Cristina Garc¨ªa Rodero elige a sus reinas de la imagen
Como editora invitada, Cristina Garc¨ªa Rodero ha escogido a las once fot¨®grafas decisivas del siglo XX. Once mujeres con talento y coraje que han hecho de la fotograf¨ªa su forma de expresi¨®n y de revoluci¨®n.
En mis a?os de formaci¨®n y experiencia como fot¨®grafa ha habido algunas colegas de profesi¨®n que por sus vidas o sus obras, o por la empat¨ªa que he sentido hacia ellas, se han quedado fijas en mi coraz¨®n. Su ejemplo genera fuerzas para continuar en la batalla de la vida y del trabajo. Han sido y son siempre mujeres fuertes, con mayor o menor fortuna, llenas de talento y tenacidad, con un objetivo muy claro en su trabajo que, al mismo tiempo, es parte de su vida. Viven con determinaci¨®n, coraje y riesgo su decisi¨®n vital. Son tantas que es dif¨ªcil hacer una selecci¨®n, y lo hago desde su sensibilidad, creatividad, amor a su trabajo, valor, por ir m¨¢s all¨¢ y por las puertas que han abierto a tantos otros fot¨®grafos. Y tambi¨¦n, en algunos casos, desde la amistad. Les agradezco el legado que nos dejan.
Eve Arnold (1912-2012) EE?UU
Falleci¨® el pasado mes de enero, cuatro meses antes de cumplir los 100 a?os. Fue una de las fot¨®grafas m¨¢s longevas, junto a ?lvarez Bravo o Cartier-Bresson. La conoc¨ª personalmente en Londres, en la reuni¨®n anual de Magnum, en junio de 2009. Lleg¨® a la fiesta ya en una silla de ruedas y con 97 a?os. Pero a¨²n su rostro expresaba la fuerza de su car¨¢cter. Fue un momento bonito, no paraba de sonre¨ªr ante las muestras de cari?o de sus compa?eros. Al final todos quisimos fotografiarnos con ella. Quiero recordarla con esta imagen de Marilyn porque es elegante, limpia, sencilla. En ella, Eve supo captar la feminidad, coqueter¨ªa y belleza de la actriz.
Fue la primera fot¨®grafa en entrar en Magnum en 1951, y fue Cartier-Bresson, emocionado con uno de sus trabajos sobre la moda en Harlem, quien la invit¨® a formar parte de la agencia. Aunque su primera vocaci¨®n fue la danza y la literatura, siempre estuvo preocupada por los problemas sociales. ?Hab¨ªa sido pobre y quise documentar la pobreza; hab¨ªa perdido un hijo y estuve obsesionada por los nacimientos; estaba interesada en pol¨ªtica y esper¨¦ saber c¨®mo afectaba a nuestras vidas; soy una mujer y quise saber sobre las mujeres?, dijo Eve. Estudi¨® fotograf¨ªa con el director de arte de Harper¡¯s Bazaar, Alexey Brodovitch. Fue conocida sobre todo por los retratos que durante a?os hizo a Marilyn, por sus reportajes sobre musulmanes negros, su serie del entorno de Malcom X, el partido nazi americano, la Uni¨®n Sovi¨¦tica y sus viajes a Centroam¨¦rica, China y Asia. El trabajo que realiz¨® sobre China fue su primera gran exposici¨®n en solitario en el Brooklyn Museum de Nueva York en 1980. El a?o pasado se public¨® All About Eve, su ¨²ltimo libro, en el que estuvo trabajando durante varios a?os y que nunca pudo ver, una retrospectiva de su obra con im¨¢genes in¨¦ditas. El 22 de marzo, la agencia Magnum le har¨¢ un homenaje en M¨²nich.
