Caso Ca?izares: qu¨¦ nos dice este viral ultrarr¨¢pido de las redes, las marcas y el esc¨¢ndalo moral
Podemos escribir un ¡®tweet¡¯ indignados sin estarlo en absoluto. Esto es lo que nos ense?a el suceso viral de Elena Ca?izares.
Los domingos por la tarde son peligrosos. Uno se aferra a lo que sea con tal de huir de esa especie de angustia gelatinosa que empieza a descender el ¨²ltimo d¨ªa de la semana despu¨¦s de comer. Incluso si se trabaja en domingo, incluso si se libra el lunes, los domingos por la tarde retienen un eco escolar ¨Cla sensaci¨®n de no haber hecho los deberes, como Felipe de Mafalda¨C, una cosa ansiosa y crepuscular. Jane Austen escribi¨® en Mansfield Park que un domingo por la tarde ¡°es el momento ideal, como no existe otro, para, si se tiene a mano a una persona amiga, sentir la necesidad de abrir el coraz¨®n¡±.
Algo as¨ª debi¨® pensar Elena Ca?izares el pasado domingo. Pero como no ten¨ªa ninguna persona amiga a mano, hizo lo que har¨ªa cualquiera en 2020. Se fue a Twitter. Y all¨ª colg¨® en un hilo lo que le hab¨ªa ocurrido. Que es estudiante de enfermer¨ªa. Que hab¨ªa dado positivo en Covid. Que compart¨ªa piso con tres chicas, las ya famos¨ªsimas Roc¨ªo Piso, ?ngela Compa?era y Luc¨ªa Compa?era, y que ¨¦stas quer¨ªan que se largara de all¨ª a pasar la cuarentena porque ellas no pueden correr con ese riesgo y adem¨¢s tienen una vida, unas clases y un gimnasio.
Seg¨²n ha dicho, Ca?izares esperaba unos 10 ¡°me gusta¡±, pero el asunto se desmadr¨®. El hilo empez¨® a tomar volada ya a media tarde. En ese momento, la universitaria comprob¨® que hab¨ªa llegado a los 5.000 RT y se puso nerviosa. Se tom¨® un paracetamol e intent¨® echarse la siesta, pero no lo logr¨®. El v¨¦rtigo de la viralidad la mantuvo despierta. Seg¨²n cont¨® despu¨¦s, no volvi¨® a entrar en Twitter hasta las 12 de la noche y para entonces su nombre ya era trending topic?y hab¨ªan entrado al trapo gente como Luis Cepeda de Operaci¨®n Triunfo, el escritor Juan G¨®mez Jurado, el periodista ?ngel Mart¨ªn y el actor Brays Efe, quien le aconsej¨® a Elena que dejara el piso, no por enferma sino por vivir con ¡°tres hienas¡±. El Jueves, La Resistencia y Late Motiv se manifestaron. Pull&Bear tuite¨® ¡°we stan Elena Ca?izares¡±, la marca de golosinas Fini le ofreci¨® tuppers de Golosinas y KFC hizo un metameme bromeando sobre las marcas que se estaban apuntando al fen¨®meno y sobre el hecho de que la estudiante es vegana y no har¨ªa nada con su pollo frito.
Viendo el gr¨¢fico que ha elaborado para S Moda Mariluz Congosto, investigadora de datos sociales en Twitter y doctora en Telem¨¢tica, se observa c¨®mo los primeros tuiteros con verdadera influencia en apreciar el hilo fueron el actor Blas Cant¨® y poco despu¨¦s la escritora Elvira Sastre y la actriz Itziar Castro. Un poco m¨¢s tarde, Luc¨ªa Etxebarr¨ªa y el fen¨®meno de Twitter Malacara Sevilla. La secuencia fue m¨¢s o menos as¨ª, seg¨²n Congosto: ¡°Primero gente popular en Twitter. Gamers, actores, guionistas e influencers. Despu¨¦s gente pr¨®xima a Podemos y m¨¢s tarde los medios¡±. La COPE fue el primer gran medio generalista en difundir la historia. A las dos de la madrugada, las ocho de la tarde en Nueva York, entr¨® en escena @nanisimo, es decir, Emilio Dom¨¦nech, el corresponsal que ha estado cubriendo las elecciones estadounidenses para La Sexta.
Para cuando lleg¨® el lunes por la ma?ana, el caso ya se hab¨ªa memeificado por completo y hab¨ªa saltado a los medios generalistas. Los audios de sus compa?eras aparecieron en las tertulias de la radio. Ant¨®n Losada le dijo a ?ngels Barcel¨® en la Ser: ¡°Todos somos Elena Ca?izares¡±, Radio Marca conect¨® con ella a las 7.45, donde explic¨® que hab¨ªa pasado mala noche. Desde el sof¨¢ del famoso piso compartido de Ciudad Real, la estudiante fue empalmando intervenciones en medios. Habl¨® con Susanna Griso para Espejo P¨²blico,?con Nieves Herrero y el resto de colaboradores de La hora de la 1. Carmen Lomana se ofreci¨® a calentarle los tuppers que sus compa?eras de piso se negaban a dejarle en la puerta.
A media ma?ana, Elena borr¨® el hilo para tratar de cortar las reacciones contra Roc¨ªo, ?ngela y Luc¨ªa, o la gente que Twitter cre¨ªa que eran Roc¨ªo, ?ngela y Luc¨ªa, pero ya era tarde. La estudiante complet¨® su ronda medi¨¢tica con apariciones en Todo es Mentira (Cuatro) y en La Resistencia (0). En menos de 24 horas, la historia hab¨ªa vivido un ciclo completo y a esas alturas los memes eran ya sobre lo cansina que resultaba la historia de Elena Ca?izares, que no hab¨ªa consumido a¨²n ni un d¨ªa de su cuarentena. Nunca fue tan evidente que los tiempos de la salud y los tiempos de las redes resultan incompatibles.
