Daphne Guinness, la arist¨®crata que vive por y para la moda
Dal¨ª o Man Ray poblaron su infancia; hoy Lady Gaga o David LaChapelle se encuentran entre sus admiradores. ?ntima de Isabella Blow y musa de McQueen, su armario est¨¢ repleto de prendas exclusivas.
Titubea al hablar, lejos de la imagen segura y fuerte que transmiten su pelo bicolor, el maquillaje teatral y esos tacones imposibles (firmados por Noritaka Tatehana o Alexander McQueen). Bajo la armadura ¨Ca veces literal, una de sus prendas fetiche es el guante de cota de malla y diamantes que cre¨® con Shaun Leane¨C, Daphne Guinness (Hampstead, 1967) se revela t¨ªmida, vulnerable. Busca la palabra precisa, rectifica, se pierde en divagaciones, hace preguntas. Su vida tiene mucho de excepcional, pero ella no le da importancia. Ostenta el t¨ªtulo de ?honorable? por ser la hija de uno de los herederos de la cerveza Guinness (Jonathan, tercer bar¨®n Moyne). Su madre ¨Cla segunda esposa de su padre¨C era una francesa amiga de los surrealistas. Los veranos de su infancia transcurrieron en Cadaqu¨¦s, con Salvador Dal¨ª y Man Ray. ?Esa temprana influencia art¨ªstica fue lo que la hizo tan avant-garde? ?Yo no sab¨ªa qui¨¦nes eran, simplemente se trataba de los amigos de mis padres; entonces no me di cuenta de lo importantes que ser¨ªan luego en mi vida, de lo que me marc¨® esa atm¨®sfera. Para m¨ª era normal, pero cuando pienso en ello ahora s¨¦ que es extraordinario?.
A veces parece salida de una de las fantas¨ªas on¨ªricas dalinianas: una silueta imposible, estilizada, cubierta de puntillas, bordados, tules y broches. Valentino afirma que la vida es un escenario para Daphne. ?Da igual que asista a un funeral o a un baile, ella siempre hace una performance?. La aludida sostiene que todo es natural en este artificio: ?Lo extra?o sobre m¨ª es que, para bien o para mal, nada est¨¢ preparado, simplemente me visto. Lo m¨¢s r¨¢pido posible. Me pongo lo que me apetece ese d¨ªa. Realmente no pienso sobre ello, soy muy mala haciendo planes. Intento que todo sea lo m¨¢s sencillo posible, pero normalmente acabo haci¨¦ndolo todo muy complicado?.
El vestidor de su casa ¨Cuna de ellas¨C de Par¨ªs abre una puerta a su universo: prendas vintage y trajes hechos a medida por Alexander McQueen o Chanel. Un alegato a favor de la alta costura. ?Pienso que la couture ha vuelto. Toda la discusi¨®n sobre la ropa hecha a mano est¨¢ de nuevo sobre la mesa. En los 90, la gente dec¨ªa que este mundo estaba muriendo, que iba a desaparecer, y ahora da la impresi¨®n de que tiene m¨¢s clientes que nunca; al menos eso me llega a trav¨¦s de los amigos que se dedican a la industria. Son muy buenas noticias?, sostiene.
Para ella, cada prenda cuenta algo, encierra recuerdos, sensaciones, atesora historias; nada es casual. Tiene 48 a?os, pero lleva el amor por la alta costura en el ADN. Su abuela, Diana Mosley, una de las hermanas Mitford ¨Cencarcelada en Londres junto a su marido Oswald durante la Segunda Guerra Mundial por su apoyo al fascismo¨C, fue uno de los referentes de estilo de su ¨¦poca. La llev¨® a su primer desfile, de Hubert de Givenchy. ?A los seres humanos les gusta ser diferentes unos de otros. Desde mi propia experiencia, creo que nos sentimos m¨¢s unidos a los objetos que significan algo. Cuando compras cualquier prenda, quieres que est¨¦ ligada a un recuerdo?, reflexiona.
