?Quiero tener el control de mi parto?: por qu¨¦ cada vez m¨¢s mujeres dan a luz sin epidural
Tres madres y una ginec¨®loga explican las razones por las que cada vez son m¨¢s las que prefieren prescindir del famoso pinchazo.
Raquel Santos es madre primeriza. Est¨¢ embarazada de cuatro meses y una de las primeras decisiones que ha tomado respecto a la planificaci¨®n de su parto es que prescindir¨¢ de la epidural. ¡°Me gustar¨ªa dar a luz de la forma m¨¢s natural posible, en la posici¨®n que me resulte m¨¢s c¨®moda en ese momento y sintiendo cu¨¢ndo empujar. Quiero tener el control de mi parto¡±, cuenta a S Moda esta oste¨®pata de 31 a?os. La reacci¨®n de sus familiares y amigos cuando verbaliza sus deseos es siempre la misma: ¡°Todo el mundo me dice que para qu¨¦ sufrir si se puede evitar. Creen que no pon¨¦rsela es ir para atr¨¢s y que es innecesario sentir dolor. Tambi¨¦n piensan que al final acabar¨¦ pidiendo que me la pongan¡±.
La anestesia epidural fue descubierta por el cirujano espa?ol Fidel Pag¨¦s Mirav¨¦ en 1921. Aunque su hallazgo fue publicado en varias revistas cient¨ªficas, su repentina muerte en un accidente de tr¨¢fico hizo que sus estudios se olvidaran durante m¨¢s de 10 a?os, priv¨¢ndole de dar difusi¨®n a su descubrimiento y de reclamar sus derechos sobre el m¨¦todo. En nuestro pa¨ªs, no se empez¨® a utilizar frecuentemente para evitar el dolor en los partos hasta la llegada de la democracia. Finalmente, en Espa?a la epidural se instaur¨® en todos los hospitales del territorio nacional a trav¨¦s de un Real Decreto en 1989, con el que millones de espa?olas vieron garantizado su derecho a parir sin sufrimiento.
A pesar de que hoy en d¨ªa se utiliza en un 80% de los nacimientos, cada vez son m¨¢s las mujeres que prefieren renunciar a la famosa inyecci¨®n o que, al menos, se plantean otras alternativas. As¨ª lo corrobora Anabel Prieto, ginec¨®loga del Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela, que acaba de atender un parto sin epidural minutos antes de nuestra llamada. ¡°En este caso fue porque no dio tiempo a ponerla, pero s¨ª es cierto que cada vez son m¨¢s las pacientes que demandan informaci¨®n sobre los partos sin epidural y las terapias de apoyo que ayudan a soportar el dolor: desde una buena preparaci¨®n al parto hasta t¨¦cnicas como la hipnosis, la relajaci¨®n con pelota hinchable, el ¨®xido nitroso, etc?, detalla la experta. Para ella, la gran ventaja de dar a luz sin epidural es una recuperaci¨®n mucho m¨¢s r¨¢pida, aunque como contrapartida hay que tener en cuenta que suelen ser partos m¨¢s descontrolados en los que la madre disfruta menos de la experiencia a causa del dolor.
Aunque desde los a?os setenta se han reivindicado los partos humanizados o respetados, movimiento que fue encabezado en Estados Unidos por Ina May Gaskin para pedir que se respetara la decisi¨®n de la madre y se pudiera parir de forma m¨¢s natural, el concepto volvi¨® a vivir un boom a principios de este siglo y sigue estando de actualidad. En 2018, la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) public¨® nuevas directrices en este sentido entre las que se reconoc¨ªan el derecho de las madres a decidir c¨®mo controlar el dolor durante el parto y a rechazar intervenciones m¨¦dicas innecesarias como la episiotom¨ªa, una incisi¨®n quir¨²rgica en la vulva?demasiado generalizada en el pasado incluso cuando no era necesaria. Una realidad, la de la violencia en el parto, que tambi¨¦n ha sido recogida en recientes documentales como Parir en el siglo 21 y que, seg¨²n datos de la plataforma Parto Positivo, afecta a un 40% de madres, aunque se estima que el porcentaje real es mucho m¨¢s elevado dado que muchas de las pr¨¢cticas violentas pasan desapercibidas.