Diane Arbus (1923-1971) EE?UU
Es una de las fot¨®grafas que m¨¢s admiro y que m¨¢s ha influido en la fotograf¨ªa contempor¨¢nea. Mi primer contacto con ella fue en Italia, a trav¨¦s del cat¨¢logo de la Bienal de Venecia de 1972. Yo estudiaba all¨ª y era la primera vez que un fot¨®grafo americano expon¨ªa en su pabell¨®n. Su manera de vivir su profesi¨®n, su capacidad de ahondar en la psicolog¨ªa del ser humano y su forma de ver la vida me abrieron los ojos a otra forma de entender mi trabajo. De familia rica, a los 14 a?os conoci¨® al fot¨®grafo de moda y publicidad Allan Arbus y se cas¨® con ¨¦l. Lo ayudaba en su estudio y lleg¨® a publicaron en Vogue y en Harper¡¯s Bazaar. En 1959 la fot¨®grafa austriaca Lisette Model le ense?¨® a ver la c¨¢mara como un medio de investigaci¨®n sociol¨®gica. Diane se separ¨® de Arbus e inici¨® una andadura independiente. Su obra personal est¨¢ concentrada en apenas 10 a?os.
En 1967 realiz¨® su primera exposici¨®n, junto con Garry Winogrand y
Lee Friedlander, en el MoMA de Nueva York. Se titul¨® New Document. Su estilo se define por la frontalidad de sus personajes, con la mirada directa en di¨¢logo con ella. Sus protagonistas son fan¨¢ticos, nudistas, trillizos, seres extraordinarios, gente del circo y marginados. Todos ellos representan la normalidad como anormal y la anormalidad como normal. Sus im¨¢genes son rotundas. Pero, a pesar de la gran admiraci¨®n que suscit¨®, su situaci¨®n econ¨®mica era muy precaria, las revistas no se atrev¨ªan a publicarla. Tras sufrir varias depresiones, se suicid¨® en 1971 y su fama creci¨® de forma imparable.
Gertrude K?sebier (1852-1934) EE?UU
Cuando comenc¨¦ a interesarme por la historia de la fotograf¨ªa, hubo dos mujeres que despertaron r¨¢pidamente mi simpat¨ªa: Julia Margaret Cameron, la primera fotoamateur, ligada al estilo de los pintores prerrafaelistas, y K?sebier, cuyas bellas im¨¢genes como esta de la madre con su hija se me quedaron grabadas para siempre. Gertrude se inici¨® tarde en el mundo del arte y la fotograf¨ªa, a los 37 a?os. Vino en 1894 a Europa, donde estudi¨® qu¨ªmica fotogr¨¢fica y pintura. Impulsada por la necesidad econ¨®mica, en 1895 regres¨® a Brooklyn decidida a convertir la fotograf¨ªa en su profesi¨®n. Entr¨® tarde pero con mucha fuerza, porque en un a?o ya estaba exponiendo 150 fotograf¨ªas en el Boston Camera Club. Su trabajo obtuvo un r¨¢pido ¨¦xito. En 1899 su fotograf¨ªa El nacimiento se vendi¨® por 100 d¨®lares, el mayor precio pagado hasta entonces por una imagen art¨ªstica. En 1902 Alfred Stieglitz le pidi¨® que entrara a formar parte del elitista grupo fotogr¨¢fico Photo-Secession. Pero se sali¨® en 1912 por no comulgar con su estilo.
Dorothea Lange (1895-1965) EE?UU
En 1935 la Administraci¨®n Norteamericana escogi¨® a un grupo de 11 profesionales para hacer un estudio durante la Gran Depresi¨®n. Por primera vez se cont¨® con la fotograf¨ªa como instrumento de comunicaci¨®n. Las im¨¢genes humanistas de Lange y sus compa?eros dieron a conocer las graves consecuencias del desastre econ¨®mico, conmovieron al p¨²blico y consiguieron que se crearan ayudas. Tras el bombardeo de Pearl Harbor, el Gobierno americano evacu¨® a los japoneses estadounidenses, los despoj¨® de sus bienes y los desplaz¨® a campos de concentraci¨®n. Las im¨¢genes de Lange fueron tan cr¨ªticas que el ej¨¦rcito pidi¨® su embargo.
