¡®Coliving¡¯: ?vuelve la comuna, invento ¡®hipster¡¯ o es que ya nadie puede pagarse un piso?
Proliferan en las grandes ciudades y se perfilan como el nuevo invento inmobiliario. Tras el glamour de sus inicios se esconde una realidad social de trabajadores que ya no podr¨¢n optar a su propia casa.
![cover](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/4S4OZUAQDRPPHEADA4OCZJZXRM.jpg?auth=6def289828d03d163d25df901d64cec499bec2a070eb76688e6156c71ce5f9d2&width=414)
El nuevo negocio inmobiliario se llama coliving y se perfila como algo sustancioso, cuando la generaci¨®n con suficiente poder adquisitivo para comprarse una vivienda en las ciudades haya desaparecido. Las grandes urbes cuentan ya con modelos habitacionales a medio camino entre el peque?o apartamento y los servicios que puede proporcionar un hotel. Son grandes complejos en los que cada hu¨¦sped posee una peque?a zona privada -generalmente un estudio- y comparte el resto de espacios con sus vecinos: cocina, sala de estar, sal¨®n de juegos, ¨¢rea de trabajo, biblioteca, terraza, piscina o gimnasio. Las opciones son infinitas y dependen del estatus de cada uno. Seg¨²n comentaba el dise?ador de interiores Naomi Cleaver en un art¨ªculo de DeZeen Magazine, ¡°el coliving ser¨¢ el pr¨®ximo gran mercado del mundo inmobiliario en el Reino Unido¡±.
Esta modalidad de vivienda naci¨® en Silicon Valley, cuando los profesionales bien pagados del laboratorio de ideas del mundo ten¨ªan dif¨ªcil encontrar casa, debido a la gran demanda. Muchos tampoco ten¨ªan intenci¨®n de pasar el resto de sus vidas en ese lugar, estaban de paso y para ellos compartir espacios, adem¨¢s de ideas, contactos y relaciones, era una soluci¨®n tentadora. Los conceptos coliving y coworking se fusionaban con beneficios para ambos.
![Habitaci¨®n en The Collective. Cuesta unos 1400 euros al mes e incluye servicios de limpieza cada dos semanas.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/HLYVJFOJ3ZMO7JDF7WQH6WO3SA.jpg?auth=daf30728748405dff449ac4e4f7650af9aa48f5c3e5e82bb67ff9b007f6bf03f&width=414)
Hoy en d¨ªa la cosa no est¨¢ tan clara, aunque estas nuevas viviendas se publicitan llenas de promesas para sus afortunados inquilinos. Common, un coliving de Brooklyn, es un claro ejemplo de que ese esp¨ªritu inicial se est¨¢ perdiendo. Como reconoc¨ªa Brad Hargreaves, su fundador, en el art¨ªculo de DeZeen, el n¨²mero de trabajadores que habita esa comunidad supera ahora al de profesionales liberales en sectores creativos. ¡°No estamos teniendo a muchos aut¨®nomos, sino m¨¢s bien gente con trabajos normales en la ciudad¡±. La raz¨®n, seg¨²n explica el reportaje, es que el coste de esta opci¨®n es m¨¢s barato que alquilar el propio apartamento. Algo que muchos millennials no van, ni siquiera, a poder permitirse.
The Collective, el coliving m¨¢s grande del mundo, est¨¢ en la ciudad del T¨¢mesis. Cuenta con 550 diminutas habitaciones, de 10 metros cuadrados, con ba?o privado, que cuestan a su inquilino unos 1.400 euros al mes; facturas, lavander¨ªa y limpieza incluidos. Similar a una residencia de estudiantes, en la que cada uno, adem¨¢s de su espacio privado puede optar a las zonas comunales: cocina grande -existe una peque?a que comparten cada dos personas-, sala de estar, biblioteca o azotea-terraza. Solo que los que habitan este enorme edificio hace ya tiempo que han dejado los estudios y trabajan, no precisamente en el Burger King. Antes exist¨ªa siempre un momento glorioso en la vida de una persona, cuando obten¨ªa su primer gran empleo y pasaba a vivir solo. Pero ahora, seg¨²n titulaba el art¨ªculo de DeZeen, ¡°los millennials quieren experiencias, no posesiones¡±. ?Por qu¨¦ ser¨¢ que la afirmaci¨®n suena un poco hip¨®crita, de consolaci¨®n, como la de la zorra y las uvas?
