, pero al final lo que yo ve¨ªa era una realidad muy distinta¡±, explica Hurtado por tel¨¦fono. As¨ª que empez¨® a investigar otros enfoques. En ese momento, hace casi una d¨¦cada, ya encontr¨® investigaciones sobre los beneficios de dejar las dietas de lado.
Como ella, son cada vez m¨¢s los dietistas-nutricionistas que, casi siempre a ra¨ªz de su experiencia en consulta, rompen con la llamada cultura de dieta. Victoria Lozada, la nutricionista detr¨¢s de la popular cuenta en Instagram @nutritionisthenewblack, define esta cultura como el ¡°sistema de creencias que perpet¨²a que hay cuerpos que no est¨¢n bien y que solamente la delgadez es salud¡±. En el marco de esta cultura, las personas cuyo peso no est¨¢ en ese ideal saludable solo tienen una opci¨®n: hacer dieta y adelgazar. Hayamos hecho dieta alguna vez o no, ya sabemos c¨®mo va el tema: pesar la comida, contar calor¨ªas, prohibir alimentos. Todo es simple y pura fuerza de voluntad. ?O no?
¡°Las dietas no tienen en cuenta toda una serie de procesos evolutivos vinculados a que la comida como fuente de placer es necesaria, a que los momentos de socializaci¨®n y disfrute son necesarios¡±, dice Mireia Hurtado. Adem¨¢s, la parte de nuestro cerebro que se enfoca en la supervivencia detecta una amenaza cuando no comemos lo suficiente y nos lleva justamente a querer comer m¨¢s y a desear los alimentos prohibidos. El resultado es que, seg¨²n las investigaciones, entre un 90 y 95% de las personas que hacen dieta recuperan el peso perdido o m¨¢s en un plazo de dos a cinco a?os. Y, pese a esto, seguimos empe?¨¢ndonos en adelgazar: seg¨²n un estudio de DYM, en 2019 el 19% de los espa?oles aseguraba ponerse a dieta con frecuencia.
Decidimos perder peso por dos razones. Est¨¢ la simplemente est¨¦tica, muy poderosa al llevar toda la vida absorbiendo que la belleza (y otras cualidades asociadas, como el ¨¦xito o la felicidad) est¨¢ en la delgadez. Y luego est¨¢ el argumento definitivo, el irrebatible: estar gorda es malo para la salud. Pero ?es as¨ª? ?Son los n¨²meros de la b¨¢scula tan determinantes?
Hay voces que llevan d¨¦cadas rebatiendo esa idea. El movimiento Salud en Todas las Tallas (HAES por sus siglas en ingl¨¦s) lleva varias d¨¦cadas haciendo una serie de investigaciones que ponen sobre la mesa que ¡°el enfoque cl¨¢sico de salud igual a delgadez no est¨¢ funcionando¡±, dice Mireia Hurtado. Este movimiento todav¨ªa existe e investiga, y a ¨¦l se han unido enfoques que buscan ayudar a las personas a mejorar su salud, s¨ª, pero sin centrarse en el peso ni en las dietas, como la alimentaci¨®n intuitiva y la alimentaci¨®n consciente. Sin embargo, los estudios oficiales para convertirse en dietista-nutricionista siguen perpetuando que ¡°comer m¨¢s sano significa adelgazar¡± y que ¡°estar m¨¢s delgado significa tener m¨¢s salud¡±, asegura Vicky Lozada.?
En toda esta cultura de dieta y ese paradigma pesoc¨¦ntrico hay varios problemas de base, defienden estas nutricionistas. M¨¢s all¨¢ de que las dietas no funcionen (¡°?seguir¨ªas un tratamiento que solo funciona en el 5% de las personas?¡±, dice la trabajadora social e investigadora de la Universidad de Valencia Nina Navajas, autora del art¨ªculo Deber¨ªas adelgazar, te lo digo porque te quiero), en vez de conseguir esa salud que dicen promover, las dietas acaban haciendo m¨¢s da?o al paciente. ¡°Acaban llevando a conductas de lo que en psicolog¨ªa se llama abandono, y es cuando viene el efecto rebote¡±, se?ala Hurtado. Eso cuando no acaban en un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA).