Dorothea enferm¨® de polio a los siete a?os y la dolencia le produjo deformaciones en los pies. A pesar de ello se empe?¨® en ser fot¨®grafa documental. He seleccionado La madre emigrante porque refleja problemas universales y siempre actuales: el paro, el hambre y la emigraci¨®n. Lange cont¨® c¨®mo pas¨® de largo por el campamento de emigrantes cuando regresaba a casa. Volvi¨® gui¨¢ndose por el instinto. Vio a esta madre, se acerc¨® a ella y esta le cont¨® que hab¨ªa vivido de vegetales fr¨ªos y p¨¢jaros que los ni?os mataban. En 1952, junto con varios fot¨®grafos, fund¨® la revista Aperture ¨Cinspirada en Camera Work¨C, que sigue public¨¢ndose.
Ruth Thorne-Thomsen (1943) EE?UU
Nieta e hija de fot¨®grafas, tuvo como primera pasi¨®n la danza. Pero desde 1976 ha trabajado con la c¨¢mara estenopeica, la m¨¢s primitiva y sencilla que se puede construir. Su principal caracter¨ªstica es que forma im¨¢genes poco definidas, porque no tiene lente, y con profundidad de campo infinita. Ruth, como se puede apreciar en la fotograf¨ªa que he seleccionado, trabaja construyendo las im¨¢genes con una puesta en escena utilizando miniaturas de maquetas para transportarnos a un mundo on¨ªrico con referencia a los primeros fot¨®grafos viajeros, a la cultura mediterr¨¢nea y, en ocasiones, al surrealismo. Al trabajar con esta c¨¢mara tan simple, demuestra que para hacer buenas im¨¢genes, por encima de los medios t¨¦cnicos, est¨¢n la imaginaci¨®n, la sensibilidad, la creatividad y los proyectos por investigar y realizar con voz propia.
Graciela Iturbide (1942) M¨¦xico D.?F.
Conoc¨ª a Graciela en 1984, cuando iba a hacer mi primera exposici¨®n individual en M¨¦xico invitada por Pedro Meyer. Me vino a buscar al hotel y me dijo: ?Cristina, no vas a estar aqu¨ª sola, te vienes a casa?. Si hay algo que la define es su sencillez y generosidad para todos, especialmente para los j¨®venes fot¨®grafos. Su vivir de verdad lo que retrata hace que conecte en todo y con todo el mundo. Sin pretenderlo, se ha convertido en la mejor fot¨®grafa de Am¨¦rica Latina, un referente.
Se cas¨® muy joven, con 20 a?os, pero su esp¨ªritu inquieto la hizo estudiar cinematograf¨ªa, dirigir dos pel¨ªculas y trabajar tambi¨¦n como actriz. En la Universidad Aut¨®noma de M¨¦xico conoci¨® a ?lvarez Bravo, el gran maestro de la fotograf¨ªa, que ejerci¨® como profesor y que le pidi¨® que fuera su asistente personal. ?l la gui¨® en el camino de la tradici¨®n fotogr¨¢fica mexicana. Este encuentro y la muerte de su hija a los seis a?os, a la que cada d¨ªa ama y recuerda, la marcaron. Ha retratado el perfil humano de M¨¦xico a trav¨¦s de la mujer, las comunidades ind¨ªgenas y su riqueza cultural, las tradiciones y fiestas populares, la naturaleza y los paisajes. Ha construido un testimonio de la realidad social de su pa¨ªs. En 1987 gan¨® el premio Eugene-Smith en Fotograf¨ªa Humanitaria y en 1990 obtuvo el gran premio internacional Hokkaido. Ha expuesto por todo el mundo.