![As¨ª es la cocina compartida de The Collective en Inglaterra.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/EE4AMJVTP5NVDG7O75QVS24QEY.jpg?auth=b5c822848330b075b6501d361b87df7c8413d983729494d4f3041745d447c192&width=414)
Londres, la capital de Europa, es una de las ciudades que cuenta con m¨¢s complejos de este tipo. The Trampery, que naci¨® en 2009 creando espacios de coworking, trabaja ahora en proporcionar tambi¨¦n colivings, localizados en diferentes zonas de la capital inglesa. Se espera que la primera residencia en abrir, Fish Island Village, sea la de Hackney Wick, en 2018. Hackney, un municipio al norte de Londres con un pasado reciente de barrio peligroso y poco recomendable, ha empezado a cambiar debido a que los altos alquileres en otras zonas han hecho que los aut¨®nomos y emprendedores se asentaran all¨ª. La peligrosidad social, a veces, da menos miedo que las demandas de algunos caseros. Seg¨²n cuenta Jamie Craven, manager de comunicaci¨®n de The Trampery a S Moda, ¡°nuestra empresa se ha creado con la idea de que las startups y los negocios creativos tienen m¨¢s posibilidades de triunfar si son parte de una comunidad de personas que intentan hacer algo nuevo. El grupo aporta m¨¢s posibilidades de aprendizaje, contactos, intercambio de ideas y colaboraciones¡±. La filosof¨ªa de esta marca incluye tambi¨¦n espacios para familias, ¡°creemos que las comunidades son m¨¢s exitosas cuando son diversas, no queremos solo a millennials, sino que pretendemos abarcar todas las edades y bagajes. Estamos considerando incluir una guarder¨ªa en nuestros espacios¡±.
![El espacio de trabajo compartido de The Trampery.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/PC5VABYE6NLPFESRSZNT3DHM4Y.jpg?auth=3b65a679b0d0f0c9ebae06c07fc7275e7a82a8fc6a8bdf6ef144a44b94772162&width=414)
The Trampery quiere desmarcarse de la filosof¨ªa de otros colivings de su misma ciudad, seg¨²n Craven, ¡°algunos est¨¢n haciendo sustanciosos beneficios con micro apartamentos en los que los inquilinos tienen una diminuta ¨¢rea privada y comparten el resto del espacio. Seg¨²n nuestros estudios de mercado esto no es lo que los j¨®venes demandan. Las residencias de este tipo han demostrado un fracaso total a la hora de crear un sentimiento de comunidad. Hacen falta espacios intermedios en los que no haya demasiadas personas, y ¨¦stas puedan interactuar y crear fuertes relaciones. Pero esto no ocurre en las enormes zonas comunales, en las que conviven cientos de individuos¡±. La soluci¨®n de The Trampery pasa por crear zonas en los que vivan varias personas ¨Cno m¨¢s de cuatro- y formen una micro comunidad dentro de otra m¨¢s grande.
El coliving nacional. Spain is different.
A diferencia de otros pa¨ªses, los colivings espa?oles prefieren las zonas rurales y la costa a las urbanas, en las que de momento predominan los coworkings. Hub Fuerteventura, en la isla canaria, como comenta su fundador Sebasti¨¢n Ru¨ªz, ¡°naci¨® siendo un espacio de networking, para dar cuerpo a las empresas de aqu¨ª, juntar a profesionales y dinamizar la econom¨ªa local¡±. Sin embargo, pronto incluy¨® la alternativa habitacional, ya que la gran mayor¨ªa de sus clientes son extranjeros. ¡°Gente que trabaja por su cuenta, profesionales que est¨¢n en el sector de las nuevas tecnolog¨ªas, el marketing online, ingenieros de sistemas, bloggers, desarrolladores de programas. N¨®madas digitales que solo necesiten un ordenador y una conexi¨®n a Internet¡±, cuenta Ru¨ªz. Si la oficina de uno es port¨¢til, entonces puede pasar unas semanas al sol, al mismo tiempo que contin¨²a con su trabajo. El precio de la estancia varia de 42 euros/d¨ªa a 650 euros al mes para periodos m¨¢s largos e incluye solo la estancia. Hub organiza tambi¨¦n distintas actividades para favorecer las relaciones de sus hu¨¦spedes, como cursos de surf.
