Diane Kruger: ?En otra vida me gustar¨ªa ser jefa de ¡®atelier¡¯ de Karl?
Es musa ¨Cy amiga¨C del dise?ador, una estrella europea que conquista Hollywood y, ahora, la reina de Francia en la pen¨²ltima adaptaci¨®n de la vida de Mar¨ªa Antonieta
Fue la hom¨¦rica Helena en Troya (Wolfgang Petersen, 2004) y la actriz esp¨ªa de Malditos bastardos (Quentin Tarantino, 2009). Y las puertas de Hollywood se abrieron a su paso. Pero Diane Kruger todav¨ªa encuentra tiempo para volver al cine franc¨¦s en busca de proyectos con m¨¢s sustancia que estruendo. La actriz alemana, instalada en Par¨ªs, se enfrenta ahora a un papel a la medida de su porte aristocr¨¢tico, belleza g¨¦lida y doble nacionalidad: la Mar¨ªa Antonieta de Adi¨®s a la reina de Beno?t Jacquot.
Como alemana de nacimiento y francesa de adopci¨®n, parec¨ªa la actriz perfecta para interpretar a la reina.
Nunca lo habr¨ªa pensado, aunque tenemos similitudes escalofriantes. Tengo su misma edad en el momento de la Revoluci¨®n Francesa, mi madre se llama Mar¨ªa Teresa, como la suya, y nac¨ª un 15 de julio, el d¨ªa despu¨¦s de la toma de la Bastilla.
?Hay algo en lo que no se parezca a Mar¨ªa Antonieta?
En su frivolidad. No tengo recuerdo de haber sido tan ligera e irresponsable en mi vida. Empec¨¦ a trabajar a los 15, as¨ª que nunca conoc¨ª esa despreocupaci¨®n, y me cost¨® lograr alg¨²n tipo de empat¨ªa con ella. El director me recomend¨® que pensara en esas famosas acostumbradas a que se lo sirvan todo en bandeja.
?No es su caso?
Claro que no. No negar¨¦ mis privilegios, pero no soy de esas actrices que no saben cruzar la calle solas; ni tampoco de las que tienen todo lo que desean con apenas chasquear los dedos.
?Qu¨¦ recuerda de sus d¨ªas como modelo?
Llegu¨¦ a Par¨ªs con 15 a?os para trabajar para la agencia Elite. No fue f¨¢cil vivir sola desde tan joven. Pero tuve la suerte de conocer a Karl Lagerfeld, que me abri¨® muchas puertas y se convirti¨® en un padre de sustituci¨®n [su padre biol¨®gico, alcoh¨®lico, la abandon¨® de peque?a]. Hoy mi relaci¨®n con Karl va mucho m¨¢s all¨¢ de nuestra colaboraci¨®n para Chanel. Es mi amigo, vivimos en la misma calle y s¨¦ que siempre puedo contar con ¨¦l. En mi pr¨®xima vida, me encantar¨ªa ser su jefa de atelier.
?Le gusta verse en pantalla?
Me da algo de reparo, porque en las escenas emocionales me siento desnuda. Lo que no me importa nada es mi aspecto. No me interesa salir guapa, sino dotar a mis personajes de la m¨¢xima profundidad posible. Si llevo vestidos de ¨¦poca preciosos, perfecto. Y si hay que ponerse un par de Dr. Martens, pues tambi¨¦n.
Justo antes del inicio del rodaje confes¨® sentir cierto p¨¢nico. ?Qu¨¦ la paraliz¨®?
Ten¨ªa miedo de que el papel me viniera grande. Y tambi¨¦n del di¨¢logo en franc¨¦s antiguo, que es muy complejo. Adem¨¢s, cuando interpretas a un personaje hist¨®rico debes enfrentarte a mil prejuicios. Yo no la juzgo, ya ha sido demasiado juzgada para que lo haga yo tambi¨¦n.
?En qu¨¦ se distingue su pel¨ªcula de la biograf¨ªa de Sofia Coppola?
En este filme la reina no calza Converse [bromea]. No quer¨ªamos limitarnos a hacer algo simplemente est¨¦tico. Pretend¨ªamos entrar en su intimidad y mostrarla como una persona de verdad. En los cuatro d¨ªas en que transcurre la historia, se da cuenta de que lo va a perder todo.
La pel¨ªcula describe a una reina lesbiana, enamorada de su favorita, Gabrielle de Polignac. No tengo claro que fuera lesbiana o bisexual. Esa es una interpretaci¨®n muy propia de nuestros d¨ªas. Cuando una mujer demuestra afecto f¨ªsico por otra se le cataloga directamente como lesbiana. Puede que lo fueran, pero nunca lo sabremos. Lo que est¨¢ claro es que existi¨® amor entre ellas.
?Qu¨¦ opina de las monarqu¨ªas actuales?
Me parece curioso que la gente todav¨ªa las observe con aut¨¦ntica fascinaci¨®n. Incluida yo misma, que no me perd¨ª la boda del pr¨ªncipe Guillermo y Catalina Middleton. Como espect¨¢culo, puede tener su gracia. Si sus miembros se dedican a la beneficencia, no me parece mal. Pero nunca aceptar¨ªa una monarqu¨ªa con aut¨¦ntico poder, como en la ¨¦poca absolutista. Tampoco me gustar¨ªa ser reina ni princesa. Nunca ha formado parte de mis fantas¨ªas pertenecer a la aristocracia.
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