De entrada, el suceso prueba varias cosas:
a) El audio ya no es un impedimento para la viralidad. El relato original de Elena constaba de capturas y audios, los de sus compa?eras dici¨¦ndoles cosas como el ya famoso ¡°t¨² que eres tan caritativa, t¨² que vas que te preocupas tanto de los dem¨¢s¡± de ?ngela. De hecho, los audios alimentaron la programaci¨®n de las radios generalistas durante todo el d¨ªa y ayudaron, como se?ala Alejandro Rivas, fundador de la empresa de marketing digital Marcasfera, a ¡°reforzar la veracidad¡± del hilo, ya que la tendencia natural del usuario de redes es a pensar que lo que lee es falso.
b) Nadie descansa en domingo. O por lo menos no los gestores de redes de las marcas como Pull&Bear o KFC. Seg¨²n Congosto, los domingos son tradicionalmente un d¨ªa complicado porque, aunque hay mayor vac¨ªo informativo (si es que ese concepto aun tiene sentido en 2020) tambi¨¦n hay f¨²tbol. Aun as¨ª, los d¨ªas festivos generan un hueco propicio a este tipo de fen¨®menos: ¡°Tabarnia se viraliz¨® la sobremesa de la Navidad de 2017¡±, cita Congosto, refiri¨¦ndose a la idea anti-independentista que acabo convirti¨¦ndose en un meme.
c) Nada incita tanto a la movilizaci¨®n como un buen villano. Esa regla b¨¢sica de la dramaturgia la tienen siempre en mente los guionistas de realities, por ejemplo. En la memoria de la telerrealidad han quedado gente como Vanessa de Gran Hermano 1. En este caso, Roc¨ªo Piso, la l¨ªder del grupo Chuminos de Ciudad Real, fue elevada a la categor¨ªa de malvada de Disney e inspir¨® comparaciones con Hitler y con Rachel McAdams en Chicas malas. Mientras que ?ngela y Luc¨ªa ¨Cla del padre abogado que amenaza con denunciar a Elena por vulnerar la ley de protecci¨®n de datos¨C se quedan con los papeles de segundonas peligrosas, las que siguen al l¨ªder, pero aparentan maneras m¨¢s suaves.
d) Todos somos creadores de contenidos casi profesionales. Para Rivas, la construcci¨®n del hilo de Ca?izares demuestra que ¡°a base de consumirlos de manera compulsiva, nos hemos convertido en expertos. Es un metalenguaje que todos controlamos¡±. En este caso, las propias imperfecciones han ayudado a que tenga un mayor recorrido.
El Caso Ca?izares ha sido en conjunto una miniatura que ha permitido observar en muy poco tiempo la construcci¨®n de un esc¨¢ndalo moral que termina en farsa. Antes de que el asunto se disolviese en memes de Aqu¨ª no hay quien viva, hubo usuarios que se tomaron en serio el asunto, o hicieron ver que lo hac¨ªan, expresando su solidaridad con Elena, representante adem¨¢s del colectivo de los sanitarios, y se?alando lo ruin del comportamiento del resto de Chuminos. Seg¨²n Molly Crockett, una psic¨®loga de Yale que lleva a?os investigando la naturaleza del esc¨¢ndalo moral digital, las redes sociales desconectan nuestras expresiones de nuestras experiencias morales reales. Podemos escribir un tweet indignado sin estarlo en absoluto. Adem¨¢s, dice Crockett, estar expuesto a un continuo esc¨¢ndalo online nos ha hecho propensos a escandalizarnos m¨¢s, ya que tenemos el m¨²sculo de la indignaci¨®n muy trabajado. Enfadarse con Roc¨ªo Piso y escribir un tweet contra ella tiene un coste m¨ªnimo de esfuerzo, mucho menor del que tendr¨ªa afearle su actitud cara a cara y proporciona a cambio un alivio moment¨¢neo. En este caso, hay adem¨¢s un doble nivel: uno puede indignarse por el mismo precio con Roc¨ªo Piso y con las marcas y los famosos que se aprovechan de Roc¨ªo Piso para cumplir este mes con los objetivos de engagement. Ah¨ª han entrado nombres como Finetwork, un operador de fibra que ofrece casa a Elena para pasar la cuarentena. Tambi¨¦n lo hizo una inmobiliaria en directo en TVE.
Otra corriente de pensamiento que fue ganando fuerza a lo largo del lunes consist¨ªa en repartir la indignaci¨®n moral entre las compa?eras de piso y la propia Elena, por divulgar la historia y porque daba la impresi¨®n, al aparecer maquillada en televisi¨®n y retuitear encantada todos los regalos que le iban ofreciendo, de estar disfrutando demasiado con todo esto. Al fin y al cabo, hab¨ªa incitado, quiz¨¢ sin quererlo, un linchamiento digital contra sus tres compa?eras de piso. En este caso, Roc¨ªo, ?ngela y Luc¨ªa no tienen Twitter o no fueron identificadas all¨ª, as¨ª que no se concret¨® esa persecuci¨®n. Eso no impedir¨¢ a alg¨²n articulista escribir una columna contra las ¡°hordas tuiteras¡± y con eso, seguramente, se habr¨¢ cerrado el c¨ªrculo de este episodio. A Elena, que ha ganado m¨¢s de 40.000 seguidores en menos de 24 horas, le quedan aun m¨ªnimo ocho d¨ªas de cuarentena y alg¨²n rastreo para encontrar piso nuevo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.