![HubFuerteventura tambi¨¦n apuesta por el coliving.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/5WLHKX4J7ZOHVCQN7OZW4MSGQY.jpg?auth=85eb41c1a626f5183a85325cbab8547b4da2cbb9dc89aeb91428881ba7ab35f4&width=414)
Bedndesk en Palma de Mallorca, es otro de estos espacios con la misma ideolog¨ªa que el anterior, ligado al concepto de sol y playa, cada vez m¨¢s inherente a la econom¨ªa espa?ola. De hecho, la p¨¢gina web de este coliving aparece solo en ingl¨¦s. Sus clientes son, seg¨²n Mat¨ªas Bonet, cofundador junto con su hermana, ¡°mayoritariamente extranjeros, gente que tiene su propio negocio, inform¨¢ticos, dise?adores. traductores, periodistas, emprendedores con tiendas online. Pero no vienen de vacaciones, vienen a trabajar, solo que han cambiado por unos d¨ªas su entorno. De hecho, nuestra temporada alta es en invierno. Nuestros clientes evitan venir aqu¨ª en verano cuando esto est¨¢ lleno de turistas¡±. La habitaci¨®n individual es a partir de 40 euros/d¨ªa y los inquilinos comparten cocina, sala de estar, terraza y las actividades que se organizan, que van desde charlas a excursiones por la isla.
M¨¢s cercanos a la aut¨¦ntica filosof¨ªa del coliving que los anteriores ejemplos, son las nuevas residencias para mayores como Trabensol, en Torremocha del Jarama, a 63 km de Madrid. Esta cooperativa se ide¨® entre un grupo de personas que no quer¨ªan pasar su vejez sentados o dormidos frente a un televisor o junto a personas ya muy deterioradas. Como cuenta uno de sus socios, Jaime Moreno, periodista que trabaj¨® en TVE, ¡°nosotros compramos los terrenos y construimos, sin ninguna ayuda de ning¨²n organismo. Las obras duraron de 2002 al 2006 y se realizaron con criterios bioclim¨¢ticos, con poco impacto ambiental y para lograr un bajo consumo. Somos 45 socios en r¨¦gimen de cooperativa y con una inversi¨®n retornable. Cuando uno se muere el dinero invertido en la construcci¨®n pasa a los herederos y cuando entra un nuevo socio debe pagar su parte proporcional¡±. Adem¨¢s, hay una cuota mensual que incluye comida, limpieza, facturas, actividades y el uso de peque?o apartamento, y que asciende a 1.000 euros por persona o 1.200 por pareja. ¡°A parte de la limpieza y la comida, nosotros realizamos el resto de las tareas, como el cuidado de los compa?eros que necesitan asistencia, el cultivo del huerto o la organizaci¨®n de actividades, dependiendo de lo que sabe cada uno. Hacemos acupuntura, shiatsu, arte floral, meditaci¨®n, talleres de memoria, sesiones de cine o senderismo¡±.
La vida en Trabensol parece tan armoniosa que organismos de diversas partes del mundo han acudido a medir los positivos efectos de esta forma de vida en la salud f¨ªsica y ps¨ªquica de sus habitantes. Ahora mismo, una universidad de Jap¨®n est¨¢ llevando a cabo un estudio. Pero adem¨¢s, los beneficios de este coliving se extienden tras sus muros, ¡°la gente del pueblo puede participar en todas nuestras actividades, excepto entrar en la zona de spa, que est¨¢ reservada a los socios¡±, apunta Moreno.
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