Claudia Andujar (1931) Neuchatel, Suiza
Pas¨® su infancia en Transilvania y despu¨¦s viaj¨® a Estados Unidos. Desde 1957 vive en S?o Paulo, donde en 1975 adquiri¨® la nacionalidad brasile?a. De 1970 a 1971 trabaj¨® como reportera gr¨¢fica. En los cinco a?os siguientes se dedic¨® a la ense?anza con su marido, George Love, impartiendo cursos de fotograf¨ªa en el Museo de Arte de S?o Paulo e influyendo en los j¨®venes fot¨®grafos. Public¨® en varias revistas internacionales y nacionales, pero cuando realiz¨® un reportaje sobre la Amazonia para la revista Realidade, en 1971, fue en el momento en el que descubri¨® a los indios yanomami. A partir de esa fecha su vida ha girado en torno a ellos. Ha descubierto su cultura, espiritualidad y su mundo m¨¢gico. Vivi¨® y comparti¨® con ellos durante m¨¢s de cinco a?os ayudada por dos becas (Fundaci¨®n Guggenheim, NY, 1972, y Fundaci¨®n para la investigaci¨®n del Estado de S?o Paulo, 1975). A finales de esta d¨¦cada abandon¨® su profesi¨®n para dedicarse a la causa ind¨ªgena. Particip¨® en la Comisi¨®n para la creaci¨®n del Parque Yanomami y coordin¨® la campa?a para la demarcaci¨®n de las tierras ind¨ªgenas que estaban en peligro por la construcci¨®n de la autopista transcontinental y la invasi¨®n de las tierras por los buscadores ilegales de oro.
Tras una campa?a de 15 a?os de duraci¨®n, en 1992 el Gobierno brasile?o delimit¨® un ¨¢rea del tama?o de Portugal para este pueblo. La he elegido por su amor, respeto y lucha por los derechos y preservaci¨®n de la cultura de los yanomamis, a la que le dedic¨® 34 a?os de su vida. Por abrirnos los ojos a ellos, desmontando la idea de algunos antrop¨®logos de que eran un pueblo violento y dando a conocer un mundo muy diferente al nuestro en su forma de entender la vida. Su deseo es dejar sus m¨¢s de 20.000 negativos para que los ind¨ªgenas conserven su cultura.
Donna Ferrato (1949) EE?UU
Su entrega hacia los problemas de la violencia dom¨¦stica y el abuso sexual infantil, la hacen ser toda una referencia en la fotograf¨ªa documental. Me cont¨® c¨®mo, mientras realizaba un trabajo con una pareja, fue testigo de c¨®mo el hombre maltrataba a la mujer y c¨®mo ese hecho la concienci¨® sobre la parte m¨¢s oculta y peligrosa de las relaciones familiares. Cambi¨® su percepci¨®n como fot¨®grafa y durante m¨¢s de 10 a?os decidi¨® acompa?ar a la polic¨ªa y fotografiar casas de acogida y hospitales. Por este trabajo gan¨® el premio Eugene Smith Grant en 1986, el Robert F. Kennedy de Fotograf¨ªa Humanista en 1987 y public¨® un libro en 1991, Viviendo con el enemigo, del que ha vendido 40.000 ejemplares. Acab¨® montando una ONG para la educaci¨®n sobre la violencia de g¨¦nero (DAA, www.abuseaware.com). En 2009 los jueces del tribunal supremo del estado de Nueva York le concedieron el Premio de Honor por su influencia en la igualdad de g¨¦nero gracias a su talento como artista. La fotograf¨ªa que he elegido me impresion¨® por la fuerza y la rotundidad con la que el ni?o, el m¨¢s d¨¦bil de la historia, defiende a su madre y se rebela contra el padre.