?Qu¨¦ dice su armario sobre su vida personal?
Como el de cualquiera, que he pasado por muchas cosas a lo largo de mi vida. ?Qu¨¦ dice? Probablemente, que tengo una imaginaci¨®n desbordante. Poseo algunas cosas desde hace mucho tiempo, y es agradable seguir vi¨¦ndolas.
En 2012 subast¨® parte de su vestidor en Christie¡¯s. Dijo adi¨®s a fotos de Mario Testino, modelos de Alexander McQueen y Christian Lacroix. ?Fue dif¨ªcil?
S¨ª, porque no quise vender solo los art¨ªculos que estaban rotos o deteriorados. Seleccion¨¦ piezas que me encantaban, porque quer¨ªa recaudar todo el dinero posible, as¨ª que tuve que despedirme de muchas prendas que realmente amaba. Conservo mis pertenencias con mucho cuidado y cuando las vendo es por una buena causa, en este caso para ayudar a mujeres con enfermedades mentales. Todo fue para la Fundaci¨®n Isabella Blow.
Lady Gaga (amiga y declarada admiradora de Guinness) realiz¨® la puja m¨¢s alta: pag¨® 120.000 euros por un Alexander McQueen. En 1987, con solo 19 a?os, Daphne Guinness se cas¨® en Par¨ªs con Spyros Niarchos, heredero del armador griego. Tuvieron tres hijos ¨CInes Sophia, Nicolas Stavros y Alexis Spyros¨Ce iniciaron una vida de alta sociedad entre Nueva York, St. Moritz y Spetsopoula (la isla privada de la familia de su marido). No habla mucho de aquella ¨¦poca, que lleg¨® a su fin con un multimillonario divorcio en el a?o 2000. Entonces regres¨® a Londres y se reencontr¨® con Isabella Blow ¨Creferente del estilo brit¨¢nico y descubridora de Alexander McQueen o Philip Treacy¨C. Con ella empez¨® a ir a fiestas, a convertirse en una habitual de los front rows, a cincelar su estilo. Revolucion¨® su vida. ?Fue la primera persona que me hizo re¨ªr de nuevo despu¨¦s de divorciarme. Era una muy querida amiga, la echo de menos todo el rato?, reconoce entre risas melanc¨®licas. Blow se suicid¨® en 2007, presa de una fuerte depresi¨®n. Guinness adquiri¨® su vestidor y cre¨® una fundaci¨®n en su memoria. ?Ella intent¨® hacer que las tragedias que me hab¨ªan ocurrido tuvieran sentido, as¨ª que quiero ser capaz de recordarla ayudando a otra gente?, sentencia. Con Blow compart¨ªa ¨Cevitando el t¨®pico de la excentricidad¨C ese esp¨ªritu teatral, la exageraci¨®n en el vestir, el gusto por lo exclusivo.
?Es importante reivindicar la vigencia de lo artesanal?
En los ¨²ltimos tiempos, muchos abogan por la vuelta a las piezas ¨²nicas. A¨²n no es demasiado tarde para la gente que hace encajes y bordados. Muchas f¨¢bricas desaparecieron en los a?os 90 y los primeros 2000 con la recesi¨®n. Se envi¨® la producci¨®n a Asia. Lo encuentro horrible. Las condiciones que se dan all¨ª no son como las que hay en Europa. El regreso de la manufactura es importante, todav¨ªa se puede encontrar gente que atesora esta sabidur¨ªa, que conoce los m¨¦todos. Por ejemplo en Espa?a, donde ten¨¦is el fant¨¢stico encaje de las mantillas.
Asegura que la moda habla de los distintos momentos hist¨®ricos. ?Qu¨¦ dice de la ¨¦poca actual?