La filosof¨ªa de Gaskin, conocida como la comadrona m¨¢s famosa del mundo, pasa por animar a las mujeres a confiar en la sabidur¨ªa ancestral de sus cuerpos de forma que puedan dar a luz con la m¨ªnima intervenci¨®n m¨¦dica y la mayor naturalidad posibles. No solo cuando se da a luz en casa, como propon¨ªa ella en La Granja, sino tambi¨¦n cuando se hace en el hospital. ?Es cierto que antes la medicina era m¨¢s intervencionista?, ratifica la doctora Prieto, ?pero cada vez m¨¢s se tienen m¨¢s en cuenta las decisiones de la madre, que ahora est¨¢ mucho m¨¢s informada?. Una de esas decisiones, la de rechazar la epidural, ?suele ser m¨¢s frecuente a partir del segundo hijo?, seg¨²n la ginec¨®loga. ?En el caso de las primerizas normalmente acaban pidi¨¦ndola, aunque no fuera su idea inicial?. Entre las fuentes consultadas para este reportaje contamos con el testimonio de dos mujeres que ejemplifican ambos casos: Rut Cerezo, que acab¨® solicitando la epidural a pesar de que su plan era traer al mundo a su primera hija sin necesidad de esta analgesia, y Marta Baeza, madre de seis hijos, que ha prescindido de la inyecci¨®n a partir del nacimiento del cuarto.
?Tanto mi madre como mi suegra hab¨ªan tenido tres hijos cada una sin epidural y pens¨¦ que, si ellas hab¨ªan podido, yo tambi¨¦n?, cuenta Cerezo. ?Ese pensamiento absurdo de sentirme menos fuerte que ellas si la ped¨ªa, fue una de las razones que en un primer momento me animaron a rechazarla. Adem¨¢s, me daba miedo el pinchazo y hab¨ªa o¨ªdo en mis clases de preparaci¨®n al parto que lo ralentizar¨ªa?, detalla a esta revista esta secretaria de 30 a?os. Ahora, embarazada de nuevo de su segunda hija, Cerezo vuelve a plantearse intentarlo sin epidural, aunque esta vez ?el orgullo no entra en la sala de dilataci¨®n? y no dudar¨¢ en pedirla si la necesita. ?En el fondo creo que todas queremos partos vaginales, lo m¨¢s naturales posible y con la menor intervenci¨®n m¨¦dica, pero la ciencia est¨¢ ah¨ª para ayudarnos y hacer esos procesos naturales un poco m¨¢s sencillos?, reflexiona.
Para Marta Baeza, que tuvo su primer parto sin epidural con su cuarto hijo (?porque ni el primer ni el segundo pinchazo funcionaron?, cuenta), la experiencia fue tan positiva que volvi¨® a renunciar a ella en su quinto y sexto parto. ?La recuperaci¨®n es mucho mejor y para m¨ª fue m¨¢s sencillo porque sabes cu¨¢ndo empujar sin que te lo diga la matrona. Sabiendo lo que s¨¦ ahora, elegir¨ªa tener a todos mis hijos sin anestesia?. Sin embargo, seg¨²n dice, en ninguna de las tres primeras ocasiones le ofrecieron informaci¨®n acerca de las alternativas existentes frente a la epidural. ?A d¨ªa de hoy a¨²n impacta que algunas mujeres no la queramos. Dos de mis matronas no hab¨ªan asistido nunca a un parto sin ella e incluso me preguntaban, entre la sorpresa y la indignaci¨®n, por qu¨¦ lo hac¨ªa?.
En este contexto, una alternativa intermedia que cada vez cuenta con m¨¢s solicitantes es la walking epidural o epidural ambulante. Aunque no est¨¢ disponible en todos los hospitales debido a que requiere anestesistas especializados en la t¨¦cnica y monitores inal¨¢mbricos, este tipo de analgesia controla los dolores propios del parto sin paralizar a la madre de cintura para abajo. De este modo, puede caminar y sentir cu¨¢ndo empujar. ?Muchas de las pacientes que de entrada rechazan la epidural acaban pidiendo esta variante. Y otras muchas solicitan despu¨¦s la cl¨¢sica cuando el dolor sigue sin ser soportable?, comenta la doctora.
La walking epidural es una de las alternativas que se plantea Raquel Santos si al final decide solicitar anestesia. ?Durante el resto de embarazo quiero leer m¨¢s sobre el hipnoparto, la aromaterapia y la m¨²sica o las duchas de agua caliente. Me gustar¨ªa utilizar t¨¦cnicas que ayuden a generar un ambiente m¨¢s relajado y a controlar mejor el dolor, adem¨¢s de utilizar ¨®xido nitroso para los momentos de contracciones m¨¢s intensas?, anticipa. Para Baeza, periodista de 36 a?os que ha vivido seis partos sin recurrir a ninguna de estas t¨¦cnicas, el trabajo mental es muy importante. ?Cada uno tiene su umbral del dolor, pero no para m¨ª un parto no es un sufrimiento como el que pintan en las pel¨ªculas. Se nos ha vendido la epidural como salvaci¨®n a ese dolor y yo no lo veo as¨ª. Las mujeres estamos hechas para dar a luz sin ella y es importante mentalizarse de que un parto es algo natural, no un sufrimiento?. Pura filosof¨ªa Gaskin.
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