Por qu¨¦ Celine ya no es C¨¦line
El franc¨¦s, uno de los mayores animales comerciales del dise?o actual, rompe el legado de la firma e instaura su ADN con los minivestidos rockeros que aport¨® en Saint Laurent. ?El objetivo? Arrasar en caja.
El debut de Hedi Slimane como director creativo de la firma francesa Celine (ahora sin tilde, por decisi¨®n del dise?ador) ha levantado, como se esperaba, una aut¨¦ntica polarizaci¨®n de opiniones. Capitaneada hasta diciembre del a?o pasado por la aclamada dise?adora Phoebe Philo, C¨¦line era s¨ªmbolo de la mujer madura, empoderada y con alergia a la sexualizaci¨®n. El fichaje de Slimane, fan¨¢tico de las ni?as rock con escotes pronunciados y brillos, ha supuesto un terremoto de ideales y principios asociados a la firma.
Slimane est¨¢ ah¨ª para hacer caja como ya logr¨® en su paso por Saint Laurent, donde multiplic¨® los ingresos por tres. Seg¨²n publica Business of fashion, Bernard Arnault, propietario del grupo LVMH al que pertenece Celine, asegura que ?el objetivo con Slimane es alcanzar entre dos y tres mil millones de euros, o tal vez m¨¢s, en los pr¨®ximos cinco a?os?. Sus expectativas a largo plazo pueden superar los 5.000 millones de euros, rivalizando con las de Herm¨¨s y?Gucci?en t¨¦rminos de ingresos. Para lograrlo Slimane planea incluir una l¨ªnea masculina (que tambi¨¦n ha presentado en esta colecci¨®n primavera-verano 2019 replicando la sastrer¨ªa slim que puso de moda hace dos d¨¦cadas), alta costura y fragancias, una de las divisiones m¨¢s lucrativas en cualquier casa de moda.
La voluntad?de aumentar ingresos pasa, a tenor de lo visto el viernes noche en Par¨ªs, por chocar de frente con el imaginario de Phoebe Philo. Los d¨ªas previos al show, Slimane calentaba motores en Instagram dejando claro que el nuevo Celine iba a ser muy similar a su etapa en Saint Laurent. Campa?as en blanco y negro protagonizadas por modelos p¨²beres (recordemos que en Philo eligi¨® a?Joan Didion como imagen de la firma), vinculaci¨®n con celebrities (Lady Gaga estren¨® su primer bolso dise?ado para la marca) y sin rastro de esa oda a la madurez que instaur¨® la brit¨¢nica. ?Aquellos que tem¨ªan que iban a llegar a su fin los d¨ªas en los que la marca defini¨® lo que significaba ser una mujer inteligente, adulta, autosuficiente, ambiciosa y elegantemente neur¨®tica estaban en lo cierto?, lament¨® Vanessa Friedman en su cr¨®nica para The New York Times. La cronista destac¨® la falta de diversidad del show y una propuesta que, a sus ojos, pasa por ser anacr¨®nica con el despertar feminista: ?Hace dos a?os, cuando el Sr. Slimane dej¨® la moda, el mundo era un sitio distinto. Las mujeres eran diferentes. Diablos, lo eran hace dos d¨ªas. Ellas han evolucionado. ?l no?. Una postura de cr¨ªtica social a la que se sumaba?Jess Cartner-Morley en The Guardian,?donde contextualiz¨® la coincidencia de desfilar en los d¨ªas del proceso de Christine Blasey Ford?testificando contra Kavanaugh por agresi¨®n sexual. Para la editora de moda, ?Slimane arrampla con la filosof¨ªa de una casa que, durante una d¨¦cada bajo el mandato de Philo, fue notable por no equiparar el poder de las mujeres con su sexualidad?.