Nuria Arias, t¨¦cnica suuperior en Diet¨¦tica y a punto de acabar el grado de Nutrici¨®n y Diet¨¦tica, tambi¨¦n se dio cuenta de todo esto al ir estudiando, a ra¨ªz de su experiencia en consulta y porque ella misma hab¨ªa pasado por un TCA. ¡°Todas las creencias que tenemos en torno a la alimentaci¨®n influyen mucho y acaban repercutiendo negativamente¡±, dice y apunta que en los estudios a veces se llegan a recomendar conductas que para algunas personas son de riesgo. ¡°Te viene alguien a la consulta y te dice que quiere bajar de peso y t¨² no lo conoces, no sabes nada de su vida. Hasta que no hay un bagaje no se pueden mandar ciertas recomendaciones¡±, asegura.
?Es el peso un buen indicador de salud?
Este es el gran argumento en torno al que gira la cultura de dieta: el peso puede ser sano o puede no serlo. Ya hace muchos a?os que la Organizaci¨®n Mundial de la Salud habla de una ¡°epidemia de obesidad¡± ¡ªexpresi¨®n que las expertas tachan de gordof¨®bica¡ª, pero hace ya tambi¨¦n a?os que muchas investigaciones revisan los estudios en los que se basa la OMS para decir eso y encuentran detalles problem¨¢ticos en m¨²ltiples aspectos: ni se ha engordado tanto como dicen ni eso significa que la salud de la humanidad est¨¦ empeorando. De hecho, la esperanza de vida sigue aumentando, pese a la alarma de la OMS. El art¨ªculo cient¨ªfico Qu¨¦ est¨¢ mal en la ¡®guerra contra la obesidad¡¯, de la investigadora Lily O¡¯Hara, junta y revisa los principales estudios que critican ese paradigma de salud centrado en el peso. Victoria Lozada recuerda que aunque el exceso de peso puede ser factor de riesgo para algunas enfermedades, algunos estudios tambi¨¦n apuntan a que puede proteger de otras.
¡°En la mayor¨ªa de los casos, [el peso] es un indicador in¨²til¡±, explica Estefan¨ªa Fern¨¢ndez, especializada en entrenamiento y nutrici¨®n deportiva y compa?era de Victoria Lozada en el podcast Esto es nutrici¨®n. Para ella, existen indicadores de salud mucho m¨¢s valiosos para ver el progreso de un paciente, como ¡°las sensaciones positivas de relaci¨®n con la comida¡±, la salud intestinal, la energ¨ªa, el rendimiento o ciertos par¨¢metros bioqu¨ªmicos.
Todas las expertas insisten en que en el peso influyen m¨²ltiples factores que est¨¢n fuera de nuestro control (por ejemplo, la gen¨¦tica). Y en la salud tambi¨¦n. La investigadora Nina Navajas aclara que no es que como individuos no tengamos que hacer nada para cuidarnos, pero que no hay que perder de vista que los determinantes sociales tienen un mayor impacto en la salud. ¡°El nivel econ¨®mico, el barrio en el que vivimos, si somos hombre o mujer, si pertenecemos a un determinado grupo ¨¦tnico o a una minor¨ªa¡¡±, enumera, y a?ade que ¡°la salud es un derecho, no una medallita que nos podamos colgar¡±. Si de verdad importa tanto la salud, defiende, ser¨ªa m¨¢s efectivo invertir m¨¢s en nuestro sistema sanitario y reducir los ¨ªndices de pobreza. Victoria Lozada coincide. Para ella, la sociedad no solo es gordof¨®bica, sino tambi¨¦n salutista: ¡°parece que si no tienes salud ya no sirves para nada¡±.?