Letizia Battaglia (1935) Italia
Se cas¨® con 15 a?os y tuvo tres hijas. Comenz¨® a trabajar como periodista en el diario de izquierdas L¡¯Ora de Palermo en 1969. Dos a?os despu¨¦s, a los 30, se separ¨® y se fue a vivir a Mil¨¢n. All¨ª comenz¨® a fotografiar como una forma de ilustrar sus trabajos y de ganarse mejor la vida. Descubri¨® que la fotograf¨ªa le proporcionaba m¨¢s libertad. En los 70 regres¨® a Palermo como directora de fotograf¨ªa del peri¨®dico en el que comenz¨®, en plena guerra entre clanes de la mafia y de esta contra el Gobierno. Con sus im¨¢genes, denunci¨® la violencia y rompi¨® la ley del silencio (entonces a¨²n se negaba la existencia de la Cosa Nostra). Entr¨® de lleno en la fotograf¨ªa militante. Su objetivo: la guerra contra la mafia y la corrupci¨®n pol¨ªtica. Su archivo, con m¨¢s de 600.000 im¨¢genes, es un referente de la mafia en Sicilia, pero tambi¨¦n de su vida cotidiana. En 1985 entr¨® en la pol¨ªtica con el peque?o partido de los verdes. Conoc¨ª a Letizia porque, con Donna Ferrato y Graciela Iturbide, expon¨ªamos en el centro Georges Pompidou, junto a otros compa?eros, como ganadores en distintos a?os del Eugene Smith Grant. Me impresion¨® su fuerza, su coraje como mujer. Lo directa, clara y rotunda que es en sus convicciones. Y por su humanidad. El dramatismo de sus im¨¢genes nos habla de las condiciones y el sufrimiento de un pueblo.
Nan Goldin (1953) EE?UU
La he elegido por contar con una sinceridad brutal la verdad de su vida y el entorno de su intimidad sin ning¨²n pudor. Y por ser una renovadora de la fotograf¨ªa documental. Su gran tema es la narraci¨®n de su propia experiencia vital a trav¨¦s de un diario de im¨¢genes. Con 11 a?os, el suicidio de su hermana B¨¢rbara de 18, a la que estaba muy unida, marc¨® una etapa en su vida. La negaci¨®n y la necesidad de ocultarlo fue un modo de supervivencia de la familia. Nan lo descubri¨®, se rebel¨® contra la mentira y se asust¨® con la obsesi¨®n de que le pudiera ocurrir lo mismo. Escap¨® de casa a los 14 y tras pasar por varios hogares de adopci¨®n, se uni¨® a una comuna hippie. En los 70 frecuent¨® Provincetown, una comunidad muy popular entre los homosexuales. All¨ª conoci¨® a la que fue su verdadera familia, sus compa?eros, los mismos que fotografi¨® durante los siguientes 20 a?os. Se traslad¨® a Manhattan, donde se encontr¨® de lleno con la contracultura. El libro que la dio a conocer mundialmente fue Balada de la dependencia sexual (1986), en el que indaga en la parte ¨ªntima del ser humano y sus relaciones. Le gusta trabajar siguiendo ensayos dedicados a un tema o a una o varias personas en continuos procesos de cambios durante a?os, y se apoya en proyecciones con m¨²sica y cine. Actualmente divide su residencia entre Berl¨ªn, Par¨ªs y Yale, donde ejerce la pedagog¨ªa.
Susan Meiselas (1948) EEUU
De 1972 a 1975, mientras daba clases de fotograf¨ªa, pas¨® los veranos siguiendo a mujeres que trabajaban como strippers en Nueva Inglaterra, Pensilvania y Carolina del Sur. Aquellas im¨¢genes formaron su primer trabajo, Carnival Strippers. Se public¨® en 1976 y su repercusi¨®n le vali¨® la llamada de la agencia Magnum. Entr¨® muy joven, con tan solo 28 a?os. Conocida por haber cubierto guerras en Am¨¦rica Latina y la insurrecci¨®n en Nicaragua para derrocar a Somoza, public¨® Nicaragua, junio 1978-julio 1979 que le vali¨® la medalla de oro Robert Capa en 1979 por su labor como reportera. Una parte relevante en Meiselas es el trabajo con otros fot¨®grafos. Recopila su obra y edita libros como Chile desde casa, una obra coral de profesionales que vivieron bajo la dictadura de Pinochet.