Tim Blanks, otro t¨®tem de la cr¨ªtica, tambi¨¦n aportaba lo suyo en BoF: ?Una marca que una vez fue identificada por su instinto en saber lo que quieren las mujeres en la moda de repente tiene un regusto a masculinidad t¨®xica?. Robin Ghivan, firma hist¨®rica de The Washington Post, a?ad¨ªa m¨¢s le?a: ?Slimane no parece interesado en dirigirse a los problemas mundanos de las mujeres. Su moda no est¨¢ aqu¨ª para resolver problemas. Que tu psic¨®logo sea el que te los solucione. Sus dise?os son sobre una visi¨®n. No son acogedores. Son el after de la after party?.?Cathy Horyn todav¨ªa no se ha manifestado y tampoco se la espera: Slimane la vet¨® en su etapa de Saint Laurent.
El d¨²o m¨¢s temido de Instagram,?Diet Prada, tambi¨¦n ha querido posicionarse desde su cuenta: ?en comparaci¨®n con Anthony Vaccarello y Alexandre Vauthier, que han producido las colecciones m¨¢s inspiradas y elevadas sobre los 80 de los ¨²ltimos a?os, el nuevo look de Slimane parece de marca low cost?. ?La moda refleja el mundo en que vivimos, como observ¨® Coco Chanel. Parece que ahora el punto de vista de femenino se ha quedado fuera de onda?, tambi¨¦n lamentaba Lisa Armstrong en su art¨ªculo en Le Figaro titulado ?El mensaje de Slimane en su debut en Celine:?Mujeres, moveos, no hay nada que ver aqu¨ª?.?
Las 96 salidas de su desfile eran extensiones del ADN que ya mostr¨® en su etapa en Dior Homme o como director creativo de Saint Laurent. Minivestidos negros, cortes ochenteros, brillos por doquier en cuerpos escu¨¢lidos (y blancos, en el desfile solo hubo nueve modelos no cauc¨¢sicos) que emerg¨ªan como dignos herederos del heroin chic?que tanto populariz¨® en su d¨ªa.?Friedman insist¨ªa: ??Por qu¨¦ no le dan una marca al se?or Slimane con su propio nombre??Eso es justo lo que ocurri¨®.??Por qu¨¦ no llamarlo simplemente por su nombre???Por qu¨¦ proteger tus apuestas bajo un pseud¨®nimo??.
Al hilo de la polarizaci¨®n de lamentos medi¨¢ticos versus expectativas econ¨®micas al alza, con la partida de Phoebe Philo (que, de momento, no est¨¢ trabajando para ninguna otra firma) se ha despertado un? especie clima de orfandad entre sus clientas y seguidoras ac¨¦rrimas, que a?oran a una dise?adora que parec¨ªa comprender sus necesidades.
En un ejercicio de nostalgia, la cuenta de Instagram @oldceline aglutina im¨¢genes de las creaciones de Philo durante sus diez a?os al frente de C¨¦line rindi¨¦ndole un sentido homenaje. Casi 15.000 almas siguen la cuenta autoconvenci¨¦ndose de que sus tiempos pasados s¨ª que fueron mejores. Brooke Marks, otra fiel entusiasta del trabajo de la brit¨¢nica, ha lanzado una colecci¨®n de camisetas con lemas como??Respect the ? (2008-2018)? (¡®Respeta la ?¡¯) o ?Bring back Philo? (¡®devolvednos a Philo¡¯).?
Slimane, uno de los grandes animales comerciales del dise?o actual, ha dejado claro que piensa mantenerse ?siendo fiel a s¨ª mismo?, como contaba recientemente a Le Figaro.??No llegas a una casa de moda para imitar el trabajo de tu predecesor?, adelantaba contundente. C¨¦line logr¨® ser una firma de culto, pero era peque?a en t¨¦rminos comerciales con solo 140 tiendas. ?Lograr¨¢ Slimane con su f¨®rmula superventas alcanzar el objetivo? ?Puede convivir su visi¨®n sexualizadora de la mujer en la era del #MeToo? Solo el tiempo y las pr¨®ximas cuentas de resultados podr¨¢n responder a estas preguntas.
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