Que existe una falta de orientaci¨®n. A la gente le gusta lo que es c¨®modo y f¨¢cil. Pero no s¨¦, no lo digo con ¨¢nimo de juzgar; tambi¨¦n observo que existe mucha variedad. Amo descubrir la historia a trav¨¦s de la ropa. Creo que la moda dice mucho sobre lo que somos como sociedad. Ahora, cuando voy por la calle, veo jeans, camisetas y zapatillas, pero tambi¨¦n noto que lo artesano est¨¢ ah¨ª, que las personas se est¨¢n volviendo m¨¢s selectivas y no se limitan a ser meros robots publicitarios. Antes todo el mundo llevaba sombrero, ?por qu¨¦?, por el calor o para protegerse de la ausencia del mismo, no importaba si eras rico o pobre, lo utilizabas. Y la gente sol¨ªa usar guantes porque hac¨ªa fr¨ªo o para evitar contagios. Ahora estas prendas no tienen el mismo sentido, porque estos problemas se han solucionado con la medicina y la tecnolog¨ªa.
No son necesarias.
Lo son, pero en la actualidad se interpretan m¨¢s como si se tratara de un lujo. En el pasado, con cada revoluci¨®n se produc¨ªan cambios pol¨ªticos que normalmente conllevaban transformaciones en la moda, ideas nuevas que penetraban para acabar con lo anterior. Resulta interesante ver hacia d¨®nde nos dirigimos. Me pregunto qu¨¦ pensar¨¢ la gente en 100 a?os, ser¨¢ bastante sorprendente.
La nostalgia inspira muchas de las colecciones que se ven sobre las pasarelas. ?Falta imaginaci¨®n en la industria?
Creo que no se debe a falta de imaginaci¨®n. Probablemente todo depende simplemente del show y de los beneficios. S¨¦ de buena tinta que resulta muy dif¨ªcil para los dise?adores crear tantas colecciones. Ha habido una presi¨®n enorme sobre ellos y eso no es bueno, no tienen tiempo. Antes las tendencias duraban una d¨¦cada, o al menos media; parece que fue as¨ª hasta los primeros 90. Hoy en d¨ªa todo es m¨¢s r¨¢pido.
En 2011 el Fashion Institute of Technology (FIT) de Nueva York dedic¨® una exposici¨®n al peculiar estilo de Guinness (con una banda sonora seleccionada por ella misma, en la que sonaban The Doors, Bach interpretado por Glenn Gould, Bob Dylan o piezas de Wagner y Liszt). ?Por qu¨¦ la encumbraron como icono de moda? ?Porque no tiene miedo a vestir las ropas y zapatos m¨¢s extremos. Porque es una coleccionista seria de alta costura, que tambi¨¦n es una fuerza creativa por derecho propio. Porque es un individuo extraordinario cuya perspectiva de la moda es ¨²nica e importante?, justificaban en el museo. Los elogios a su persona son una constante. Tom Ford dice que ?es una ¨Csi no la ¨²nica¨C de las mujeres vivas m¨¢s estilosas? y el fot¨®grafo Steven Klein afirma que ?hay estrellas de cine o personajes de novela que son una versi¨®n idealizada de lo que so?amos que sea la vida, y las expectativas raramente se cumplen. Daphne es la excepci¨®n: es la encarnaci¨®n del ideal, bella, chic, inteligente y amable?.
Su amistad con fot¨®grafos como Klein o David LaChapelle se traduce en una sucesi¨®n de colaboraciones. ?S¨ª, dir¨ªa que probablemente soy una artista. Tengo un temperamento art¨ªstico, me han dicho que lo soy. Es muy complicado autodenominarse artista, porque es algo dif¨ªcil de definir, pero s¨ª, lo soy en distintas formas?, reflexiona Guinness, como para s¨ª misma. En 2011 protagoniz¨® una performance en el escaparate de Barneys en memoria de su a?orado McQueen. En 2013 lanz¨® Fatal Flaw, su v¨ªdeo de debut como cantante, creado por Nick Knight (director de showstudio.com), seguido en 2014 por Evening in Space, un sencillo dirigido por LaChapelle con vestuario de Iris van Herpen. Aunque el disco ¨Cproducido por Tony Visconti, colaborador habitual de David Bowie¨C sigue gest¨¢ndose, ella vive ahora volcada en la m¨²sica, su pasi¨®n inicial, su futuro.