?Hacen apolog¨ªa de la obesidad estos enfoques? ¡°Yo de lo que hago apolog¨ªa es del respeto a las personas y a los seres humanos. Si con todo lo que se nos dice a las personas gordas que seamos delgadas no lo somos, est¨¢ claro que no lo vamos a ser¡±, asegura Navajas. Y, sin embargo, sigue existiendo un gran prejuicio socialmente aceptado (¡°nos lo dicen ¡®por nuestro bien¡¯¡±, apunta Navajas) contra las personas gordas, algo que crea un estigma que s¨ª es perjudicial: es peor para la salud ser gorda en una sociedad gordof¨®bica que esa gordura en s¨ª.?
¡°Tengo pacientes que me cuentan que les da miedo ir al consultorio m¨¦dico porque todo se lo van a relacionar con el peso; o al gimnasio, porque se van a burlar de ellas¡±, explica Victoria Lozada. ¡°Todo eso es estigma y lo tienes toda tu vida. Te afecta en un nivel que somatizas el estr¨¦s de una forma que te puede generar problemas cr¨®nicos m¨¢s fuertes que lo que te podr¨ªa generar el peso. Y a nivel de salud mental ya ni te cuento: depresi¨®n, ansiedad, problemas de imagen corporal, TCA¡¡±, asegura.
?Qu¨¦ hace entonces un nutricionista?
En este contexto, querer adelgazar es normal: te lo dicen las redes sociales, te lo dice el m¨¦dico, te lo dice la gente que te quiere, te lo dice el espejo. Acabas en la consulta del nutricionista esperando una dieta que esta vez s¨ª funcione. ?Es dif¨ªcil hacer entender a un paciente que el peso no es importante? ¡°Son tantos a?os de vendernos que la salud est¨¢ en la delgadez que a la gente le cuesta mucho aceptar esto¡±, cuenta Mireia Hurtado. Adem¨¢s, est¨¢ el refuerzo positivo en forma de piropos y felicitaciones que todas hemos recibido al perder peso, aunque no lo hayamos perdido por una buena raz¨®n. Y lo contrario. ¡°Yo trabajo con mujeres que me dicen ¡®nunca antes me hab¨ªa sentido tan bien como ahora, pero la gente no para de preguntarme que cu¨¢ndo voy a hacer dieta¡¯¡±, apunta Hurtado.
Para Nuria Arias, lo primero cuando alguien llega diciendo que quiere perder peso es hablar con ella (reciben mayoritariamente a mujeres) y averiguar por qu¨¦. Despu¨¦s, ella les explica qu¨¦ es el peso y exactamente, qu¨¦ es lo que influye en ¨¦l y c¨®mo fluct¨²a a lo largo del d¨ªa y de la vida. ¡°Hay gente que lo acaba entendiendo y gente que todav¨ªa no est¨¢ ah¨ª¡±, se?ala.
Sin dietas y sin ese seguimiento de n¨²meros en la b¨¢scula, estas dietistas-nutricionistas explican que su papel consiste principalmente en acompa?ar y educar al paciente, darle ¡°herramientas para poder decidir qu¨¦ alimentos elegir¡±, dice Estefan¨ªa Fern¨¢ndez. Lo de los alimentos buenos y malos no les gusta. ¡°No hay comidas buenas o malas, simplemente es comida¡±, zanja Fern¨¢ndez. Admite que s¨ª hay comidas m¨¢s nutritivas que otras, pero que eso no significa que las otras sean malas. ¡°Dependiendo del momento, esas comidas etiquetadas como malas nos pueden sumar salud mental¡±, asegura.
lAl final, la idea es cambiar nuestros h¨¢bitos y relaci¨®n con la comida, aprender a escuchar las se?ales del cuerpo (qu¨¦ nos pide y c¨®mo nos sienta lo que consumimos) y no olvidar nunca que el placer es una parte muy importante de todo esto, como recalca Mireia Hurtado. Si no hubi¨¦semos crecido en una cultura de dieta, dice Nuria Arias, ¡°no tendr¨ªamos miedo a consumir ning¨²n tipo de alimento y no habr¨ªa premios ni castigos relacionados con la comida¡±. Quiz¨¢ el cambio de h¨¢bitos nos haga adelgazar, pero quiz¨¢ no. Y no pasa nada.
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