Una de las caracter¨ªsticas de Susan es que no le interesa tanto la actualidad como enriquecer los hechos con entrevistas y documentales. Una de las cosas que m¨¢s valoro en ella es su entrega y compromiso con las personas y los derechos humanos. La imagen que he escogido me sobrecoge. Esta joven de 14 a?os busc¨® a su esposo creyendo que estaba vivo, pero solo encontr¨® su cad¨¢ver, lo hab¨ªa matado la guardia de Somoza. Pidi¨® que le regalaran una caja para poder enterrarlo, pero solo consigui¨® una tabla. Sin ayuda de nadie, carg¨® con ¨¦l mientras los helic¨®pteros disparaban. ?Solita, yo lo enterr¨¦ con mis propias manos en el jard¨ªn de la casa. Ese d¨ªa ¨¦l estrenaba un par de zapatos?.
* Nota de Almudena ?valos:
Encargarle a Cristina Garc¨ªa Rodero que seleccione a las 10 mejores fot¨®grafas de la historia es casi misi¨®n imposible. Su retina recuerda con cari?o familiar todas las fotograf¨ªas que le han impactado a lo largo de su vida, los nombres de cada autor y su contexto. Primero selecciona 20. M¨¢s tarde se queda con 15 y al final la obligo a que se decida y selecciona las 11 ¨²ltimas. Despu¨¦s, cada d¨ªa, pensar¨¢ que tendr¨ªa que haber incluido a otra. Le da rabia dejarse muchas. Son 40 a?os en la profesi¨®n y muchas compa?eras grandes a las que ha conocido, admirado y de las que atesora grandes historias que cuenta sin importancia.
Cristina es la fot¨®grafa m¨¢s relevante de la historia de nuestro pa¨ªs siendo el ¨²nico miembro espa?ol perteneciente a la prestigiosa agencia internacional Magnum Photos. El primer d¨ªa que llego a su casa madrile?a, que me abre de par en par como si fuera mi prima, me encuentro con su mesa de trabajo habitada por una pila libros que ha seleccionado previamente. ?Tengo tres filas de libros en las estanter¨ªas y algunos ni recuerdo que guardo?, cuenta. Tambi¨¦n hay decenas de diapositivas que est¨¢ escaneando, cat¨¢logos de exposiciones pasadas y biograf¨ªas que le ha impreso una de sus dos encantadores ayudantes. Su hogar es luminoso, acogedor y desnudo de fotograf¨ªas suyas.
Cristina es rigurosa con todo lo que hace y este encargo sabe que no lo va a terminar en un rato. Pero tambi¨¦n agradece enormemente que le echemos una mano pues reconoce se maneja mucho mejor con la c¨¢mara que con el ordenador.
El tel¨¦fono fijo suena de vez en cuando. ?El m¨®vil ni lo escucho ni lo miro?, dice. La vecina de abajo la visita. Aparece una amiga de la universidad con su hija para charlar. Saca unos canap¨¦s a media tarde. ?Come?, me insiste como hace un familiar. Despu¨¦s ofrece la cena¡ Cristina tiene una casa abierta y yo acabo yendo 7 d¨ªas trabajando hasta altas horas de la madrugada. Menudo m¨¢ster.
No le gusta hablar de ella as¨ª que suele escurrir el bulto alabando a los dem¨¢s. ¡°Adem¨¢s yo no s¨¦ escribir. Por eso soy fot¨®grafa¡±, me dir¨¢ en sucesivas ocasiones. Me convierto en su mano derecha estos d¨ªas. La mano derecha de un esp¨ªritu n¨®mada a corto plazo con ADN de contadora de historias universales. Lo dicho, un m¨¢ster.
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