?Cu¨¢l es la mejor forma de expresar su arte?
Cantando. La m¨²sica es para m¨ª la forma m¨¢s elevada de creaci¨®n. Es una filosof¨ªa, realmente. Una manera de expresar la metaf¨ªsica en el arte. La expresi¨®n visual me interesa, pero conforme pasan los a?os siento que lo que experimento con la m¨²sica es mucho m¨¢s profundo. Puedes o¨ªrla a trav¨¦s de tus huesos. De todos modos, puedes ser ambas cosas, un artista visual y musical, aunque normalmente uno es un poco m¨¢s fuerte que el otro.
De hecho, iba a ir a Guildhall [la escuela londinense donde se formaron Ewan McGregor o Daniel Craig] para ser soprano.
Hice los ex¨¢menes y me admitieron, pero no empec¨¦ porque me cas¨¦. En aquella ¨¦poca se necesitaba mucha teor¨ªa y entrenamiento para poder cantar ¨®pera. Sigo recordando las arias que aprend¨ª entonces, pero son diferentes de la m¨²sica que hago.
Su actitud y sus canciones son m¨¢s rockeras.
Compongo mis temas, no intento emular a nadie. Si cantas lo que creaste t¨² misma y sientes cada palabra, algo que a m¨ª me ocurre, en mi propia alma, es una experiencia muy distinta a cantar ¨®pera. Me interesa m¨¢s hacer mis canciones, resulta m¨¢s sencillo que tratar de convertirse en alguien del siglo XVIII.
Cuando escribe, abre su coraz¨®n. Activa usuaria de Instagram (@daphne.Guinness), Twitter (@TheRealDaphne), Vine (Daphne Guinness) y Snapchat (@daphneguinness), en todas las redes sociales se define como poeta. Su mantra: ?Love is All? (el amor lo es todo). Reconoce que se trata de su mayor inspiraci¨®n, incluso cuando duele. ?Lo es todo, de verdad. El amor, su falta¡ Para otra gente puede ser el dinero o el poder. Probablemente soy una rom¨¢ntica?. Una de sus grandes pasiones, reflejada en tuits, ha sido el fil¨®sofo franc¨¦s Bernard-Henri L¨¦vy. Seg¨²n ¨¦l, ?Daphne no es una persona, sino un concepto?.
?Nunca se ha planteado escribir un libro?
Quiz¨¢. Tengo esa idea, pero de momento lo vuelco todo en las canciones. Mis temas est¨¢n muy ligados a m¨ª. Son como 13 cap¨ªtulos de mi vida, peque?as historias. Hasta ahora, no hab¨ªa pensado mucho en escribir, pero esa necesidad est¨¢ empezando a crecer, y en lo m¨¢s profundo s¨¦ que ese camino me llevar¨¢ al final a una novela.
?De tintes biogr¨¢ficos, como las de su t¨ªa abuela Nancy Mitford?
No lo s¨¦. Nancy escribi¨® muchos libros que eran muy parecidos a su vida, pero no por completo, porque se trataba de novelas. De esta forma se tiene m¨¢s libertad creativa. Mi vida me ha llevado a muchos sitios, he pasado por circunstancias dif¨ªciles. Creo que tendr¨¦ que esperar a ser muy mayor antes de poder escribir sobre mi historia.
?Cu¨¢les ser¨ªan los nombres m¨¢s importantes en esas memorias?
Oh, Dios m¨ªo, mi vida todav¨ªa est¨¢ en proceso, as¨ª que no lo puedo decir. Pero me imagino que podr¨ªa ser interesante.
?Hay algo que no haya podido hacer, conoce alg¨²n l¨ªmite?
No realmente. En absoluto. Me interesan muchas cosas, las ciencias, el arte, la m¨²sica¡ Simplemente sigo buscando una gran aventura.
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